Xasel

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Imagino la escena... ¿Quién no quisiera repetirla? Frío helado y calor ardiente. Opuestos que conjugan...

Xasel

Unos opuestos que conjugan a la perfección y que unidos alimentan esa sensación de deseo desmedido..., sobre todo en ese momento en que mientras el hielo se funde, y hace que el liquido húmedo resbale por nuestros rostros...

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Pasar de un gusto helado, pasar a a alimentar unas brasas, que al final , en cada momento, se alimente y se convierta en una llama, por nombre pasión.

Xasel

La pasión, es eso que tantas veces nos falta en los encuentros sexuales, donde encontramos placer y diversión, pero la pasión cuesta que nazca y aún más cuesta que esa pasión sea mútua y compartida...

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sí, sobre todo eso, compartir, eso es lo que busco en la cita, no imponer, tanto ella como yo, pero para eso, has de tener tino en buscar la chica deseada, cuando la encuentras es la cita mas enrequicidora que te llevas.

Xasel

Todo encuentro sexual debería ser un encuentro compartido, aunque sabemos que no siempre es así..., por ello como bien apuntas, es imprescindible tratar de tener ese acierto, aunque para ello no hay manuales 100% infalibles..., pero siempre hemos de intentar ver más allá de unas imágenes y saber leer entre líneas para poder encontrar aquello que nos gustaría de verdad encontrar y así compartir in encuentro plenamente satisfactorio...

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He disfrutado leiendo parte de este hilo..., porqué??
Pues muy probablemente porque si intento buscar esa pasión en un encuentro, y probablemente por suerte, he recibido placer, fogosidad tierna, pasión.... en parte algo fingida (entiendo), pero por mis ganas de dar placer, me siento correspondido..., es cierto que no me pasa en cada encuentro ( por que soy de los que repiten con alguna..., son pocas), y solo en algún encuentro he percibido PASION de forma más natural. No he encontrado situación alguna como la descrita anteriormente por Xasel..., pero por que no soy de los que salen a tomar algo, por no decir que no salgo.
Prefiero el encuentro con esos acercamientos tiernos, esas miradas que transmiten fusión de deseos y lo que va surgiendo, y ahi es donde percibo la predisposición de la pareja del momento, en donar un poquito más de lo que esta en el guión..., llegado a este punto me ha ocurrido de tener orgasmo sin sexo explicito..., una "pasada" !! No me extiendo más pues, revelo, que hace muy poquito que experimento encuentros de pago y por ello mi experiencia es muy escasa; por lo que leo en este foro, donde ademas mi expresion prosaica no llega ni ha la de literato de noche de desvelo.
Gracias por toda vuestra enriquecedora aportacion...,
Uno mas ....

Xasel

Ante todo, agradecido por tu paso por aquí y por dejar en este espacio tus palabras...

Y respecto a lo que dices, si como cuentas, sabes crear el clima, el momento, aunque sea sólo ese momento, sin pretender más que disfrutarlo..., podrás vivir momentos plenos en que incluso la pasión te abrazará..., aunque sea solamente durante ese tiempo pactado...

Xasel

Orgasmos sentidos y compartidos

En el sexo de pago buscamos gozar y al menos en mi caso hacer gozar y por ello en mis encuentros anhelo sentir esos orgasmos que nos hacen vibrar y estremecer. Pero mi mayor objetivo no es necesariamente el recibir el placer, si no hacer que ella, mi compañera de juegos, reciba su dosis de placer, de gozo…

Estas palabras son parte de uno de esos momentos de entrega con una profesional, donde vivo lo que siento y deseo sin seguir pautas si no gozando y tratando de hacer gozar.., sobre todo cuando encuentras profesionales con las que sabes crear el clima del deseo que buscas, el clima del morbo que necesitas, el clima del momento que ansias…

“Llegué a su domicilio…, llamé a la puerta de la calle…, abrió en silencio…, subí…, encontré la puerta de su casa entreabierta…, entré…, al final del pasillo entreví la luz tenue de su habitación…, me acerqué… y allí estaba ella, vestida en un suave camisón blanco, tendida en su cama…, esperándome…

