Simon

CORNETA TOCA DIXIE

La llamada es inquietante. A la vez suplicante e imperativa. He asentido un poco en piloto automático y cogiendo el casco, las llaves y poca cosa más ya que estamos en el verano tardío bajo a la calle a buscar la moto. Es grande y potente, estoy orgulloso de ella. A mis treinta y cinco años no podía esperar mucho para tener una y disfrutarla. Unos cuantos acelerones innecesarios y estoy en su casa.

Es rubia, pelo rizado natural, atlética, pero no alta, ojos verdes que hipnotizan, brillante y culta, bien posicionada y sin embargo un poco desdibujada. Como pintada al agua. Mal claro. En cualquier caso el conjunto da para que salgamos juntos desde hace cinco o seis meses.

Al llegar a su casa llamo al timbre de manera mecánica mientras pongo las llaves dentro del casco para no perderlas y entro en la portería que cruzo en nada porque viven en unos bajos a pie de calle con lo que no hay que subir ni bajar nada.

Me espera en la puerta, casto piquito de bienvenida, lo que me indica que está su padre en la casa, y en un extraño silencio ritual la sigo hasta el salón comedor livingroom.
El cuadro que me encuentro podría ser gracioso si jugáramos a las charadas pero por la cara de su padre y de su hermano la cosa no está para chistes.
Están los tres sentados en un sofá que da justo para los tres y para mi han dispuesto una silla solitaria que me recuerda la oficina de reclutamiento de la película “Hair”.
Instintivamente me pongo en guardia, algo pasa y me siento como un pavo por Navidad.

El tema es peliagudo y siguiendo el conducto reglamentario habla su padre que para eso es militar de alta graduación. A su madre le han diagnosticado un cáncer de pecho, tiene mucho, de mal pronóstico y de final fulminante. El médico les ha ofrecido una expectativa de vida de dos meses. Es horrible. Los tres me miran inquisitorialmente y me siento desorientado, no sé qué esperan que haga o que diga. Coloco unas frases adecuadas al momento trágico sin intuir que solo ha empezado para un servidor.

Su padre con cara y voz del que está acostumbrado a mandar y a que se le obedezca sin cuestionar nada me está explicando que su mujer ha manifestado como última voluntad de su vida ver a su hija casada. Casada conmigo, se entiende.
Absorbo el tsunami que se me viene encima con toda la entereza que puedo y aprovecho una pausa para colocar un discurso, más bien un extracto de discurso, argumentando que cinco o seis meses de relación con su hija, que por cierto está a su lado en silencio disciplinado y mirada perdida, me parecen muy pocos para casarse, y que los dos meses que nos da la, en este caso mala, naturaleza de su esposa y madre son muy insuficientes para lo que me piden.
En realidad más que pedir me lo comunican.

Soy invitado a salir a la calle y a no volver a entrar nunca. Puente de plata. Cojo el casco con las llaves y el aire de una gran arteria de Barcelona me parece medicinal comparado con el mal rollo que se respiraba en aquellos bajos tenebrosos y con propuestas alocadas. Cojo la moto y aprovecho el trayecto, corto, hasta mi casa para tomar aire hasta que casi me mareo por sobredosis de oxígeno.

A los dos meses casi clavados leo la esquela en el periódico y realmente me entristezco y me siento mal. Era una buena persona pero sigo pensando lo mismo. Decido echarle lo que haga falta y me presento en el velatorio donde hay gente muy importante aún que desconocida para mi. Creo que nos movemos en círculos distintos. A los cinco minutos y sin poder decir nada se me acerca el hermano y me dice que es mejor que me vaya antes de que me vea su padre.
Me voy a tomar una cerveza para quitar el mal sabor de boca. Nunca me habían echado de un velatorio. Dicen que en esta vida hay que probarlo todo. En globo ya he ido un par de veces y lo otro creo que lo acabo de probar.

Al cabo de tres o cuatro semanas voy a verla a ella. Así con un cuello alto negro está más guapa que nunca y trato exactamente no sé de qué. Ella desde el pedestal de su guapura al agua me dice aquellas cosas de que me aprecia mucho y tal, en resumen que me vaya a tomar viento. También me comunica que a los pocos meses se casa con alguien que si se quiere casar con ella. Lo pillo.

A día de hoy sigo pensando que hubiera sido un error haber accedido, que no deberían haberme puesto contra la pared, que no se echa a la gente de los velatorios y que ya hice la mili cuando me tocaba como para hacerla toda la vida.
Pasan los años y tengo entendido que ella ocupa un alto cargo en la administración que, seguramente, perderá pronto dada la situación política y lo mucho que se ha significado, políticamente, claro. Su marido o exmarido, vaya usted a saber, intuyo que no lo habrá tenido fácil y que seguramente está pagando la pensión de dos o tres niños. Eso sí, habrá disfrutado de un par de décadas de una buena posición económica.

Tengo la especialidad de perder a las bien posicionadas. La verdad es que en este caso me siento afortunado.

Simon

EL DESPERTAR

.- Si… ya voy…

No está hablando con nadie, simplemente el teléfono móvil ha irrumpido en su sueño y todavía no es suficiente persona como para entender que pasa. Necesita unos segundos para despertarse lo suficiente.

Hoy es Navidad y en un gesto poco práctico para que se calle el teléfono en automático mira que hora es. Las seis y treinta y ocho. Lo coge, se le resbala, se le cae al suelo… no ayuda mucho que en el lado contrario de la cama su mujer se haya despertado más espabilada que él, en realidad siempre ha sido más espabilada que él, si no fuera por ella ahora no estarían viviendo en un chalet en Sitges y se seguirían arrastrando por el Guinardo en Barcelona.

Por fin atina en lo que está pasando, el otro lado de la cama le grita que los niños se han ido a esquiar con las “amigas especiales”, odia la expresión porque no ve nada malo en decir novias y sabe que es influencia de la pelu y las revistas del corazón que tienen.

.- ¿Digaaaa?

Y la voz al otro lado del teléfono lo hace ponerse firmes como para que se levante de la cama de un salto.
.- ¡ Si claro! ¡Lo que usted diga Sr. Sabatés! Si señor, entiendo y comprendo todo lo que me dice, lo que me cuenta y lo que me grita por si no lo entiendo y comprendo. ¡¿En queee!? Ahora mismo voy.

