Teo

Estuve otra vez en Balmes.

En el paseillo vi a Nicol, tremendamente guapa, y a pesar de la decepcionante experiencia previa ya estaba dudando si volver a intentarlo (ya sabeis, la sangre no estaba en el cerebro).

Pero luego se presentó Laura, y sin dudar me quedé con ella.

Rumana, 22 años, morena de pelo largo y liso, muy delgada, piel blanca y sedosa, cuerpo perfecto (un culito increible, pequeñito), bonita cara (sin ser la hostia) y unas tetazas impresionantes, muy grandes para su complexión: con el sujetador parecían operadas, pero no, son naturales y pese a su tamaño reaccionan perfectamente a la gravedad (todo lo que se puede pedir a unas tetas naturales).

Francés sin (sin tener que pagar más) pero no hasta el final - bueno ni lo pregunté porque según mis estadísticas las chicas de Balmes no lo suelen hacer y las rumanas menos, así que con suerte podía haber sido pagando un extra (pero lo dudo mucho) que en cualquier caso no entraba en mi presupuesto.

Muy agradable ella, tranquila, simpática, atenta.

Sin embargo la relación fue bastante problemática.

Primero, no me gustó su olor - ojo no es que huela mal, pero el olor a saliva (lo siento, es lo que noté) era fuerte, y a mi me molesta; su pelo, lejos de oler mal, no estaba recién lavado.

Segundo, al hacerme el francés no podía evitar darme fuerte con los dientes en el glande. Se lo dije pero no hubo manera. Así que era una mezcla de placer y dolor.
Mi amiguito es muy sensible y delicado, eso lo sé, pero no me suele pasar esto.

Y tercero, me da vergüenza contarlo, no fui capaz de metersela, bueno me costó un huevo.
No sé qué coño pasaba, yo la tenía en erección; de nuevo, mi amiguito no es muy alto y fuerte, pero nunca tuve tanta dificultad: en ocasiones alguna pequeña dificultad pero no tanto. Con ella encima e incluso a cuatro patas no pude, no hubo manera. Parecía que tuviera el chocho muy estrecho y muy duro... esta fue la sensación. Juro que no me había pasado jamás.

A la misionero, y con algo de lubricante, conseguí entrar bien, y ahí estuve muy a gustito dándole y dándole, pero..... tuve claro que tengo que ir al gimnasio: estaba cerca de correrme cuando ya no pude aguantar más el esfuerzo físico

Intenté cambiar de posición pero nada, a cuatro patas ni con el lubricante.
Me la chupó de nuevo, intenté volver a follar a la misionero, pero ya no entraba. A este punto ya también era una cuestión de que por la incomodidad de la situación la erección me bajaba rápido.

Después de varios intentos alternados a sesiones de francés (que a lo mejor por el preservativo, o más bien por el cambio de posición, ya no dolía), tuve que terminar masturbándome (con preservativo) con la punta del pene en su boca, y terminar en su boca (siempre con condón claro) al momento de alcanzar el orgasmo.
El hecho de que me costara correrme, hay que decirlo, dependía también de que venía de otro servicio anterior en otro sitio; pero bueno, si hubiera podido follar a cuatro patas no habría tenido problemas en correrme.

En fin, un poco difícil la cosa; sin embargo no estuvo tan mal. Bueno no sé. Es que ella me gustó mucho físicamente y eso para mí cuenta mucho, y en el trato fue muy dulce y agradable.

No puedo olvidar sus tetas (y sus ojos, claro)... Me recuerdan las de la mítica Nastia, pero mejores: sobre todo más duras.

Por cierto según dice estará unos tres meses y luego vuelve a su país