Me senté a su lado y en ese mismo silencio cómplice nos hizo desear entregarnos a sentir y mis labios buscaron los suyos. Los besos suaves y dulces iniciaron el camino para ir creciendo en intensidad, para ir siendo esa mezcla de dulzura, pasión y deseo que incitase a más y más. Besos unidos a caricias, besos unidos a dos cuerpos que se acercaban más y más. Pasión encendida, susurros de deseo y manos que empiezan a recorrer el cuerpo de la otra parte, descubriendo lo que se desea sentir, compartir, gozar…

Su camisón cayó y me mostró su bella desnudez, que observé sin pudor, que admiré con deseo, comprobando con mi vista todo eso que iba a acariciar, a besar… Y poco a poco mi ropa fue cayendo también hasta que ambos estuvimos desnudos, dejando que nuestras pieles se rozasen, dejando que nuestro calor corporal se uniese al deseo mental. Manos, labios, cuerpos, todos unidos en un vaivén de placer que buscaba sentir, dar, recibir, entregar, gozar, satisfacer, compartir y llegar a ese clímax del orgasmo explotado que quería regalarme…

Mis manos ávidas acariciaron cada rincón de su cuerpo, cada centímetro de su piel entreteniéndome más y más en sus zonas erógenas, provocando esos suspiros, esos medios gemidos que encienden, que hacen que sepas que estas siguiendo el camino adecuado y que debes seguir y seguir para dar a esa persona el placer que desea sentir. Y por ello, en ese camino de placer mis manos cedieron su recorrido a mis labios que iniciaron esa ruta desde los suyos.., descendiendo por su cuello, por su pechos, donde disfrutaron de su tersura, de su calidez, de su sensualidad manifestada en sus pezones excitados, para tras deleitarme con ellos seguir bajando por su vientre, acercándome a ese centro de deseo que es la sexualidad femenina, donde mi cabeza se perdió entregada a dejar que mis labios y mi lengua recorrieran esa deliciosa zona humedecida y que en mi boca se humedecía más y más, entre mi creciente deseo y sus crecientes gemidos placenteros…

Y en ese éxtasis de placer ella gritó su orgasmo, dejando que sus espasmos acompañasen mis últimos y deseados besos en su femenino lugar…

Besos reconfortantes, caricias suaves y tiernas para suavizar el instante intenso y tras ello, ella buscó devolverme el momento, satisfacer mi deseo del mismo modo y tras acariciar mi sexualidad latente inició ella el recorrido hacia mi excitado deseo para regalarme su boca en él, para recorrer con sus labios y su lengua ese crecido deseo que palpitaba entre suspiros por sentir, por gozar… provocando con ello mi más creciente excitación, mi más creciente deseo, mi más creciente placer hasta que entre gemidos sin contención dejé que un orgasmo intenso me invadiera gozando de él con verdadero placer que disfrutaba de lo que ella me daba…”

El sexo de pago puede ser el más maravilloso y morboso, el más excitante y entregado, el más placentero y gozado…, pero para ello hay que saber entregarse en busca de ese orgasmo maravilloso, donde si se consigue que sea un orgasmo sentido y compartido nos dará ese plus que se precisa para que ese encuentro quede grabado en nuestras retinas y en nuestros recuerdos…

Pagamos por sexo si…, pero haciéndolo debemos saber que estamos compartiendo la intimidad del placer con la profesional y por ello lo mejor que se puede vivir es disfrutarlo y hacer que disfrute… y así conseguir que esos orgasmos sean de ambos y los podamos sentir y compartir con absoluto deleite…

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Como bien apuntas es sexo de pago, pero yo voy para estar con una persona, olvido por completo que he pagado, es sentir ese momento que sea especial, para ambos, a veces lo consigo a veces no, es dar con la tecla, con la chica adecuada, y es verdad, es compartir sensaciones, ambos, no solo mi deleite personal.

Xasel

Efectivamente..., pagamos, pero aunque pagamos, lo hacemos para compartir ese tiempo con una persona y por ello, ¿qué mejor que tratar de que ambos disfrutemos por igual del encuentro?

Xasel

Poniendo al día el resumen de experiencias vividas...

Naira, tántrica y erótica...

Naira, donde el tantra se vuelve erotismo



Sofía y su fragilidad entregada...

Sofía, esa fragil niña todon entregada



Laura, el morbo en la mujer...

Laura, cuando una mujer es todo morbo



Susi Trans, porque el sexo deber ser abierto...

