sito_calavera

Olé, si señor!!!

Dexter64

Dios, qué calor… Como odiaba el verano…

El té chai con hielo (delicioso, todo hay que decir…) no conseguía refrescarle mas allá de la garganta, y allí seguía esperando, sentado en el bar justo enfrente del edificio donde ella tenía el piso… “Tengo para quince minutos…” le había enviado hacia veinticinco… pero era normal, no iba a echar a los clientes a la calle… Entraba en el plan, conocía las reglas desde un principio y las había aceptado…

Pero odiaba el verano… con su calor, con sus cambios de planes, con sus improvisaciones… Tenían su mesa reservada para las dos, cuando había llamado “el abogado” por sorpresa… “Oye, que tengo media hora libre… me podrás atender?” y claro, no le iba a decir que no… Era uno de los mejores, de los más fieles, fáciles y sin complicaciones…

Lo comprendía perfectamente, pero odiaba el verano… O quizás no era culpa del verano… quizás era la situación lo que se le hacía insoportable, pegajosa como el calor húmedo de la ciudad… Siete años, tres de relación… Maravillosos, mágicos, tan mágicos y maravillosos como era ella, pero hoy hacia un calor insoportable y lo veía todo negro… llevaba demasiados días pensando y cuando pensaba demasiado acostumbraba a fastidiarla…

Él no era de pensar… siempre le había salido mejor actuar por impulso, dejarse llevar por el momento… Como cuando le propuso ir más allá del masaje, o el día que la esperó después del trabajo para ir a cenar al único restaurante que conocía que aceptaban perros… O cuando le propuso compartir su vida…

Hoy era diferente… la propuesta la había hecho ella y todo sonaba como más trascendente, y además hacia un calor insoportable… Tenían que hablar y cuanto antes lo hicieran mejor para los dos…

Odiaba profundamente el verano, y más lo hubiera odiado de saber que en unos meses no estaría el piso, ni el bar donde quedaban y le servían el mejor chai que había probado nunca… ni tendría que estar pendiente de sus mensajes al mobil, simplemente por que ella tampoco estaría…

Y es que cuando pensaba demasiado acostumbraba a fastidiarla…

Simon

SIMETRÍA

Las siete. ¡ Que sueño por Dios !

La rutina de cada mañana que se despierta en casa; levantarse, hacer la cama, lavarse los dientes, afeitase, otras cosas, ducha… - Ay que bien la ducha – mojado, jabón por todas partes, se regala un poquito… ¡ joder ! Le falta un huevo. A ver, calma, no puede ser, se explora bien explorado y en efecto solo hay uno.

Sale de la ducha sin aclararse mucho y lo busca, por el suelo, en la pica, en el desagüe de la bañera. Joder, ¡ la taza de water ! ¿ Flotarán los huevos ? se pregunta. Y a la vez se da cuenta que no es de gallina y aún que estuviera malo no flotaría. O si, nunca se ha fijado si flotan.

Se va al dormitorio, deshace la cama, mira por arriba y por debajo, en el cesto de la ropa sucia no sea que lo haya tirado a lavar con los bóxer. Que no se haya quedado enganchado en la goma. Suda, se daría otra ducha pero tiene miedo no sea que pierda el otro.

Coge un taxi y se va disparado a urgencias al Hospital Clinic que le inspira confianza, si fuera para una pierna rota o cosas así si iría a la Tecnon pero para cosas serias como perder un huevo hay que ir al sitio mas competente. Además sabe que tendrá que explicarlo y le da menos corte en el Clinic.

- Buenos días, he perdido un huevo.

- ¿ Perdón ?

- Que he perdido un huevo.

- Que no le oigo.

- Me estoy poniendo nervioso y no quiero que me oigan toda la gente de atrás, ¡ digo que he per-di-do un
hue-vo !

- A ver, tenga el número, piso tercero, puerta de la cinco a la veinticinco.

- Como me haga la rima le parto el alma.

Sube con el ascensor y tiene la misma conversación mas o menos con la enfermera de escote reventón del huevólogo. Hace la cola correspondiente y cuando le toca y entra el médico ya tiene su expediente.

- ¿ Dice usted que perdió un huevo ?

Pregunta el medico con acento argentino.

- Si. Cabeza baja.

- ¿ Y como le sucedió ?

- No tengo ni idea, esta mañana no estaba.

Se suceden veinte minutos en los que el médico le palpa el huevo que le queda, lo huele, lo amasa, le da la vuelta para verlo por abajo y le hace daño…mientras él se acuerda de un chico de su clase de la universidad que tenía tres huevos y habían ido a cenar gratis muchas veces haciendo apuestas con los que no lo sabían, ¿ a que entre los dos tenemos cinco huevos ? era el anzuelo para los incautos. Si tuviera su teléfono igual le daba uno. Era una memez y lo sabía, además no tenía su teléfono.

El médico ha terminado la exploración y concluye;

- Le falta un huevo.

- Doctor, eso ya lo sabía antes de venir. Gracias.

- En todo caso le puedo protocolizar una pequeña intervención que hoy día se hace mucho. Consiste en
poner un huevo de silicona en lugar del original y nadie nota nada. Es igualmente funcional al tacto y a la
vista.

- Mire, yo quiero mi huevo. No uno de plástico.

- Pero ché, yo no lo tengo. A ver, piense que hizo ayer, donde fue, a que baños entró, donde se le pudo
extraviar.

- Doctor, que no es una dentadura postiza… ( cabreo ).

El médico le receta una tila cada diez minutos y lo manda a casa.

Se pasa por el supermercado en busca de un par de kilos de tila. Las infusiones están entrando a la derecha justo después de las mermeladas, los chocolates… ¡ Los chocolates !
Sale corriendo por la salida de los que no han comprado nada por indicación severa del segurata que lo mira mal y sale corriendo para casa. Tiene el móvil pero no el número.

Busca la web de SMB encuentra el teléfono en la expe y llama con dedos temblorosos. Tiene que marcar tres veces porque se equivoca de nervios.

- ¿ Tania ? Si, soy Simón, no, no quiero venir otra vez hoy. ¡ Déjame hablar please ! ¿ ayer cuando me fui me dejé algo ?

- Pues si, todos sois iguales, eres el tercero esta semana, esta mañana cuando me he levantado he pisado un huevo que solo puede ser tuyo porque fuiste el último cliente. ¿ Te lo guardo ?

- ¡ Ahora mismo vengo ¡

Dexter64

One day I'll fly away

• I’ll make it alone
• when love is gone
• still you made your mark
• here in my heart

Como el “Tempus fugit memento mori” de los clásicos, aquella canción le recordaba que nada dura para siempre y que un dia ella se iria, como tantas otras lo habían hecho antes. Verdaderamente la vida le había endurecido, pero en los mejores momentos siempre aparecía para dejarle otra vez el corazón a trizas, como contaba el trobador a quien le quisiera escuchar…

• One day I'll fly away
• leave your love to yesterday
• What more can your love do for me?
• When will love be through with me?

De tantas veces repetida se sabía la escena de memoria. En el teatro de la vida se había especializado en aquella obra, porque no era capaz de representar ninguna más... y de tanto repetir los textos, no necesitaba repasar el guión para saber como acababa. Aquel dolor profundo que a pesar de lo que se diga, no lo apaga otra aventura si no que queda amontonado con los anteriores…

• I follow the night
• can't stand the lights
• When will I begin
• my life again?

Y así de flor en flor, todo continuaba a base de parches y cicatrices que le iban endureciendo el callo. Incapaz de vivir, siempre adicto a los sueños… el último siempre era el mejor, del que no quería despertar a ningún precio. Y ahora, sólo bajo aquella luna encapotada, pensaba una respuesta aún temiendo que era demasiado tarde para la pregunta…

• Why live life from dream to dream
• and dread the day that dreaming ends?

