21/05/2012, 10:20 | #1 | |
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Felina Massage - Can Bruixa 44, Bajos (Vallespir) - BCN - 934915035 / 675511752 [CERRADO]
Actualmente cerrado. Temas relacionados Última edición por pulpoman; 27/11/2019 a las 15:19. |
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04/07/2012, 00:38 | #2 | |
Forero Bloqueado
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Sophie: uno de los mejores masajes eróticos recibidos
Hace unos días, animado por una exquisita web en su diseño y contenido, que os recomiendo visitar (www.felinamassage.com), reservé con Sophi una sesión de “masaje especial felina” (1 hora = 200 €). Una especial experiencia erótico sensitiva, que después os describiré con detalle, en el nuevo centro de masajes Felina Massage localizado en Can Bruxa 44B, cerca de Travessera de les Corts / Numància de Barcelona. No confundir con Felina Escorts en Can Bruxa 42B, aun cuando el propietario es el mismo. La entrada en el local te sorprende, pues de una puerta independiente con acceso directo a la calle sin distintivo visible de su actividad interna, te encuentras en la mas absoluta oscuridad y con una cámara de infrarrojos no visibles y un interruptor para avisar de tu presencia. Al abrir la puerta vuelve a sorprenderte el amable recibimiento de la uniformada masajista y la decoración de sus espacios en rojo y negro, con luz ténue al principio y mas luminoso al ascender por unas escaleras iluminada con velas hasta la planta superior, equipada con diferentes sofás y ambientes y tambien con las habitaciones privadas. Tuve la suerte de poder disfrutar de su estancia mas completa, perfectamente decorada, iluminada con luz natural y velas sobre diferentes soportes, con un baño adjunto capaz de ser compartido hasta por 4 personas a la vez y presidido por una gran cama de 2x2 metros adornada con numerosos pétalos y un enorme espejo en el techo que permite dominar mas tarde los masajes recibidos y por supuesto a la masajista… Desde el primer momento tienes la sensación de encontrarte cómodo, en un ambiente sumamente cuidado y confortable. El masaje seleccionado supone recibir un sinfín de sensaciones placenteras realizadas por una masajista con profesionalidad contrastada como es Sophie, de 26 años, con experiencia en masajes terapéuticos (en gimnasios) y eróticos (practicados desde su paso por los centros Tantra Touch de la calle Balmes de Barcelona hace ya mas de 4 años, donde muchos de nosotros probamos por primera vez un masaje sensitivo con final feliz). Sophie (nombre afrancesado que hace juego con el establecimiento) es una expléndida mujer, joven, de ideas claras, con cara agradable, un cuerpo impresionante, bien bronceado y posiblemente con uno de los pechos mas firmes, tersos, bien formados y sensuales jamas vistos y probados hasta el momento. Ver sus fotos en web de referencia. El masaje comienza tendido boca a bajo, en pies (su debilidad), piernas y nalgas. Ordenadamente. Primero la izquierda, después la derecha y subiendo hacia la espalda. Inicialmente emplea sus manos, también sus antebrazos y pies, para acabar con un sublime masaje body body en el que sus pechos turgentes despiertan las mejores sensaciones de bienestar y relajación. Al dar la vuelta es posible contemplar el espectáculo de los masajes otorgados por Sophie, completamente desnuda, en el enorme espejo del techo. Vuelve a insistir en cada una de las piernas de forma independiente y exclusivamente terapéutica. A continuación nuestros pechos se unen en exquisito masaje body body con abundante aceite de almendra natural. Las caricias son múltiples pero siempre respetando sus límites, absolutamente estrictos y adecuados a la definición de masaje (no confundir con relación sexual en cualquiera de sus formas). Cuando su masaje llega a las partes mas erógenas, el relajo por mi parte es de tal intensidad, que sus maestros tocamientos y caricias no hacen sino mantenerme en un estado placentero contínuo, en el que permanezco durante largo rato, pero que por primera vez desde que contrato este tipo de servicios no logran explotar y traducirse en una eyaculación final. No se si ha influido la visión de la escena contemplada como una película panorámica en tiempo real proyectada en el techo o el estar tan tan relajado en el resto de mi cuerpo que ya no he tenido fuerzas para completar mi satisfacción. Excelente masaje en cualquier caso. Al cabo de una hora de masaje erótico sensitivo en la gran cama de la habitación, hemos acabado nuestro primer encuentro con una agradable e interesante conversación mientras nos dábamos un baño conjunto de mas de 20 minutos en la “bañera de cromoterapia”. El entorno está preparado para recibir a los clientes mas exigentes. Por mi parte pienso repetir en el futuro con el claro objetivo de finalizar la experiencia con pleno éxito. La discreción del local te permite despedirte de forma privada de Sophie con dos cariñosos besos y salir por una segunda puerta situada en la misma primera planta. Última edición por Relaxhindu; 04/07/2012 a las 11:22. |
