Quinto

cliente
edad del cliente: 54+1

chica
nombre "artístico":mery
nacionalidad: sudamericana
edad: no anunciada, le calculo unos 30
descripción física: las fotos se ven solo de espaldas y son poco concretas, lo mismo podía ser ella que otra cualquiera
valoración física de la chica:el conjunto es de 7 porque le falla el pecho, para un dominante es un poco pequeño, pero tiene una piel muy suave, unos labios gruesos y suaves que da gusto morder y con los que chupa que es un primor. Buen culo y caderas, el coñito muy estrechito al principio aunque luego dilata bien, el culo cerradito pero se ve que admite bien. Piernas duras y torneadas. Delgada y con poco pecho
vestimenta:se presenta con una especie de combinación, faldita muy corta , medias a medio muslo y zapato de tacón alto, con el pelo suelto. Fumadora:no parece serlo y si lo es no se le nota

contacto
teléfono: 934518062
web/anuncio:http://www.mundoanuncio.com/anuncio/sumisa_mery_de_nuevo_en_villarroel_1323570292.html
dirección: villarroel 68, principal 1ª
horario:te informa al llamar

lugar de encuentro
ambientación/decoración:sala preparada con cruz, potro, grua de suspension y una pequeña cama. Dispone de diversos objetos, latigos de 7 colas de distinto tamaño y peso, fusta, paleta, correas... La decoracin es correcta, la habitacion con luz aunque el espacio es un poco reducido para hacer gatear a la sumisa. Cuarto de baño limpio
valoración:8

servicio
fecha de la experiencia: 25 nov a las 14,45
tarifa contratada: 120 euros (servicio de sumisa sin escatologia ni griego, castigo medio) 1 hora
otras tarifas ofertadas: suben hasta mas de 300 las sesiones mas fuertes, ofrecen dos sumisas con nivel medio-alto y dos con nivel bajo. Duración real del servicio: 55 minutos porque no aguanté más
besos/morreos? si
francés/garganta profunda? si, sin protección
cunilingus? sí aunque no llegué a hacerlo
sexo anal? sí, si se contrata
deja acabar en su boca/cara? sí, en ambas aunque si le das a elegir prefiere la boca por eso de que le escuecen los ojos si la salpicas en ellos