Norbac1

RUNNING

Me despierto de repente, mi cuerpo está caliente, muy caliente, hablando de temperatura, nada sexual. La funda nórdica me sobra, me levanto no aguanto más en la cama, miro el movil, són las 8:30, me acerco a la ventana de la cocina para contemplar el exterior, todo sigue igual. Un manto blanco inmaculado de nieve lo cubre todo, en contraste con el cielo oscuro. La luz artificial sigue encendida creando divertidas sombras entre los arboles.
Me dirijo hacia el lavabo, un puñado de agua fresca sobre mi cara me devuelve la vida. Me enfundo en mis mallas, camiseta térmica, los calcetines técnicos, mis Nike Air y una chaqueta de Goretex. Me tomo un batido energético acompañada de una barrita de muesli. Me aplico LetiBalm en los labios, me coloco un divertido gorro y finalmente los guantes.
Salgo al porche del jardín, la sensación es brutal es como entrar en aquellas cámaras frigoríficas de las carnicerías. cuatro ejercicios de estiramientos y me dirijo calle abajo, ups!!! me detengo de repente, he olvidado colgar el reflectate en mi brazo derecho.

Una vez tomadas todas las medidas de prevención, conecto mi Mp3 Empiezan a sonar los primeros acordes de Smooth Operator (Sade) Me siento bien, el silencio es dueño de toda la calle, apenas hay tráfico, intento respirar profundamente para robarle a la naturaleza ese silencio y esa paz, pero rápidamente recuerdo que en estas latitudes esto no se puede hacer, los -22 que marca el termómetro no lo permiten salvo que quieras llevarte un buen pellizco de dolor en las fosas nasales. Supongo que la naturaleza es sabia y esta es su forma de protegerse.

El paisaje es indescriptiblemente bello. Mi cuerpo va entrando en calor, tras unos 45 minutos trotando, ralentizo mi paso, mi mirada se pierde en el horizonte para contemplar el milagro de la naturaleza. La negra noche deja paso a una suave luz que tiñe el cielo de un azul pálido, mezclado con tonos anaranjados, que junto con las nubes forman una amalgama de colores . Ha amanecido, si ha amanecido. En esta época del año el sol ya no calienta, sus rayos no iluminan. Lo que en la península Ibérica sería un bonito atardecer de otoño aquí es un bonito amanecer. Esta serà la máxima contribución del astro rey para el día de hoy.
Me acerco de nuevo al apartamento, junto a este hay un parque infantil completamente impracticable por la nieve, pero sus bancos me sirven para hacer correctamente los estiramientos oportunos.
Precisamente en esa tarea me encuentro, sin perder de vista el magnífico espectáculo que me ofrece la naturaleza y agradecido de poder disfrutarlo un día más, una hermosa joven se acerca a mi banco para estirar también. Tiene los ojos de un azul que asusta, la nariz pecosa y unas piernas infinitas .

Ella me murmura algo en Sueco que no alcanzo a entender mientras sonrie

-Hi, nice sunrise .

Contesto en un deplorable inglés, mientras mis ojos están haciendo un stop permanente en los glúteos de la rubia.

- Bye, me despido, mientras en mi MP3 suena Cherish the Day y mis mallas andan más tensionadas de lo habitual.

Una vez en el apartamento me despojo de la ropa en el baño de invitados y procedo a darme una cálida ducha con la que estimular mis músculos, de hecho mi musculo principal está bastante tensionado.

Agua caliente, gel, excitación…. Mala combinación. La mano ya había emprendido el camino del onanismo con un ritmo pausado, el agua seguía cayendo por mi espalda , la sangre iba acumulándose en mi pene, mi mente vagaba entre las piernas de la rubia del parque. Tras unos minutos en los que el ritmo se tornaba unas veces lento, otras rápido, pude imaginar mi lengua recorriendo el sexo de la rubia hasta dar con un piercing en el clítoris, en el cual me detuve para jugar con el. Justo en el mismo instante me sobrevino una tremenda descarga de pies a cabeza y mi mano se inundo de herederos a la corona.

Así de relajado termine mi ducha, con el propósito de salir a correr más a menudo si el tiempo lo permitia.

Simon

AL LADRÓN

- ¡ Oye wein ! Si nos matas un marrano de los que tenemos en la placa mañana cogemos tu carro y nos vamos a la cooperativa agrícola, nos llevamos a mi hermano que conoce al capataz y podemos llevarnos toda la verdura y los bananos que queramos, que tu carro tiene una caja grande.

- Mira Marino, yo te mato el cerdo que tienes escondido en el tejado pero lo de ir a robar a la cooperativa agrícola nacional si quieres que te metan a ti en la cárcel que yo soy un gringo y ahí no duro ni cinco minutos.

- Que tanque ni que tonterías, el capataz es buen hombre y mientras no nos acerquemos a las matas de tabaco no dice nada.

- Marino que nos la jugamos, son treinta km de carretera mas diez o quince de camino, sin nos pillan de vuelta cargados se acabo.

- ¡ Tú no te preocupes !

En fin, que subo los dos pisos por la escalerita inestable de la fachada, doy cuenta del cerdo, no era grande, peso ochenta y ocho kg el bajarlo. Hay cosas que se aprenden de jovencito y nunca sabes cuando lo necesitarás.

Al día siguiente después de comer recojo a Marino y a su hermano que está por civilizar en el reparto de La Lisa. Meten los machetes en el maletero y enfilo para la cooperativa agrícola nacional. El viaje sin mas, a paso de tortuga porque siempre hay mucha policía y aun que no está prohibido siempre es difícil de explicar que hace un técnico extranjero con dos guajiros en medio de la carretera yendo hacia ningún parte explicable.

Después de pegar saltos durante km por caminos de tierra infames encontramos las casitas núcleo de las instalaciones y conversación de Marino y su hermano con el capataz en unos soportales de madera estilo película del Oeste.

Al lio, empiezan a arrancar Yucas, cortar racimos de plátanos de doscientos en doscientos, cebolletas, ajos tiernos…todo lo que pillan y cabe en mi sufrido Mitsubishi. La placa de mi coche de un color distinto canta como una almeja en un sitio así, en medio del campo, en un sitio que no pueden entrar los cubanos que no trabajan ahí y aún menos los extranjeros.

- ¿ Tienen todo lo que necesitan ? Pregunta el capataz fumándose un tabaco que tiene prohibido fumarse.

- Si compañero, ya no cabe mas en el carrito del gringo – y se ríen todos menos el gringo

- Si quieres en sábado hacemos una fiesta en casa y habrá chanchito que mató el gringo y todo lo que nos diste – invita Marino al capataz.

A todo eso estamos a treinta metros de los secaderos de las hojas de tabaco y unas negras jovencitas vestidas como de la Casa de la Pradera me gritan descojonándose;

- ¡ Oiga señor ! ¿ Quiere una limpieza de sable ?

- El capataz, Marino y su hermano asilvestrado se ríen y el capataz murmulla – serán descarás…

A mi no me tiemblan las piernas y voy para las guajiras que gritan pero se meten tres en un secadero de tabaco dejando la puerta abierta. Entro y se me tiran encima, los cuatro rodamos por encima de los hojas de tabaco, tiñen de amarillo que no te lo quitas es semanas, y mientras una me come la boca a saco, lo que me da la oportunidad de apreciar que son realmente muy jovencitas, lo justo para que no me levante y me vaya, las otras dos me arrancan literalmente los pantalones con habilidad de no ser la primera vez.
Yo echo mano donde puedo, aparecen varias tetas y me comen la polla a tres bocas y de vez en cuando sube una a refregarme los morros con los suyos. Evidentemente no duro mucho y soy recibido en el exterior con aplausos sarcásticos.

- Marino conduce tu que estoy en candela.

- No puedo compañero, que tu placa solo la puedes conducir tu.

- Joder…

Medio Siglo

CONFESIONES

En una reunión de amig@s nos pusimos a jugar a las confesiones......una amiga, la llamare Flor, confeso que nunca había hecho un lésbico y le gustaría .

Y para que están los amigos, pensé...... mi imaginación se puso a trabajar y las consecuencias las relato a continuación:

Quede con ella en un hotel, no se sorprendió ya que no era la primera vez que teníamos sexo.....le adelante que tenia una sorpresa .