.- Solo te ha faltado chuparle la polla…

Le dice su mujer con cierta sorna

.- ¡Luego te lo cuento!

Se pone la ropa que había dejado tirada por ahí, ropa interior incluida y entra en el parking privado anexo a la casa pegando saltitos porque aún no se ha puesto bien los zapatos. No puede evitar admirar el BMW M5 con millones de caballos que lo espera fiel y que lo acoge con el olor a piel genuina de vacas de Baviera a las que crían en campos de concentración verdes y bonitos con alambres sin púas para que no se auto estropeen la piel y sean más aprovechables/rentables.

En un nada está en la autopista pasando los túneles del Garraf a velocidades poco razonables. Mientras va pensando en lo que le ha dicho Sabatés por teléfono. No mucho, lo suficiente para que “el cap de seguretat” que es él salga pitando.

.- ¿Dani? Soy Sabatés, necesito que venga enseguida con la máxima urgencia. Estoy en recepción de la empresa. ¡Ya!

Sabatés de por si es seco, mal educado y egoísta pero lo del día de Navidad a las seis y pico de la mañana es un exceso. Seguro que hay una buena razón.

Seguramente le pondrán alguna multa por exceso de velocidad pero ya la pasará por gastos de empresa y si le quitan puntos del carnet los informáticos de la empresa le compraran algunos en sitios raros de internet. Le costará sobornarlos con el abono de algunas horas extra pero si peligra su puesto de trabajo vale la pena.
Gracias al gran invento de la ronda litoral atraviesa hasta el corazón de Barcelona tan deprisa como puede que no es mucho gracias a la Nochebuena y a un control de alcoholemia en que da negativo pero pierde veinte minutos haciendo cola para soplar. Intenta dar explicaciones a un municipal que se ha rayado y solo le contesta:

.- Sople.

Sopla amargamente e intenta mirar con mirada acusadora al municipal cuando sale negativo pero se ha ido al coche siguiente a decir “sople” en automático.
Bien, al parking, a su plaza intransferible y recapitulando lo que le ha dicho: Que está en recepción con los seguratas. Técnicamente son sus subordinados pero Sabatés en el gran jefe y dueño de la empresa. Es dios y él solo es un dios muy menor.

Es jefe de seguridad, que en una gran editorial no da un trabajo brutal pero si un bonito sueldo porque es un trepa y a base de afiliarse al partido político adecuado y de lamer el culo a quien hiciera falta ha llegado donde ha llegado. Está orgulloso de ello y no quiere perder el estatus.
Solo alguna vez le queda un cierto mal sabor en la lengua que consigue aplacar rápido, le cuesta un poco más la sospecha que siempre ha tenido que su mujer también ha colaborado y posiblemente con más entusiasmo que él mismo.
La pregunta es porque el boss no está en su despacho y le espera en recepción en pleno invierno. Seguro que hace frío en recepción, hasta en verano hace frío.

El cuadro cuando entra es devastador y a la vez incomprensible con la información que tiene que es claramente insuficiente. Sabatés está en pijama, de seda de los de toda la vida, una batín propia del príncipe de Gales pero que parece de poco abrigo, zapatillas de diseño pero abiertas y la correa y el perro en una mano.

.- ¡Estos imbéciles no me dejan subir a mi despacho!

Me voy directo a los seguratas por alguna razón imbéciles y pregunto con toda la firmeza que me es posible por que narices no dejan subir a dios que nos paga a todos a final de mes a las alturas de su despacho calentito y con vistas al mar.
Se justifican que como no lleva ningún tipo de documentación y no lo conocen al ver un tío en pijama paseando al perro de madrugada por el frente marítimo han asumido que o estaba loco o salía de una fiesta y andaba borracho o algo peor.
Y de manera profesional y calentita dentro de la garita de seguridad lo miran aún mal y no terminan de creer que es el gran jefe. Algo se puede entender, los de seguridad hacen turnos y los de noche raramente ven a la gente que entra y sale durante el día, y por otro lado Sabatés siempre va con el Audi A8 guay y el chofer.
Entran directamente al parking y hay ascensor directo a las cinco últimas plantas del edificio que son las nobles. Los de seguridad lo ven por un monitor que realmente se ve fatal y sobretodo ven la matricula del Audi y la cara del chofer. Seguro que si ven al chofer lo asocian pero a Sabatés que va en el asiento trasero con las lunas tintadas no.

Me ahorro explicaciones que puedan salpicar.

.- Los de seguridad se excusan por no haberlo reconocido…

No puedo terminar.

.- Mañana mismo los despides, a los dos.

.- Lo que usted diga Sr. Sabatés, ¿quiere subir a su despacho?

.- ¡Naturalmente que quiero subir! ¡Estoy hasta las narices!

Vamos al ascensor vip que empieza a ser vip antes de llegar a él porque la moqueta se vuelve de otro color más…cálido y el grosor gana en profundidad. Es como andar por una nube menos los días de lluvia que tiene una tendencia a volverse una moqueta pantanosa.
Me adelanto para llamar al ascensor con la llave vip de seguridad y hago el innecesario gesto de aguantar la puerta corrediza para que el boss entre.

Ya dentro en trayecto se hace largo y el silencio pesado solo roto por el respirar babeante del perro.

.- ¿Bueno que? – me espeta a medio camino con un medio grito que me hace pegar un salto, estaba esperando que él dijera algo –

.- ¿Quiere un café con leche Sr. Sabatés? ¿Mando que vayan a comprar algo para su desayuno?

.- ¡Imbécil! ¿Se cree que no me doy cuenta de que voy en pijama?

.- Claro que me doy cuenta, y el batín le queda muy elegante – contesto porque no se que decir.

.- ¡Imbecil!

A todo eso hemos llegado al último piso y desfilamos a paso de carga hasta su despacho que más que un despacho es un pequeño apartamento con las cosas propias de un despacho pero también tiene un baño completo con ducha y todo, un no tan pequeño vestidor con varias mudas de distintas etiquetas, una antesala, un living room anexo a su despacho, sala de juntas y una gran terraza.

