[Loly Love]

Por supuesto , me hice los ratones con alguno, pero no Voy a decir con quien...
Propongo un juego en alguna quedada!!!..vamos a hacer esta pregunta y poner la respuesta en un papelito ..los papelitos irán a un bote y al final de la noche se mostrarán las respuestas,..obviamente nadie dirá su respuesta ..o tal vez si... jaja..que morbo!

[Dr. Loomis]

Iniciado por Loly Love

Por supuesto , me hice los ratones con alguno, pero no Voy a decir con quien...
Propongo un juego en alguna quedada!!!..vamos a hacer esta pregunta y poner la respuesta en un papelito ..los papelitos irán a un bote y al final de la noche se mostrarán las respuestas,..obviamente nadie dirá su respuesta ..o tal vez si... jaja..que morbo!

Admirada Loly: me encanta que sigas utilizando argentinismos en tus escritos. Ya me gustó, en tu presentación, lo de "El arancel que manejo en mi piso es de 150 € la hora con todo incluido ,a puro placer"

Delicioso

Al leer tu mensaje de hoy he comprendido que lo de "hacerme los ratones" era un argentinismo, suponía qué podía ser, pero he consultado en la red...

https://forum.wordreference.com/threads/hacer-ratones-hacer-los-ratones.2436098/



Por lo tanto, hacerse los ratones con alguno es fantasear sexualmente con alguien.

En la próxima quedada....¡lo hacemos! (ratonear )

[Loly Love]

Iniciado por Dr. Loomis

Admirada Loly: me encanta que sigas utilizando argentinismos en tus escritos. Ya me gustó, en tu presentación, lo de "El arancel que manejo en mi piso es de 150 € la hora con todo incluido ,a puro placer"

Delicioso

Al leer tu mensaje de hoy he comprendido que lo de "hacerme los ratones" era un argentinismo, suponía qué podía ser, pero he consultado en la red...

https://forum.wordreference.com/threads/hacer-ratones-hacer-los-ratones.2436098/



Por lo tanto, hacerse los ratones con alguno es fantasear sexualmente con alguien.

En la próxima quedada....¡lo hacemos! (ratonear )

Gracias Loomis! Y que halago , me encanta que hayas querido saber sobre los ratones...y si! Soy Argenta! Mi lenguaje sera siempre el mismo para deleite de quien lo quiera apreciar..
Esta muy buena la propuesta! ...a ver que sale en el papelito...adrenalina,morbo y ganas!

[Baja_134832]

LA FORERA

Hoy, de nuevo, he soñado con una forera…

(···)

Entras en mi sueño sin llamar, colándote descarada. Tienes exactamente la misma edad que yo, pero tu cuerpo no lo sabe. Estás completamente desnuda, a los pies de una cama enorme. Tus grandes ojos, verdosos, me miran bajo esas cejas arqueadas y prometedoras. Me fijo en el frondoso vello que cubre los misterios de tu sexo. Pero me hablas y acudo raudo a tus labios, a tus dientes, a tu voz infantil.

“Es tu sueño Romita, no hay límites”.

“Yo no quiero hacer lo correcto, pa’ esa puta mierda ya no tengo tiempo”, te canto adoptando la ridícula pose de un rapero en la veintena. “Antes de despertar quiero el cielo. Pienso follarte hasta borrar el límite entre los dos”.

Me siento a los pies de la cama, a tu lado. Estás de pie. Tomo el arbusto sobre tu pubis con la mano, lo estrujo. Tomas mi cabeza entre tus manos y arqueas tu cuello. Enrosco tus rizos entre mis dedos hasta topar con tus labios. Grandes, gruesos. Fuerzo y encuentro sequedad.

Acerco mi nariz. Hueles al gel de baño que utilizaba de niño. Acaricio suavemente la mata y tu clítoris.
Me abrazo a tus caderas, te siento al borde de la cama. Pongo la mano en tu pecho y empujo hasta que quedas estirada. Me arrodillo entre tus piernas, subes tus pies al colchón, como si estuvieras en el paritorio.

Hundo boca y nariz entre tu coño a lo afro, disfruto de su aspereza. Me hago sitio con los dedos y mordisqueo el nacimiento de tus labios. Ya no hueles a gel. Se me inundan las fosas con un aroma fuerte, penetrante, ácido y picante. El olor del sexo.

Te lamo desde el culo hasta el ombligo, dibujando una línea recta perfecta con saliva y flujo. No dejamos de mirarnos calientes en todo el trayecto.

Navego con mi lengua entre las carnes de tu coño, paleando como un regatista que no quiere sortear la acidez intensa de tu flujo. Lo saboreo, lo destilo, lo trago, me embriago. Me abro hueco con dos dedos hacia tu interior. Nariz, labios y lengua siguen horadando tu vértice mientras índice y anular hacen lo propio en tu interior. Les doy la vuelta, como un garfio. Me aferro a un saliente rugoso y húmedo pegado a tu bajo vientre. Hurgo y raspo. Ahondo y presiono.

Estiro el brazo libre como un nadador y chapoteo por tus senos. Tus pezones podrían abrir heridas en la carne ahora mismo.

Elevas la cadera. Has cerrado los ojos. Has abierto la boca. Respiras con dificultad. Me das golpetazos con el pubis en la cara, como si quisieras mandarme al techo. Pero me mantengo firme. Trepano cada vez más hondo y con mayor vaivén con mis dedos; chupo, aspiro y muerdo con la boca; amaso, estrujo y pinzo con la mano libre.