Llegó a la habitación y después de un efusivo hola , le dije que se estirara en la cama boca abajo y que no mirara, se dejara llevar y disfrutara de todas las sensaciones......avise a otra amiga, escondida en el baño, que se acerco sigilosamente a Flor y la acaricio suavemente en la espalda.....se dio cuenta de que no era yo (normal, mis manos no son tan buenas dando masajes, mas bien tirando a malas), abrió los ojos y vio que yo estaba a su lado mirando....los volvió a cerrar.

Menuda visión la mía , Flor estaba recibiendo un masaje de lo mas sensual, sus movimientos de placer eran evidentes.....hasta llegar al punto de que ambas desataron su pasión y disfrutaron, disfrutaron, disfrutaron.....a juzgar por los movimientos de sus cuerpos y los gemidos que salían de sus bocas....y yo allí petrificado (o no) con la visión mas excitante que he tenido.

Mi intención era quedarme a solas con Flor y continuar el encuentro con pasión y lujuria....pero solo era mi intención, ellas tenían otros pensamientos y.......o quizás no......ya lo contaré.

Dr. Merengue

Encendí la luz de mi baño y un punzante dolor atravesó mi cabeza. La resaca pagaba implacablemente tributo a las muchas cervezas y gintonics bebidas la noche anterior con mis amigos forobirreros.
Acerqué mi rostro al espejo para comprobar mi estado lamentable: la piel flácida y grisácea, ojeras oscuras y la mirada turbia. Pasé una mano por mis pocos cabellos restantes, me retiré un metro para observar el perfil de mi barriga, la que me había obligado a comprar varios pantalones y cinturones nuevos en los últimos tiempos.
Sentí un incipiente ataque de pánico y con un suspiro me senté en el water.

Que ha sido del flagelo de las escandinavas en mi tiempo en la universidad ? Dónde se ha quedado el galán irresistible ? El del cuerpo de atleta. El amante infalible.

Un impulso sacudió mi cuerpo. Me alcé, me coloqué delante del espejo otra vez y proclamé a viva voz : "Esto no ha sido todo, macho ! Aún tienes mucha pólvora para gastar ! Hala ya ... ponte el chandal rojo de Hermes, coge tu nuevo Porsche descapotable y vete al parque a correr. Luego pasas por lo de Safadinha y le metes un buen polvo, de esos que a ella le provocan orgasmos múltiples. Te sentirás como nuevo !"

Apenas adentrado al parque vi una aparición. Una chica sencillamente perfecta caminaba coqueta, balanceando sus caderas delante mío. Una señal desde muy arriba. Una prueba que el poder divino no había abandonado a este guerrero madurito !
Sentí como toda la energía que había creido perdida se apoderó de mi en un instante. Mis músculos se tensionaron, mis pasos se volvieron elásticos, ya casi ni sentía el piso debajo de mis sneakers plateados. La cabeza erguida, la barriga contraída, "al ataque, Tigre !!"

Poco antes de alcanzar al ángel me escuché decir una de mis demoledoras galanterías de antaño : "Con esas nalgas al aire te me vas a resfríar, preciosura !"
El rostro precioso se volvió hacia mí y noté cómo sus ojos me miraban con sorpresa.
"Dr. Merengue ?"
"Ejeeem .... si "
"No me reconoce ? Soy Gabriela, la compañera de escuela de su hija Elena."
"Pueeees ..... no creo ... "
"Usted en su casa me enseñó a tocar el piano. Yo sentada en sus rodillas !"
"Aaaahhh siiii, Gracielita .... cómo has crecido !"
"Lo reconocí enseguida por su voz. Es que Usted ha aumentado bastante de peso y ha perdido muchos cabellos, no?"
"Pueeees .... me debo marchar Gracielita. Mi Personal Trainer me espera. Adiós "
"Me alegro haberlo visto, Doctor. ..... y que le haya gustado mi culito !!!"

Con el resto de mi dignidad me senté en el coche y partí rápido, escapando de lo vivido ( y sentido) hace unos momentos.
En el próximo semáforo rojo abrí el techo del Porsche e hice rugir el motor, intentado ensordecer mis voces interiores.
Noté que un niño de unos 10 años, parado al lado del semáforo me estaba observando atentamente.
Alcé mis cejas respondiendo su curioso mirada y escuché de su boca :
"Bonito coche, abuelito !"

Hay sábados en los cuales yo debería quedarme en casa.

Simon

FISH AND CHIPS

- Do you wanna dance ?

Se quedó con los ojos vidriosos como un conejo delante de los faros de un coche. Delante tenía un tipo tamaño familiar que sin error posible pretendía sacarlo a bailar lentos.

Él, venía de un país donde la ley de peligrosidad social mandaba en automático a los homosexuales a la cárcel por enfermos, desviados e irrecuperables por orden del Caudillo, que agonizaba, y por la Gracia de Dios, y delante tenía aquel british subject esperando una respuesta.

Estaba en lo que se consideraba el mundo civilizado, Cambridge, en una discoteca que a pesar del nombre con connotaciones étnicas, Vudú, era bastante convencional. En la planta baja había una discoteca normalita y en el piso superior servían pollo con cosas y mas cerveza.

Solo acertó a decir - no thanks – y el british subject musitó una disculpa y se fue a pillar a otro sofá.
Aterrorizado de arrimó a la primera fémina que vio cerca, de hecho en el mismo sofá, Se llamaba Isabela y le contó que era de la Serenísima República de Venecia, de cara graciosa y morena, moreno italiano.

Se acordó de Mussolini en voz alta y contra ataco con que ella era del partido comunista. Para él era como ver un marciano. Los únicos comunistas que conocía estaban en la cárcel.

Una vez establecidas las tablas políticas y la curiosidad mutua acordaron ir a otro local donde Rod Stewart no preguntara obsesivamente do you think I’m sexy.

Salieron al frío húmedo del invierno inglés, pasaron por delante de unos buscavidas que le gritaron - dirty chicken – por llevar el pelo largo y ser extranjero. Él hizo ver que no entendía de manera cobarde pero superviviente pues ya había visto como se las gastaban con cuchillas de afeitar en las puntas de sus botas paramilitares.

Se salieron de la mini zona de ocio y buscaron un bar tranquilo donde tomar una cervezas y hablar un rato, ya se habían pasado del inglés al italiano. El bar era agradable, hablar hablaron poco y las cervezas ni tocarlas. Para todo eso hace falta la boca y solo sentarse, sin preámbulos, se fundieron en un beso largo, larguísimo, absurdamente largo, húmedo, mojado, le dolían los labios y descubrió que tenía músculos en la cara en sitios que nunca lo había sospechado.

Era evidente que aquello no podía terminar así sin mas pero ninguno de los dos vivía solo y en los hoteles por cutres que fueran no aceptaban a parejas no casadas. Al otro lado de la calle había un parque que en realidad era un campo mas o menos arreglado y al fondo el River Cam que daba nombre a la ciudad. Se adentraron en el parque y de manera mas o menos natural pasaron a la horizontal donde pasaron de los besos apasionados y juveniles a echar mano donde se podía y se podía por todas partes.

El polvo no fue el mejor de la historia, ni siquiera se hablará de él a las futuras generaciones, fue duro, rápido, sentido y con cierta violencia. Cuando quedaron exhaustos sobre el green mirando el cielo empezaron a oír ruidos, quejidos y murmullos, forzaron la vista a su alrededor y descubrieron por lo menos a unas veinte personas que estaban haciendo lo mismo que ellos y, que a contraluz a ras de suelo parecía un campo lleno de tortugas saltarinas. Había una tortuga mas erguida que las demás que llamo la atención de Isabela que a su vez agarrándolo por la polla le obligó a mirar en aquella dirección. Era el british subject que estaba sodomizando a un tipo delgadito rubio y con el pelo largo. Parecía disfrutar.

Sudor frío y necesidad de una ración de fish and chips.

Dexter64

Kabuki-Cho



Doce tíos dando vueltas por el centro de Tokio con cara mitad pardillo, mitad turista… Solo les faltaba la guía con el paraguas rojo para ser más de libro.