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15/07/2012, 11:48 | #3 |
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Sophie - española
Tengo la suerte de visitar Barcelona semana sí semana no. Me alegro no sólo por disfrutar de las consabidas comidas y cenas de negocios (mis colegas en Bcn son catalanes muy majos) sino también porque me permito algunas escapadas que temo hacer en mi ciudad de origen. Esta vez decidí darme un lujo especial. Ya he probado muchos sitios de masajes en España y en el extranjero, y la verdad es que la palabra "lujo" en España se usa muy mal. Es decir, se usa para cualquier cosa, y ya no sé cómo encontrar el lujo de verdad (y no de pose o de reclamo barato). Tuve la suerte de acertar de pleno cuando encontré la web de Felina Massage. No sé si he tenido más suerte aún al elegir a Sophie. La próxima vez quizá pruebe a la otra chica, pero creo que no me atreveré, prefiero ir sobre seguro. Sophie me impactó desde el primer segundo. Sentí un flechazo en el interior de mi estómago. Supe que iba a ser una chica muy especial. Y lo fue. Ufff... vayamos por partes, que me acelero! Su mirada directa conectó conmigo, me sonrió con una dulzura muy decidida que encontré muy especial. No es una chica cualquiera que te mire con indiferencia o con desidia. Está ahí, y por mí al 100%. Muchos de vosotros sabéis a qué me refiero con esas miradas lánguidas de aburrimiento. No es el caso de Sophie, insisto. Y lo aprecio muchísimo. Con suma elegancia la seguí subiendo una breve escalera que me permitió disfrutar del contorneo de sus glúteos. No podía esperar a verla sin su bata, bata que ya no recuerdo porque se me hizo transparente en mi imaginación. Ante mi sorpresa me encontré en el hall de un lujo exquisito, como si se tratara de la antesala de un hotel de lujo. Mobiliario cuidadosamente elegido, papel pintado (que no pintura) revistiendo las paredes y creando una atmósfera íntima, seductora… no tengo palabras. Me sentí extremadamente orgulloso de haber encontrado aquel lugar. Por fin podía sentirme acogido con lujo real sin estridencias ni detalles chirriantes. Estuve tentado de dejarme caer en el enorme sofá de aquella antesala, pero Sophie me mostró el camino para acceder a nuestra suite. Por discreción no le comenté que aquella habitación aun me parecía más lujosa que el hall. No fuera a ser que me viera como alguien que no está acostumbrado a estos lujos. Una mampara de cristal de diseño dejaba ver una bañera cuadrada para dos o tres personas. La cama, y no un tatami cualquiera, se hallaba bajo un espejo cuadrado que hacía las veces de techo. Un sillón ondulado de cuero claro me incitaba a probar las posturas más atrevidas con Sophie. La iluminación, una bandeja con productos para el masaje… todo de una exquisitez medida, impropia de esta España nuestra tan de pandereta y botijo. Llegué a pensar que estaba fuera de este país nuestro tan querido pero que tanto nos castiga. Sophie actuaba con una diligencia elegante y decidida. Me ofreció las toallas, me indicó las zapatillas y cómo acceder a la bañera para tomarme una ducha. Deseé que ella me mirara a través del cristal y que piropeara mi cuerpo. Tenía una erección y deseaba fervientemente que ella lo supiera. Sospecho que me miró de reojo. Sonreí para mis adentros. Una vez seco me acercó la bebida que le pedí antes. Servida igual que en un spa, sobre una bandeja con una vela y una servilleta. Me indicó que podía quitarme la toalla, y cacé su mirada que se sorprendió ante el bulto que marcaba mi toalla. Creo que me estoy excediendo en descripciones… En seguida me di cuenta de que para Sophie el masaje es un talento innato. Sin dudas, con profesionalidad, con sabiduría, con una facilidad natural extrema que brota de sus