Noto algo caliente en tu interior que sobreviene. Te derramas entre temblores, te aferras a mi brazo con una fuerza inaudita pidiéndome que pare. Salgo de tu interior, aparto mi cara que está empantanada.
Profieres un aullido quedo, juntas las rodillas y te agarras a las sábanas mientras te convulsionas. Hay un charco a los pies de la cama. Y en mi cuello. Y en mi pecho.

Silencio. Me miras, me agarras del pelo y estiras hacia ti. Estoy encima de tu cuerpo y me comes a besos. Me devoras, y lleno el interior de tu boca con el sabor de tu propio sexo. Exploras con tu lengua todos los recovecos de mi boca. Me llenas con el aliento de tus jadeos, bajas la mano y me estrujas la polla y los huevos.

Me aparto dolorido y sonriente. Te encaramas sobre mí como un felino sobre su presa. Tengo la polla durísima. Te frotas con ella y tu vello ensortijado irrita la punta. Desaparece de repente. Hay un lago entre tus piernas que me acoge cálido. Te bamboleas muy despacito. Me coges de las muñecas y llevas mis manos a tus pechos. Me pregunto cada vez cómo haces para tenerlos tan tersos, tan duros, tan bien sostenidos.

Vuelves a cerrar los ojos. Vuelves a abrir la boca. Tomo la iniciativa y entro y salgo cada vez más rápido, sacándola entera, metiéndola bruscamente. Tu culo chasquea cada vez que choca contra mis muslos. Noto una sensación burbujeante entre los huevos y mi miembro, pero controlo.

Ahora eres tú quien cabalga. Vuelves a tomarme de la muñeca y subes mi mano hasta tu cuello. Me aferro a él y tú sigues agarrada a mi muñeca, apretando mucho. Yo también aprieto y noto el pulso en las venas y arterias que descienden. Tengo la sensación de estar asfixiándote, pero no es para tanto.

Subes y bajas con violencia, somos un juego de pistones. Noto el agua cálida de tu fruto resbalando por los testículos, filtrándose hacia el culo, enfriándose a medida que cae.
Te hundes. Te quedas ahí y te refriegas. Pubis contra pubis, mi polla buscando unos límites que no encuentra. Liberas tu cuello, respiras fuerte, jadeas. Dejas caer la cabeza y cubres con tu melena negra mi cara, me haces cosquillas.

Salgo de ti. Sigo duro como una roca. Duele.

Pareces estar recuperándote, arrodillada sobre el colchón. Me pongo detrás de ti y te colocas tú como una yegua. Presiono con el exterior de mis rodillas en el interior de las tuyas. Cojo mi polla, la paseo por tu sexo, por el intersticio que lo separa del culo, por el aro de tu ano.

Te penetro fugazmente. Entro y salgo con rapidez. Estás chorreando. Estoy chorreando. Estás jadeando. Presiono en tu culo. Escupo. Pones tu mano en mi muslo pero no me detienes. Adelanto la cadera, me ayudo con los dedos. Entra apenas la punta. Veo tu mueca de dolor en el espejo que hay sobre la cama, pero al mismo tiempo me agarras del muslo y tiras hacia ti. Entra del todo, no sin esfuerzo. Me pides con un gesto que me detenga, que me quede ahí.

Te acodas sobre el colchón. Llevas tu mano hasta tu sexo. Lo frotas. Con fruición. Inicias un leve movimiento de vaivén. Mi miembro parece encastado y fijo pero, poco a poco, dilatas y, suavemente, va saliendo. Y entrando. Y saliendo. Y entrando…

Olvido que estoy dentro de tu culo y me maravillo con el paisaje. Tu nalgada, tus anchas caderas, el remonte de tu espinazo, la melena agitada sobre los hombros, tu perfil en triángulo reflejándose en los espejos. Ahora hay espejos, espejos por doquier.

Estamos por todas partes, el bombeo es ahora frenético, de tu sexo saltan chispas, mueves tus dedos como si quisiera descubrir el fuego de nuevo.

Ahora sí, gritas. Tu culo tiembla y se contrae, aprisionando a mi sexo. Quieres escurrirlo, pero no sucumbo. Te impulsas hacia delante y sales del todo, te estiras. Te abrazas al colchón, eres un cristo crucificado bellísimo dándome la espalda.

Yo sigo arrodillado, enhiesto, anhelante. Vuelvo a ponerme de pie, a los pies de la cama. Ahora eres tú la que se sienta. Me coges la polla, la notas dura y caliente y la metes en la boca. No tienes que forzar en absoluto para engullirla entera, noto tus labios en los huevos y en el vientre. Succionas como hace un bebé con el chupete.

Noto el semen llenándome los conductos, haces tanta presión con tu lengua que siento el bombeo y ya no puedo aguantar más. Descargo directamente en tu garganta. No haces ni una sola mueca, ni un salo asco. Aguantas hasta que no me queda ni una gota.

Cierras tus labios entorno a la barra de carne y te vas despidiendo de ella poco a poco. A medio camino, abres los ojos y me miras endiablada. Te entretienes en la punta pero acabas abandonándome a mi suerte.

“Domita, cabullo”, balbuceas arqueando el cuello y con la boca llena, intentando no convertirte en un aspersor humano por la risa que está a punto de darte. Controlas. Me vuelves a clavar tus ojos verdes.