relato del encuentro:
habia llamado con una hora de antelación preguntando por el anuncio de mery, me contaron un poco la pelicula de horarios y servicios y tras preguntar con concrección sobre el tipo de servicio que deseaba, a saber, un sado medio-ligth, sin griego, sin lluvia dorada, en el que humillara fisica y verbalmente, emplease latigo y fusta de forma moderada y pinzas, me informan que ese servicio tiene un coste de 120 euros la hora. Acordé que me presentaría en una hora y así aparecí por la casa a las 14,45. Me abrio la puerta la encargada, abajo hay portero automático en el que el tiembre aparece marcado en negro para evitar errores,y me pasaron a una habitacion normal con una cama. Al preguntarme por el servicio que deseaba les informé que había llamado hacía 1 hora y que quería una sesion con una sumisa. Calló en la cuenta inmediatamente pregunatndome si era yo el que había llamado antes, dando a entender que estaba la habitacion reservada para mi (luego averigüe que hay otra más). Me llevaron a la habitación de sado donde, como ya expliqué antes hay una cama estrecha, para una persona, nada más entrar a la izquierda y pegada a la apred bajo una ventana que estaba abierta pero que da a un balcón, frente a la cama una cruz de madera ligeramente inclinada pero bien anclada y con ssoporte para atar en varias posiciones, a su lado un potro de cuero con repisa para que la esclava se coloque de rodillas en el y apoye estomago y pecho contra el otro tramo que desciende a modo de tobogan y que cuenta en la parte inferior con anillas para atar las muñecas. Las rodillas se fijan al potro a la altura de la pierna con correa igual que la que se puede usar a la altura de la cintura. Justo encima existe una grua manual de suspensión que funciona adecuadamente. En la pared se encuentran colgados distintos accesorios, correas de cuello, tobillos y muñecas, mascara, arnes, latigos de distintos tamaños y pesos, fusta, palmeta cuerdas, separadores de piernas (barra de madera con anilla en los extremos), etc.. Y en la pared lateral un gran espejo de cuerpo entero de forma que situando a la esclava en cualquiera de los aparatos se puede ver ella y el amo puede observar como la meneja. En general bien equipada.
En esa habitación la encargada me ofrecio los servicios de dos sumisas de nivel medio alto o de dos de nivel bajo, le dije que habí venido a por mery pero me preguntó que si aun así no quería ver a la otra sumisa de nivel medio alto que tambien estaba y que se llamaba andrea. Le dije que como el mirar no costaba queme pasase a las dos, pasaron sucesivamente mery y andrea y decidi quedarme con la primera, más fina, delgadita y joven que la otra.
Volvió a entrar la encargada le dije que pasaría con mery y pagué el servicio. A los 5 minutos volvio mery, me dijo que si la acompañaba a lavarme y que, por favor, me quitase toda la ropa (esta parte es la que no termino de gustarme del todo puesto que cuando empiezo el servicio con la sumisa a mi me gusta ir vestido para demostrar a la esclava la diferencia entre el amo y ella, el uno vestido y ella totalmente expuesta). Me llevó al baño y en el bidet me lavo bien todo el conjunto incluida la retaguardia. Luego se lavó ella y pasamos al cuarto. Me preguntó entonces que si quería que tarjese algun juguete, le dije que sí, que quería algún consolador y por lo menos unas pinzas. Salió y volió con un consolador de tamaño muy normalito y unas pinzas metalicas unidas con una cadena. Por fin empezabamos, se habia hecho largo pero solo eran las tres menos 5. Tapado con mi toalla a la cintura le contesté a su solicitud de desnudarse diciendo que ya se lo ordenaría yo cuando lo considerase oportuno y que desde luego lo haría para pasar el examen veterinario y el ginecológico. Comencé el juego con las preceptivas instrucciones sobre tartamiento y actitud. Yo sería solo "mi señor" o "mi amo", solo se le admitirian las palbras "si mi amo/ señor" y "gracias mi amo/señor" y aquellas que le ordenase pronunciar en función de su actitud y castigos impuestos. Asimismo le informe que su nombre a partir de ese momento sería el de "esclava", "perra, "puta", "cerda" o cualquier otro que yo quisiera empelar, que no debería levantar la cara salvo que se lo ordenase