La mezcla era brillante… desde el mesetero cuarentón que alucinaba incluso con el color del agua, hasta el surfero de Palma, musculoso, bronceado, sonrisa profidén, que entraba a las chicas en cada tienda que chafardeaban. Estaba el buenazo del asturiano que se había discutido con la mujer por haber aceptado aquel viaje… “Pero cariño, como non voy a aceptar! Si sólo de mencionarlo el Sr. García enfadose ya conmigo! Es un honor que me hace la empresa y yo non puedo negarme, no tengo la culpa de que sea solo para los comerciales… No hay presupuesto para invitar a las parejas, dijómelo el Sr. García…” “Pues tu mismo… yo non penso hacerte la maleta, y a lo mejor cuando volveres ya la cerradura está cambiada…” El pobre hombre se pasó todo el viaje cabizbajo, aturdido, temiendo el chaparrón que le caería en cuando volviéramos… Qué largas se le estaban haciendo aquellas dos semanas…

Nada que ver con los tres andaluces… De cada situación un chiste, que era automáticamente celebrado por toda la parroquia… “Pero como voy a zentarme en el suelo, quiyo? Ande has dejao lah sillah, xavah? Conyio, esta hente por no gastá ni cueze el pescao, que paresen catalaneh, eh?" Y luego el codazo cariñoso… “No te enfadeh, hombre, que hay que tené sentio del humó…” Claro, sentido del humor para tres chistes, o cinco… pero al que hacia veintinueve el sentido del humor lo tenía ya a la altura de los huevos…

Él no era el tipo más cosmopolita del mundo, pero al lado de aquella tropa parecía Marco Polo… A sus 24 años había pisado más ciudades de los que aquel montón de paletos recordaría en toda su vida, y estaba bastante harto de toda aquella verbena. En estos momentos recordaba la frase de su padre cuando le decía que para ir por el mundo, a veces hasta dos son multitud. Con Matsumura (Matsu, para los amigos…) se había pateado las carreteras de media España (con todo lo que ello implica…) y habían hecho buenas migas. Admiraba la cultura japonesa, su educación, el hacer de cada gesto una ceremonia, su filosofía de vida, y le molestaba profundamente el comportamiento de sus colegas, más digno de brutos colonizadores que de invitados agradecidos. Caminaban los dos detrás del rebaño, a la justa distancia para no ser confundidos… “Oye, y si nos perdemos?” Matsu, posiblemente más cabreado que él, soltó la propuesta que estaba esperando hacía rato, y le faltó tiempo para aceptar… “Conozco un par de locales no muy lejos que igual te gustan…” le dijo al tiempo que torcían la calle, justo para volverse invisibles tras los toldos bajos de los restaurante y meterse en la primera boca de metro…

Aquello tenía que ser el paraíso… La primera noche en Ginza le había impresionado, pero lo que vió al salir de nuevo a la calle le dejó sin palabras… miles de luces de neón, luminosos de todos los tipos y colores, con cientos de enigmáticos mensajes imposibles de leer… Los locales de pachinko, con sus melodías de tiovivo y los destellos hipnóticos de sus maquinitas se alternaban con las barras americanas y los restaurantes, y él, con la boca abierta y mirando al cielo de Kabuki-Cho, se dejaba conducir dócilmente por Matsu, que cual moderno Moisés, se abría paso entre mareas de ejecutivos de traje y maletín que daban por terminada la jornada laboral y se disponían a pillar la obligada cogorza antes de volver a casa.

“Aquí es”, le dijo con su sonrisa picarona. Subieron una breve escalera, Matsu llamó a una discreta puerta beige y le abrió un armario de ojos rasgados, posiblemente luchador de sumo en sus ratos libres. Con una ligera reverencia les dejó franca la entrada, y de inmediato apareció una mujer menuda, escuálida, discretamente vestida con un kimono negro y avanzando con cortos y acelerados pasitos. Cuatro palabras con Matsu, reverencias, muchas sonrisas y muchos “Hei”, y a cada “Hei” una nueva sonrisa y un nuevo cabezazo. El kimono negro y su percha nos condujeron a una sala mediana, decorada con aquella breve elegancia del más puro estilo zen que tanto le gustaba. Se sentía como pez en el agua, cuando entraron dos chicas brevemente vestidas al estilo occidental. Su bien (di)simulada timidez las hacia encantadoras, facciones típicamente japonesas, de chicas que recién han abandonado la adolescencia. Evidentemente, no entendía nada de lo que se decían, pero le gustaba pensar que se referían a él cuando le lanzaban aquellas miraditas a la vez que se reían tapándose la boca. Nos sirvieron un té (como no…), que Matsu agradeció con elegancia sonriendo sin disimulo, y de repente su cara le recordó con una cierta angustia aquellas películas del malvado Fu-Manchú que echaban por la tele de pequeño, los sabados por la tarde.

Todo marchaba maravillosamente bien y la noche había tomado un camino muy, pero que muy esperanzador. Al parecer el reparto estaba hecho, pues Ai continuaba riéndole las gracias a Matsu mientras Hoshi se le acercaba cada vez más con la excusa de servirle más té. Ahora que la tenía tan cerca, pudo darse cuenta de la delicada belleza de la chica. No tendría más de veinte años, cutis perfecto bajo un discretísimo maquillaje, ojos negros rasgados pero increíblemente grandes para una japonesa, con el pelo negro recogido en una graciosa coleta alta de la que escapaban dos mechoncitos a los lados que le daban aquel encantador aspecto desenfadado… La tenía tan cerca que no pudo evitar acariciarle levemente la rodilla y subir descarado hacia el muslo, a la vez que ella entornaba aquellos preciosos ojazos y preparaba sus labios para el beso que se veía venir…

Y que no llegó nunca… Un soberbio portazo sonó en el pasillo… Ai y Hoshi pegaron sendos botes que levantaron de golpe sus escasos metro sesenta, a la vez que la escuálida madam entraba atropelladamente por la puerta con el kimono negro todo descompuesto, y les gritó un chorro de palabras que ellas interpretaron como “a cubierto”. Al tiempo que ellas desaparecían rápidamente por la puerta vieron pasar al armario que les había abierto hacía un ratito demasiado corto, acompañado de dos muebles auxiliares más… Gritos, más golpes, y de repente diez tipos con pinta de turista que pasaron dando tumbos, invitados a marcharse por el equipo nacional de Sumo… Uno que parecía asturiano, con los pantalones desabrochados a media pierna, muy abiertos los ojos y la cara rojísima… Una especie de surfista que pasó corriendo con lo que parecían unas pequeñísimas bragas en la mano mientras nos miraba sonriendo, y unas voces a lo lejos… “Pero quiyo, tus tas tonto? con toah lah corderah que viven ahí y te se ocurre líarte con Doña Urraca!”

Dexter64

Barcelona la nuit.





Le gustaba conducir por Barcelona de madrugada…

Aquellas calles bulliciosas hasta el agobio durante todo el día, de repente se trasformaban en un remanso de paz con las primeras horas del día. Casi se alegraba de pillar un semáforo en rojo para poder observar la calle tranquilamente, respirar el aire fresco de la madrugada, el dulce ronroneo del motor y algo de Carpenters sonando en el reproductor. El ambiente de las terrazas de los pequeños baretos de barrio, unos patinadores por el carril bici… Una pareja de la mano, paseando tranquilamente, exprimiendo cada minuto como si les diera pereza tener que separarse… Había sido una velada confusa, con momentos para la alegría pero también para una cierta tristeza, y la verdad es que se llevaba a casa un rara y desconcertante sensación agridulce… Y esto siempre disparaba su imaginación…

Le sorprendía la manera como la ciudad por sí sola, vacía, era capaz de mantener su carácter, su espíritu... A menudo pensaba en la simbiosis tan grande que se conseguía entre las personas y su entorno, hasta el punto de que viendo el entorno podías sentir también a las personas ausentes… Ahora mismo, con la anchísima calle medio desierta y aquella melancólica luz anaranjada bañándolo todo, se le aceleraba el pulso a medida que se acercaba. Aún y sabiendo que ella no estaba, le embargaba una emoción curiosa, sin duda fruto de las muchas horas pasadas allí y de los momentos tan fantásticos que le iban volviendo a la mente… Los arboles, las casas, las farolas, todo era lo mismo en otras circunstancias muy diferentes, pero el corazón le palpitaba con la misma intensidad que cuando sabia que ella le estaba esperando…