Abres la boca y me enseñas la descarga blanquecina, viscosa y ensalivada. Juegas con ella haciendo hueco con la lengua. Cierras la boca. Te la tragas. Das un chasquido con la boca y te brillan los ojos como cuando bebes coca-cola demasiado deprisa y te chispea en la garganta.

Te levantas, me abrazas y nos besamos. Pruebo el gusto de mi propio semen. Me agarras de la mandíbula, me coges de la barba, te acercas a mi oído. “Adiós Romita”.

Te vas de mi sueño como viniste. En el momento que te da la gana.

(···)

Me despierto. Voy a toda prisa al blog de la forera. Le pido disculpas y no entiende nada…

https://www.youtube.com/watch?v=RxKVWs_qYBk

[Medio Siglo]

Iniciado por Romita

LA FORERA

Hoy, de nuevo, he soñado con una forera…

(···)

Entras en mi sueño sin llamar, colándote descarada. Tienes exactamente la misma edad que yo, pero tu cuerpo no lo sabe. Estás completamente desnuda, a los pies de una cama enorme. Tus grandes ojos, verdosos, me miran bajo esas cejas arqueadas y prometedoras. Me fijo en el frondoso vello que cubre los misterios de tu sexo. Pero me hablas y acudo raudo a tus labios, a tus dientes, a tu voz infantil.

“Es tu sueño Romita, no hay límites”.

“Yo no quiero hacer lo correcto, pa’ esa puta mierda ya no tengo tiempo”, te canto adoptando la ridícula pose de un rapero en la veintena. “Antes de despertar quiero el cielo. Pienso follarte hasta borrar el límite entre los dos”.

Me siento a los pies de la cama, a tu lado. Estás de pie. Tomo el arbusto sobre tu pubis con la mano, lo estrujo. Tomas mi cabeza entre tus manos y arqueas tu cuello. Enrosco tus rizos entre mis dedos hasta topar con tus labios. Grandes, gruesos. Fuerzo y encuentro sequedad.

Acerco mi nariz. Hueles al gel de baño que utilizaba de niño. Acaricio suavemente la mata y tu clítoris.
Me abrazo a tus caderas, te siento al borde de la cama. Pongo la mano en tu pecho y empujo hasta que quedas estirada. Me arrodillo entre tus piernas, subes tus pies al colchón, como si estuvieras en el paritorio.

Hundo boca y nariz entre tu coño a lo afro, disfruto de su aspereza. Me hago sitio con los dedos y mordisqueo el nacimiento de tus labios. Ya no hueles a gel. Se me inundan las fosas con un aroma fuerte, penetrante, ácido y picante. El olor del sexo.

Te lamo desde el culo hasta el ombligo, dibujando una línea recta perfecta con saliva y flujo. No dejamos de mirarnos calientes en todo el trayecto.

Navego con mi lengua entre las carnes de tu coño, paleando como un regatista que no quiere sortear la acidez intensa de tu flujo. Lo saboreo, lo destilo, lo trago, me embriago. Me abro hueco con dos dedos hacia tu interior. Nariz, labios y lengua siguen horadando tu vértice mientras índice y anular hacen lo propio en tu interior. Les doy la vuelta, como un garfio. Me aferro a un saliente rugoso y húmedo pegado a tu bajo vientre. Hurgo y raspo. Ahondo y presiono.

Estiro el brazo libre como un nadador y chapoteo por tus senos. Tus pezones podrían abrir heridas en la carne ahora mismo.

Elevas la cadera. Has cerrado los ojos. Has abierto la boca. Respiras con dificultad. Me das golpetazos con el pubis en la cara, como si quisieras mandarme al techo. Pero me mantengo firme. Trepano cada vez más hondo y con mayor vaivén con mis dedos; chupo, aspiro y muerdo con la boca; amaso, estrujo y pinzo con la mano libre.

Noto algo caliente en tu interior que sobreviene. Te derramas entre temblores, te aferras a mi brazo con una fuerza inaudita pidiéndome que pare. Salgo de tu interior, aparto mi cara que está empantanada.
Profieres un aullido quedo, juntas las rodillas y te agarras a las sábanas mientras te convulsionas. Hay un charco a los pies de la cama. Y en mi cuello. Y en mi pecho.

Silencio. Me miras, me agarras del pelo y estiras hacia ti. Estoy encima de tu cuerpo y me comes a besos. Me devoras, y lleno el interior de tu boca con el sabor de tu propio sexo. Exploras con tu lengua todos los recovecos de mi boca. Me llenas con el aliento de tus jadeos, bajas la mano y me estrujas la polla y los huevos.

Me aparto dolorido y sonriente. Te encaramas sobre mí como un felino sobre su presa. Tengo la polla durísima. Te frotas con ella y tu vello ensortijado irrita la punta. Desaparece de repente. Hay un lago entre tus piernas que me acoge cálido. Te bamboleas muy despacito. Me coges de las muñecas y llevas mis manos a tus pechos. Me pregunto cada vez cómo haces para tenerlos tan tersos, tan duros, tan bien sostenidos.

Vuelves a cerrar los ojos. Vuelves a abrir la boca. Tomo la iniciativa y entro y salgo cada vez más rápido, sacándola entera, metiéndola bruscamente. Tu culo chasquea cada vez que choca contra mis muslos. Noto una sensación burbujeante entre los huevos y mi miembro, pero controlo.

Ahora eres tú quien cabalga. Vuelves a tomarme de la muñeca y subes mi mano hasta tu cuello. Me aferro a él y tú sigues agarrada a mi muñeca, apretando mucho. Yo también aprieto y noto el pulso en las venas y arterias que descienden. Tengo la sensación de estar asfixiándote, pero no es para tanto.