.- Me voy a duchar, vestirme de persona y mientras usted me trae un café con leche muy caliente y unos croissants. Traiga también un bol de agua para el perro. Bueno, y si a usted le apetece un café se lo pide. Tarde veinte minutos que es lo que necesito para ducharme y vestirme.

Y con un gesto lánguido como si apartara una mosca me despide.

En el tiempo estipulado como un reloj estoy ahí con el pedido.
El Sabatés está revivido y ha recuperado su apariencia normal incluido un buen afeitado. Casi prefiero la otra porque vuelve a tener cara de haber comido una ostra en mal estado especialmente vengativa.

.- ¿Y bueno, que? – Me pregunta –

.- ¿Perdone?

.- Hombre Dani, no tiene usted curiosidad o es más estúpido de lo que parece.

.- Pues ya que lo dice… - y no puedo terminar –

.- Se preguntará usted porque lo he llamado el día de Navidad a la hora que lo he llamado y que hago paseando al perro en pijama. Usted está aquí porque lo necesito.

.- ¡A mandar Sr. Sabatés!

Pero la verdad es que me he perdido.

.- Mire Dani, tengo un apartamento aquí en el 22@, muy bonito, es lo que creo que llaman un picadero. Es discreto, ¿sabe usted?

Y yo asiento pero no sé. Sabatés prosigue.

.- Esta noche la he pasado con una señorita, ¡una belleza!, y esta mañana cuando se iba, caballerosamente, porque yo soy un caballero ¿sabe usted?, me he ofrecido para acompañarla hasta la calle donde la esperaba el coche de la agencia que me surte… bueno no, que surtir parece un colmado, que me proporciona señoritas de compañía de cierto nivel.

¡Como igualmente tenía que bajar al perro!

Y se descojona de su propio chiste.

.- En fin, que he salido a la calle con ella y el perro, he pensado que a esas horas no me vería nadie y no hacía falta arreglarme mucho, ¡total para mear el perro…!

Y se vuelve a descojonar.

.- ¿Y a mi para que me necesita?

.- Hombre Dani, me parecía obvio, se lo explicaré despacio. Ahora le doy la dirección del apartamento, llama usted a un cerrajero y abren la puerta. Coja mis llaves, el teléfono móvil, la cartera, paga al cerrajero en efectivo (si se empeña en hacer factura ponga su nombre, el mío, no ), pase por el hotel que tenemos delante de nuestro edificio, hable con el director para que despida a los de recepción que no me han querido atender, han creído que era un pordiosero o vaya a saber qué y ni por teléfono me han dejado llamar, si objeta algo dígale que compraré el hotel y lo despediré a él. ¡Ah si! Los de seguridad, los nuestros, mañana no quiero verlos en nómina.
A saber con quién hablarían.
Luego vuelva aquí. ¿Está claro?

.- ¡Clarísimo!

.- Así me gusta, buen chico.

En las dos horas siguientes me esfuerzo en hacer todo por orden sin dejarme nada. Me siento un poco mal haciendo la cama al cerrajero, a los recepcionistas del hotel de delante de las oficinas y de paso al director del hotel con prácticas mafiosas y cortar la cabeza a los de seguridad por no haber reconocido al boss el día de Navidad.

He metido en una bolsa todo lo que me ha pedido y vuelvo a estar en su despacho con la bolsa en una mano cogida como un conejo por las orejas. La posición no es de firmes pero un poco como de prevengan. Bueno, al final todo sigue igual, para mi claro, y he demostrado fidelidad a Sabatés que es quien mueve el tablero.
Le doy la bolsa que escudriña más de lo educadamente necesario para asegurarse que está todo, me muestra las llaves y me pregunta:

.- ¿Están todas?

.- Naturalmente Sr tiene usted en la mano todas las que existen.

.- Bien… siéntese un momento.

.- ¿Aquí?

.- Hombre Dani, no va a ser en la otra punta del despacho.

Ha hecho usted muy bien su trabajo y por eso va a recibir una recompensa en forma de una paga extra suplementaria, le estoy muy agradecido, pero como usted comprenderá una persona de mi posición no puede dejar cabos sueltos y usted es el único que me queda, así que con efecto inmediato me veo obligado a despedirle incidiendo en lo innecesario que sería que viniera usted por aquí mañana, perdón que mañana es San Esteban, pasado mañana. De todas formas no le dejarían entrar en el edificio. La tarjeta magnética del parking estará desactivada y la plaza confiscada.

¡Buenos días!

Me encuentro en el super BMW M5 que no he terminado de pagar subiendo a Sitges y no sé si tirarme a la vía, al mar o llegar a casa, que tampoco he terminado de pagar, y explicárselo a mi mujer.

Simon

AMIGOS

.- Come - dijo el gato

Y el ratoncito se acercó y comió hasta artarse.

El gato saltó sobre el ratoncito que quiso correr pero estaba lleno de comida.

Y se lo comió.

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Lo estuvo cebando!!

Simon

CONSPIRACIÓN

He vuelto a Barcelona después de una década destinado a colonias laborales y me siento completamente desubicado. Esta ya no es mi Barcelona, me la han cambiado. Está más guapa y luminosa, será que en mi ausencia se han hecho las olimpiadas del 92’ con el consiguiente lavado de cara y hay que reconocer muchas obras.

Mis amigos no me han estado esperando y sus vidas han seguido por donde ya apuntaban las cosas diez años antes y en algún caso el resultado ha sido sorpresivo pero en general lo que se esperaba de ellos y ellas. Se han casado, han tenido hijos, algunos incluso entre ellos y aún no están en la fase y la edad para el primer divorcio.
Traidores. El resultado para mi es que me siento solo y la manera de hacer de la gente de aquí ya no es la mía.
Me busco un apartamento a las afueras al lado del mar en un intento fallido de recobrar el ambiente caribeño al que me he acostumbrado. Un desastre. Ni en el blanco de los ojos. Al año o así me doy cuenta, ya lo sabía pero me hacía trampas al solitario, de que lo que más ha cambiado he sido yo.

Me acostumbro a salir solo, me siento mejor y más tranquilo que no teniendo que seguir en piloto automático conversaciones que no me interesan sean de animal, vegetal o mineral. También me acostumbro a beber solo. Hay sitios para beber solo para que no te quedes en casa bebiendo solo pero en un ambiente físico y moral mucho más deprimente. Por lo menos en apariencia.

