Xasel

Aquella vez que no pagué…, en el momento

Este mundo del sexo de pago puede parecer, sobre todo para el espectador ajeno, un mundo mercantilista, donde el dinero es la herramienta que lo mueve todo y donde si no hay un adelanto de la preciada moneda, no hay recepción de ningún beneficio carnal, sexual o simplemente de acompañamiento…

Y es cierto que el aporte económico suele ser el inicio indispensable e inamovible de todo el acuerdo y que, sin ese pago inicial, la cosa no avanza y no se llegan a compartir las intimidades deseadas, al menos por parte de nosotros, los que aportamos el beneficio económico. Pero también es cierto que la cercanía, la confianza, la gestión distinta de muchos servicios, pueden hacer que ese anticipo no se dé, si no que sea un acto de abono tras un servicio determinado.

Y si bien, eso es algo que sucede normalmente, cuando entre la profesional y el cliente se conocen y ambos saben que al final de la cita es de obligado cumplimiento ese intercambio esperado entre lo recibido y lo dado, también es cierto que en ocasiones la vida te aporta sorpresas completamente opuestas. Y este es precisamente uno de esos casos y momentos en que sucede lo que no te esperas…

Y es que, en esa ocasión, tuve un servicio donde recibí todo y más y aunque fue mi primera vez con aquella señorita, ella me dijo que ya le pagaría en un nuevo y futuro encuentro…, asumiendo que eso iba a pasar y que yo iba a saldar esa deuda contraída, basándose tan sólo en mi palabra…

¿Y cómo y por qué pasó eso…?

Esta es la historia…

Tiempo atrás, en el aquel entonces mítico Bailen 22, donde los sentidos se inundaban de la belleza de una gran cantidad de mujeres, plenas de gracia y encanto para seducirnos, donde se disfrutaba de bailes sensuales y eróticos (unos con más fortuna que otros) y donde las noches se alargaban entre copas y juegos de falsa seducción…, sucedió que, estando con un grupo de amigos con los que solía terminar muchas noches allí, alterne charla y alguna copa con una sugerente y bellísima brasileña, todo encanto y arte de ese que sabe hacer que te mantengas con esa sonrisa tonta de quien se siente entre el halago y el cortejo. Fue un grato intercambio de conversaciones sin mucho sentido, pero divertidas y alegres, en esa danza habitual en los alternes, en busca de la conexión necesaria y deseada (al menos por mi), para perderse en alguno de los reservados del local. Pero yo era muy consciente que estando como estaba con mis amigos, que esa noche, no sucedería nada más que lo que estaba aconteciendo, por lo que llegado el momento me despedí de tan grata compañía, retirándome con mis amigos, al tiempo que le “prometí” que volvería otro día, yo solo para continuar donde lo habíamos dejado…

Y… eso fue lo que hice…

Regresé, solo, sin nadie que condicionase mis acciones ni mis tiempos y lo hice, deseando de verdad avanzar con mi brasileña tentadora y deseando descubrir si todo eso que me trasmitía charlando, se transformaba en lo que me transmitía intimando…

Me recordaba y por ello resalté mi regreso con una manida expresión:

-He vuelto…, como ves soy un hombre de palabra…

A lo que ella en su controlado juego seductor respondió con fingida indiferencia:

-Ya veo, ya…, siempre y cuando hayas vuelto por mí…

Todo quedaba retomado donde lo dejamos y las cosas fueron fluyendo como yo deseaba que fluyesen y como sin duda ella quería que fluyesen, con el siempre lógico final de irnos juntos para “cerrar” ese intercambio beneficioso para las dos partes…

Y así fue… y llegó el momento en que ambos decidimos que la conversación debía continuar de modo íntimo y privado en una las habitaciones del local (y vaya habitaciones que tenía el susodicho local, que eran toda una maravilla). Y hacía allá que fuimos, descendiendo por las escaleras que llevaban a la zona donde las carnes se podrían fundir de modo íntimo.

El protocolo en esos casos era “pasar por caja” previo acceso a las habitaciones, pero hay que aclarar que lo que se pagaba era un importe fijo por “el uso” de la habitación y a ese importe, se debía añadir lo que se había acordado como beneficio económico para la chica, que era íntegramente para ella. Es un protocolo bastante habitual en esos macroclubs, que por proteger su legalidad lo que hacen es quedarse el 50% (u otro porcentaje) de las posibles copas que invites a las chicas, pero luego, lo que acuerdes con la chica como pago por sus servicios es 100% para ella y el local te cobra el uso de la habitación, evitando así el concepto de proxenetismo, pues son sólo una especie de hotel donde alquilan las habitaciones y lo que hagas con las chica y lo que acuerdes con ella, es parte de una pacto privado en que el local no se beneficia.