Subes y bajas con violencia, somos un juego de pistones. Noto el agua cálida de tu fruto resbalando por los testículos, filtrándose hacia el culo, enfriándose a medida que cae.
Te hundes. Te quedas ahí y te refriegas. Pubis contra pubis, mi polla buscando unos límites que no encuentra. Liberas tu cuello, respiras fuerte, jadeas. Dejas caer la cabeza y cubres con tu melena negra mi cara, me haces cosquillas.

Salgo de ti. Sigo duro como una roca. Duele.

Pareces estar recuperándote, arrodillada sobre el colchón. Me pongo detrás de ti y te colocas tú como una yegua. Presiono con el exterior de mis rodillas en el interior de las tuyas. Cojo mi polla, la paseo por tu sexo, por el intersticio que lo separa del culo, por el aro de tu ano.

Te penetro fugazmente. Entro y salgo con rapidez. Estás chorreando. Estoy chorreando. Estás jadeando. Presiono en tu culo. Escupo. Pones tu mano en mi muslo pero no me detienes. Adelanto la cadera, me ayudo con los dedos. Entra apenas la punta. Veo tu mueca de dolor en el espejo que hay sobre la cama, pero al mismo tiempo me agarras del muslo y tiras hacia ti. Entra del todo, no sin esfuerzo. Me pides con un gesto que me detenga, que me quede ahí.

Te acodas sobre el colchón. Llevas tu mano hasta tu sexo. Lo frotas. Con fruición. Inicias un leve movimiento de vaivén. Mi miembro parece encastado y fijo pero, poco a poco, dilatas y, suavemente, va saliendo. Y entrando. Y saliendo. Y entrando…

Olvido que estoy dentro de tu culo y me maravillo con el paisaje. Tu nalgada, tus anchas caderas, el remonte de tu espinazo, la melena agitada sobre los hombros, tu perfil en triángulo reflejándose en los espejos. Ahora hay espejos, espejos por doquier.

Estamos por todas partes, el bombeo es ahora frenético, de tu sexo saltan chispas, mueves tus dedos como si quisiera descubrir el fuego de nuevo.

Ahora sí, gritas. Tu culo tiembla y se contrae, aprisionando a mi sexo. Quieres escurrirlo, pero no sucumbo. Te impulsas hacia delante y sales del todo, te estiras. Te abrazas al colchón, eres un cristo crucificado bellísimo dándome la espalda.

Yo sigo arrodillado, enhiesto, anhelante. Vuelvo a ponerme de pie, a los pies de la cama. Ahora eres tú la que se sienta. Me coges la polla, la notas dura y caliente y la metes en la boca. No tienes que forzar en absoluto para engullirla entera, noto tus labios en los huevos y en el vientre. Succionas como hace un bebé con el chupete.

Noto el semen llenándome los conductos, haces tanta presión con tu lengua que siento el bombeo y ya no puedo aguantar más. Descargo directamente en tu garganta. No haces ni una sola mueca, ni un salo asco. Aguantas hasta que no me queda ni una gota.

Cierras tus labios entorno a la barra de carne y te vas despidiendo de ella poco a poco. A medio camino, abres los ojos y me miras endiablada. Te entretienes en la punta pero acabas abandonándome a mi suerte.

“Domita, cabullo”, balbuceas arqueando el cuello y con la boca llena, intentando no convertirte en un aspersor humano por la risa que está a punto de darte. Controlas. Me vuelves a clavar tus ojos verdes.

Abres la boca y me enseñas la descarga blanquecina, viscosa y ensalivada. Juegas con ella haciendo hueco con la lengua. Cierras la boca. Te la tragas. Das un chasquido con la boca y te brillan los ojos como cuando bebes coca-cola demasiado deprisa y te chispea en la garganta.

Te levantas, me abrazas y nos besamos. Pruebo el gusto de mi propio semen. Me agarras de la mandíbula, me coges de la barba, te acercas a mi oído. “Adiós Romita”.

Te vas de mi sueño como viniste. En el momento que te da la gana.

(···)

Me despierto. Voy a toda prisa al blog de la forera. Le pido disculpas y no entiende nada…

https://www.youtube.com/watch?v=RxKVWs_qYBk

Te ha costado ehhhhhhhhhhh EROSMITA, ya era hora que escribieras un nuevo relato

No veas como me has puesto

[Simon]

Yo no me acuerdo nunca de lo que sueño

[Baja_134832]

Iniciado por Medio Siglo

Te ha costado ehhhhhhhhhhh EROSMITA, ya era hora que escribieras un nuevo relato

No veas como me has puesto

Mil gracias maestro!!

Iniciado por Simon

Yo no me acuerdo nunca de lo que sueño

Yo tampoco. Por eso me empeño en soñar despierto...

[Simon]

Iniciado por Romita

Mil gracias maestro!!

Yo tampoco. Por eso me empeño en soñar despierto...

Cada vez me da más miedo soñar despierto porque noto que se acerca el tren y me pillará. Por lo menos que me pille con los ojos abiertos.

[Lara È]

Iniciado por Romita

LA FORERA

Hoy, de nuevo, he soñado con una forera…

(···)

Entras en mi sueño sin llamar, colándote descarada. Tienes exactamente la misma edad que yo, pero tu cuerpo no lo sabe. Estás completamente desnuda, a los pies de una cama enorme. Tus grandes ojos, verdosos, me miran bajo esas cejas arqueadas y prometedoras. Me fijo en el frondoso vello que cubre los misterios de tu sexo. Pero me hablas y acudo raudo a tus labios, a tus dientes, a tu voz infantil.