Bebo. Mucho. Hasta el punto de que más de una noche tengo que coger un taxi a las tantas para hacer los veinte kilómetros hasta casa sin provocar ningún estropicio.

La culpa no es mía, es de la Revolución cubana. Las latas de cerveza en La Habana valen un par de dólares en el supermercado. Cerveza holandesa que parece pipí y que llega vía Canadá. Una botella de Ron Habana Club de tres años que es la más barata vale unos tres dólares y da para dos personas toda la tarde. Además, como menos añejo menos azúcar con lo que el alcohol se fija menos en sangre y se puede beber más sin emborracharse.

A los pocos años de beber más calidad y cantidad un día por la mañana me despierto retorcido que no puedo ponerme de pie, lo que me obliga a quedarme sentado al borde de la cama durante mucho rato, pierdo la noción del tiempo, en la posición del Pensador de Rodin hasta que despacito y apoyándome en los muebles he llegado al baño para hacer pis sentado, en la posición del Pensador de Rodin, que de pie no me aguanto.
Voy al Hospital Clinic, donde una enfermera con escote reventón me indica que me siente, como el Pensador de Rodin, en una incomodas sillas de madera atornilladas a la pared y al suelo no sea que te lleves media docena en el bolsillo.

Al rato se abre una puerta del pasillo y otro clavel reventón susurra mi nombre de tal manera que en condiciones normales trataría de invitarla a un café, ahora no.

.- ¡Buen díiia! ¿Y que le sucedió?

.- Normalmente no estoy jorobado en todos los sentidos y está mañana me he despertado así, me duele bastante.

.- ¡Ooobvio! Paresés ¡El Pensador de Rodin, ché!

En los veinte minutos siguientes llego a la conclusión de que jugó de defensa central en Boca o River dada su capacidad de hacer daño con todas las partes del cuerpo a todas las partes del cuerpo. Me trata como a una bolsa de papel, me huele, me escupe, me aprieta, me estira, me patea, me mira los ojos de cerca…

.- Vos Simón tenés el hígado como una oca, a punto para hacer foie gras, ¿bebés mucho?

.- Bueno… mucho es un término relativo, depende lo que entendés, que entienda perdón, por mucho.

.- Ya veo, a la espera de los análisis correspondientes puedo tomar la inisiativa y adelantar que vos padesés de una cirrosis aguuda. El hígado está al límite y si continuás bebiendo no llegás a las próximas Navidades.
Me receta una medicación de caballo para el dolor y me manda a casa.

En los días siguientes voy para la extracción de sangre, para una biopsia y para recoger los resultados que confirman que tengo el tercer hígado humano más grande jamás visto por detrás de Brian Jones fundador de los Stones y de George Best futbolista del Manchester United.
Ambos muertos de cirrosis.

Me voy a casa y con la medicación me voy sintiendo mejor, paso unos días bebiendo menos y animado por los resultados de la terapia de choque me relajo volviendo a antiguos vicios y salidas nocturnas en solitario.
Noto a simple vista y a simple tacto como el hígado se va hinchando y al mismo tiempo voy incrementando la dosis de medicación para el dolor. Es voluntario, si me tengo que morir que sea haciendo lo que me apetece, beber como un Cosaco pero de los que se quedaron en La Habana.

Una mañana cuando me despierto ya no me duele nada por primera vez en meses y contento con mi suerte voy al lavabo para descubrir delante del espejo que me ha explotado el hígado y donde debería estar hay un agujero del tamaño de mi mano, la meto en el agujero, que me atraviesa hasta la espalda. Veo la cama reflejada en el espejo a través del agujero.

¿Debería estas muerto?. Claro que si. Me miro y me estudio con interés. Tengo una primera intención de ir al médico pero luego pienso que si me siento bien para que.
Me visto con cuidado de rellenar el hueco con la camisa que llevaba ayer, la alcaldesa alternativa siempre dice que hay que reciclar, y me voy a la cocina a desayunar. Normalmente no desayuno de la resaca que tengo, lo vomitaría todo, pero hoy me encuentro estupendamente. Incluso me echo un chorrito o dos de Magno en el café. Está buenísimo.

Durante el día voy más bebiendo que comiendo, que también, y por la noche salgo a la calle dirección uno de mis locales preferidos decorado con antiguas cajas de seguridad de un banco. El barman ya me conoce y conoce mis gustos. Bebo como no he bebido nunca y sigo como cuando he salido de casa: fresco como una rosa.
El barman me hace un gesto en un momento de poca afluencia y hacemos un aparte en una esquina de la barra.

.- ¿Le ha explotado, no?

.- ¿Cómo lo sabes?

.- Porque solo los que han conseguido llevarlo al límite y sobrepasarlo pueden beber como usted bebe sin el más leve síntoma de embriaguez. No se lo diga a nadie, solo son un pequeño grupo los que descubren que hay un contubernio judeo-masónico de las farmacéuticas conchabadas con los médicos que cobran sus comisiones para hacer creer que debes cuidarte el hígado el resto de tu vida cuando no es verdad. El hígado es como la apendicitis, se hace explotar sobrecargándolo o se extirpa y no pasa nada.

Hace siglos hubo una guerra entre los extraterrestres grises y los intraterrestres reptilianos que viven en el interior de la tierra que es hueca. ¿Por qué usted sabe que la tierra es hueca, no?
Los grises controlaban el negocio del alcohol, uno muy conocido era Al Capone, y los reptilianos la industria farmacéutica. Ganaron estos últimos y desde entonces se han inventado lo del hígado. A los grises les dejan controlar el consumo para que haya paz que siempre es buena para los negocios.

.- Bueno, ¿pero la tierra es plana? – digo ya puestos mirando los ojos reptilianos del barman.

.- Hombre, si fuera plana no habría espacio para el sol interior que calienta nuestra civilización. Es pura ciencia - dice contradiciendo su propia existencia -

.- Si, claro – digo alucinado –

Me voy a casa y a pesar de estar completamente fresco y sobrio no pego ojo en toda la noche considerando si me han vacilado o no. De vez en cuando meto la mano en el agujero que ha cicatrizado rápidamente y me tengo que rendir a la evidencia.

