Casanova

Concordancias

Dios hizo el coño, ojiva enorme,
para los cristianos,
y el culo, amorfo medio punto,
para los paganos;
para las cánulas y los cauterios,
hizo los lunares,
y para los troncos solitarios,
hizo los dedos.

Théophile Gautier

Marcelx

Unes mans petites
Uns llençols clars cobrint un cos nu
La timidesa com a companya
Un apropament suau i feble al cos
Una cama dolça tremola
Una respiració forçada per l'excitació
Uns dits ensalivats, que tremolen, que acaronen
Una mugrons ferms i sensibles al cim d'uns pits joves i blancs
Unes mans petites
Unes cames que es mouen
Una vulva acaronada amb inocència
Unes mans petites
Uns pits, uns mugrons, una vulva humida
Unes mans petites
Uns moviments espontanis
Uns llençols que no calen
Un cos nu acaronat per unes mans petites

Pescondido

Yo soy
la responsable
del desorden.

Yo escuché
la palabra
amor.

Valeria Pariso

Pescondido

Llegué al pétalo de tu piel
inventamos un tren sin destino
una noche sin amanecer
dispuestos a un beso
destinado al desencuentro
látigo de un verbo obligado.
Llegué a tus brazos de humo.

Claudio Ernesto

pornosaurio

Nina Sweet

Casanova

La bacante

Allí, escondida en las habitaciones.
Ah, conozco sus gestos antiguos
la belleza de los muebles
el perfume que flota en su sofá
y su ira
que despedaza algunas porcelanas.
Husmea las flores encarnadas
las estruja nerviosamente
-esa belleza la provoca-
las rasga las lanza lejos
caen los doseles sobre el lecho
se pasea febril por las habitaciones
está desnuda y nada la sacia
abre cajones sin sentido
enciende el fuego en la chimenea
regaña a las criadas
y al fin temible, con el hocico temblando,
se echa desnuda en el sofá,
abre las piernas
se palpa los senos de lengua húmeda
mece las caderas
golpea con las nalgas en el asiento
ruge, en el espasmo.

Cristina Peri Rossi

pornosaurio

Cuando, después de amarnos, te coges el cabello
desordenado, ¡cómo son de hermosos tus brazos!
cual en un libro abierto, surge la letra negra
de tus axilas, fina, dulce sobre lo blanco.

Y en el gesto violento, se te abren los pechos,
y los pezones, tantas veces acariciados,
parecen, desde lejos, más oscuros, más grandes…
el sexo se te esconde, más pequeño y más blando…

¡Oh, qué desdoblamiento de cosas!
Luego, el traje
lo torna todo al paisaje cotidiano,
como una madriguera en donde se ocultaran,
lo mismo que culebras, pechos, muslos y brazos.

Es de Juan Ramón Jimenez

Marcelx

Debía conocer mi cuerpo
El agua recorría y me bañaba
Mi cuerpo tenue, joven y firme
Mis manos algo temerosas, pero científicas
Caricias suaves entre el agua que cae
Era la primera vez que me atrevía
El rostro, el cuello, la espalda
Los senos entre mis dedos y el agua tibia
Los pezones algo duros. Sensación no conocida.
Y el agua surcando mi abdomen buscaba mis muslos
Y se detenía, aunque escasamente, en mi sexo
Mi sexo libre de vello brillaba mojado
Caricias suaves entre el agua que cae
Conocimiento y sentimiento
Unos labios mojados
El clítoris entre mis dedos por primera vez
Conocimiento y sentimiento
Era la primera vez
Debía conocer mi cuerpo
Y el agua sigue corriendo
Mis muslos aterciopelados por mis manos tímidas
Y el agua baña mis pies y sigue su camino
Era la primera vez
Debía conocer mi cuerpo
Conocimiento y sentimiento