Pues en el momento de ir a cumplir con el protocolo e ir a pagar por el uso de la habitación y depositar el importe de lo pactado con la brasileña, saque mi tarjeta de crédito y ella me miró y dijo:

-Si pagas con tarjeta de crédito te van a cobrar un recargo del 10%

Cosa que ya sabía, pero si uno no lleva suficiente efectivo…

Y ahí nació mi sorpresa cuando me dijo:

-Pues paga sólo la habitación con la tarjeta, y el resto ya lo arreglamos tu y yo en la habitación.

Y eso hice, aunque yo me iba preguntando en mi mente como iba a gestionar eso si no llevaba efectivo (no, Bizum aún no existía). Y esa fue la mayor de mis sorpresas, ya que una vez en la habitación y comentar la situación generada, y aclararle/recordarle que no podía hacerle el pago pues no llevaba efectivo, ella me dijo con una naturalidad sorprendente y generando en mi una sorpresa infinita:

-No importa, ya he visto que eres un hombre de fiar. Vuelves otro día y me pagas.

Y no hubo opción a la negociación y/o negación, ya que se acercó a mí, me besó con pasión y mi boca quedó sellada al instante…

Ni que decir tiene, que uno, que es un caballero, regresó en efecto otro día, a pagar religiosamente por el servicio prestado de modo gratuito como anticipo y ya de paso… volver a disfrutar de un íntimo y gratísimo encuentro…

¿Era su modo habitual de actuar?, ¿era un modo de fidelizar aún a riesgo de perder dinero?, ¿fue una excepción? No lo sé, ya que nunca me lo quiso aclarar, pero lo que si fue cierto, es que en aquella ocasión, ella me ofreció sus servicios y no cobró por ellos…, al menos en el momento.

Xasel

Memorias (3)

Una mega experiencia…

En el mundo del sexo de pago, siempre existen diferentes vías de aproximación, donde poder escoger el cómo y dónde acudir para disfrutar de esos momentos de placer por un tiempo acordado. Y una de esas opciones son las que conocemos como pisos, a los cuales muchas veces se acude sin saber que chicas habrá en el lugar o al menos cuales se encontrarán disponibles en ese momento. Y es en esos instantes, cuando una vez en el interior del lugar escogido, llega el momento de la elección, de la selección, de la decisión sobre con quien vamos a compartir ese momento...

Cuando no se tienen referencias, cuando no se ha estado ahí antes, o al menos no se ha estado por alguien en concreto, es cuando en nada se debe decidir todo. Unos minutos y has de saber con quién podrás vivir el encuentro que de verdad deseas…

Casi utópico…

Pero los conocidos como “paseíllos” en los pisos de sexo de pago son así. Uno está en una habitación y las señoritas van pasando a presentarse, decirte su nombre, darte como mucho un par de besos y la más sociable preguntarte: que tal, como estás y que espera verte luego…

Tiempo justo y poco más, para poder verlas fugazmente y al menos poder saber si su físico cuadra con el físico con el que te gustaría dedicarte en ese tiempo en la intimidad. Pero nada de eso ayuda a saber si la chica será de tu agrado como persona, si su simpatía te hará sentir cómodo o su frialdad te hará lamentar el encuentro, si su implicación en el encuentro será la que tu desearías o será simplemente la que no buscabas…

Una solución simple la de estos “paseíllos”, ante una necesidad de al menos ver antes de decidir, aunque luego siempre queda preguntar a la encargada, que poco podrá decirte pues no sabe como eres tú y lo que realmente te gustará, por lo que termina por asesorarte en función de sus propias simpatías, afinidades o por la chica que más veces le han hablado bien otros cliente, aunque nada de ello es garantía de que aquello va a ser un acierto…

Pero esa tradición casi inamovible, ha dado al menos en una ocasión una vuelta de tuerca buscando algo que puede ser de mayor utilidad para el cliente en su proceso de selección. Y es en este marco de piso de chicas con “paseíllo” que una agencia o piso decidió ser transgresora e innovadora y presentar una nueva variedad de “paseíllo”…

Con el nombre de la Megamamada, se presentaba ese servicio y sólo por el nombre ya se intuye que el servicio irba enfocado y orientado hacia ese maravilloso arte de las felatrices que tanto gusta en los hombres.