Desde ese día salgo cada noche a beber tanto como me da la gana sin sentirme perjudicado para nada, parezco un dandy, el barman me saluda amable como siempre con sus pupilas alargadas e incluso tengo un pequeño grupo de apóstoles que me preguntan cómo lo hago para beber tanto sin consecuencias.

.- Maestro, ¿Es que sigues una dieta especial?, ¿comes pastillas enteras de mantequilla antes de empezar a beber?, ¿Eres hijo de Dios?

Y yo termino siempre por hacer caso al barman y no cuento mi secreto. Solo les digo:

.- Bebed, bebed, que no es sangre de mi sangre pero cuando sea sangre de la vuestra encontrareis el camino…

Y se me alargan las pupilas.

Simon

LA FUGA

Ando por la calle. Siento como el mundo baja el volumen y las piernas no me sostienen. Me arrastro apoyándome en la vida al hospital más cercano.

La silla de ruedas corre por los pasillos. Estoy enchufado. Desnudo, dos vías en el izquierdo, monitorizado en tobillos, muñecas y torso, una cañería desde el brazo derecho al interior del corazón.

.- Se muere – dicen los de la bata –

No quiero, quiero el divorcio.

Simon

Romitadas: lo que las expes no cuentan...

A mi eso me pasó un sábado por la noche volviendo en coche a casa de fiesta con un grupo que incluía a una vecina mía. En la Plaza Molina. Ella vivia en el tercero y yo en el quinto ( sin rima ). Pues bien, en el semáforo de Via Augusta entre Aribau y plaça Molina esperando que se pusiera verde se hizo un siencio, que seguramente no duró más de treinta segundos, nos miramos y casi a la vez dijimos:

.- No, eh...

Y nada más, cada uno a su casa, creo que si hubiera pasado habríamos perdido la amistad.

De esto hace muchos años y ella al cabo de de siete u ocho años tuvo un ictus y se murió.

La lloré, pero reconozco que también pense en algún momento... malaguanyat !

Debería avergonzarme de ello pero no...

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Pues creo que hiciste lo mejor que podías hacer. Lo que yo relato es pura ficción, no se ha dado más que en mis ensoñaciones. Igual queda pedante lo que voy a decir, pero creo que es así: entre una compañera y yo hay (o hubo, tal vez) una tensión sexual no resuelta bastante evidente. Para mí al menos. Imagino que a casi todo el mundo le ha pasado algo parecido. Jamás hemos pasado de ahí y creo que jamás pasaremos. Ambos valoramos más una amistad que, seguro, se truncaría.

Simon

Es verdad, aquí no hay ficción, fue tal cual y además estaba potente. Toda la escalera de casa pensaba que estabamos liados porque yo pasaba tiempo en su casa y ella en la mía pero nunca hubo nada de nada.
Hubiera molado pero el precio era demasiado caro.

Baja_159835

Hola Simón,

Me he pasado por aquí y veo que tienes muchos relatos. Se nota que escribes mucho.

Hay algo de autobiográfico en ellos?

S2!

Simon

Si, en lamayoría si. Es mi vida, pero no en todos claro, aún que si es verdad que el esqueleto de la historia está. A veces hay que distorsionarlo un poco para que sea leíble porque si fuera escrito como un diario habría capítulos muy aburridos.

No hay grandes secretos que no se puedan contar, he trabajado unos treinta años para una multinacional italiana de materiales de construción como área manager en distintos países. Principalmente 6 años en Cuba, 2 en Brasil, 1 entre Argentina y Chile, 2 en China y periodos más cortos en algún otro sitio. Un poco en los USA, un poco en el África indica ecuatorial, sobretodo en Kenia, algo en GB y un tiempo también el mercado español y portugués. Eso me ha permitido llevar una vida algo diferente pero también me ha obligado a tener unas raíces más bien cortas.

Baja_159835

Pues sí que has recorrido mundo sí. Yo nunca he vivido fuera de Barcelona área metropolitana. Y me daría mucha pereza, ya me he hecho demasiado a esta parte del mundo, donde tampoco se vive mal! jejej

Baja_157799

El trotamundos que has sido a causa de tu profesión, en mi opinión, te ha brindado una apertura de miras excepcional. Lo digo porque es lo que yo leo entre líneas tanto en tus relatos como en muchos de tus posts. A mí me gusta mucho leerte, eso ya es sabido, y no solo porque lo haces bien, sino sobre todo por lo que voy extrayendo de cada lectura. No voy a decir que seas un espejo en el que mirarme, porque no es para tanto, pero sí que es cierto que, a veces, me quedo con cositas que intento incorporar a mi día a día. Foril y extraforil.

Hay otras cositas que me gustan menos y esas las tiro al contenedor de lo orgánico, eso también es así. Las menos, pero de eso se trata, ¿no?

Respecto a AveFenix, pues yo estoy como tú. No he vivido jamás fuera del área metropolitana de Barna. Y eso también influye, y mucho, en la personalidad de cada cual, creo yo.

Simon

Si te tengo que decir la verdad no tengo muchas ganas de escribir nada y eso se nota. Yo también me lo noto, de mis propias cosas también hay cosas que no me gustan demasiado para ser suaves.

En fin, Creo que fue JP Sartre que dijo en El Ser y la Nada que la obscenidad está en el espectador. Igual es que no tengo nada que decir y sería mejor no decir nada que interese a los demás ni a mi mismo.

Simon

TELÓN

Es una ZZR 1100, quizás no la mejor en paso de curva lenta pero en recta es un tiro. Con una buena puesta a punto pasa de los 280 km/h si le das espacio suficiente. Me la he comprado porque los Domingos por la mañana me gusta salir solo y rodar toda la mañana. Hoy voy a Puigcerda pasando por la Plana de Vic y la Collada de Tosses, por el túnel del Cadí no tiene gracia, llegas antes, pero es aburido.

Me gusta pararme a desayunar en Tona, en el 4Carreteres donde la carretera se cruza con la que va al Montseny. Desayunos de forquilla a base de botifarra amb mongetes, botifarra negra, cansalada, fetge amb ceba i porró. No todo a la vez, claro. Y el vinito con moderación que la moto es exigente. Es un sitio con muchos camiones lo que es certificación de que se come bien y a buen precio.