Y allí estaba la casa por fin, majestuosa, alzándose entre la serena paz de la calle… Aquel balcón elegante que siempre buscaba con la mirada cuando se acercaba, ahora oscuro, dormido… y sin embargo él notaba su presencia, la veía mirándole, saludándole discretamente con la mano y con aquella sonrisa que forjaron los dioses con las estrellas que sobraron del firmamento… Por unos momentos sintió su aroma, el tacto de su piel, el sabor de sus besos… Se le erizó el pelo al notar sus labios en el cuello, y por un momento la piel del volante se convirtió en aquellas manos deliciosas que estaría sosteniendo hasta el final de los días…

Le gustaba conducir de madrugada…

Atrás quedaban amigos, buenos y no tan buenos momentos, sueños maravillosos con personas divinas, y a medida que se sumergía en la penumbra de la carretera volvía a su realidad poco a poco, como poco a poco se acercaba el momento de regresar… Los arboles, las casas, las farolas, todo sería lo mismo otra vez…

Solo que entonces ella le estaría esperando…

Simon

CICLÓN

Esto no es una broma, un ciclón de fuerza 4 es algo muy serio y hay que tomar todas las precauciones difíciles. Los primeros años no sabías ni como ponerte, luego, con el transcurrir de las distintas andanadas de la naturaleza uno aprende y toma nota de lo necesario y sobretodo de la sabiduría popular. El pueblo cubano es un pueblo que resiste, que les ríe las gracias a los turistas porque no les queda más remedio, pero el pueblo cubano es fuerte y sale de casi cualquier cosa.

Es cierto que el hecho de que muchas cosas sean impuestas por el gobierno ayuda en determinados casos. Todo tiene algo bueno, por ejemplo las evacuaciones son obligatorias y el ejército pasa casa por casa y desaloja con camiones militares a todo el mundo. El resultado es que en Cuba raramente hay desgracias personales producto de un ciclón y en Florida casi siempre hay muertos.

El ciclón llegará rebotando desde Haiti y será dentro de unas treinta horas, esto es difícil de predecir porque se adelanta y se atrasa unas horas, casi 6 horas arriba o abajo. Lo importante es que te encuentre preparado y eso consiste en tener agua potable para aguantar por lo menos una semana, comida en lata no perecedera, poner las contraventanas de madera hechas a medida que normalmente tengo guardadas en el garaje, amarrar todo lo que no está agarrado a la bola del mundo para que no se convierta en un proyectil, linternas y pilas… no vas a tener ni agua ni electricidad ni gas en varios días.

El gobierno lo corta todo para que no hayan incendios ni explosiones ni nada de nada. El ciclón arranca los postes eléctricos, de teléfono…todo. Llamar a la familia en Europa para que sepan que vas a estar incomunicado varios días. Además si tienes embarcadero poner sacos terreros porque el mar sube varios metros de nivel debido a las bajas presiones y se te mete en el jardín y la piscina destrozándolo todo. El coche al garaje si tienes. También se deja abierta una puerta o una ventana por el lado que no pega fuerte para igualar las presiones atmosféricas del interior y el exterior de la casa. Es muy importante porque no sería la primera casa que explota como un globo por la diferencia súbita de presión. Hay una obligación moral de acoger a todo el que lo necesite si tienes una casa sólida.

Luego esperar.

Parece imposible que con un día soleado, siempre lo es antes, en pocas horas vaya a descerrajarse el infierno. Las calles se vacían, solo se ve alguien que se apresura a ponerse a cubierto durante las diez o doce horas que dura el desastre y los días que vendrán luego de resurrección trabajosa.

Se quedan conmigo Rodolfo, Idalmis, los tres perros dálmata que inteligentemente se van directos a las mantas que tienen preparadas en el garaje y alguna vez alguien que no tenga donde meterse. Por ejemplo Manolito, el jardinero negro azulón que tienen los vecinos, la embajada de Burkina Faso que son unos capullos. Esta vez no.
Primero una llovizna que pasa rápidamente a tormenta tropical y se hace de noche sea la hora que sea. Luego la manada de cien mil lobos aullando llegan con vientos de más de doscientos cincuenta por hora con una lluvia torrencial que no cae. Va en horizontal. El ruido es ensordecedor y has vuelto a la edad de piedra.

Cuando empieza lo realmente fuerte, que va a durar horas nos metemos en dos habitaciones pequeñas que hay detrás de las cocinas porque es donde las paredes maestras son más sólidas y quedan en el centro sobre la vertical de la casa. Tienen toda la pinta de haber sido antiguas alhacenas, además hay un aseo relativamente cerca y unos cubos de agua no potable. El aseo de todas maneras tiene sus riesgos porque depende en que ángulo embista el mar puede invertir el recorrido de las cañerías y salirte el mar por la taza del lavabo.

Ponemos unos colchones en el suelo y a dejar pasar las horas sin moverse mucho, la casa es bombardeada con millones de micro proyectiles que se suman al brutal aullido de los cien mil lobos que parecen querer entrar en la casa, de vez en cuando algún golpe más fuerte de algo que ha venido de ves a saber dónde y que nunca sabrás que fue.

Hace calor, mucho, siempre es así y el nivel de humedad el más alto imaginable. Más que las tormentas ecuatoriales. Es bestial e insoportable. Rodolfo, que no ha salido nunca de Cuba duerme en la alhacena contigua, e Idalmis se queda hablando conmigo. A las dos o tres horas tratamos de dormir, es oscuro y sigue pasando lentamente el ciclón.

Oigo en la oscuridad a Idalmis que se quita los tejanos y la camisa, yo llevo una camiseta y pantalón corto. Realmente el calor es insoportable. Pasan los minutos… ¿ o son horas ? Es difícil de saber, pierdes la noción del tiempo. Mi brazo se mueve como si tuviera vida propia y toco su espalda – me va a matar – y como no se queja la empiezo a acariciar de manera - ¿ amistosa ? – durante un rato, noto como se me acerca de espaldas hasta quedar en la posición de la cucharilla y reniego interiormente por la evidencia de que está en bragas y la oscuridad absoluta. No se que hacer con mis brazos que se me han quedado largos hasta que la oigo que me susurra entre el ruido ensordecedor – abrázame, tengo miedo -.

Mis brazos hacen el trabajo con toda la delicadeza que permite la situación cuando ella gira la cabeza, aparta su cabello rubio de trigueña del Caribe y me besa. Al principio suave, como con miedo, o pudor, no lo se, pero respondo a sus besos con besos, todo se desarrolla lentamente, de manera furtiva, ya se ha dado la vuelta y mientras ella trata de quitarme la camiseta le desabrocho el sujetador y me quito los pantalones como puedo. Tiene un cuerpo bonito y apetecible al tacto, pues no veo nada, se que tiene treinta y tantos, sus bragas han desaparecido y hacemos el amor saboreando, despacio, con el convencimiento de que la excepcionalidad de la situación difícilmente se dará otra vez.

No hablamos, solo sexo a cámara lenta, excelso, solo algún gemido y un grito medio ahogado en el momento del orgasmo. Nos besamos y nos seguimos besando durante horas. Rodolfo ronca al otro lado del tabique, se le oye a través del pasillo, parece imposible con lo que está cayendo pero se le oye roncar. Probablemente se ha soplado una botella de ron de la cocina. Es muy capaz.

Aún llueve, pero es una lluvia fuerte que ya solo es tormenta, es la cola del ciclón y ya se ve luz de día por las rendijas de las contraventanas. Idalmis me abraza aún echados en el colchón y me mira con sus ojos verdes. No dice nada pero en sus ojos hay todo un discurso largo como uno de los de Fidel.

Vente conmigo a Europa – le digo – solo me queda un año de contrato para irme y tu hijo podrá estudiar medicina en una universidad moderna.

Y ella me contesta - ¿ Oye, tú estás loco ?, ¿ y que hago con mi marido ? ¿ eh, eh ?