y que cualquier trasgresión de esas normas sería motivo de castigo y que estos vendrían a voluntad si a su amo le apetecia proque era una esclava sin derecho mas que a hacer disfrutar a su dueño. Comenzamos el examen veterinario haciendola caminar por la habitacion tanto bipedestada como a 4 patas, em gustó el movimiento de sus caderas y culo. Ordene despues que se sacara los pechos y me los mostarse para evaluar. Bueno, este es quizas su unico fallo. Tiene el pecho muy pequeño, apenas sobresale y los pezones y areolas son casi masculinas, siendo estas ultimas muy pequeñitas. Lastima que no tenga unos pechos de mayor volumen para poder darles algun cachete. Bien, con independencia de esto, el tacto es suave, firme y agradable, lo mismo que espalda, vientre (liso y suave). Continué con el examen llegando a su sexo y culo( aunque estos serían motivo de un examen mas detallado posteriormente), piernas, muslos ect.. Realizo varias flexiones de piernas con manos en la nuca y piernas bien abiertas, permaneciendo en la posicion mas baja un ratito y pude comprobar la fortaleza de las mismas y la buena apertura de labios vaginales en esa posición. Tras un paseo por la habitación en las dos posiciones en que lo había hecho vestida. Como perra que era sus unicos atributos deberian ser el collar y la correa aunque finalemnte decidi precindir de ésta última y en su lugar sí le coloqué unas muñequeras y unas tobilletas de cuero con grilletes por si necesitaba amarrarla como hice luego, a continuación y una vez adornada con sus correas pasamos al examen ginecologico. Ordene que se tumbara en la cama boca arriba, piernas bien abiertas y en alto, sujetandoselas ella misma de forma que los muslos tocaran su pecho para poder tener mejor acceso a su aparato reproductor. Me pregunto (fue un motivo de caastigo por ropmper las normas-tal vez demasiado estricto) si quería utilizar guantes de latex le dije que no, que por mi no los usaría peroq ue si ella tenía algun problema ... No tuvo inconveniente y tras lubricarla un poco procedí a la exploracion. Tiene un coño muy estrechito, con unos labios menores pequeños que apenas sobresalen y unos mayores que tienen un cierto volumen.al principio solo entraba y casi con dificultad un dedo, luego se fue ampliando a medida que dilataba a dos y tres. Lubricó naturalmente al poco tiempo y ya no se precisó en toda la sesión de lubricante artificial.lo dicho, sexo apretadito aunque dilata bien. A continuación pase a examinar el conjunto desde atras, a cuatro patas la esclava,con la cara ey el pecho apoyados en la cama de forma que quedasen abiertos y expuestos coño y culo. De nuevo este ultimo muy estrecho y apretadito aunque al pasar el dedo en circulos sobre el se iba abriendo poquito a poco. Contento con los examenes me dispuse a aplicar el primer castigo por la falta cometida( no le había autorizado a decir otras palabras distintas a las que ordene al principio y preguntarme por los guantes fue una trasgresión de las normas).
Decidí aplicar el castigo en la zona examinada y así ordene que adoptara la posición de en pie con manos en la nuca y piernas abiertas para proceder a darle cinco cachetes en el coño. Como se flexiono en un par de ocasiones, abandonando la postura ordenada le comunique que sería de nuevo castigada. En esta ocasión la coloque en el potro, de rodillas, vientre y pecho apoyados en la zona descendente, brazos estirados para amarrarla a las anillas del potro mediante las correas que llevaba colocadas, pase la correa por sus piernas a la altura de las corvas y ate la misma al otro lado, de la misma forma la ate a la altura de la cintura con la otra correa para que quedara inmovilizada. Escogí una fusta de la de los caballos y le indique que fuera contando los azotes que con la misma le daría en el culo y los muslos.
Y de nuevo aquí otra sorpresa, tras el primer golpe (que fue bastante suave) me indicó que podía dar más fuerte (de nuevo su voluntad de agradar le valió otra reprimenda y la indicación de que iba a sufrir un nuevo castigo) cosa que agradeció. Procedí a aumentar la intensidad de los golpes de fusta (debo reconocer que no eran fuertes puesto que además el servicio contratado no era es). Al final, tras agradecerlos permaneció en la posición mientras pasaba mi mano por la zona azotada y le añadía algún cachete con la mano.