¿Qué era la Megamamada…?, pues un “paseíllo” reducido y restringido a cuatro chicas, pero con la particularidad de que, en lugar de entrar, presentarse e irse, lo que hacían ellas era estar, con el cliente potencial, durante de 3 a 5 minutos, en los cuales han de desarrollar sus artes para que tras la rueda de las 4, el cliente decida con cuál de ellas va a culminar el servicio contratado.

Y… ¿qué hacen las chicas en esos minutos?, pues como el servicio anuncia, te practican una felación, que sin duda puede ser más representativa de como puede ser un encuentro íntimo con ellas que no el simple saludo de presentación…

Por descontado que nada es ciencia cierta ni nada aporta la respuesta definitiva, pero no cabe duda de que esa posibilidad, esa variante de “paseíllo” con felación incluida es más motivante y sobre todo más estimulante que la tradicional, al tiempo que te “ayuda” a descubrir el tipo de comportamiento, implicación, habilidad de la profesional en cuestión…

Un método curioso y altamente transgresor ese, que se puede ver desde muchos puntos de vista pero que desde el mío era, además de  altamente innovador, estimulantemente  y con ese extra de morbo por la situación vivida, donde una vez duchado, esperabas en la habitación, con tu toalla tapando tus intimidades, para que al entrar una chica y tras presentarse buscase tu sexo y buscase estimularlo, para con su boca darte ese atisbo de placer que si la escogías luego podría darte en su máxima plenitud.

Pero lo curioso, venía cuando esa chica se iba y en breve aparecía la segunda y uno no sabía si taparse de nuevo, si esperarla completamente desnudo, si… Y todo ello te generaba un plus excitante que sumaba y sumaba.

Y si con esto no fuera suficiente, si la chica anterior había sido eficiente en su demostración y la nueva entraba en un tiempo corto, lo más probable es que cuando la segunda abría la puerta te encontraba ahí a ti, enarbolando tu excitación ante lo que ella casi ni tenía tiempo de mirarte a la cara, pues su mirada se dirigía casi sin remedio y de modo casi inconsciente a ese sexo excitado que ya estaba deseando descubrir su anticipo.

Y por otro lado cabía tratar de meterse en la cabeza de esas profesionales, que al abrir la puerta encontraban a un hombre ya no sólo esperando ser saludado si no excitado, esperando a ser convencido con sus artes orales para que ella se quedase ahí con él y disfrutar ya juntos de la íntima intimidad…

La Megamamada era evidentemente un servicio distinto y potencialmente muy excitante, aunque también a veces podía ser frustrante, que pasasen 4 chicas y ninguna consiguiese elevar tu excitación para que pudieses sentir sus habilidades, aunque eso… es otra historia y seguramente más causa nuestra que de ellas…

Y como reflexión final y ante quienes crean que esa variación del “paseíllo” era un abuso excesivo para las profesionales, que se veían “obligadas”, a no sólo presentarse, si no a realizar, aunque fuese en un mínimo de tiempo, un acto sexual sin remuneración a cambio, estuve indagando y ellas recibían una cantidad por participar en el paseíllo más la parte que les correspondía por conseguir el servicio…

¿“Paseíllo” competitivo donde la mejor se llevaba al cliente?, pues si…, es un modo de verlo y un modo de vivirlo que al final en lo que respecta al cliente repercute en un modo de descubrir algo más de ellas que no sólo en una presentación estándar…

Donde descubrí esa experiencia ya no existe, pero me consta, navegando por la web, que el servicio de sigue ofreciendo en otros lugares

Xasel

Memorias (4)

Cuando me pagaron por estar con una mujer…

Las relaciones de sexo de pago son una fuente de momentos y encuentros que dan para mucho, llenándose de anecdotarios curiosos, divertidos y como no decepcionantes y para olvidar. Y es que al final, es como la vida misma, un compendio de momentos que cuando echas la vista atrás, descubres que está lleno de vivencias…

Muchas de esas vivencias han curtido mi devenir por ese interesante mundo del sexo de pago, incluso algunas donde el pago no era lo que mandaba el momento…

Y este es uno, u otro, de esos momentos en que el pago no fue mi motor, o más bien donde la ausencia de pago (por mi parte) fue lo que me permitió vivir una cita, cuando menos… “distinta”.