Asiento en automático y mientras voy a ver como el mar sigue entrando y saliendo de la piscina comiéndose toda la tierra que hay por en medio pienso que nunca entenderé realmente a las mujeres.

Son como un ciclón.

Eleven

Hola chic@s...

Me estreno en este hilo.. espero que os guste, he intentado que sea corta..... para que nadie me riña... pero me temo que no lo he conseguido...

La Verbena de san Juan y la Petarda.




Ahí estaba el, sentado delante de una hamburguesa, sin saber muy bien cómo empezar a dar buena cuenta de ella mientras repasaba mentalmente con todas sus neuronas lo que le había ocurrido la noche / madrugada anterior, durante la Verbena de San Juan.

RAul Manuel LASO, joven universitario, hombre de ciencia, de los que están convencidos que si eres de ciencias puedes escribir como el culo. Bebedor compulsivo de Sidra Escocesa y amante del vodka de garrafón mezclado con Red Bull.

Sus compañeros de universidad, le llamaban “RAMALASO”, ya que estaban convencidos de que vivía metido en el armario y no quería salir, y todo provocado por la gran cantidad de “amigas” de las que hacía gala el chico, y con las que juraba no se acostaba… que solo eran eso.. “amigas”… y ahí no quedaba muy claro si se incluía en la definición grupal.

Ya había transcurrido buena parte de la mañana, el día entraba en el mediodía y muchos guiris ya buscaban donde comer….Raúl siempre había pensado que era una tontería comer a la hora del aperitivo, pero ahí estaba el, con su hamburguesa, tal y como a él le gustaban, sin nada…, el chico tiene debilidad por las hamburguesas más sosas del mundo.

Recordaba, la noche anterior..., haber recorrido las calles con sus amigos, haber quemado todos los petardos de que disponían… y vagamente haber llegado a un tugurio del centro viejo que se llamaba Dark Moon, el sitio era cuando menos curioso, ya que parecía sacado del lado oscuro de la Galaxia, y no solo por el decorado… la parroquia tela.!!

Seguia teniendo problemas para recordar todo lo ocurrido, tenía las manos ocupadas cogiendo la hamburguesa y estaba a punto de dar su primer soso-bocado de carne picada con pan de sésamo, cuando su memoria daba nuevas esperanzas de vida:

“habían llegado poco después de dar las 11 pm, después de los petardos y de beber mucha cerveza, bueno, él había tomado un café con leche con el tentempié de la tarde, unas bravas”.

En el Dark Moon no había demasiada gente, la mayoría parecían parroquianos, y por las pintas la mayoría parecían del barrio viejo, donde estaba ubicado el local.
Además de su grupo, pudo observar a otro grupo donde destacaba uno que se hacía llamar Pepe, pero no lo conseguía, y la parroquia lo atendía con el nombre de “humos”.. al parecer, Pepe “el humos”, antes, cuando se podía fumar en todas partes, el solo era capaz de dar ambiente londinense en un día de niebla a cualquier garito que visitara, o eso le dijo otro espécimen que estaba cerca suyo en la barra mientras pedía al camarero si tenían Sidra Escocesa.

El “humos” no paraba de reír y repartir alabanzas sobre sus cualidades y habilidades con su apéndice bucal… mientras la sacaba y la exhibía (la lengua) para regocijo de las mujeres que los acompañaban… que sonreían y se sonrojaban con ello.

Pudo recordar a otro grupo, unos chicos que jugaban al billar al fondo del bar, todos intentaban llamar la atención de una morena de buen ver y mejor culo a la que llamaban Campanilla.

Campanilla, curioso mote, pensó Ramalaso y se le escapo una sonrisa, mientras por su cabeza pasaba la fugaz idea que el mote igual era por que tiraba unos polvos y desparecía volando.

Pero no podía dejar de admirar el culo de Campanilla, a la que todos miraban con ojos de deseo y ella les reía todas las gracias, pero a quien ella miraba con ojos de deseo era al barman, un tipo curioso, con el cabello totalmente blanco y una mirada profunda, casi oscura como el local y de una acidez de palabra más que notable, y que todavía no se había molestado contestar a lo de la sidra, llego a la conclusión que no lo haría y se volvió con sus amigotes.

Al menos servía unos Wodka con Red Bull aceptables pensó mientras se giraba sobre sí mismo y se dirigía al conjunto de sofás que ocupaban, y entonces la vio aparecer, era ella…

Volvió a mirar la Hamburguesa, todavía intacta en sus manos mientras intentaba poner orden y nitidez a todo lo que venía ahora, le costaba rescatarlo de entre la nebulosa en la que todos sus recuerdos parecían haberse metido. Vayamos por partes se dijo a sí mismo y se concentró en llenar su estómago que rugía de necesidad.

Una vez dio buena cuenta de la carne picada, volvieron a su cabeza los sentimientos vividos la noche anterior, sensaciones que no sentía desde hacía mucho tiempo, casi cinco años.
El, no tardo en descubrir que la teñida de rubio platino que acababa de entrar en el Dark Moon era María, alias “la Dedos”, por su habilidad en usarlos rápida y eficazmente metiendo mano a todo jovencito que se le pusiera a tiro, como ella mismo le había contado ya tiempo atrás, solo que ahora, en el barrio.. la llamaban “la Petarda”.

Ramalaso la reconoció al instante, al fin y al cabo, estaba un poco más mayor de lo que recordaba cuando unos años atrás, ella se trasladó a vivir al mismo bloque de pisos en el que vivía el con sus padres. Ella en cambio, tardo un poco más, su cambio había sido mayor.

Recupero otra vez sus recuerdos de adolescencia, cuando con 15 años y una empanada del 12 encima, la conoció al coincidir en el ascensor de la finca, le miro las tetas sin mucho disimulo y “la Dedos” esbozo una inquietante sonrisa.
No tardo en aprovechar otro encuentro “casual” en el ascensor para pedir al joven empanado que la ayudara a entrar las bolsas de la compra en su casa, allí RAul MAnuel LASO dejo de ser virgen en menos de lo que canta un gallo. Ella, casi 30 años mayor que él hizo literalmente lo que quiso, el, ni supo que estaba pasando hasta que ya fue tarde, ni quiso pararlo cuando empezó a tener idea de lo que se fraguaba allí mismo.

Aquel encuentro no fue el único, sus furtivos escarceos se fueron repitiendo semanalmente, debían tener mucho cuidado de no ser descubiertos por Macario, el que se suponía era el marido de La Maria, aunque con el tiempo supieron que no era más que su chulo, en cualquier caso, el chulo de “la dedos” tenía muy mal carácter y los dos convinieron en hacer lo posible para que no los pillara en plena faena.

Aquello se acabó dos años después, cuando ella se fue igual que apareció, sin avisar, luego ya se enterarían de que actividad profesional mantenía ocupados a la pareja del 1º 2ª que se fue sin avisar y sin haber pagado el alquiler de los últimos 8 meses.

Ella se fue, pero dejó tras de sí una fijación sexual por las mujeres “maduritas” en Raúl, fijación que no había podido superar y que lo había imposibilitado para mantener relaciones con chicas de su edad… le dejo.. el RAMALASO.

Aquella noche de San Juan, sus amigos descubrieron que estaba escondido en un armario diferente al que ellos pensaban, lo que ocurrió una vez sus miradas se cruzaron en medio de la penumbra y los dos fueron conscientes de todo era sin duda la parte más difusa que tenía en sus recuerdos.

Recordaba cómo se fueron acercando el uno al otro, como sin mediar palabra se abrazaron, besaron y morrearon de forma obscena en medio del local…

Recordaba vagamente como “La Petarda” lo arrastro a los sofás que quedaban en lo más oscuro del oscuro lugar y como por arte de magia el barman no paraba de suministrar una copa tras otra sin mediar palabra (cabrones los amigos!!)… los dedos de ella… su verga totalmente empalmada y a punto de explotar… como le dolían los huevos hasta que María hábilmente supo aliviar el dolor y la presión … pero todo ello estaba difuminado, sabia más o menos que había ocurrido, pero no lo recordaba.