La desate e indique que el siguiente castigo se llevaría a cabo en la cruz pero que antes debería mostrar su agradecimiento al amo lamiéndole el pecho y vientre, le puso tanto empeño e interés que perdí la toalla y como había sido ella la responsable le anuncié que le esperaba otro castigo mas. Esto no la desanimo y continuo lamiendo y restregándose como una gata en celo.
La retiré agarrandola por el pelo y la llevé hasta la cruz donde la até dándome la espalda pues el siguiente castigo iba a ser el látigo de siete colas (cogí, la verdad sea dicha, el más ligero). De nuevo ordene que fuera contando los golpes que distribuí por la espalda, nalgas, y muslos, agradeciendo a su vez cada uno de ellos a su amo y que en todo momento mirase al espejo para que pudiera ver como era castigada. resolvió tan bien la prueba que decidí que, si al cambiar de postura para cumplir el ultimo castigo que tenía pendiente lo hacía como hasta ahora, la premiaría dejando que se masturbara.
La desaté anunciando que ahora los latigazos (repito nunca de una gran intensidad) le serían administrados por delante y en las mismas condiciones, contando, agradeciendo y viéndose flagelada. De nuevo comencé con la tanda, diez azotes repartidos entre pechos, vientre, costados, muslos y finalizando en el sexo. Cumplió francamente bien por lo que tal y como había pensado, decidí dejar que se masturbase.
Solté su mano derecha de la cruz y le dije que podía acariciarse y tocarse, siempre mirándome y sin llegar al orgasmo sin mi correspondiente autorización, autorización que ya tenía previsto no darle aunque estuviera más que a punto. Comenzó a acariciarse mientras yo me sentaba frente a ella en la cama, al cabo de u rato la ordene parar y pregunté como estaba. Me contestó que se estaba poniendo muy caliente en vista de lo cual decidí, para que se fuera “refrigerando” colocarle las pinzas metálicas en los pezones y hacer que sujetase la cadena que la unía con los dientes. La deje en esa posición mientras cogía y enfundaba el consolador que había traído y que le entregué ordenando que se masturbase con el. Comenzó a introducírselo y volví a mi posición frente a ella. Al cabo de un rato empezó a balbucear (no podía soltar al cadena pues le hubiera costado otro castigo) que se estaba poniendo muy caliente y pedía permiso para correrse, dejé que insistiera y se retorciera un poco más urgiéndola a que se introdujese con mas ritmo el consolador. Cuando parecía que estaba dispuesta a aceptar otro castigo por correrse sin permiso la ordené que se detuviera. Me acerqué a ella, le retire el consolador e introduje los dedos en su vagina. Estaba empapada.
Vista la situación la desate y decidí rebajar de nuevo sus deseos, en esta ocasión quitándole las pinzas de los pezones que es un suplicio mas doloroso que el tenerlas puestas (debo reconocer que fui muy delicado y se las quite despacio, no de un tirón, y además no le apreté después los pezones).
Como estás muy salida, le dije, te voy a dejar que actúes como la perra salida que eres y te voy a permitir que te restriegues contra la pierna de tu amo como hacen los perros. Me senté, estiré la pierna y dejé que se montase encima de ella y comenzase a restregarse como una perrita. De nuevo empezó a calentarse, lo note en lo mojada que me estaba dejando la espinilla así que decidí levantarla y que lamiese todo aquel líquido que había derramado por la pierna. Se colocó de rodillas y empezó a lamer, desde la espinilla hasta el empeine subiendo y bajando lentamente una y otra vez. Cuando consideré que había hecho su trabajo la ordene adoptar su postura de en pie con las manos en la nuca y las piernas abiertas. Me fui hacia los condones que estaban colocados en una repisa y cogiendo uno se lo entregué para que me enfundara pues, tal y como le dije, lo siguiente que haría sería follarmela.
