Xasel

Siempre descontrolada aunque la controles.. o siempre controlada aunque la quieras controlar.

La complejidad de la mente humana...

Un placer leerte de nuevo y recibirte de nuevo en este mi espacio ...

Xasel

Mi querida dama arrebatadora... tu siempre estarás en el altar de los recuerdos de momentos vividos...

Torbellino e huracán desatados...

Me honra mucho tu regreso a este espacio, donde con ello se le da un valor añadido tremendamente apreciable...

Xasel

Dicen si, que el orden de los factores no altera el producto, pero... eso sólo aplicable al mundo matemático, porque en la vida real, esa en que se siente... cada factor altera al producto y ponerlos en distinto orden lleva muchas veces a resultados distintos...

Por eso, en el orden que sea y sea cual sea el resultado de todos los factores..., siempre adelante!!

Un beso cálido mi dama arrebatadora...

Xasel

Xasel

Vuelven los rostros...

Vuelven los tiempos de sonrisas, de comisuras de labios, de gestos de aprobación y rechazo... Y es que volvemos a mostrar nuestros rostros cuando estamos por la calle, cuando caminamos en libertad y cuando el sol nos empapa con fuerza...

Apreciaremos ese regreso a nuestra libertad, apreciaremos ese descubrir rostros escondidos, con lo bueno y malo que ello pueda tener..., pero a le ve echaremos de menos la fuerza e intensidad de las miradas..., esas que durante tiempo nos han hablado en silencio y en donde hemos encontrado sosiego o nerviosismo, pero que en uno u otro sentido, eran lo que nos hablaba de ese alguien que ocultaba sus rostro...

Vuelven los rostros descubiertos, pero ahí seguirán los ojos y miradas que tanto nos han acompañado..., es sólo cuestión de que sepamos seguir mirándolos y que sigamos leyéndolos sin que un rostro nos prive de su magia...

Por que nada debería evitar la magia de una mirada..

Simon

De todas maneras cuidado que el virus sigue ahí y lleva semanas subiendo los contagios

https://www.elperiodico.com/es/temas/coronavirus-catalunya-43582

Xasel

Vernos los rostros no exime de la prudencia...

Simon

Ni los culos...

Xasel

Eso podría ser hasta más imprudente...

Xasel

En la humedad de un jacuzzi...

Hace años..., en un piso, allá donde el deseo me llevó descubrí nuevas sensaciones llenas de sensual morbosidad...
Pagué por ello, pero lo vivido no tenía precio...
Esto es lo que viví..

No era la mujer más bella del mundo...
No era la mujer más voluptuosa del mundo...
No era la mujer más...

Pero si era la mujer más provocadora que me había encontrado...
Pero si era la mujer más sensual que me había encontrado...
Pero si era la mujer más...

Poco a poco me cautivo...
Poco a poco supero mis barreras...
Poco a poco se acercó a mi...
Poco a poco me derritió...
Poco a poco me sedujo por completo...
Poco a poco...

Y de su mano conocí placeres sensuales..
Y de su manos conocí situaciones excitantes...
Y de su mano conocí el sexo mas morboso...
Y de su mano...

En mi vida había estado en un jacuzzi..., y menos pensaba conocer uno acompañado de aquella mujer de rompe y rasga.. no por ser la mas bella pero si por ser la mas sensualmente provocadora y morbosa que jamás había conocido...

Sus besos cálidos, húmedos, largos y profundos como pocos, me habían llevado ya al extremo de la excitación...
Era un hombre entregado al deseo, entregado a su deseo, entregado a ser lo que ella desease que fuese...
El jacuzzi.., burbujeante y humeante... me llama.. y me llama a entrar en él en apasionante compañía...
Ella me ha llevado hasta allí... y sin dejar de besarme, sin dejar de acariciarme me despoja de mi ropa y me lleva hasta el borde del jacuzzi, para... con esa voz insinuante que me había ido regalando todo el tiempo decirme: “Entra... relájate y disfruta...”

Y allá estaba yo, invadido por la burbujeante sensación del agua a mi alrededor.. mirando como aquella mujer me regala “sólo para mis ojos” un maravilloso striptease en que poco a poco fue iluminando mi mirada con un sensual despojarse de ropa... mostrando su piel tersa y desnuda...
Mi excitación no ceso de subir en ningún momento.. solo contemplando a esa mujer que pronto iba a estar a mi lado.. o tal vez encima.. o tal vez debajo.. No lo sabía, pero seguro que iba a estar dentro del jacuzzi conmigo...

Y entró...
Y se acercó a mí...
Y me acarició...
Y el agua entró en una mayor ebullición...

