Petrov

Buenas


Petrov

sanabres

TUS OJOS

Esos ojos tuyos
que son dos luceros
me encienden el alma
cuando quiero verlos.

Son como puñales
que van muy directos
a herir ese músculo
donde hay sentimientos.

Esos ojos tuyos
esos ojos bellos
llenos de dulzura
son como destellos.

Azul sus pupilas
azul como el cielo
ese azul profundo
me pierde y lo anhelo.

Classman

sanabres

la noche...


brillan los astros en la noche estrellada,
y las avecillas anidadas en sus nidos estan.
la luna hermosea con sus rayos de plata,
y en la noche todo es calma y serena paz.

solo los grillos cantan sus serenatas,
la ciudad duerme y tambien el prado.
a ratos, una leve brisa hace mas grata
la noche en donde todo es placentero descanso.

nando_barra

sanabres

Mi mariposa de alas doradas [ESPERANZA]

Sonrío, inevitablemente sonrío,
cuando encuentro vestigios en la crisálida
de que sí existe la mariposa de alas doradas.
Soy como el gallo y canto cada noche mi despedida,
porque al ocultarse el sol
parece que la muerte me abriga,
empero, al despertar, no puedo creer
que respiro todavía y que mi existencia esté
abarcando un día más.
Mi único vicio es la cafeína,
sobre todo por su seductora feminidad,
su aroma y la suavidad
con que me exalta hasta tocar el cielo.
Suspiro por volver un día a ser
nuevamente polvo de estrellas,
por eso la hostia que recorre el firmamento,
de orienta a poniente, envuelta de fuego,
me mantiene en estado permanente
de acción de gracias...
y soy amante de la noche,
de su silencio y de su misterio,
que en los plenilunios
me transforman en un ente nocturno.
Soy esencialmente taciturno,
por eso disfruto mucho estar
a solas conmigo mismo,
no siento frío alguno desde que el calorcito
en mis entrañas se vivifica,
gracias a los vestigios de la mariposa
de alas doradas que hallé en la crisálida.
nada tengo que ofrecerle,
le ofrezco la inmortalidad de mi alma,
la puerta está abierta en mis ojos cafés,
tan oscuros que en mi iris se refleja
el brillo de su alma,
el resplandor majestuoso de mi mariposa
de alas doradas,
cuyos vestigios hallé en la crisálida.

Eduh Siqueiros

feliz año nuevo.

Baja_145081

Soneto 68 - William Shakespeare

Hubo un tiempo que este soneto de Shakespeare se grabo muy fuerte dentro de mi, todavía hoy, cuando lo leo, me invaden un sinfín de emociones, supongo que hay veces que el tiempo no todo lo cura...

sanabres

Mi café

Llegó un nuevo amanecer
hoy quiero que seas mi café
que te poses bien caliente
y con mucha dulzura
en mi taza de ensueños
despertar todos mis sentidos
e iluminarme en la mañana
con tu amor y cariño.


Hiram Figueroa

Petrov

Buenas


Petrov

sanabres

EL PAJARO DE ORO


Volaba sobre los altos pinos.
Lo perseguía
un rayo de sol.

Cuando éste
se posó
sobre él,
lo convirtió,
en el pájaro de oro.

Paleornis

sanabres

Feliz


Carlos Gustavo Gerez

sanabres

moonligth

Empezaré por lo siguiente
mi momento de gloria
acariciar tu espalda.

Como si leyera cada surco, uno a uno cada dedo de mi mano saborea la epifanía, encontrarse con tu piel
cada centímetro recorrido, tus ojos cerrados y una sonrisa que no quería borrar, no dejaría de de mirarte,
pero tenia que volver al instante, probar tus caderas, recorrer-te, seducirte un poco mas, dejarte ser, dejarme llevar
llenarme de eso, que estaba en el aire, era el momento entre tu y yo, dejar entrar el encuentro, sin tanta precaución.

Sonreías, me encantaba
podía hacerlo, no perderme nada
escudriñarte con mis dedos y con la mirada
¿Saldríamos bien de eso?
el silencio sugería
la acción no preguntaba.

¿Lamentarme luego?, tal vez
no hemos estado ahí antes
al tenernos no había miedo
importaba todo y no preocupaba nada
ganamos el momento
era nuestra la estocada.

Lo acepto!
solo quería dejarme caer
perderme para siempre
la gloria, tu piel
hacerte sonreír
volverte a mirar
poder ser.

Conocer cada momento
tus deseos perversos
juntarme a tus entrañas
la idea de un beso
que entro por la izquierda
encontró mi mirada
y tiernamente quedo clavada

Pero no paso un beso
no llegue a la gracia
fue un sueño, casi gloria
y desperté sin luna ni cielo
en un planeta abandonada
con ojos brillantes te pensaba
no te olvides me recordaba.

-- lo siento, no quiero soltarte --
reíste, me dejaste abrazarte
lo hiciste, con tu cuerpo me llenaste.
de mis ojos tu encuentro, no ha podido borrarse.
librarian

Lara È

Petrov

Buenas

.

Petrov

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La Felicidad...


Freddy Kalvo

Baja_145081

.....

Te digo adiós y acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, apasionado y loco
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No se si te ame mucho... no se si te ame poco...
pero si se que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo
y el corazón me dice que no te olvidare,
pero al quedarme solo, sabiendo que te he perdido,
tal vez empiece a amarte como jamas te amé.

.....

sanabres

LOS AMORES QUE SE HAN IDO

LETRAS SIN DESTINO

Cancún

No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Ésta fue —y no otra— la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres.

¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. ¡María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

autógrafo

pornosaurio

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria,
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca,
caracola terrestre, en ti la tierra canta!

En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
como tú lo desees y hacia donde tú quieras.
Márcame mi camino en tu arco de esperanza
y soltaré en delirio mi bandada de flechas.

En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla
y tu silencio acosa mis horas perseguidas,
y eres tú con tus brazos de piedra transparente
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida.

Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
en el atardecer resonante y muriendo!
Así en horas profundas sobre los campos he visto
doblarse las espigas en la boca del viento.

Poema 3 de 20 poemas de Neruda

Petrov

Buenas


Petrov

pornosaurio

Nadie llegó hasta mí con este paso
de tu esbeltez en mármoles reflejos.
Tu sangre lio a sus vínculos espejos
de imágenes ligeras al acaso.

Cristal de sangre cuya luz traspaso,
tu cuerpo enardecido de reflejos;
tu cuerpo de reflejos circunflejos,
tu cuerpo oscuro desenvuelto en raso.

Tendí la voz al horizonte puesto
como el pan en el cielo de tu ausencia.
Me envuelve tu llegar, tu voz, tu gesto,

tu crueldad, tu tristeza y la terrible
certidumbre de estar en tu presencia
lleno de amor y muerte inextinguible.

Poema IV de Carlos Pellicer

sanabres

SEÑORA BONITA

Con paso airoso y cadencioso
Cual obra de artística pintura
Moviendo cadenciosa la cintura
Va tierna con paso silencioso.

Su nobleza es admirable
Su virtud, dignidad y nobleza
Solo es comparable con su belleza
Es mujer hermosa y honorable

Desde horas tempranas
Yo la amo señora bonita
Hasta cuando doblan las campanas.

Usted no es culpable señora bonita
Que la ame con pasión tardía
Pero yo la amo con ternura infinita.

Lima, 31 de enero del 2020



JAVIER SOLIS