“Es tu sueño Romita, no hay límites”.

“Yo no quiero hacer lo correcto, pa’ esa puta mierda ya no tengo tiempo”, te canto adoptando la ridícula pose de un rapero en la veintena. “Antes de despertar quiero el cielo. Pienso follarte hasta borrar el límite entre los dos”.

Me siento a los pies de la cama, a tu lado. Estás de pie. Tomo el arbusto sobre tu pubis con la mano, lo estrujo. Tomas mi cabeza entre tus manos y arqueas tu cuello. Enrosco tus rizos entre mis dedos hasta topar con tus labios. Grandes, gruesos. Fuerzo y encuentro sequedad.

Acerco mi nariz. Hueles al gel de baño que utilizaba de niño. Acaricio suavemente la mata y tu clítoris.
Me abrazo a tus caderas, te siento al borde de la cama. Pongo la mano en tu pecho y empujo hasta que quedas estirada. Me arrodillo entre tus piernas, subes tus pies al colchón, como si estuvieras en el paritorio.

Hundo boca y nariz entre tu coño a lo afro, disfruto de su aspereza. Me hago sitio con los dedos y mordisqueo el nacimiento de tus labios. Ya no hueles a gel. Se me inundan las fosas con un aroma fuerte, penetrante, ácido y picante. El olor del sexo.

Te lamo desde el culo hasta el ombligo, dibujando una línea recta perfecta con saliva y flujo. No dejamos de mirarnos calientes en todo el trayecto.

Navego con mi lengua entre las carnes de tu coño, paleando como un regatista que no quiere sortear la acidez intensa de tu flujo. Lo saboreo, lo destilo, lo trago, me embriago. Me abro hueco con dos dedos hacia tu interior. Nariz, labios y lengua siguen horadando tu vértice mientras índice y anular hacen lo propio en tu interior. Les doy la vuelta, como un garfio. Me aferro a un saliente rugoso y húmedo pegado a tu bajo vientre. Hurgo y raspo. Ahondo y presiono.

Estiro el brazo libre como un nadador y chapoteo por tus senos. Tus pezones podrían abrir heridas en la carne ahora mismo.

Elevas la cadera. Has cerrado los ojos. Has abierto la boca. Respiras con dificultad. Me das golpetazos con el pubis en la cara, como si quisieras mandarme al techo. Pero me mantengo firme. Trepano cada vez más hondo y con mayor vaivén con mis dedos; chupo, aspiro y muerdo con la boca; amaso, estrujo y pinzo con la mano libre.

Noto algo caliente en tu interior que sobreviene. Te derramas entre temblores, te aferras a mi brazo con una fuerza inaudita pidiéndome que pare. Salgo de tu interior, aparto mi cara que está empantanada.
Profieres un aullido quedo, juntas las rodillas y te agarras a las sábanas mientras te convulsionas. Hay un charco a los pies de la cama. Y en mi cuello. Y en mi pecho.

Silencio. Me miras, me agarras del pelo y estiras hacia ti. Estoy encima de tu cuerpo y me comes a besos. Me devoras, y lleno el interior de tu boca con el sabor de tu propio sexo. Exploras con tu lengua todos los recovecos de mi boca. Me llenas con el aliento de tus jadeos, bajas la mano y me estrujas la polla y los huevos.

Me aparto dolorido y sonriente. Te encaramas sobre mí como un felino sobre su presa. Tengo la polla durísima. Te frotas con ella y tu vello ensortijado irrita la punta. Desaparece de repente. Hay un lago entre tus piernas que me acoge cálido. Te bamboleas muy despacito. Me coges de las muñecas y llevas mis manos a tus pechos. Me pregunto cada vez cómo haces para tenerlos tan tersos, tan duros, tan bien sostenidos.

Vuelves a cerrar los ojos. Vuelves a abrir la boca. Tomo la iniciativa y entro y salgo cada vez más rápido, sacándola entera, metiéndola bruscamente. Tu culo chasquea cada vez que choca contra mis muslos. Noto una sensación burbujeante entre los huevos y mi miembro, pero controlo.

Ahora eres tú quien cabalga. Vuelves a tomarme de la muñeca y subes mi mano hasta tu cuello. Me aferro a él y tú sigues agarrada a mi muñeca, apretando mucho. Yo también aprieto y noto el pulso en las venas y arterias que descienden. Tengo la sensación de estar asfixiándote, pero no es para tanto.

Subes y bajas con violencia, somos un juego de pistones. Noto el agua cálida de tu fruto resbalando por los testículos, filtrándose hacia el culo, enfriándose a medida que cae.
Te hundes. Te quedas ahí y te refriegas. Pubis contra pubis, mi polla buscando unos límites que no encuentra. Liberas tu cuello, respiras fuerte, jadeas. Dejas caer la cabeza y cubres con tu melena negra mi cara, me haces cosquillas.

Salgo de ti. Sigo duro como una roca. Duele.

Pareces estar recuperándote, arrodillada sobre el colchón. Me pongo detrás de ti y te colocas tú como una yegua. Presiono con el exterior de mis rodillas en el interior de las tuyas. Cojo mi polla, la paseo por tu sexo, por el intersticio que lo separa del culo, por el aro de tu ano.