Besos, caricias, lenguas ávidas una de la otra, manos que se tocan, manos que se buscan...
Y ella en su sensual morbosidad... coge la copa del cava que habíamos traído con nosotros y.. echando su cuerpo para atrás.., mostrándome sus firmes pechos... deja caer el preciado néctar del cava sobre sus pechos.. invitándome a beber en ellos...

Dulce sabor...
Dulce sensación...
Dulce excitación...

Y no puedo resistir más y deseo penetrar dentro de ella y explotar mi ardor en su interior...
Pero ella... ávida de llevarme al limite de mis sensaciones... busca hacerme llegar a donde no he llegado jamás...

Llena su boca de cava...
Me mira ardientemente sensual...
Sonríe...
Y se inclina haciendo que mi cintura se eleve para sacar mi erecto miembro fuera del agua...
Y su boca se funde con el... inyectando en mi el chisposo cava... arrancando gemidos de placer de mi garganta...

Se retira...
Coge un cubito de hielo...
Lo pasa por sus también erectos pezones..
Su calor natural los derrite...
Mi cuerpo se arquea de nuevo volviendo a mostrar mi excitada erección...
Sonríe de nuevo...
Coge otro cubito...
Lo mete en su boca y...
De nuevo mi miembro se pierde dentro de ella..., sintiendo el calor que desprende y el frío gélido del cubito...

Sensaciones llevadas al extremo...
Sensaciones sentidas en su totalidad...
Sensaciones que me arrastran a un mundo de placer sensual y morboso...

Y sólo fue el principio...
Aquel jacuzzi..., mi primer jacuzzi me enseñó, de manos de aquella mujer.. lo placentero que puede ser el sexo húmedo...

Un autentico placer...

Xasel

Xasel

Desde el momento al instante preciso..., pero que pocas veces se da ese instante en el momento adecuado...

Xasel

Duerme mi niña...

Xasel

Sensaciones de querer y no tener...
Se junta en mi las ganas de, con la consciencia de que no debería ser así...
Esa eterna lucha entre el dejarse ir o el frenar el impulso...
Y suele ganar siempre lo mismo...

Abalon69

El freno o el desenfreno....?

Xasel

Esa respuesta es la que contesta a la eterna pregunta...

Xasel

Orgasmos sentidos y compartidos

En el sexo de pago buscamos gozar y al menos en mi caso hacer gozar y por ello en mis encuentros anhelo sentir esos orgasmos que nos hacen vibrar y estremecer. Pero mi mayor objetivo no es necesariamente el recibir el placer, si no hacer que ella, mi compañera de juegos, reciba su dosis de placer, de gozo…

Estas palabras son parte de uno de esos momentos de entrega con una profesional, donde vivo lo que siento y deseo sin seguir pautas si no gozando y tratando de hacer gozar.., sobre todo cuando encuentras profesionales con las que sabes crear el clima del deseo que buscas, el clima del morbo que necesitas, el clima del momento que ansias…

“Llegué a su domicilio…, llamé a la puerta de la calle…, abrió en silencio…, subí…, encontré la puerta de su casa entreabierta…, entré…, al final del pasillo entreví la luz tenue de su habitación…, me acerqué… y allí estaba ella, vestida en un suave camisón blanco, tendida en su cama…, esperándome…

Me senté a su lado y en ese mismo silencio cómplice nos hizo desear entregarnos a sentir y mis labios buscaron los suyos. Los besos suaves y dulces iniciaron el camino para ir creciendo en intensidad, para ir siendo esa mezcla de dulzura, pasión y deseo que incitase a más y más. Besos unidos a caricias, besos unidos a dos cuerpos que se acercaban más y más. Pasión encendida, susurros de deseo y manos que empiezan a recorrer el cuerpo de la otra parte, descubriendo lo que se desea sentir, compartir, gozar…

Su camisón cayó y me mostro su bella desnudez, que observé sin pudor, que admiré con deseo, comprobando con mi vista todo eso que iba a acariciar, a besar… Y poco a poco mi ropa fue cayendo también hasta que ambos estuvimos desnudos, dejando que nuestras pieles se rozasen, dejando que nuestro calor corporal se uniese al deseo mental. Manos, labios, cuerpos, todos unidos en un vaivén de placer que buscaba sentir, dar, recibir, entregar, gozar, satisfacer, compartir y llegar a ese clímax del orgasmo explotado que quería regalarme…

