Sursum Corda

Un día de cabalgata de Reyes, esos inmigrantes que vienen cada año en barco, me pongo el mono de trabajar, me ladeo la gorrilla y me lanzo a descubrir un piso de barrio de periferia con encargada que me vende la moto. Al lío con lo que pasó…

CHICA

Nombre "artístico": Sara
Nacionalidad: Española
Edad: Anunciaba 30 la víspera de Reyes. Ahora veo que aumentó la cuenta hasta 34. Alguno más tendrá.
Fotos falsas o retocadas?: Verdaderas, con un corazón flechado para tapar la cara.
Valoración de Cara: Normal, con pelo largo negro, ojos marrones, boca piñón y alguna manchita roja en la cara.
Valoración de Cuerpo: De mediana estatura (1m60) con pecho natural suave agradable, cintura fina, culo redondo con alguna blandura y sexo depilado. Buen cuerpo con algo de batalla bien conservado.
Valoración de Carácter: Franca, directa, correcta. Cumple sin enamorar.
Vestimenta: Suje, braguitas y tacones.
Fumadora: Ni idea

CONTACTO

Teléfono: 688343213
Web/Anuncio: En Slumi, (https://www.slumi.com/escort-española-adicta-al-griego-profundo-y-al-frances--natural-id-2uca2)Sara, adicta al griego profundo y al francés natural.

Dirección: En Santa Coloma de Gramenet. Paseo Lloreng Serra 3X (en Slumi indica número, aunque el GPS no encuentra al tal Lloreng). Se aparca fácil pagando en la zona azul (que por cierto vale la mitad que en can Fanga)
Horario: De 12:30 a 20 todos los días

LUGAR DE ENCUENTRO

Ambientación/decoración:

Es un edificio de barrio con dos portales sucesivos. La escalera estrecha, pintada de blanco, ha sido restaurada con Silestone imitación mármol. A medida que uno sube se percibe la coliflor, las acelgas o el filete con patatas que se prepara en cada piso. En el nivel del piso hay un largo pasillo con muchas puertas de contraplacado de cartón; uno debe buscar una en la que no pone Felicidades con letras doradas, ni hay guirnaldas ni dibujos de Papá Noel. O sea, para que nos entendamos: el putiferio es el que no lo parece, no nos liemos.

El piso, bastante gélido, tiene 66 m2 y un largo pasillo con puertas correderas a los lados.

Visité dos habitaciones, casi iguales, de pequeñas dimensiones, donde cabía un somier de hierro sobre el que descansaba un colchón de muelles. Un aparato de aire caliente se ocupa de subir la temperatura rápidamente, aunque a uno le dé un pasmo si se coloca frente al chorro de aire, que pronto se hace agobiante. Un colgador de plástico, unos muebles de melaminé con bastante recorrido y unas alfombras de peluche completan el decorado de piso de barrio reconvertido.

El cuarto de baño, con sanitarios renovados y ducha correcta resulta adecuado para ducharse pero imposible para secarse porque hay el espacio justo para pasar de canto.

Valoración: Justito, justito para lo que vamos.

SERVICIO

Fecha de la experiencia: El día 5 de enero a principio de la tarde (hora de comer para algunos)
Tarifa contratada: 100 Euros fueron
Otras tarifas ofertadas: No pregunté otras, aunque otras chicas del mismo piso anuncian 50/media. Hay suplemento de 20 leuros para visitar el Partenón.
Duración real del servicio: Una hora justa de puerta a puerta
Besos/morreos? Besos, sí, aunque con poquita lengua, con los labios contraídos, no vaya a ser que se me ocurra profundizar
Francés/garganta profunda? Sin protección, con oficio y energía. En algún momento con roce dental, aunque iba yo muy ciego.
Cunnilingus? Yo lo intenté, dijo que muy bien, que se me veía aplicado… pero sin ovaciones ni exaltación alguna.
Sexo anal? Me dijo por teléfono que sí, que le encantaba, que sería genial… (si bien luego me percaté que fue su encargada con quién hablé y la que me presentó todo de la mejor manera). En todo caso, con 20€ por medio, se abre la puerta trasera.
Deja acabar en su boca/cara? Allí fue el segundo, aunque sin minuto de oro ni plata.

ASI FUERON LAS COSAS

Yo no quería atravesar Barcelona y encontrarme con la cabalgata y ese anuncio que hablaba de vicioadicción y profundidades insondables de griego llamó la atención pecadora de un culoveo-culoquiero. O sea, lo que viene a ser babear sobre el móvil.