Cuando sales de Tona dirección Vic hay una curva de izquierdas larga que sin gran dificultad se puede hacer a 180 km y a partir de ahí tienes una recta de cinco kilómetros hasta el desvío a Ripoll.
Ayer por la tarde me la pasé engrasando la cadena y el tensor, cambiando las bujías, afinando los amortiguadores de dirección… en fin, todo lo que hace que una moto rinda más y vaya más fina.

Enfilo la recta de Vic y abro gas a todo lo que da, noto como pega un salto y las revoluciones y el velocímetro suben sin parar como si le hubiera puesto una guindilla en el culo a la ZZR. El motor se oye relativamente poco porque queda muy amortiguado por el ruido aerodinámico y el casco que lo llevo tan ajustado como se puede sin que te estrangule. Sé que voy rápido, muy rápido pero aún da para más, no sé cuanto porque no me atrevo a mirar el velocímetro, más que nada porque si saco la cabeza de la cúpula del manillar el viento peligra que me la arranque.

Y en un tiempo que ni es tiempo de lo deprisa que pasa todo intuyo un pájaro pequeño, un gorrión quizás, nunca lo sabré que me lo llevo puesto con la visera del casco que si ya era tintada se convierte instantáneamente en opaca y no veo nada. Es evidente que me he salido de la carretera y que estoy volando a una velocidad inhumana, en el primer momento aún tengo un cierto contacto con la moto pero la diferencia de pesos hace que la pierda rápidamente.

Eso que dicen que si te pasa la vida por delante y bla, bla… nada de nada. Eso si, todo sucede a cámara lenta y voy pensando en las cosas que me han quedado pendientes, o abiertas da igual. Algunas de bastante idiotas para un momento como este. Por ejemplo pienso en lo bueno que estaba el desayuno y que me han comentado que el camarero que me servía siempre que iba, que era un señor mayor no se ha jubilado, que el otro día se lo encontró su mujer que se había colgado alto y corto de la lámpara del comedor, y que su mujer cuando vino la policía estaba indignada porque el cadáver se había meado en la mesa del comedor y en los estertores le había dado una patada a un Lladró, pastorcilla con ocas, buenísimo que se había roto. Yo me lo había escuchado mientras mojaba pan en unos huevos fritos. Que poca delicadeza...

He pensado en Anna, tenemos planes de matrimonio y nos van bien las cosas, pero no se si lo suficientemente bien, a veces me parece ver en su cara una cierta inquietud que me da mal rollo porque no sé a que se debe. No sé quien le dirá que se tendrá que hacer cargo de la hipoteca sola.

En mi padre, mi padre lleva un montón de años muerto, se ve que es cosa de familia, mi abuelo murió joven y mi bisabuelo también. Claro que a mi abuelo lo fusilaron en la guerra por republicano. Eso atenúa un poco la idea de que nos tenemos que morir jóvenes. Está claro que un pelotón de fusilamiento creo que en Guadalajara no fue culpa de su mala salud.
Ay, mi padre, la conversación que hemos tenido siempre pendiente y que nunca tuvimos porque le dio por morirse. Creo que se murió para no tener que dar explicaciones sobre sus fechorías y lo mucho que nos habían afectado a todos. Creo que teníamos derecho a una ciertas explicaciones. ¿Eran sus cosas? Si. Pero nosotros éramos su familia y eso seguramente nos daba derecho a alguna cosa.
Si voy al otro lado igual se las pido. ¿Por que nos has querido tan poco? ¿Que te daban todas estas mujeres que no te diéramos nosotros? ¿Sexo? No, no es eso, con el corazón hecho una mierda y los riñones con toda la tornillería floja no había lugar a sexo por incomparecencia.

Mi madre pobrecita se morirá de pena y soledad, soy la única familia que le queda. En realidad no es así, tiene a mi hija, pero es muy desapegá y de la CUP. Irá a su bola y no se preocupará mucho de su abuela, si la visita una vez al mes ya será mucho y para quedar bien de cara a efectos testamentarios. Encontrarán mi testamento y habrá bronca, como no me fío de mi hija, más que nada de su madre, mi ex, he hecho testamento a favor de mi madre para que no la dejen tirada en medio de la calle. Que se jodan.
No es un pensamiento bonito cuando uno está a punto de espicharla pero es lo que hay.

Birgit dirá; Oh bueno, Scheisse! Yo soy hippy, y enel mundo los niños son de todos, me tengo que ocupar de mi guardería de perros abandonados porque los españoles no quieren a los perros y los mando a Alemania para que los adopten buenas familias alemanas amantes de los perros. ¿Simon? Oh bueno, me voy a pasear en bicicleta por los Aiguamolls de L’Emporda.

Mis amigos, pocos, se pondrán su mejor traje o no se pondrán ninguno, depende quien y vendrán o no al tanatorio a quedar bien. Alguno vendrá en un Ferrari y alguno en autobús. Luego se iran a tomar unas cervezas y a visitar a trabajadoras sexuales con capacidad gestante y si no pueden gestar las visitaran igual. Después se irán a tomar otras cervezas y unas tapas de algo.

En cuanto ...

He llegado al suelo en medio de un campo de trigo, un golpe bestial que me retuerce el cuello hasta romperlo, lo que no es necesariamente malo porque dejo de sentir dolor en el resto del cuerpo, noto como el casco en su interior asiste a un revival de el desayuno convertido en revoltillo apestoso, por la sensacion de las vueltas de la cabeza mi cuerpo se está retorciendo sobre si mismo hasta convertirse seguramente en una bola sanguirolenta cuando oigo más que siento, porque no siento, que la moto que debía venir volando detrás mío me ha dado alcance.
Debe haber caído encima de mi amasijo porque medio me plancha pero también consigue que algo que no puedo ver se clave profundamente en mi.

Yo no me doy cuenta pero lo que ha pasado es que un cilindro me ha partido la columna vertebral insensibilizandome del todo y me ha atravesado de parte a parte. Como un pinchito con la mala suerte que al quedar la cabeza y el brazo izquierdo más bajos que el corazón no pierdo el poco conocimiento que he tenido toda la vida. Mientrás el corazón va bombeando me mantengo consciente y un poco vivo.