Una noche de copa tranquila en el que fue el mítico 240, con su ranita saltarina siempre presente y donde se cocían relaciones de “conquista”, donde los hombres íbamos y creíamos ligar con las damas por allí dispersas, aunque sabíamos que cuando quisiéramos ir más allá de la charla, ellas nos iban a recordar que ese más allá estaba auspiciado por un pago por adelantado. Un local donde existía esa falsa sensación de estar en un pub y que eras tan seductor, que las señoritas, normalmente elegantemente vestidas, estaban encantadas con uno, con su presencia, con su aspecto, con su facilidad de palabra…

Como nos gusta engañarnos a nosotros mismos y crear esa sensación de conquistador…

Era asiduo de ese lugar donde tuve la suerte de conocer a damas hermosas, encantadoras y muy dispuestas a compartir contigo la intimidad del placer.

Recuerdo que era divertido estar allí, tomando una copa e ir detectando perfiles de chicas que se encontraban anunciadas en portales de escorts: “Mira, esta es…” y “Miras, esa otra es…”. Todo un escaparate en la noche en que varias de las chicas que habías estado admirando en algún portal de un modo fotográfico, las podías ver en vivo y en directo en la elegante atmósfera del 240…

Pero me desvío del anecdotario concreto…

Una noche, mi copa y yo, yo y mi copa... admirando y analizando lo que pasaba a mi alrededor y en ese mi observar, veo que una chica, elegante, rubia, de pelo corto y con unas gafas muy intelectuales, vestida en una ceñida falda tubo y un ajustado top, se iba acercado hacia mi lugar en la barra y que lo hacia acudiendo directa desde uno de los sofás, en el que se encontraba sentada hablando animadamente con un caballero , con lo que yo consideraba, que dicho caballero era quien iba a caer en los brazos de ella esa noche.

Por ello, el ver que se acercaba hacia mí, me decante por pensar que era el azar del espacio y no su orientación real. Creí que se acercaba, no hacía mí, sino, hacia justo el hueco en la barra que había a mi lado, con el ánimo de poder pedir algo al siempre atento y eficiente barman…

Y en efecto, se colocó en ese espacio vacío, peor no mirado a la barra si no hacía mí, mostrando de modo claro que su objetivo no era pedir una copa si no yo…

Primeras frases de tanteo, más de ella hacía mí que de mí hacía ella, como si estuviera calibrando posibilidades reales de que sucediese algo conmigo o no, aunque yo estaba completamente alejado de poder imaginar lo que ella tenía en mente, hasta que valoró que podía cumplir con sus potenciales expectativas y me lanzó su inesperada propuesta:

-No te extrañes, pero quiero hacerte una propuesta…

Nada extraño dado el lugar en que nos encontrábamos, ya que sin duda uno esperaba que la dama en cuestión hiciese una proposición de retirarse a lugares discretos, donde disfrutar de intimidades consentidas y acordadas en base a un beneficio económico. Pero la sorpresa vino cuando su propuesta, aunque basada en el mismo principio, se alejó completamente de lo que yo podía esperar…

-Mira, ¿ves ese chico de allí? (y lo hizo dirigiendo su mirada hacía la persona con la que había estado sentada antes de levantarse para acercarse a mi). Pues, aunque te pueda extrañar, el esta dispuesto a pagarme porque tu y yo nos vayamos a una de las habitaciones de arriba.

No recuerdo que dije o que cara puse, pero seguro que fue de sorpresa absoluta o de esas en que uno busca donde se encuentra la cámara oculta, ya que la situación era un poco surrealista. Pero si recuerdo que entramos en un diálogo para que me explicase mejor que tipo de propuesta era, pues asumía que ahí había algo que se escapaba de mi entendimiento y temía aquello de gato por liebre y que cuando menos me lo esperase, se me pidiese algo que pudiera no esperar o no desear. Por ese motivo la chica me explicó, que el morbo del chico con el que había estado hablando, era el de pagar el servicio a una chica, pero que él no quería ir a la habitación con ella, si no que fuese ella la que escogiese con quien quería irse y que el pagaba, a cambio de que, tras el servicio, ella volviese y le explicase como había sido el encuentro íntimo, aunque eso era lo de menos porque ella explicaba lo que quería de ese encuentro, hubiese existido o no, lo único necesario era que ambos entrásemos a una habitación. La explicación parecía clara, pero por aquello de evitar malentendidos, lo resumí del siguiente modo:

-O sea, me estas diciendo que, si tu y yo subimos a la habitación y estamos dentro una hora, aunque no hagamos nada, tu saldrás beneficiada porque ese hombre te va pagar por ello y que a mí no me va a costar nada de dinero. ¿Es así?