Recordó levemente como caminaban por la calle agarrados, como el sentía el contacto obsceno de la Dedos, mientras subían unas escaleras… y … nada más… solo recuerdos y sensaciones vagamente parecidos a los de juventud.

Se despertó muy tarde, lo sabía por la luz que entraba en la habitación… que no conseguía reconocer, luego descubrió que se había despertado en una mugrienta habitación de la zona vieja de la ciudad.

Se descubrió solo, como un perro abandonado, y con la cabeza a punto de estallar… encontró agua y una caja de aspirinas, se tomó 4 de golpe.

Cinco minutos después, empezó a tomar consciencia de lo ocurrido, pero no podía soportar la idea de que “La Petarda” se hubiera largado otra vez sin dejar rastro ni decir nada.. empezó a cabrearse, y en un arrebato rebusco en la habitación hasta encontrar su ropa, se vistió y salió corriendo a la calle, sin advertir la nota que quería entregarle la mujer vieja y sucia que hacía las veces de portera y encargada de recepción ..y corrió y corrió sin parar…


Al rato de correr por las callejuelas de lo viejo, con el cerebelo golpeándole el cráneo desde dentro (se acordó del wodka).., paro, aminoro la marcha, a pesar de ser joven, su forma física dejaba bastante que desear.. asi que camino un rato sin rumbo para recuperar el aliento y de golpe apareció a una calle más amplia, llena de gente y se dio cuenta que estaba delante del Burger del centro al que iba con sus amigos, y decidió entrar.

Pensó que al fin y al cabo, desayunar al mediodía, no debía de ser tan malo, y le ayudaría a pensar y recordar lo que había pasado aquella verbena de San Juan.

A tan solo 50 metros del burguer, “La Petarda” salía cabreada y con prisas para volver a la pensión después de haber tenido que hacer casi media hora de cola para comprar los mejores churros de la zona y unos croissants para su recién aparecido Joven amante..

Solo pensaba en si esta vez tendría suerte por fin con un hombre y solo le preocupaba que él no la encontrara apetecible después de tanto tiempo y de la diferencia de edad, aunque eso, a juzgar por lo ocurrido aquella noche no iba a ocurrir de momento… esbozo otra sonrisa y se dirigió a la pensión, doblando por la esquina que daba al Burger para acortar el camino…

Ramalaso tenía la hamburguesa mas sosa del mundo cogida entre sus manos, estaba absorto en sus pensamientos y su mirada estaba fija en algún punto de la carne picada…

Simon

LA CULPA

Los últimos meses me siento cada vez mas agobiado. Había oído hablar del síndrome de las islas pero nunca había pensado que fuera tan duro, y eso que siempre puedo usar el visado multientrada para pasar un par de días en Cancún. Sale caro pero desintoxica del ambiente obsesivo y fuera del mundo que se vive en esta isla.

Esta mañana me he dado vacaciones, como muchas otras mañanas, por Dios que aburrimiento, y me he ido a la Marina Hemingway a leer periódicos que ya he leído, mirar los canales prácticamente vacíos, los custodios que vigilan algo invisible y beberme unas cuantas Heineken que es lo mejor que se puede encontrar aquí. Las odio, llevo cuatro años bebiendo Heineken.

En el único restaurante indigno que hay intento comer una ensalada y unos espaguetis que puedo escoger con "sasa" blanca o con "sasa" roja. La ensalada me comunican que tendrá mucha cebolla porque no hay tomates, la "sasa" blanca anuncian que es con parmesano y la roja es tomate de bote aguado. Me voy.

Le doy la maldita media caña al parqueador para llevarme mi carrito y pongo rumbo a casa a ver si hay algo para comer. Agarro 5ª en la estrella que es donde termina y todo recto prácticamente hasta casa. Voy contando calles, solo las importantes, estoy mas allá de 140ª y van transcurriendo rápidamente hasta 70ª. En nada estoy en 10ª y doblo hasta casa.

A la altura de 30ª veo una chica de indefinidos años que me mira al pasar, no es guapa, está delgada y tiene una expresión corporal impropia de una jinetera. Incluso su forma de mirar no cuadra con el lugar en que está parada, como pidiendo perdón por estar ahí. De todas maneras mis ya entrenados ojos hacen que de la vuelta a la cuadra, medio por curiosidad medio por aburrimiento y otro medio, son tres medios, a ver que pasa.

Paso por delante, doblo otra vez pero dejando que la trasera del coche sea visible desde 5ª. Veo que anda hacia mi y cuando está a la altura de la ventanilla me pregunta - ¿ señor no desea compañía ? -. Todo con una voz suplicante, parece que tenga unos treinta pero seguramente tenga algunos menos. Es blanca con el pelo negro ensortijado y de cerca sigue estando muy delgada. No se por que, y mas después de haber visto de todo durante años, me inspira una cierta compasión. No bajo las defensas precisamente porque ya no me fio ni de mi sombra.

- Mira, me iba a comer a casa pero si quieres podemos ir a comer a un paladar en Conil y comiendo hablamos.
- Como usted guste señor.

Vamos al paladar que nos anuncian a bombo y platillo que tienen pollo “empanisado” y que las ensaladas incluyen tomate de verdad. Pedimos unos zumos y asisto como si estuviera en el teatro viendo como desaparece la pechuga de pollo con papas y la ensalada dentro aquella figura tan delgada. Ella se da cuenta que ha devorado de manera anormal y me dice – Ay señor usted debe pensar que soy una comemielda cualquiera pero es que esta mañana no desayuné.

Y yo pienso que no se debe acordar de la última vez que desayunó.

Alegremente digo que tengo mas hambre, es mentira, y propongo pedir dos pechugas mas empanizadas. Ella me expresa su preocupación porque no sabe como me lo podrá pagar. El escorpión que hay en mi interior me sugiere maneras pero las aparto mentalmente cosa rara en mi.

Cuando nos traen la segunda tanda de pollo con papas ella le pide al camarero/propietario que le envuelva la suya para llevar y, rebuscando dentro del bolso ajado que arrastra me enseña una foto tamaño pasaporte pero en plano americano de un joven vestido de policía que me presenta como su hermano, se sumerge en el bolso otra vez y saca la foto de un niño de unos cuatro años hijo de su hermano.

Entiendo para que lo quiere el pollo y le pido al camarero que ponga ración doble de todo, que lo envuelva bien, que lo cubra con platos, yo se los pago y le doy a entender que habrá propina jugosa y lo despacho. Ella abre y cierra la boca sin articular palabra, salimos a la calle bien cargados y cuando entramos en el coche le pregunto;

- Bueno, donde te dejo, me has dicho que vives en Centro Habana pero es muy grande.
- Yo quiero ir a su casa señor.

Y de ahí no la sacas.

Vamos a mi casa y mira como si estuviera en un museo, la barra del bar de madera, la sala de billar, la terraza que da al jardín y a la piscina, la desembocadura del río almendrales… Saluda al custodio que le toma los datos, a la cocinera que le digo rápidamente mantenga el pollo caliente y busque bien por la cocina a ver que encuentra para comer que lo pueda colar con el pollo sin que ella se de demasiada cuenta. Que lo ponga todo en bolsas grandes y así se disimula.

Ella se mira la escalera de caracol que sube a la planta de los dormitorios, tres pero enormes y todos suite, y como el que debe cumplir un deber las empieza a subir con el esfuerzo de Sísifo. Yo la sigo y como mi dormitorio es la única puerta abierta entra directa como el que va al matadero.

Se sienta en la cama pero mantiene un pie tocando el suelo, se empieza a desabrochar la camisa y tengo la visión de un sujetador de los que entran por la cartilla de racionamiento que baila sobre unos pechos que no alcanzan a llenarlo lo suficiente.

Le digo – No.

Ella me mira y se le escapan las lágrimas. Llora con una profundidad y una pena que a mi se me hace un nudo en la garganta. Le pido que se vuelva a abrochar la camisa y que bajemos al salón que nos preparen un café y nos calmamos.