Afortunadamente no puedo ver mi cuerpo reducido a escombros pero si puedo ver un gran charco de sangre que se va formando justo debajo mío. Es evidente que no es sangre del gorrión porque hubiera tenido el tamaño de un cerdo. Estoy suficientemente consciente como para entender que yo si tengo el tamaño de un cerdo.

Me gustaría poder levantar un poco la cabeza y, por encima de Vic, ver mis montañas del Pirineo. De alguna manera sé que no las veré nunca más, ni eso ni nada más.

Gracias a Dios el corazón que valientemente ha seguido bombeando sangre a mi cabeza, al bombear sobretodo sangre fuera de mi me ha ido vaciando hasta que no ha tenido nada que bombear. Estoy muy mareado, tengo un silbido en los oidos y me cuesta mantener un ojo abierto, no hay mucha diferencia porque ya no veía casi nada. Me voy relajando lo poco que me queda por relajar dentro del casco lleno de desayuno vomitado y, finalmente, baja el telón.

Simon

Simon

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Me lo hicieron aprender de pé a pá en el cole. Y ahí está, no recuerdo qué he desayunado, pero el Virolai no se va ni con aguarrás...

Simon

PARES Y NONES

.- ¡Rodo!

.- Dime Simón…

.- ven acá que tenemos que hablar…

.- ¿Que pasa, Frank te hizo algo otra vez?

.- No, no, quería hablar de nosotros.

.- ¡Simón!

Rodolfo pone ojos de cachondeo y me tira un beso como los del gorila del zoo de La Habana que además de besos también tira su propia mierda cuando la gente le molesta. Y con puntería. Lo llaman Monolo. Con O, es el chiste. Flojo, la verdad.

.- ¡No seas capullo, Rodo!

.- Ta bueno…

.- He pensado que cuando me vaya te podría hacer una carta de invitación para que vengas de vacaciones a Barcelona.

.- Pero Simón, yo no he salido nunca de Cuba, he ido a Santiago, allí en Oriente y a ver la Virgen del Cobre, pero subir a un avión y venir a Europa…no sé…

.- ¿Cual es el problema?

.- Bueno, ya sabes que mis papás están mayores, que mi hermano está casado y que mis padres viven conmigo en un quinto piso sin ascensor.

.- Si hombre, lo sé, ya he ido a comer a casa de tus padres en micro diez, en Alamar, además te puedo decir para que veas que se dónde está que en la esquina de la cuadra hay una funeraria.

.- ¡Joder Simón! Te podrías acordar de otra cosa, pero si, hay una funeraria.

.- ¡Y con unos ataúdes muy bonitos, con un interior de seda muy elegante!

.- ¡Simón, vete a la mierda. Como si me cortas el suministro de cerveza un mes seguido!

.- Venga, no te enfades, era para quitarle hierro. Anda, vete a buscar un par de cervezas y treme una para mi.

.- Pues vaya con el hierro…

.- Mira Rodo, he pensado que ya tienes más de cuarenta años y estaría bien que vieras un poco que hay fuera de la isla, igual no te gusta pero puedes comparar.

.- ¿Y quieres que venga a tu casa?

.- Sobre todo tú e Ida habéis cuidado de mí durante casi seis años, creo que es lo mínimo que puedo hacer. Y no te preocupes por el billete de avión que corre de mi cuenta. Yo hago todos los trámites con un abogado y el consulado cubano en Barcelona. Seguramente tardaré unos meses con lo que si te hace ilusión puedo empezar los tramites desde aquí con un abogado conocido mío en Barcelona que se entienda con el Consulado y yo tiraré de mis conocidos en la Embajada Española y el Consulado General. De algo me tiene que haber servido ir a jugar al mus sin saber jugar al mus todos los jueves por la noche al Melia Cohiba. Con un poco de suerte podríamos irnos en el mismo avión.

.- ¿Y podría estar mucho tiempo?

.- Un par de meses o tres, que yo tengo familia y trabajo. ¿¡No me hagas putadas eh!? Que me hago responsable que vuelves si te vas a quedar por lo menos dimelo.

.- No se Simón, me da cosa…

.- Que te preocupa, a ver…

.- Pues no sé, que no entiendo porque quieres que venga a Europa…

.- ¡Si no quieres tú mismo!

.- ¡Si que quiero, pero no te entiendo!

.- Es que he pensado que te gustaría y bueno…

.- ¡¿Bueno que?!

.- Sexo

.- ¿Como que sexo? ¿No hay sexo en Cuba? ¡¿Tú estás loco?!

.- En general no, tu sexo.

.- ¿¡Que le pasa a mi sexo?! ¡Eh, eh…!

.- Nada Rodo, no te pongas así, lo único que pasa es que eres gay.

.- ¿Y …como lo sabes? ¡Es mentira!

.- No es mentira Rodo, pero si lo sabemos todos tus amigos, también sabemos que a escondidas tienes pareja, Manolito, el que vive solo en la casa en la playa.

.- Pero así… ¿Ida lo sabe?

.- Claro que si, todos lo sabemos, ¿quien te crees que me lo dijo a mi hace años?

.- ¡Alabau, etoy embarcau!

.- ¿Pero a ver, hay algo diferente de hace cinco minutos? ¿Somos los mismos no?

.- ¡Por Dios! Que verguenzaaaa…

.- Pues por eso me gustaría que vinieras a Barcelona, siempre has vivido en un sitio donde ser homosexual está mal visto, donde los gay son maltratados por “poco hombres”, que tenéis que vivir vuestra sexualidad a escondidas como si fuera algo malo. Me gustaría que vinieras porque aún que en Barcelona no es un paraíso ni mucho menos, se pueden vivir estas cosas con mucha más naturalidad. Yo mismo tengo amigos, vecinos y algún familiar que es gay o lesbiana y vienen a los eventos familiares o de amigos con sus parejas y no pasa nada. Algunos viven juntos e incluso pueden adoptar niños y ser sus padres y cada vez a menos gente le parece raro.

Es verdad que siempre queda un núcleo nostálgico del pasado que sigue sin verlo bien pero a mi me gustaría que vieras que se puede vivir la sexualidad de cada uno, sea la que sea, sin problemas ni complejos. No todo es bonito, ¿pero donde lo es? Mírame a mi, enamorado de una mujer casada, que me quiere mucho pero nunca vendrá conmigo a no ser que mate a su marido.