-Efectivamente…

Ante esa situación, creo que sólo había una respuesta posible y como buen caballero me decidí a colaborar con la dama y ayudarla a cumplir sus objetivos, por lo que acepté su propuesta y nos fuimos a la habitación para satisfacer los morbos secretos de su cliente.

Una vez en la habitación, la chica me contó que ese hombre siempre hacía eso, que le gustaba ver que la chica que estaba con él se iba con otro, sabiendo o imaginando, que lo hacían para tener relaciones íntimas y que él la esperaba en el local, para que al volver ella le contase, con todo lujo de detalles como había sido el encuentro. Y es que los morbos de las personas son siempre insondables, propios y absolutamente particulares…

Y… lo cierto es que, aunque fui a la habitación con el ánimo de ayudar a la chica y que pudiese ganar el dinero sin más esfuerzo que estar una hora de charla conmigo, lo que sucedió es que hubo mucho más que palabras, ya que ella, tras darme sus explicaciones, me dijo:

-Oye, ya que estamos aquí, y estamos sentados en una cama… ¿qué te parece si…?

Y se acercó más a mí, besándome sin esperar respuesta…

El resto, ya es historia del placer. El placer que encontré, sin pretenderlo, en los brazos de una bella dama y donde lo recibí sin pagar por ello, con el extra añadido de que no es que no pagase, si no que otra persona, completamente desconocida para mí, pagó para que yo disfrutara de ese momento…

Por ello, siempre lo recordaré, como ese día en que me pagaron por estar con una mujer…

Alcibíades

No lo has podido expresar mejor

Hace tiempo que consulto el foro, pero hasta hace muy poco no me he apuntado por lo que no podía dejar mis comentarios.

Sólo decir que te sigo con asiduidad, me encanta como escribes y viendo tus experiencias con "amigas comunes" me he sentido identificado en las sensaciones que describes.

Xasel

Muy agradecido por tus palabras y por tu visita a este espacio...

Xasel

jabato

Sigo con interés tu hilo y tus memorias, los motivos es que sin llegar a tu altura me considero bribón, aunque sin tanta sensibilidad como tu, además de que me gusta leerte y me identifico en muchas cosas contigo. Quizás sea también porque somos foreros de largo recorrido y conocimos una época en la que los foros eran diferentes, ni mejores, ni peores, simplemente diferentes. Me alegro de ver que no soy el único superviviente de aquella generación. Creo que se puede aprender mucho y bueno leyéndote, no solo de Sexo de Pago, también de la vida, porque que al fin de al cabo es lo mismo.

Xasel

Muchas gracias por tus palabras..., que se que nacen de la sinceridad de mil batallas compartidas por esos foros del mundo de sexo de pago...

Pocos dinosaurios quedamos de aquellos tiempos, pero aquí seguimos dando guerra...

Y como bien dices..., el sexo de pago es parte de la vida, de modo que seguimos viviendo ella en el...

Un abrazo!!!

Xasel

Ella lo propuso…, los dos o ninguno…

A veces, en el mundo del sexo de pago, el poder vivir experiencias deseadas, pero nunca realizadas, es lo que motiva que crucemos líneas que en otras condiciones a lo mejor no cruzaríamos. Y con ello no es estar refiriéndome a fantasías extremas o morbos prohibidos, sino que se puede tratar de poder estar con alguna profesional en concreto, a la cual por uno u otro motivo nunca has tenido la oportunidad de “acercarte”.

Esta es una de esas ocasiones en que algo, que uno ya había descartado como opción posible y reconozco, que a la vez muy deseada, pasó a ser una opción real, pero en unas condiciones absolutamente distintas de las que podía haber imaginado en cualquiera de mis fantasías.

Hace ya tiempo, una escort de las que solemos conocer como “de alto standing” porque sus tarifas están claramente por encima de lo que las escorts independientes cobran, había generado conmigo una relación más amistosa que otra cosa, de modo que sin haber sido nunca su cliente, entre ambos nos veíamos ya como amigos y por lo tanto no se planteaba dar el paso a conocernos de modo íntimo. Y ni que decir tiene que por deseo no sería, ya que ella era una mujer absolutamente bella, elegante como pocas y con un saber estar y un arte sensual y seductor que hacía que no fuera humanamente posible no desearla, pero ese estatus creado de amigo, cerraba esa puerta a la manifestación física de ese deseo.