manos, empezó a trabajarme y me sentí transportado. Estaba boca abajo, y sentía que sus manos, antebrazos y a veces sus pechos me elevaban del estado consciente hacia una realidad algodonosa y placentera, propia de otro mundo. Un paraíso, diría sin exagerar. Ya me había fijado en sus pechos, que me parecían hipnóticos, pero sentirlos sobre mi piel era despertar a algo parecido como sentir que mi polla se ramificaba por todo mi cuerpo y que todo mi cuerpo era polla y órgano de placer. Mi capullo del orgasmo sexual estaba en mis riñones, subía por mi espalda, mi nuca, los brazos… creo que todo mi cuerpo palpitaba junto con una erección que seguía aplastada contra la cama y que ansiaba liberarse. A veces cuando estoy muy excitado mi polla palpita, se me hinchan las venas, se curva muy hacia arriba y a veces creo que podría correrme solo con ver una chica como Sophie. Es curioso, pero no deseaba correrme… todavía. Quería alargar el placer de sentir a Sophie sobre mí lo máximo de tiempo, una sensación contradictoria de urgencia y de tortura deseada. Cuando Sophie me indicó que me tumbara boca arriba estuve a punto de correrme, solo con la idea de verla sobre mí. De hecho creo que solté bastante líquido preseminal, y ella lo advirtió (debió de pensar "mira el tipo este, lo tengo a punto de caramelo). Me gustaba adivinar qué estaría pensando. Su rostro ansioso de placer, su mirada que intentaba ser distante pero cariñosa, sus pechos perfectos, turgentes, cálidos, poderosos, que deseaba follarme con violencia… su perfume suave. Sophie… ufffff. Las tetas de Sophie… pensé hacer un molde con ellos y presentarlos como escultura en mi despacho. No sé si mi mujer lo entendería. Necesito tener mis sueños. Y a Sophie en ellos. Poder verla mientras me trabajaba el abdomen, los pectorales, las piernas… su ritmo se aceleraba, y yo tenía a la vez pánico y deseo de correrme. Pánico porque se terminaba el masaje, y deseo porque ya sentía que era incontenible. Sophie me cogía la polla con una mezcla de deseo, de hábito, de sabiduría y de desapego que me parecieron muy especiales. Sus agarres eran diferentes, me trabajó de formas diferentes, orientales, supongo, que me descubrieron una polla nueva, sensaciones nuevas, otros tipos de penetración, de sexo oral, pero hecho con las manos. Me cogió la polla y los huevos a manos llenas, con ganas, y su calor y el del aceite me acercaban a un precipicio inconmensurable. Vértigo. Sus pechos, su sonrisa de verdugo que sabe qué hay después de la muerte. Viví mi orgasmo ("la petite mort", como dicen en francés) como si fuera el primero de mi vida. Con sorpresa del placer que se puede llegar a sentir en manos de una hembra como ella. Acompañado de Sophie, una maestra del placer más sensual, más erótico, más sabio y elegante. Creo que alucinó con la abundancia de mi eyaculación. Me sonrió algo embobada y orgullosa, pero todo en ella me parecía delicioso. Me limpió con unos papelitos que dejaban trazos de papel adheridos a mi capullo, y deseé calladamente que los limpiara con su boca. El masaje no terminó con mi orgasmo. Intuyo que Sophie sabe mucho más de muchos masajes, y que aquello era una mera sombra de sus talentos secretos. Me ordenó "cierra los ojos" y me recorrió el cuerpo no sé si con las yemas de los dedos, con una gasa o con un soplido tibio… respeté sus secretos no abriendo los ojos y fundiéndome en su hechizo que se prolongaba incluso después de correrme. Algo sensacional. La luz de la calle me recordó que estaba vivo y que acababa de tener una experiencia real. Irrepetible y con el deseo de repetirla. Pocas veces soy consciente de mi expresión del rostro, pero en ese momento supe que iba por la calle sonriendo de felicidad. Incluso no sentí la culpa que a veces me asalta. Las masajistas y las escorts que pruebo en diferentes sitios suelen dejarme un regusto chungo. Aquella tarde supe que pertenezco a Sophie. No hay otra en España. |
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15/07/2012, 14:35 | #4 | |
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Buen relato
Cita:
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15/07/2012, 19:01 | #5 | |
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Cita:
Como relato para un concurso de novela erótica, perfecto, para información de la experiencia, cero patatero. Vamos mal con este tipo de escritos. |
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