Te penetro fugazmente. Entro y salgo con rapidez. Estás chorreando. Estoy chorreando. Estás jadeando. Presiono en tu culo. Escupo. Pones tu mano en mi muslo pero no me detienes. Adelanto la cadera, me ayudo con los dedos. Entra apenas la punta. Veo tu mueca de dolor en el espejo que hay sobre la cama, pero al mismo tiempo me agarras del muslo y tiras hacia ti. Entra del todo, no sin esfuerzo. Me pides con un gesto que me detenga, que me quede ahí.

Te acodas sobre el colchón. Llevas tu mano hasta tu sexo. Lo frotas. Con fruición. Inicias un leve movimiento de vaivén. Mi miembro parece encastado y fijo pero, poco a poco, dilatas y, suavemente, va saliendo. Y entrando. Y saliendo. Y entrando…

Olvido que estoy dentro de tu culo y me maravillo con el paisaje. Tu nalgada, tus anchas caderas, el remonte de tu espinazo, la melena agitada sobre los hombros, tu perfil en triángulo reflejándose en los espejos. Ahora hay espejos, espejos por doquier.

Estamos por todas partes, el bombeo es ahora frenético, de tu sexo saltan chispas, mueves tus dedos como si quisiera descubrir el fuego de nuevo.

Ahora sí, gritas. Tu culo tiembla y se contrae, aprisionando a mi sexo. Quieres escurrirlo, pero no sucumbo. Te impulsas hacia delante y sales del todo, te estiras. Te abrazas al colchón, eres un cristo crucificado bellísimo dándome la espalda.

Yo sigo arrodillado, enhiesto, anhelante. Vuelvo a ponerme de pie, a los pies de la cama. Ahora eres tú la que se sienta. Me coges la polla, la notas dura y caliente y la metes en la boca. No tienes que forzar en absoluto para engullirla entera, noto tus labios en los huevos y en el vientre. Succionas como hace un bebé con el chupete.

Noto el semen llenándome los conductos, haces tanta presión con tu lengua que siento el bombeo y ya no puedo aguantar más. Descargo directamente en tu garganta. No haces ni una sola mueca, ni un salo asco. Aguantas hasta que no me queda ni una gota.

Cierras tus labios entorno a la barra de carne y te vas despidiendo de ella poco a poco. A medio camino, abres los ojos y me miras endiablada. Te entretienes en la punta pero acabas abandonándome a mi suerte.

“Domita, cabullo”, balbuceas arqueando el cuello y con la boca llena, intentando no convertirte en un aspersor humano por la risa que está a punto de darte. Controlas. Me vuelves a clavar tus ojos verdes.

Abres la boca y me enseñas la descarga blanquecina, viscosa y ensalivada. Juegas con ella haciendo hueco con la lengua. Cierras la boca. Te la tragas. Das un chasquido con la boca y te brillan los ojos como cuando bebes coca-cola demasiado deprisa y te chispea en la garganta.

Te levantas, me abrazas y nos besamos. Pruebo el gusto de mi propio semen. Me agarras de la mandíbula, me coges de la barba, te acercas a mi oído. “Adiós Romita”.

Te vas de mi sueño como viniste. En el momento que te da la gana.

(···)

Me despierto. Voy a toda prisa al blog de la forera. Le pido disculpas y no entiende nada…

https://www.youtube.com/watch?v=RxKVWs_qYBk

Pufff qué calores...

[Baja_142391]

Iniciado por Romita

LA FORERA

Hoy, de nuevo, he soñado con una forera…

(···)

Entras en mi sueño sin llamar, colándote descarada. Tienes exactamente la misma edad que yo, pero tu cuerpo no lo sabe. Estás completamente desnuda, a los pies de una cama enorme. Tus grandes ojos, verdosos, me miran bajo esas cejas arqueadas y prometedoras. Me fijo en el frondoso vello que cubre los misterios de tu sexo. Pero me hablas y acudo raudo a tus labios, a tus dientes, a tu voz infantil.

“Es tu sueño Romita, no hay límites”.

“Yo no quiero hacer lo correcto, pa’ esa puta mierda ya no tengo tiempo”, te canto adoptando la ridícula pose de un rapero en la veintena. “Antes de despertar quiero el cielo. Pienso follarte hasta borrar el límite entre los dos”.

Me siento a los pies de la cama, a tu lado. Estás de pie. Tomo el arbusto sobre tu pubis con la mano, lo estrujo. Tomas mi cabeza entre tus manos y arqueas tu cuello. Enrosco tus rizos entre mis dedos hasta topar con tus labios. Grandes, gruesos. Fuerzo y encuentro sequedad.

Acerco mi nariz. Hueles al gel de baño que utilizaba de niño. Acaricio suavemente la mata y tu clítoris.
Me abrazo a tus caderas, te siento al borde de la cama. Pongo la mano en tu pecho y empujo hasta que quedas estirada. Me arrodillo entre tus piernas, subes tus pies al colchón, como si estuvieras en el paritorio.

Hundo boca y nariz entre tu coño a lo afro, disfruto de su aspereza. Me hago sitio con los dedos y mordisqueo el nacimiento de tus labios. Ya no hueles a gel. Se me inundan las fosas con un aroma fuerte, penetrante, ácido y picante. El olor del sexo.

Te lamo desde el culo hasta el ombligo, dibujando una línea recta perfecta con saliva y flujo. No dejamos de mirarnos calientes en todo el trayecto.

