Steller

Una novedad en esta casa, una recomendación de la señora Rius y un acierto sin lugar a dudas.

¿Cómo es? Júlia es una mezcla de catalana con raíces holandesas, un acento catalán dulce y seductor en un cuerpo de mujer de los países bajos. Pelo rizado, ojos claros, labios que saben besar. Un cuerpo con formas, amplias caderas y muslos para perderse entre ellos. Unos pechos grandes y completamente naturales (aunque este punto yo siempre creo que es cada vez más difícil de garantizar al 100%, la ciencia progresa que es una barbaridad... )

Sin tatuajes ni piercings, piel clara, sexo arreglado pero sin depilar, toda ella desprende sensualidad. Es una mujer a la que le gusta el sexo y que hace poco tiempo está disponible en casa de la señora Ríus. Como no vive en Barcelona las citas con ella hay que organizarlas con tiempo, pero en esta ocasión, para la fecha y hora que yo podía pasar por esta casa no hubo problemas.

La tarifa no ha cambiado, son 120 € que considero bien empleados. El procedimiento para organizar la cita, el ambiente del piso, la decoración, las habitaciones, todo está como siempre y permite que visites esta casa con la tranquilidad de que no va a haber sorpresas desagradables.

El aparcamiento muy cercano, la calidez y sonrisa de la señora Ríus, la selección que hace de las personas que entran en su apartamento, todo está ya descrito y es bien conocido por todos los clientes habituales, que son bastantes

La visita se desarrolla con el protocolo habitual, yo llego apenas unos minutos tarde pero dentro de los cinco de cortesía, y Júlia me espera y Lídia me la presenta. Me gusta su mirada y su sonrisa. Viene vestida de calle, con ese pelo ensortijado que le queda de maravilla.

Conectamos fácil, es muy simpática pero no pierde el tiempo en arrimarse y ponerme en situación. Nos desnudamos y pasamos a la ducha, donde tiene el detalle de compartirla y poder así comenzar los juegos. ¡Qué delicia de pechos! ¡Qué besos más sabrosos! ¡Qué suerte he tenido!

En la cama quizás le falta ese punto de temple para mantener un ritmo más tranquilo, seguramente con poco tiempo va a mejorar este detalle. Tenemos momentos de placer mutuo, su francés es profundo y muy bien realizado, mi cuninlingus intenta compensar los favores recibidos. Le gusta mandar y me cabalga con esos pechos saltando delante de mis ojos. Cuando me ofrece mi postura favorita ya veo que la fiesta terminará pronto

Nos reponemos con el agua que había pedido, comentamos la jugada y coincidimos que venir a tener un rato de sexo furtivo a esta casa nos ha encantado a los dos

Una vez pasado por la ducha, vestido y listo para volver a la vida "real", me despido con un beso y termino con los trámites habituales de regresar al piso principal para abonar el servicio y confirmarla a Lídia que ha tenido un gran acierto ,tanto en aceptar a Júlia entre sus mujeres como en recomendarla para esta cita conmigo.

Hace ya tantos años que visito esta casa que siento soy una pequeñísima parte de su historia.
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