pornosaurio

Sueño de amor


Nuestra última cita;
Bailamos,
reímos,
nos besamos ...
Tus caricias, sinceras,
siempre sabias,
enloquecieron mi deseo,
nuestros cuerpos se amaron,
paramos ... nos miramos
nuestras almas se abrazaron
y el tiempo se paro un instante ...
sin saberlo, soñamos ...
- Si, eres una princesa -
tu me lo preguntabas
y yo, mientras, te miraba,
pero no te miraba a ti ...
Te miraba mas lejos ...
no miraba tu reflejo
miraba lejos, mucho mas lejos
tras la superficie del espejo.
Un lugar donde siempre
tu y yo nos tendremos,
un lugar donde juntos
en nuestros sueños amaremos ...
Ese lugar, princesa,
es tu reino.
Donde veo tu sonrisa,
donde huelo tu fragancia
de chicle de fresa
donde me acaricia,
tu brisa,
tu esencia,r
tu valor ... tu sonrisa
donde cualquier hombre,
después de conocerte,
perderá la conciencia.
Ese reino me lo llevo,
lejos, muy lejos ...
tan lejos que al mirarlo,
recordaré que aun soñando,
no podré olvidar jamás,
el amor, que en momentos,
de manera fugaz y furtiva
sentí por tí,
si, por tí ...
mi princesa de la sonrisa.
Ahora solo queda el sueño,
sueno de amor
lejos, muy lejos...
pero real en el recuerdo.
Capaz de hacer que un hombre,
ame un sueño,
una brisa,
una esencia,
una manera de amar ...
y una Sonrisa.

Es de Pornsaurio

Pescondido

Mía

Mía: así te llamas.
¿Qué más armonía?
Mía: luz del día;
mía: rosas, llamas.


¡Qué aroma derramas
en el alma mía
si sé que me amas!


¡Oh Mía! ¡Oh Mía!
Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.


Yo triste, tú triste…
¿No has de ser entonces
mía hasta la muerte?


Rubén Darío

Casanova

Canto a mí mismo.

A través de mí brotan voces prohibidas,
voces de sexos y lujuria,
voces veladas y yo aparto el velo
voces indecentes, clarificadas,
transfiguradas por mí.
Cubro mis labios con la mano,
Me conservo tan puro en las entrañas
como en la cabeza y el corazón,
La cópula no es para mí más vergonzosa que la muerte.
Yo creo en la carne y en los apetitos,
Ver, oír, tocar, son milagros,
y cada parte de mí es un milagro.

Song of Myself, Walt Whitman (1819-1892)

pornosaurio

Casanova

Anticanto de amor,
quién te beberá, quién
pondrá la boca en esta
espuma prohibida.
Quién, qué dios, qué
enloquecidas alas
podrán venir, amar
aquí.

Donde no hay nada.

Antonio Gamoneda, Incandescencia y ruinas, V

pornosaurio

Anya Lee

San Valentin erótico...

Lara È

Que paséis buena noche

Casanova

Lucía Martínez

Umbría de seda roja.
Tus muslos como la tarde
van de la luz a la sombra.
Los azabaches recónditos
oscurecen tus magnolias.
Aquí estoy, Lucía Martínez.
Vengo a consumir tu boca
y arrastrarte del cabello
en madrugada de conchas.
Porque quiero, y porque puedo.
Umbría de seda roja

Federico García Lorca

Pescondido

Hay mujeres
que aparecen como los aciertos:
a tiempo y sin esperarlas.

Que se atreven y se quedan
y tienen el pelo del color de tu almohada

Elvira Sastre

Casanova

A una estàtua en un jardí

Només per tu l’íntim calfred
de les flors mig obertes, l’aire
fragant d’aquell indret
que centra, pàl·lid, el teu aire.

Ara et lloa el més pur alè
d’una jove naturalesa,
i cada mà ja no sap què
posseir sinó la nuesa.

Però no mai gosa tocar
més que la teva llunyania
que entre verdors, alta, somnia,
i et miren d’una mica enllà.

J.Vinyoli