Cuando está mas tranquila rebusca otra vez dentro del bolso roñoso y me confiesa lo que yo ya había adivinado en el paladar, que el joven vestido de policía es su marido y el niño es su hijo, que el ministerio a su marido hace meses que no le pagan y que no tienen con que comprar comida, que la cartilla de racionamiento solo da para diez días al mes, bastante que lo sé por amigos mios, y que hoy ha salido a la desesperada porque no les queda nada.

Que su marido no lo sabe y que si se entera la mata pero que ella tiene que hacer algo. Con la excusa del café entro en la cocina y me encuentro a la cocinera escuchando detrás de la puerta y le digo que a la comida añada doscientos dólares debajo de un plato y que de escuchar detrás de las puertas ya hablaremos. Se ríe.

Salgo al salón y veo que la chica se ha recompuesto y que sus mejillas agradecen la dosis de proteínas.
Le digo - ¿ vamos ?, y al lado de la puerta de la calle está la cocinera que nos informa que el pollo ya está en el carro, y el custodio ya tiene la puerta de la verja abierta.

Salimos a la calle y le pregunto dónde quiere que la deje. Demasiado cerca de su casa no quiere por aquello que no la vean los vecinos. Le propongo en Salvador Allende o en la Avenida de los Presidentes, G para los cubanos. Cuando llegamos donde me indica me da dos castos besos en las mejillas y tengo que interrumpir los agradecimientos porque serian infinitos. Coge sus cosas sin olvidar la comida y desaparece entre las callecitas sin asfaltar de Centro Habana donde los turistas no llegan ni la comida tampoco.

Doy la vuelta y me voy para mi casa, en diez minutos estoy en el jardín. Llamo a Rodolfo y le digo que traiga una botella de ron y una hamaca para él. Rodolfo encantado de la vida porque sabe que cuando me da el bajón hay barra libre.

Me siento tan mal, tan sucio, tan rastrero y tan culpable…

Me doy cuenta que mi intento de expiar ni que sea en parte mi culpa ha sido infructuoso y que jamás tendré los cojones que tiene esa chica.

Dr. Merengue

Muy, pero muy bueno, Simón ... digno de la Trilogía Sucia de la Habana de Pedro Juan Gutierrez. Me ha encantado

Simon

Gracias !

Dexter64

Este, y la mayoria de los suyos ...

A ti...

Dexter64

Fragment del llibre "Ella", que un home enamorat va escriure a la dona que estimava...
Per tu, Olga... siguis on siguis...



Volant mes que nedant pel teu mar d’il·lusions...
Aventura sempre, com si tot fos un joc...
Companys arriben, companys s’en van...
I tu, volant més que nedant, pel teu mar d’il·lusions...

Un amic que t’estimava et va regalar una brúixola,
que t’ajudés a seguir sempre el teu camí...
I tu, amb el teu somriure encantador,
saltant entre les onades de la vida... com si tot fos un joc

Sota els estels, a la llum de la lluna,
l’amic buscava la brúixola... Volia trobar el seu nord...
El va perdre empaitant un dofí que volava més que nedava,
saltant entre les onades de la vida...

Com si tot fos un joc...

Baja_70058

Cuando piensa que nadie le observa, parte, parte con la idea de encontrar un futuro, el futuro que le han robado a èl, a su familia, a su pais, a su cultura, a todo lo que hasta ahora habia conocido. Atras deja un pais lleno de recuerdos, de experiencias, de familia...y de muerte. A Karim nadie le ha explicaò que lo peor estaba por llegar.

La noche que se le presenta por delante, rodeado de otros como èl, no pinta bien, es su primera noche y solo ve cientos de personas andando con la cabeza baja, mirando sus desnudos pies y escuchando su estomago vacio. En medio de toda esa tristeza, a lo lejos, unas 147 personas a lo lejos, un cantico lucha por llegar a karim, pero hay tantos ninyos llorando que no es capaz de encontrar su destino, y karim continua su camino, con la companyia de sus vacias tripas y los recuerdos de su ninyez.

Apenas tiene comida para el largo viaje que le espera, europa esta tan lejos...los pechos de las mujeres ya no tienen leche, karim lleva 15 dias recorriendo un sendero de muerte, jornada tas jornada su grupo deja algun cuerpo inerte,sin vida, cuerpos que aun no albergan los 5 anyos de edad, no hay tiempo ni sitio para la pena, para el luto, solo caminar.

Karim lleva 30 dias caminando, acaba de perder al que se habia convertido en su confidente,su amigo, su companyero, Ibraim, ingeniero aeronautico, un chico lleno de futuro, y la unica persona a la que Karim ha contado su secreto mas preciado, su homosexualidad, despues de 4 dias con fiebre, ya no puede continuar, no sabe lo que le ha pasado, solo sabe que èl tambien tiene fiebre, en los ultimos 3 dias murieron mas personas de lo normal, cada vez son menos, karim empieza a sospechar que no volvera a ver a su familia.

Karim tiene la boca muy seca, le pitan los oidos y a pesar de los esfuerzos que hace por caminar erguido, no lo consigue, karim esta a punto de morir, y lo sabe, lo que no sabe es cuantos refugiados mueren intentando llegar a nuestras costas, por desgracia nunca lo sabra.

Karim acaba de morir de una infeccion bacteriana. No debieron beber de ese charco, pero que mas podian hacer?

Mi regalo de despedida para Dexter

Dexter64

Si, dos relatos mios seguidos... no es mi intención abusar, pero es que ya los tenia escritos, uno de hace muuuuucho tiempo, y me apetecía compartirlos con vosotros antes de ausentarme porque van dedicados a dos personas muy importantes para mi...

Para ti, mi principesa... mi Alpha et Omega, principio y final... donde todo empieza y todo termina...

Luna

Luna... majestuosa vigilante en tu trono de estrellas... ¿Ves desde aquí a mi princesa? Si la ves, dile que no la olvido... Dile que el tiempo se ha parado, que no avanza...

¿La ves, Luna? Dime... ¿Qué lleva puesto? ¿Se ha recogido el pelo? Está guapisima, ¿verdad Luna? Pronto estaré con ella, respiraré su aire, la cogeré de la mano, suave, dulcemente... La miraré a los ojos deseando que no pase el momento... Y hablaremos, Luna... hablaremos mucho, de ilusiones y sueños, de cosas buenas y no tan buenas... del futuro y del pasado... Y yo la escucharé, el canto de su voz, la melodía de sus palabras...

Le acariciaré el pelo, Luna... negro, rebelde sobre sus ojos... Le besaré la frente, los párpados, el cuello... los labios… Y ella sonreirá, estremecida... Y nos amaremos, Luna... Intensa y apasionadamente, como amantes furtivos... Hasta caer agotados uno junto al otro, compartiendo abrazos, compartiendo almas...

Y el momento pasará, Luna... Demasiado rápido, demasiado breve... Quedaré de nuevo solo con mis recuerdos, con su tacto en las manos, su aroma en mi piel. Todo lo que ha sido ilusión, mañana será melancolía, añoranza infinita por volver a verla, a vivirla...

¿Eres tu quizás, Luna, quien juega de esta manera con el tiempo? ¿Quién detiene el reloj cuando no la tengo y lo acelera cuando está conmigo? ¿Es por celos de su belleza que juegas así con este pobre mortal? No me hagas esto, Luna... Sé que nunca ninguna de las dos será mía, pero no por esto os puedo dejar de querer...

Y el día que se vaya, Luna, cuando te levantes desearé que ella también te esté mirando. Y así cada noche a través de tu blanquísimo rostro veré su belleza perfecta, el verde brillo de sus ojos, sus labios, Dios, sus labios… En las nubes que te cubran veré su preciosa melena al viento, y yo alargaré mi mano para apartársela de la cara aunque ya no esté a mi lado, porque mirándote a ti será como si la viera a ella. Cerraré los ojos y sentiré otra vez su piel, su cuerpo, su aroma… Y me daré cuenta de lo mucho que os he querido, Luna…

Tu, reina entre las estrellas... Ella, la princesa de mi corazón...

Gracias, bonita... aunque yo sea vasallo de otro reino, la Reina del Foro siempre serás tu ...Y enhorabuena por el relato!