Nada hacía parecer que aquello pudiera cambiar, pero la vida te lleva a sorpresas inesperadas cuando verdaderamente no cuentas con ellas…

Sucedió una noche, en que, tras una cena compartida con ella, otras profesionales del sector y un grupo de amigos/clientes, fuimos a tomar unas copas todos los presentes y en esas copas se fraguó, imagino que con la desinhibición que da el alcohol el origen de la sorprendente propuesta que iba a recibir…

Yo estaba sentado en un lado, apartado de la mujer deseada pero “prohibida”, mientras que ella estaba sentada hablando animadamente con un amigo común, que se encontraba, por así decirlo situado en la misma tesitura que yo. Es decir, la deseaba como yo, pero tenía la misma barrera: amigos no clientes. Y en esa animada conversación que tenían, que debo reconocer que parecía un cortejo, me apercibí de que yo debía ser un integrante de esta, ya que veía como ambos me miraban al intercambiar frases casi dichas al oído, lo que lógicamente avivó mi curiosidad, mi intriga y hasta mi deseo de estar siendo parte real de esa conversación tan cercana entre ellos.

Y mi deseo se hizo realidad, porque ella, mirándome sonriente y con aire de seducción, me hizo una señal para que me fuese a sentar con ellos, cosa que acepté de inmediato y me dirigí a colocarme a su derecha mientras mi amigo quedaba a su izquierda, flanqueando así ambos su esbelta figura y su belleza exquisita.

Y ahí empezó la propuesta y la sorpresa…

El amigo que había estado hablando todo el rato con ella, fue el que dirigió la conversación y propuesta:

-Oye, hemos estado hablando de algo que a lo mejor puede interesarte.

Iniciando de ese modo, uno ya sabe que de entrada ha captado de lleno tu atención, como así fue, por lo que sólo me quedó seguir sus explicaciones sobre eso que podía interesarme…

Me contó, que él llevaba mucho tiempo deseando tener una cita profesional con la admirada dama que estaba sentada entre ambos, pero que no podía ser porque ella lo veía como un amigo y no como un cliente (vamos lo mismo que me pasaba a mi), pero que, hablando con ella, había descubierto una opción posible que le podría permitir tener esa cita. La dama, que estaba oyendo todo lo que él decía, no dejaba de mirarme para ver mi reacción, pues sabía lo que me iba a decir a continuación:

-La cuestión es que ella está dispuesta a tener esa cita conmigo si tú también la tienes… (yo ya iba a lanzarme a decir que por descontado yo también la tenía, pero faltaba la matización), con la condición de que tengamos la cita los tres juntos.

Es decir, la causa y lo que podía permitir romper ese tabú de “os veo como amigos y no como clientes”, era que la cita fuese a tres, o lo que es lo mismo, que hiciéramos un trio. Si era con los dos juntos, nos decía que si, en caso contrario, nos decía que no. Cada uno de nosotros por separado, quedaba descartado. Pero…, la cosa no terminaba ahí, si no que la propuesta no era tan sólo un trio, si no que…

-Pero acepta estar, con nosotros dos juntos, con otra condición..., que es que entre nosotros exista interacción (vamos, un trío en toda regla y no un dúplex con dos hombres).

Mi mirada busco la de ella, que estaba clavada en la mía y en mis reacciones, al tiempo que me sonreía con toda la picaresca del mundo, pues sabía que nos ponía entre la espada y la pared y que si queríamos estar con ella…, debíamos aceptar sus normas. Y como que tampoco era cuestión de demorarse mucho en mi respuesta, me lancé a darla sin dejar de mirar a sus ojos y devolviendo la sonrisa pícara dije:

-De acuerdo…

Y así fue, como aquello que de modo individual no podía pasar, se transformó en algo que de modo compartido si se podía vivir. Y es que las oportunidades hay que aceptarlas cuando se presentan ante uno, porque nunca sabes si algo semejante podrá volver a suceder. Y una vez aceptada la oportunidad, sólo queda lanzarse a por ella y vivirla con todas sus consecuencias…

Los dos o ninguno…, pues los dos cumpliendo los morbosos deseos de aquella mujer de rompe y rasga que nos llevó hasta donde ella quiso…

Xasel

Memorias (6)

Los malos impulsos de la nocturnidad…

La noche es, muchas veces, la impulsora de cálidos deseos. Es como si que una vez nacida la noche, algo dentro de nosotros sintiese un mayor deseo libidinoso y una mayor necesidad de entregarse a los placeres de la carne…