Susi, el placer de disfrutar del sexo sin tabus



Zehara, entre aniñada y avanzada...

Zehara, a ratos niña, a ratos un volcán



Desiree, sensualidad y morbo extremo...

Desiree, una mujer sensual y morbosa en extremo



Alexandra, la dulzura encantadora...

Alexandra, donde el dulce encanto da paso a la pasión

Xasel

Memorias (8)

Un paseíllo en que no sabes quién es quién…

El paseíllo…, ese momento que se da en muchos pisos y/o algunas agencias, para “mostrar”, en el caso de que uno llegue sin cita previa, a todas las chicas disponibles en ese preciso momento.

Una práctica habitual, extendida y que no es de hoy, si no que existe desde hace tiempo inmemorial…

Pero yo, en persona, nunca me he sentido cómodo con ese proceder tan típico del mundo del sexo de pago. Y todo ello sin querer entrar en esa sensación de estar presentando una mercancía para elección del comprador, que ya de por si me parece decadente, pero que entiendo y por ello, ante un paseíllo, trato de quitar de mi mente esa imagen tan poco edificante…, pero incluso así, nunca me he sentido a gusto ni cómodo con ese momento…

Y es que en los paseíllos; repito, obviado esa sensación de mercancía que trato de no pensar pero que vuelve recurrente a mi mente; sucede ese algo que hace que uno deba decidir quien sin nada de ese quien…

El sexo de pago, muchas veces, se puede convertir en un alivio sexual, en una descarga de un deseo, que tiene ansía de ser explotado, pero no por ello debería ser el hacerlo ante alguien o con alguien que no conoces de nada, aunque muchas, muchas veces es así, pues el deseo nos impulsa a entregarnos al placer con una dama que sólo hemos visto en fotografía o, en este caso que ahora comento, en uno de esos paseíllos que he vivido, por no decir “sufrido” en mi vida en este mundo…

El paseíllo, ese momento en que dos, tres, cuatro, cinco… o a veces más de diez señoritas se presentan ante uno para decir su nombre y que durante el breve instante de uno o dos segundos tu puedas valorar si vas a querer tener una cita íntima con ella…

¿Y esa valoración es posible?, o ¿es sólo un impulso de deseo por la que físicamente te despierta más atractivo? Sin duda, ese mínimo contacto con las chicas no permite hacer ninguna valoración objetiva, si no que todo se queda en ver una cara y un cuerpo que durante unos instantes se mueve antes ti y que dice un escueto: “Hola, soy…”

En ocasiones, y en algunos lugares, tienen el acierto de no usar la expresión paseíllo, si no que usan la de “presentación”, que no es más que un eufemismo para lo mismo, pero que al menos víste el momento con un poco más de elegancia verbal…

Pero paseíllo o presentación, todo se reduce a lo mismo…, ese fugaz instante en que debes decidir que chica va a ser la “escogida” cuando la verdad es que no sabes quién es quién… en el más amplio sentido de la palabra, ya que tras pasar varias chicas, ya no asocias rostro y cuerpo con nombre, aunque uno hace un esfuerzo interno de descartar algunos nombre y sólo retener el de aquellas dos o tres chicas que más hayan llamado la atención, para cuando, si eres capaz de ello, cuando aparezca de nuevo la encargada, preguntar aquello de: “Entre tal, tal y tal…, que son las que más me han gustado, ¿cuál me aconsejas?”, como si la encargada, que no nos conoce de nada fuera a saber que aconsejar…, sin pensar que nos aconsejará a aquella chica; si es honesta; que haya oído que presta mejores servicios, pero que a lo mejor nos aconsejará a aquella chica con la que se leve mejor, o a aquella que ha hecho menos servicios y así equilibra los ingresos de las chicas, o a aquella chica que trabaje poco y esa es una buena manera de afirmar que no se vaya a ir justamente por trabajar poco, o a aquella chicas que…, quien sabe porque es la escogida… Pero pocas veces será la recomendada la que sea ideal para uno, pues la encargada no sabe nada de nosotros, como nosotros no sabemos nada de quienes son esas chicas fugaces…

Y es por ello, que sin saber quien es quien, es cuando uno se pregunta: “¿Y por qué en mis paseíllos me he decantado por esta y no por otra…?