Navego con mi lengua entre las carnes de tu coño, paleando como un regatista que no quiere sortear la acidez intensa de tu flujo. Lo saboreo, lo destilo, lo trago, me embriago. Me abro hueco con dos dedos hacia tu interior. Nariz, labios y lengua siguen horadando tu vértice mientras índice y anular hacen lo propio en tu interior. Les doy la vuelta, como un garfio. Me aferro a un saliente rugoso y húmedo pegado a tu bajo vientre. Hurgo y raspo. Ahondo y presiono.

Estiro el brazo libre como un nadador y chapoteo por tus senos. Tus pezones podrían abrir heridas en la carne ahora mismo.

Elevas la cadera. Has cerrado los ojos. Has abierto la boca. Respiras con dificultad. Me das golpetazos con el pubis en la cara, como si quisieras mandarme al techo. Pero me mantengo firme. Trepano cada vez más hondo y con mayor vaivén con mis dedos; chupo, aspiro y muerdo con la boca; amaso, estrujo y pinzo con la mano libre.

Noto algo caliente en tu interior que sobreviene. Te derramas entre temblores, te aferras a mi brazo con una fuerza inaudita pidiéndome que pare. Salgo de tu interior, aparto mi cara que está empantanada.
Profieres un aullido quedo, juntas las rodillas y te agarras a las sábanas mientras te convulsionas. Hay un charco a los pies de la cama. Y en mi cuello. Y en mi pecho.

Silencio. Me miras, me agarras del pelo y estiras hacia ti. Estoy encima de tu cuerpo y me comes a besos. Me devoras, y lleno el interior de tu boca con el sabor de tu propio sexo. Exploras con tu lengua todos los recovecos de mi boca. Me llenas con el aliento de tus jadeos, bajas la mano y me estrujas la polla y los huevos.

Me aparto dolorido y sonriente. Te encaramas sobre mí como un felino sobre su presa. Tengo la polla durísima. Te frotas con ella y tu vello ensortijado irrita la punta. Desaparece de repente. Hay un lago entre tus piernas que me acoge cálido. Te bamboleas muy despacito. Me coges de las muñecas y llevas mis manos a tus pechos. Me pregunto cada vez cómo haces para tenerlos tan tersos, tan duros, tan bien sostenidos.

Vuelves a cerrar los ojos. Vuelves a abrir la boca. Tomo la iniciativa y entro y salgo cada vez más rápido, sacándola entera, metiéndola bruscamente. Tu culo chasquea cada vez que choca contra mis muslos. Noto una sensación burbujeante entre los huevos y mi miembro, pero controlo.

Ahora eres tú quien cabalga. Vuelves a tomarme de la muñeca y subes mi mano hasta tu cuello. Me aferro a él y tú sigues agarrada a mi muñeca, apretando mucho. Yo también aprieto y noto el pulso en las venas y arterias que descienden. Tengo la sensación de estar asfixiándote, pero no es para tanto.

Subes y bajas con violencia, somos un juego de pistones. Noto el agua cálida de tu fruto resbalando por los testículos, filtrándose hacia el culo, enfriándose a medida que cae.
Te hundes. Te quedas ahí y te refriegas. Pubis contra pubis, mi polla buscando unos límites que no encuentra. Liberas tu cuello, respiras fuerte, jadeas. Dejas caer la cabeza y cubres con tu melena negra mi cara, me haces cosquillas.

Salgo de ti. Sigo duro como una roca. Duele.

Pareces estar recuperándote, arrodillada sobre el colchón. Me pongo detrás de ti y te colocas tú como una yegua. Presiono con el exterior de mis rodillas en el interior de las tuyas. Cojo mi polla, la paseo por tu sexo, por el intersticio que lo separa del culo, por el aro de tu ano.

Te penetro fugazmente. Entro y salgo con rapidez. Estás chorreando. Estoy chorreando. Estás jadeando. Presiono en tu culo. Escupo. Pones tu mano en mi muslo pero no me detienes. Adelanto la cadera, me ayudo con los dedos. Entra apenas la punta. Veo tu mueca de dolor en el espejo que hay sobre la cama, pero al mismo tiempo me agarras del muslo y tiras hacia ti. Entra del todo, no sin esfuerzo. Me pides con un gesto que me detenga, que me quede ahí.

Te acodas sobre el colchón. Llevas tu mano hasta tu sexo. Lo frotas. Con fruición. Inicias un leve movimiento de vaivén. Mi miembro parece encastado y fijo pero, poco a poco, dilatas y, suavemente, va saliendo. Y entrando. Y saliendo. Y entrando…

Olvido que estoy dentro de tu culo y me maravillo con el paisaje. Tu nalgada, tus anchas caderas, el remonte de tu espinazo, la melena agitada sobre los hombros, tu perfil en triángulo reflejándose en los espejos. Ahora hay espejos, espejos por doquier.

Estamos por todas partes, el bombeo es ahora frenético, de tu sexo saltan chispas, mueves tus dedos como si quisiera descubrir el fuego de nuevo.

Ahora sí, gritas. Tu culo tiembla y se contrae, aprisionando a mi sexo. Quieres escurrirlo, pero no sucumbo. Te impulsas hacia delante y sales del todo, te estiras. Te abrazas al colchón, eres un cristo crucificado bellísimo dándome la espalda.