Será cierto o será que uno lo quiere ver y sentir así, pero debo reconocer que, en mi caso, la noche es ese momento, donde el placer palpita con más intensidad y donde los deseos se desbocan con más fuerza, alimentando todos los motores del deseo y del morbo de satisfacer ese deseo de mil y un modos…

Y justamente, ese incremento de deseos sexuales acrecentado por la noche, se acompaña con una menor opción de satisfacerlos en lo que atañe al sexo de pago, ya que siempre ha existido y existe, menos viabilidad de encontrar damas que puedan satisfacer los deseos de uno, ya que ellas también se retiran a su merecido descaso y a la privacidad de sus vidas personales…

Por ello, cuando el deseo llama con nocturnidad, siempre existe el problema potencial de donde, como y con quien encontrar el equilibrio compartido para vivir ese momento.

La noche con los tiempos, ha ido decayendo y cada vez son menores las opciones sexuales potenciales, máximo teniendo en cuenta que hasta los clubs, siempre ahí disponibles hasta bien entrada la madrugada, también han ido menguando en su presencia y opciones. Y es por todo ello, que a veces dejarse llevar por esos ardientes impulsos, puede ser la antesala de la decepción y el fracaso…

Y como no, eso también me ha sucedido a mí, ya que cuando la madrugada me ha clamado por calmar mis incipientes deseos, he tenido que acudir a donde se podía y a lo mejor no a donde se quería…

En ocasiones he acudido a citas con damas que no eran (por la triste concepción de que nos guiamos más que mucho por la imagen de una fotografía) aquello que me gustaba, pero que al menos por su disponibilidad, eran aquello a lo que podía acceder y donde podía encontrar alivio a un deseo que se me antojaba incontrolable. Y es cierto que en ellas he encontrado no sólo el alivio anhelado, si no un excelente servicio, una excelente atención, una implicación absoluta y sin duda un muy satisfactorio momento que me ha calmado el deseo y a la vez satisfecho en todo y por todo…, aunque la dama no fuese físicamente la que más me pudiera atraer. Pero también es cierto que en otros casos no ha sido así, si no que tras terminar el servicio, me he quedado con esa sensación de que había equivocado mi momento, de que había equivocado la persona y sobre todo de que había equivocado dejándome guiar por un impulso de nocturnidad, deseando calmarlo, fuera como fuera y fuese con quien fuese…

Por cada acierto, dos o tres decepciones...

Pero lamentablemente el impulso nocturno acude a mí y aunque sepa que al final, terminaré pagando “caro” el dejarme llevar por el, algo en mi me lleva a envolverme con ese impulso y entregarme con el menor de los criterios sin obtener al final el mayor de los beneficios…

Y es que debo reconocer que los impulsos nacidos en la nocturnidad, suelen ser malos impulsos, aunque al mismo tiempo, se y debo reconocer que…, seguiré cayendo en ellos…

Jacks

[quote=Xasel;3254171]

Ella lo propuso…, los dos o ninguno…

A veces, en el mundo del sexo de pago, el poder vivir experiencias deseadas, pero nunca realizadas, es lo que motiva que crucemos líneas que en otras condiciones a lo mejor no cruzaríamos. Y con ello no es estar refiriéndome a fantasías extremas o morbos prohibidos, sino que se puede tratar de poder estar con alguna profesional en concreto, a la cual por uno u otro motivo nunca has tenido la oportunidad de “acercarte”.

Esta es una de esas ocasiones en que algo, que uno ya había descartado como opción posible y reconozco, que a la vez muy deseada, pasó a ser una opción real, pero en unas condiciones absolutamente distintas de las que podía haber imaginado en cualquiera de mis fantasías.

Hace ya tiempo, una escort de las que solemos conocer como “de alto standing” porque sus tarifas están claramente por encima de lo que las escorts independientes cobran, había generado conmigo una relación más amistosa que otra cosa, de modo que sin haber sido nunca su cliente, entre ambos nos veíamos ya como amigos y por lo tanto no se planteaba dar el paso a conocernos de modo íntimo. Y ni que decir tiene que por deseo no sería, ya que ella era una mujer absolutamente bella, elegante como pocas y con un saber estar y un arte sensual y seductor que hacía que no fuera humanamente posible no desearla, pero ese estatus creado de amigo, cerraba esa puerta a la manifestación física de ese deseo.