Pues en mi caso, partiendo de que no me gustan los paseíllos y que desde hace ya bastante tiempo los evito absolutamente, las elecciones solían estar marcadas por:

Primer filtro: las que menos atractivas me resultaban… descartadas (aunque seguro que erraba y que a lo mejor ahí se iba la más implicada y afín a mi modo de ser)

Segundo filtro: las que saludaban desde la puerta, con un simple “Hola, soy…” sin acercarse siquiera a darme la mano o un par de besos… descartadas (no las juzgaba por ello, si no que asumía que poco le apetecía tener un servicio en ese momento y por ello, aunque fuese una belleza, mejor no forzar un encuentro íntimo si ella mostraba esa poca cercanía y motivación)

Tercer filtro: las que me daban un par de besos, valorar cuanto giraba la cara para darme ese beso de modo muy robotizado o cuan cerca de la comisura de mis labios me los daban…, como intuyendo que la que más se acercaba a mis labios, me estaba diciendo que sería la más cariñosa (aunque a veces era la táctica de “seducción” y luego esa comisura era lo más cerca que iban a estar sus labios de mis labios)

Cuarto filtro: las que, tras los dos besos, intercambiaban, aunque fuese mínimamente, dos palabras conmigo (entendiendo que el paseíllo/presentación no permite el diálogo, que es una parte que ayuda en cualquier decisión de este tipo)

Quinto filtro: No creo que pensase mucho más…

En definitiva, que, en esos fugaces instantes, me decantaba por la que había ido más allá de dos besos y había cruzado alguna palabra, en que sus besos fueran cercanos a mis labios y sobre todo que, en esos segundos, algo en ella me transmitiera simpatía o cercanía (algo tan absolutamente imposible de saber en unos segundos que quedaba a la mera inspiración personal) y que “lógicamente” me hubiera resultado atractiva

Con lo cual mis elecciones se basaban en nada concluyente ni muchos menos que se basase en realidades, por lo que las posibilidades de hacer “escogido” a la persona adecuada, se reducían al azar y a confiar que en general las chicas que trabajaban en ese piso/agencia, se caracterizaran por ser en un alto porcentaje tan implicadas como uno deseaba…

Y por ello, tras unos cuantos (bastantes) paseíllos/presentaciones, supe que ese no era mi camino y que las citas que tuviera en el mundo del sexo de pago, debían estar “soportadas” por razones que fuesen más allá de esos mínimos segundos, en que alguien se presenta ante ti para que elijas, sin saber quién es quién…

Xasel

Xasel

“Ningún acontecimiento erótico existe aislado, para ser experimentado sólo una vez y luego olvidado. Lo erótico existe sólo en la memoria: recordado, reimaginado, revivido una y otra vez en un presente incesante.”

JOYCE CAROL OATES

Xasel

Abalon69

Hola!
Hace muxxxxos años que no voy a locales que hagan "paseillos". Ya ni recuerdo el último y te aseguro que tengo memoria (casi) de elefante.

Al margen de tu acertado comentario de tener una sensación de estar escogiendo una u otra mercancía, en mis primeros años estaba encantado con el paseillo.
Iban a pasar 5 o 6 chicas, a cual más guapa y tendría que escoger una. Y esa sensación era como una fantasía que como adolescente había soñado tenerla.

Con los años y la aparición de Internet, empecé a ir a tiro fijo (y eso tampoco significa sinónimo de éxito). Aunque en la actualidad priorizo quedar con mis puti/amigas, ahora mismo mi criterio si quiero meter en mi círculo a una nueva escort sería el siguiente: expes positivas (con buena implicación) y me atraiga físicamente.
A modo de ejemplo, una chica que quiero conocer y cumple sobradamente estos requisitos es Adua Exótica.

Saludos viejo zorro...

Xasel

Es como bien dices..., esos paseillos tenían (o tienen donde aún funcionan) ese punto de fantasía por juntar en un momento todas las bellezas para ti... obviando la parte negativa que comentas...

A día de hoy, nunca me paseo por paseillos, para jugar con la expresión... ;

Un saludo para ti y gracias por pasearte por aqui..., aunque no haya paseillo

Xasel

Hace casi 11 años escribí este post que ahora recupero...
¿Por qué?, pues porque de los clubs que ahí nombro, sólo uno sigue abierto...

Como ha cambiado el mundo del alterne...