Un corto sonido de llamada y me responde una voz, explicando que es independiente y que está en el piso particular solita con una compañera. Como no podía ser menos, para excitar la bestia que todos llevamos dentro, me dice que me hará de todo. En el menú besos ferreteros (de tornillo y alcayata), griego hasta el final, francés profundo y, si quiero, hasta punto de cruz. Me pide incluso que coma bien antes para coger energía porque, de otro modo, vendré sin fuerzas y me destrozará. ¡Jodé, qué miedo, neng!

Repongo carbohidratos, me bebo siete RedBulls para tener aleteos por todo el cuerpo y me presento ante su portal silbando un tango de temporada:


Al llamar a la hora justa me pide que suba y ¡zasca! me abre una rubia en ropa de combate zezuá que me lleva a una habitación y me anuncia que Sara está liada pero que, si quiero, me lo monto con ella.

-Esteee, ejem, es que ella me dijo…
-Ah, que quieres con Sara porque hace griego.
-Ναί, ίσως (que viene a ser Sí, a lo mejor)
-Pues espera aquí, sé bueno y te traigo algo de beber.

Como la espera se prolonga, miro el anuncio de Natalia (así se llama la mujer rubia de ropita ligera) y cuando vuelve le doy unos consejos de imagen que ha aplicado porque cambió sus fotos que la presentan ahora con su mejor culo, fiel a lo que pude escudriñar.

En la habitación, con el calefactor a tope y vestido para el frío de temporada me siento pollo en invernadero y la bebida se agradece.

A la media hora de reloj despertador aparece al fin Sara, pizpireta y eficaz, mandándome a la ducha y enseñándome que ella tiene buen culo. Lo admiro y reparo en un bonito capricho en forma de fresa, aunque ella me baje de golpe a la realidad, explicando que se trata simplemente de un forúnculo que se le reventó y le dejó una manchita de lo más sugerente.

En fin, ceño un poco el frunce y cambio de temática, porque, si no, me arrugo. Y, sin transición, vamos pues al lío saltando de alfombra en peluche para no tocar el suelo helado.

Hay magreos varios, exploraciones en su Sur que no está para muchas fiestas (“no tiene el chichi para farolillos”, que diría un lugareño) y me dejo dar actividad al manubrio, que Sara acompaña de alguna incursión bucal.

Cambiamos a la coyunda per se y, con diecisiete posiciones que sería prolijo enumerar, me dejo ir en menos de medio minuto de reloj de cuco. Y la verdad es que no está nada mal eso del orgasmo.

En el interludio hablamos de patafísica y de metempsicosis. La cosa es ir sacando temas con que dejar atrás la imagen del grano reventón. A mí me costó, así que os lo recuerdo para que os solidaricéis conmigo.

Me pregunta si tendré fuerzas para más y le digo, con mucho ánimo gallardo, que yo visito Grecia ahora mismo si se tercia. Se coloca a cuatro y allá que me voy.

Ah, no, que es con suplemento, pues me dijiste por teléfono que no, pues no sería yo, que me dijiste que hasta punto de cruz, que yo no hablo así ni digo esas cosas, pues vale, nena. Así que, entendiendo que la encargada tiene muchos recursos de captación y cazado como absoluto pardillo, me resigno a quedarme sin lenguas clásicas.

Eso sí. Jugamos a perritos acoplados al ritmo del uyuyuy, previa lubricación adicional. Nos enzarzamos incluso en una cabalgata con cuerpo arqueado y cara hacia atrás para más morbo y menos besuqueo.

Al fin, con un francés de buen natural acabo dejando ir parte de mi ser, cuando, impulsada por un resorte, Sara aparta mi palpitante pocoyó, exclamándose, con mucho cachondeo y poco morbo que allí sale más que en las fuentes de Canaletas. Sí, las fuentes de Canaletas, jajá, jojó - repite ella festejando la ocurrencia, mientras yo me siento surtidor con el grifo cortado.

Un minuto después siento que mi periplo allá concluyó, con lo que doy paso a otro que seguramente la encargada, diligentemente, le ha agendado a la señorita Sara.

Valoración de la implicación: Se lo curra, si bien algo más de sensualidad, aunque uno sea el enésimo cliente y el morbo sea algo impostado, le hace a uno sentirse mejor. En todo caso, cumple como correcta profesional.

Valoración final:

En lo mejorable, el ambiente del piso, la espera y la proposición de cambio, el engaño de la encargada que se hizo pasar por ella y, ya digo, la escasa sensualidad.

En lo mejor puedo mencionar algunos momentos de la felación y la visión de su grupa de cintura estrecha y redondas posaderas que me hizo pensar en hacer de tó. Bueno, eso y que los Reyes me trajeron carbón del bueno y eso da mucha energía.

Imágenes Adjuntas