Me enfundó con rapidez y precisión, para entonces yo estaba como un burro, ordene que se tumbara nuevamente y que subiera bien las piernas puesto que iba a tener que recibir con todos los honores a su amo. Con las patas bien levantadas aguantó perfectamente el empujón que di para metérsela hasta los huevos. Le avise que no quería oír ni un suspiro por su parte y lo cierto es que cumplió aunque el ritmo de su respiración aumento sensiblemente. Como no quería correrme puesto que aun me quedaba tiempo se la saqué y tras darle un cachete en el coño la ordené ponerse a cuatro patas, como la perra que era. De nuevo aviso de que no quería gemidos mientras se la metía en esa posición y si notaba cualquier ruidito le iba a calentar el culo con unos buenos azotes. Estaba claro que hiciera ruido o no iba a recibir unos azotes ene se magnifico culito blanco. Aguantó muy bien tanto las embestidas como los azotes y, otra vez, cuando empecé a notar que estaban viniendo las ganas de estallar, la saqué y me levanté.
Me quite la goma y ordene que limpiara con su lengua toda la cabeza y el mástil pues tenía todo impregnado de líquido preseminal. Lamió con rapidez y grandes lengüetazos, interrumpida por mi que el sujetaba del pelo de vez en cuando (básicamente para no correrme pues aun no había probado la suspensión y no quería dejar de hacerlo-me atraen las esclavas en esa posición, totalmente estiradas y tensas.
Ordené que se dirigiera a la grúa de suspensión y que se colocara. Enganché las correas a la barra y ordené que separase mucho las piernas, quería ver como se le iban cerrando al ir elevando o si, por el contrario era capaz de mantenerlas abiertas incluso estando colgada. Lo cierto es que las mantuvo abiertas lo que me proporcionó una gran alegría y decidí premiarla. La descolgué un poco de forma que quedase casi de puntillas, la enfrenté al espejo ordenándole que se mirase bien y a continuación, ya sin toalla que había perdido hacia tiempo, me coloqué detrás de ella, podía verla estirada, colgada y con mi cabeza y tronco asomando por detrás, le agarré un pecho y dirigí la otra mano a su entrepierna comenzando a masajearla el clítoris y meterle los dedos en el coño. Viendo lo caliente que estaba le di autorización para correrse, lo hizo retorciéndose en esa posición en la que al hacerlo perdía pie y quedaba totalmente colgada. No pudo evitar el cerrar las piernas para aprisionar mi mano.
Bien, en este mundo no va a ser todo placer le dije, ahora que te has corrido y has disfrutado te toca sufrir.
Así, semisuspendida como se encontraba comencé con el castigo, primero levante su pie izquierdo y propine en la planta tres fustazos, repetí, a continuación, la acción con el pie derecho. Dejé la fusta y cogí el látigo, fui azotándola, mientras contaba y agradecía, por la espalda, costados y frente. Un total de veinte azotes.
Bien, y ahora te toca el premio a tu comportamiento-le dije- tu amo te va a regalar su leche, aprovéchala y no la desperdicies.
Solté la polea de forma que se pudiera arrodillar y en esta posición, de rodillas y con los brazos estirados enganchados a la barra, la cogí por el pelo y se la metí en la boca. Chupa puta, chupa y mira en el espejo como lo haces, fue la orden, yo mientras te animare con el látigo. Mientras comenzaba a mamarla con entusiasmo le proporcionaba azotes en la espalda.
Fue rápido, cuando estaba a punto de correrme le ofrecí la posibilidad de elegir donde quería recibir el premio, me contesto que en la boca y así en apenas un momento me descargué. No se la saque hasta que me dejó totalmente seco y ella seguía chupando con interés mientras la tuvo en la boca.
Después… bueno, desatarla, limpiarme, vestirme, un ratito de charla y despedida de la encargada que vino a preguntar cómo había estado el servicio. No tuve más remedio que decirle la verdad: había sido estupendo. Repetiré sin duda.

valoración de la implicación: 9, estuvo en todo momento entregada y metida en el papel

valoración final: lo peor sus pechitos (aunque no terminan de ser malos y tienen su encanto siendo tan pequeños) lo mejor toda ella, su simpatía, su implicación, su forma de hacerlo, su suavidad… en fin que estoy muy contento. No es este tipo de servicio realizado un servicio alto.

Haplo

La verdad es que por 120€ es un servicio de pelicula. No?

Quinto

A mi, personalmente, me parece un precio estupendo, creo que no se puede pedir más.
Sé que hay servicios por 100, concretamente Violeta o Paloma (tanto monta), pero no sé como será, me gustaría que si alguien lo ha probado me pusiese al tanto.
Un saludo