Yo sigo arrodillado, enhiesto, anhelante. Vuelvo a ponerme de pie, a los pies de la cama. Ahora eres tú la que se sienta. Me coges la polla, la notas dura y caliente y la metes en la boca. No tienes que forzar en absoluto para engullirla entera, noto tus labios en los huevos y en el vientre. Succionas como hace un bebé con el chupete.

Noto el semen llenándome los conductos, haces tanta presión con tu lengua que siento el bombeo y ya no puedo aguantar más. Descargo directamente en tu garganta. No haces ni una sola mueca, ni un salo asco. Aguantas hasta que no me queda ni una gota.

Cierras tus labios entorno a la barra de carne y te vas despidiendo de ella poco a poco. A medio camino, abres los ojos y me miras endiablada. Te entretienes en la punta pero acabas abandonándome a mi suerte.

“Domita, cabullo”, balbuceas arqueando el cuello y con la boca llena, intentando no convertirte en un aspersor humano por la risa que está a punto de darte. Controlas. Me vuelves a clavar tus ojos verdes.

Abres la boca y me enseñas la descarga blanquecina, viscosa y ensalivada. Juegas con ella haciendo hueco con la lengua. Cierras la boca. Te la tragas. Das un chasquido con la boca y te brillan los ojos como cuando bebes coca-cola demasiado deprisa y te chispea en la garganta.

Te levantas, me abrazas y nos besamos. Pruebo el gusto de mi propio semen. Me agarras de la mandíbula, me coges de la barba, te acercas a mi oído. “Adiós Romita”.

Te vas de mi sueño como viniste. En el momento que te da la gana.

(···)

Me despierto. Voy a toda prisa al blog de la forera. Le pido disculpas y no entiende nada…

https://www.youtube.com/watch?v=RxKVWs_qYBk

Romita, eres un crack

[Petrov]

Iniciado por Romita

LA FORERA

Hoy, de nuevo, he soñado con una forera…

Wenas

Un crack.... alguien lo duda, yo hace tiempo que no lo pongo en duda
Leyendo el relato.... me has puesto más caliente que el palo de un churrero.
Una cosa llega a la otra y....

.
Petrov

[Baja_134832]

Iniciado por Lara È

Pufff qué calores...

Iniciado por Rascatumbas

Romita, eres un crack

Iniciado por Petrov

Wenas

Un crack.... alguien lo duda, yo hace tiempo que no lo pongo en duda
Leyendo el relato.... me has puesto más caliente que el palo de un churrero.
Una cosa llega a la otra y....

.
Petrov

Gracias...

[Miriam Masajista]

El domingo soñé que me pusieron una expe muy mala La empecé a leer pero veía muy borroso y pensé que mejor sería leerla desde el móvil. Así que me desperté y entre al foro pero no había nada nuevo

Besitos

[Calamar]

Iniciado por MiriamMasajista

El domingo soñé que me pusieron una expe muy mala La empecé a leer pero veía muy borroso y pensé que mejor sería leerla desde el móvil. Así que me desperté y entre al foro pero no había nada nuevo

Besitos

Miriam, no te preguntaremos como sabias que la expe era muy mala, si todo se veía borroso, porque eso serían ganas de tocarte los cataplines.... y yo no soy de esos... ¿y como dices que lo sabías?

[Bésame]

Hay una forera con la que he tenido más de un sueño húmedo.
Y eso que nunca he intimado con ella.

[Baja_134832]

Iniciado por MiriamMasajista

El domingo soñé que me pusieron una expe muy mala La empecé a leer pero veía muy borroso y pensé que mejor sería leerla desde el móvil. Así que me desperté y entre al foro pero no había nada nuevo

Besitos

Tu sueño se ha hecho realidad.

[Miriam Masajista]

Iniciado por Calamar

Miriam, no te preguntaremos como sabias que la expe era muy mala, si todo se veía borroso, porque eso serían ganas de tocarte los cataplines.... y yo no soy de esos... ¿y como dices que lo sabías?

Ei Cala! Me encantan tus preguntas

Algo podía leer, pero más que las palabras lo que percibía era la emocionalidad del que escribió la experiencia.

Iniciado por Romita

Tu sueño se ha hecho realidad.

Pero un poco diferente Por cierto, no has exagerado un poquillo?

Un abrazo para los dos

[Jaason]

Soñé despierto.

Soñé con la presencia de una forera a mi lado. Que mientras yo estaba aquí sentado, me estaba mirándome con sus ojos, donde yo quería estar nadando. Que me sonreía cada vez que le veia la cara. Que su aliento erizaba los pelitos de mi cuello....

Soñé, en mi sueño, que ambos éramos eternament felices, sólo viendo que el otro estaba allí.

El timbre del teléfono me sacó de los sueños de mis ensueños, y me devolvió a la oscura realidad.

Pero de tanto en tanto, sigo pensando que está aquí, a mi lado, acompañándome.

[Baja_149388]

Pues la Verdad es que si he soñado con Forera pero no desvelaré la identidad de la o las foreras implicadas
Y ha habido de todo sueños erotico y otros que no tan solo eran sexo hahaha

[Kongo]

Yo tengo una duda que me da más que miedo... Pánico

No recuerdo haber tenido sueños foriles, pero si algún día los tengo... Y sueño en voz alta.... Y tengo alguien al lado que oye mis sueños...

Os ha pasado alguna vez? No hace falta que sea con la parienta (en este momento no tengo), pero estar durmiendo con alguien en la habitación (amigo, familiar, trabajo...) y que al despertarte te digan: Esta noche te has ido de putas en sueños... Tiene que ser de "tierra trágame"!!!