Nada hacía parecer que aquello pudiera cambiar, pero la vida te lleva a sorpresas inesperadas cuando verdaderamente no cuentas con ellas…

Sucedió una noche, en que, tras una cena compartida con ella, otras profesionales del sector y un grupo de amigos/clientes, fuimos a tomar unas copas todos los presentes y en esas copas se fraguó, imagino que con la desinhibición que da el alcohol el origen de la sorprendente propuesta que iba a recibir…

Yo estaba sentado en un lado,
/QUOTE]

Es un placer y un descubrimiento leer en tu hilo de memorias Xasel.
Me ha encantado especialmente leer esta historia, tanto que a medida que la leía parecía entrar en ella...
Pero me he quedado con la gran duda, y que agradecería que me resolvieras... Ya lo habías vivido y experimentado antes el participar en un trio HMH con interacción entre las H's o fue tu primera vez?
Puede que tu respuesta me ayude a plantearme una duda existencial digamos...

Un saludo y un placer de verdad leer tus líneas

Xasel

Muy agradecido por tu paso por este espacio y por dejar tus palabras en el...

Y respondiendo a tu pregunta, te diré que para todo hay una primera vez, aunque siendo como he sido habitual del mundo liberal..., no todo era nuevo para mi

Me considero alguien con la mente abierta y en temas sexuales, no entiendo el ser y estar cerrado a vivir buenos momentos, aunque tengo claras mis preferencias sexuales...

Xasel

Ainhoa Borrell

Un pack explosivo

Xasel

Ese pack que alimenta mis deseos...

Xasel

MeikoAkane

¿Acaso hay mejor oscuridad que esta? Y yo en otra cosa no, pero en la oscuridad…juego con ventaja

Se nota que aunque haga tiempo que no te lea, esa prosa tuya permanece igual de radiante que antaño

Gracias mi caballero argento por compartir textos con esa carga emocional …a mi avidez lectora también le gustan; ya está pidiendo más

Xasel

Y es que a veces la oscuridad es tan intensa que brilla por si misma...

Un placer recibirte en este espacio cuervo nocturno de oscuridad brillante... y más placer aún que encuentras satisfacción en mis palabras...

Xasel

FELIZ NAVIDAD 2021

Desde este mi espacio más privado, os deseo a tod@s unas muy felices fiestas y que las Navidades puedan aportar esas pequeñas dosis de felicidad que necesitamos tod@s todos los días, aunque sólo en días como estos nos acordemos de desearlo (por desgracia...)

Sed felices, manteneos seguros y sobre todo... recordad que la felicidad no es sólo para Navidad si no para todos los días de nuestras vidas...

Besos y abrazos de Xasel...

Xasel

Feliz 2022!!!

De nuevo se va un año y como siempre, lo hace para dar paso a uno nuevo, a uno que no sabemos que nos deparará pero que sin duda siempre esperamos que aporte más y mejor..., aunque en ocasiones pensemos que al menos sea como el que se va..., aunque en este caso, sólo deseamos que sea mejor, porque lo vivido en el 2021 no ha sido aquello que querríamos recordar siempre..., aunque seguro que a pesar de todo han habido momentos felices que atesorar...

Son momentos estos, en el que año termina, en que miramos a lo vivido durante esos 365 días y pensamos: que pena termine o que suerte que se acabe ya.
Son momentos en que decidimos que ciertas cosas han de cambiar, esperando que así sea, aferrados a un mágico deseo de que por cambiar el año las cosas cambien, sin asumir que somos nosotros quienes hemos de cambiar o hacer que cambien, porque el cambiar un número en el año no crea milagros...
A veces, también esperamos y deseamos que nada cambie, aunque creo que este año, todos queremos que algo cambie y dejar atrás ese virus que nos acompaña y que hace que nuestras vidas no sean las que soñamos...

Cada uno tendrá su balance, su punto de vista y sus deseos de estabilidad y de que todo siga igual o los de que todo cambie, evolucione y lleve su vida hacia nuevos caminos y destinos...

Pero sea como sea, todos tenemos en mente que deseamos que el año que llama a la puerta sea el que nos de felicidad o nos la mantenga, pero siempre esperamos y deseamos esa felicidad..., porque la felicidad es un motor que hace que los malos momentos se vivan mejor...

Se va un nuevo año y en poco, uno nuevo llegará. El nuevo año se llamará 2022 y aunque tras sonar las campanadas, todo seguirá igual y nada mágico hará que las cosas cambien respecto a su antecesor 2021... todos desearemos a quien este cerca o lejos, que el nuevo año sea un año feliz... y ojala así sea y cada uno de nosotros pongamos de nuestra parte para conseguir esa felicidad que un año nuevo por si mismo no nos va a dar...

Por todo ello... FELIZ 2022!!!