Mis manos ávidas acariciaron cada rincón de su cuerpo, cada centímetro de su piel entreteniéndome más y más en sus zonas erógenas, provocando esos suspiros, esos medios gemidos que encienden, que hacen que sepas que estas siguiendo el camino adecuado y que debes seguir y seguir para dar a esa persona el placer que desea sentir. Y por ello, en ese camino de placer mis manos cedieron su recorrido a mis labios que iniciaron esa ruta desde los suyos.., descendiendo por su cuello, por su pechos, donde disfrutaron de su tersura, de su calidez, de su sensualidad manifestada en sus pezones excitados, para tras deleitarme con ellos seguir bajando por su vientre, acercándome a ese centro de deseo que es la sexualidad femenina, donde mi cabeza se perdió entregada a dejar que mis labios y mi lengua recorrieran esa deliciosa zona humedecida y que en mi boca se humedecía más y más, entre mi creciente deseo y sus crecientes gemidos placenteros…

Y en ese éxtasis de placer ella gritó su orgasmo, dejando que sus espasmos acompañasen mis últimos y deseados besos en su femenino lugar…

Besos reconfortantes, caricias suaves y tiernas para suavizar el instante intenso y tras ello, ella buscó devolverme el momento, satisfacer mi deseo del mismo modo y tras acariciar mi sexualidad latente inició ella el recorrido hacia mi excitado deseo para regalarme su boca en él, para recorrer con sus labios y su lengua ese crecido deseo que palpitaba entre suspiros por sentir, por gozar… provocando con ello mi más creciente excitación, mi más creciente deseo, mi más creciente placer hasta que entre gemidos sin contención dejé que un orgasmo intenso me invadiera gozando de él con verdadero placer que disfrutaba de lo que ella me daba…”

El sexo de pago puede ser el más maravilloso y morboso, el más excitante y entregado, el más placentero y gozado…, pero para ello hay que saber entregarse en busca de ese orgasmo maravilloso, donde si se consigue que sea un orgasmo sentido y compartido nos dará ese plus que se precisa para que ese encuentro quede grabado en nuestras retinas y en nuestros recuerdos…

Pagamos por sexo si…, pero haciéndolo debemos saber que estamos compartiendo la intimidad del placer con la profesional y por ello lo mejor que se puede vivir es disfrutarlo y hacer que disfrute… y así conseguir que esos orgasmos sean de ambos y los podamos sentir y compartir con absoluto deleite…

jabato

Completamente de acuerdo contigo en lo que expresas en tu ultimo post.
En general la gente piensa que el cliente que paga por sexo busca unicamente su disfrute. Me entristece leer a veces experiencias donde se intuye que el cliente lo unico que busca es su goce personal. Tambien me parece triste leer que hay profesionales que no dejan o que prefieren no ser estimuladas adecuadamente para no llegar al orgasmo, pues segun dicen se cansan o se les quita las ganas de atender mas clientes. El caso es que en ambos casos no hay implicacion y una relacion sexual de pago o no pago sin la busqueda del placer mutuo no es lo mismo.

Xasel

Y es que el placer mutuo es de aquellas sensaciones que no tienen precio...

Un placer leerte por aquí...

Xasel

Memorias (1)

La primera vez…

Los inicios no siempre son lo que uno se espera, siempre y cuando uno se espere algo en concreto…
Pero lo cierto es que, en ocasiones, los inicios son mucho más de lo que uno esperaba o son al menos muy distintos de lo que uno esperaba…

Y ese fue el caso de mis inicios en el mundo del sexo de pago…

¿Cómo empezó todo…?

Ya hace casi una vida, andaba yo por la calle, tranquilo, paseando. No tengo idea de adonde iba o de dónde venía, pero de repente, vi que en mi paseo iba a cruzar justo por delante de un club de alterne, de aquellos que luego descubrí eran altamente famosos en la ciudad, y en la puerta de este, dos señoritas estaban allí, no sé si fumando o simplemente charlando, pero si sabía que debía pasar muy cerquita de ellas (la acera muy pequeña, no permitía evasivas de escapada).

Las recuerdo curiosamente como dos Zipi y Zape en sus imagen opuesta y complementaria. Una de ellas, alta y espigada, rubia de facciones suaves, enfundada en un ajustado vestido negro que marcaba toda su poderosa naturaleza. La otra morena, con vestido en color opuesto de un blanco radiante, tirantes finos y espalda descubierta, guapa con ganas y con esas facciones intensas que atrapan seduciendo…

Yo traté de pasar a su lado con indiferencia, sin mirarlas, aunque mirándolas, con el ánimo de no ser indiscreto, pero a la vez con las ganas de verlas y admirarlas… y no conseguí nada de eso…

Nada más llegar a su altura, la chica rubia y espigada se plantó ante mí, cerrándome el paso con una brillante sonrisa en su rostro y con un directo y contundente desparpajo me dijo:

-¿Dónde vas guapo? (lo de la guapura era sin duda un adjetivo aplicable a cualquier qué hubiese pasado por ahí, pero siempre gusta que a uno le mientan de ese modo)

Y esa es toda la conversación que recuerdo, ya que, como un ballet coordinado, la atractiva e insinuante chica morena se colocó también a mi lado, haciendo que no pudiese ni avanzar ni retroceder, mientras ambas coqueteaban, con ese arte de la que sabe alternar, con mi asustada figura, que no sabía que hacer ni decir y que de modo inconsciente (o tal vez consciente), sabía que aquello ere un momento de incitante peligro que podía ser un pecado tentador…

Y entre frase y frase, entre risa y risa, entre coqueteo y coqueteo… , las dos me tomaron de la mano y ante mi tímida resistencia (que más bien era un llevarme con vosotras), me condujeron al interior del local, con vaya usted a saber que “perversas” intenciones…

Yo, anteriormente ya había estado en algún club, aunque siempre había sido en solitario, agazapado en un rincón y evitando cruzar miradas con las damas allí trabajando, pues sabía que no sabría llevar su acercamiento y que habría sido un tonto balbuceante que no sabría actuar con ellas ni por ellas. Por ello siempre que había ido, me tomaba mi copa escudriñando que se cocía en aquellos lugares de luces de neón, donde uno sabía que el pecado carnal latía sin freno…, pero lo hacía sabiendo que mi cerrada actitud me iba a proteger de las tentaciones carnales… (es lo que tenía la inexperiencia en esos ámbitos). Pero en esta ocasión ya no estaba sólo, si no que mi entrada, mi puesta en escena en el local, fue de la mano de mis dos guardianas de aspectos opuestos como ángel y diablo, aunque en el fondo y en la superficie, ambas eran diablesas del ambiente y seductoras de víctimas inocentes como yo…

Local desconocido, entre luces bajas a las que habituarse, con mujeres dispersas, todas atentas a ese nuevo personaje que cruzaba la puerta y que lo hacía escoltado por dos de las que sin duda se intuía eran de las que controlaban la escena y lo que ella sucedía…

Y así empezó todo…

Risas, tonterías, yo sin saber que tocaba hacer y que no se podía o debía hacer y ellas sabiendo que era la presa ideal para dos ávidas cazadoras de incautos noveles como era yo…

Y caí presa de su saber hacer y su aún mejor saber seducir…

Copas compartidas, confianza entre los tres que iba in crescendo y la sensación de que aquello fluía y fluía de un modo calidamente seductor…

Y en ese fluir, las dos damas, perfectamente acompasadas, fueron alentando tentadores juegos que entre más y más risas y mi torpeza en saber cuán reales eran sus insinuaciones, sólo pudieron concluir cuando de nuevo la espigada rubia tomo la palabra para ser directa y concisa:

-¿Nos vamos a la habitación los tres?

Poca escapatoria ante eso, como no fuese negarse y con ello finalizar la coreografía del cortejo o aceptar y saber que te estaban llevando donde ellas querían cuando ellas querían y sacando de uno el dinero que ellas querían…

De modo que sin haberlo pretendido, sin haberlo siquiera pensado, tan sólo por pasar por la puerta de ese club, en aquel momento preciso, me vi dentro de una habitación con una cama de no muy grandes dimensiones y con dos mujeres que parecían dispuestas a algo más que hablar, mientras yo, entre estupefacto por haber aceptado y excitado por lo morboso del momento, iba asimilando que mi estreno en el mundo del sexo de pago, se estaba gestando como un lo que se llamaría: “por todo lo alto”…

Un trío para coronar mi primera experiencia…

No fue la experiencia sexual de mi vida, ni siquiera nada destacable en ese aspecto, ya que fue más un encuentro entre risas, con ellas dos vacilándome por mi incapacidad de controlar aquello y no saber que hacer y ni siquiera donde mirar al tenerlas a ambas denudas ante mi…, con sus tan diferenciados cuerpos, de características tan distintas, pero ambos igual de atrayentes, excitantes, deseables…

Un estreno peculiar sin duda, pero es que ese fue mi estreno…

Volví a ese club, aprendí en él y dentro de él, como moverme en ese ambiente y tras esa experiencia vinieron otras muchas allí y en otros lugares, aunque nunca repetí con aquellas dos primeras damas a la vez, aunque si por separado con cada una de ellas o con otras digamos… “mezclas” donde ellas fueron parte integrante, pero…, como se dice en estos casos…

Eso es otra historia…