.- Hombre Simón, Marino debe ser difícil de matar, ya sabes que si le das un puñetazo él te devolverá ocho.

.- ¡Si coño! ¡Ya lo sé! ¡Solo era un ejemplo!

.- A mi me marean y me dan miedo las escaleras mecánicas del aeropuerto… y es solo un piso. Tu quieres que me suba a un avión no sé cuántas horas a no sé que velocidad, aterrice en Francia o yo que sé, coja otro avión y venga hasta Barcelona. Nunca sabré hacerlo.

.- Mira, o yo iré contigo o te vendré a buscar donde te deje el primer avión. Si tengo que venirte a buscar a Paris o a Madrid ya vendré. No sufras.

.- ¿Y tu mamá no le parecerá raro que venga un amigo tuyo cubano?

.- ¡Que va! ¡Además ya sabe que eres gay!

.- ¿¿Tu mamá también?? ¡Que vergüenza!

.- ¿Ves? Tienes una mala actitud y tenemos que cambiarla.

.- Pero yo también voy con chicas…

.- ¡Mejor para ti! ¡Más donde escoger! Además Rodo, tu después de una botella de ron te empujas cualquier cosa que esté a cuatro patas así que…

.- ¡Eso no es verdad!

.- Rodo por favor…

.- Bueno si, pero es que…

.- Entendido. El jueves en el Cohiba cuando la partida de mus hablaré con los de la embajada por si pueden hablar con la tuya y agilizar los papeles del visado. Tendrás que volver eh…!Que me hago responsable de ti!

.- ¡Te lo prometo!

.- Uy si, ya me quedo más tranquilo. Anda ve a por otra cerveza y no prometas en vano.

.- ¡Voy!

Y se va a la nevera de la piscina que solo viéndolo andar de espaldas se aprecia la felicidad.

Simon

RETURN TO SENDER

Del quince de Junio al quince de Julio el Dolder Gran Hotel en Zurich, Suiza.

Van en avión, en primera clase, las azafatas lo tratan bien y como es un niño en una época que la aviación es segura durante el vuelo a veces lo dejan entrar en la cabina de los pilotos donde el comandante no le pregunta si le gustan las películas de romanos, ni si ha visto a algún hombre desnudo, y el copiloto no es Kareem Abdul Jabbar ni lo amenaza si lo reconoce. Son amables y tienen una conversación estándar con él en inglés o francés vigilando que no toque nada.

No le impresiona, desde que tiene uso de razón ha sido obsequiado por el destino con este trato deferente. Luego a su asiento otra vez siempre vigilado por alguna azafata que seguramente sabe karate-do y técnicas de negociación con niños terroristas, en general todos.

Los recoge una Limusina negra propiedad del hotel con un chofer con uniforme y gorra. Conduce suave y fluido como si la inercia no existiera. El coche enorme sube sin aparente esfuerzo la carreterita con curvas que a las afueras de la ciudad serpentea a través de unos preciosos bosques que van desde la cima, el Hotel, hasta bañarse los pies en el lago Zürisee.

Podríamos ir en nuestro coche, uno de ellos, el chofer de Señor Padre lo trae cada año para que lo tengamos en el hotel por si lo queremos usar y se vuelve en avión, turista, claro. Un coche americano que da vergüenza excepto en ambientes muy determinados pero es que además Señor Padre conduce muy mal dando ocasión a Señora Madre de montar teatrillos que indefectiblemente sacan a Señor Padre de sus casillas. Una vez incluso consiguieron volcar el coche en el fragor de una pelea. Dos clavículas rotas.

El bosque está lleno de ardillas. Para él es lo más notable.

El hotel es una preciosa cárcel construida a partir de un castillo de esos que salen en los dibujos de Walt Disney. No hay niños, solo personas adultas empeñadas en tomar el sol en Europa Central en vez de ir a la playa como todo el mundo.

Su principal vida social es con camareros, las mucamas y los buttler que evolucionan por los pasillos, habitaciones, salones, comedores, bares, etc… hablando entre ellos italiano, turco, portugués y otros idiomas del sur pobre y alegre de Europa. Se apiadan de él y lo hacen jugar un poco, seguramente también juegan con él pero no se da cuenta. Señor Padre y Señora Madre se comportan, cada año, como si la vida normal fuera así y la verdad es que no es así pero tampoco es muy normal.

Por las noches se van a cenar, no sabe dónde porque lo dejan en la habitación del hotel, solo y escuchando viejos aires del mundo germánico que vienen de no sabe muy bien donde junto a hordas de mosquitos.

El único día que su Señor Padre y su Señora Madre la toman con él es porque en la piscina aparece un niño muy rubio de nacionalidad desconocida con un submarino a control remoto capaz de sumergirse, navegar bajo el agua y volver a la superficie con un mando lleno de palanquitas y botoncitos, que viniendo de los soldaditos del fuerte apache que tiene en casa, en Barcelona, lo deja con la boca abierta que se le cuela el agua.
Su Señora Madre tiene un ataque de cuernos y tienen que bajar los tres a Zurich a comprar uno igual sin conseguir encontrar ninguno. El niño rubio se niega a compartir submarino lo que provoca una bronca entre sus padres que él no entiende.

Si tuviera diez años más entendería que en realidad no tiene que ver con submarinos ni con él, su Señor Padre está siendo castigado por no saber dar a su familia una vida normal, su Señora Madre también se aburre.

El aburrimiento de su Señora Madre normalmente se manifiesta con un despliegue de idiomas; habla con él en francés porque es su nacionalidad e impone el concepto de lengua materna y alemán en las raras ocasiones que se enfrasca en alguna conversación con otras señoras pijas germánicas. También con el servicio. Sin parecer gran cosa es un movimiento estratégico inteligente porque Señor Padre siempre ha sido negado para los idiomas, incluidos los que se le supondrían como el catalán que habla castellanizado y el castellano ha catalanizado a rebosar.

Señor Padre se encuentra aislado. Señora Madre gana en dos movimientos.

Incluso en alguna ocasión se aburre tanto sin poder hablar con nadie que intenta jugar con él pero no sabe. Nunca lo ha hecho y creo que le da vergüenza jugar con un niño aún que sea suyo. Los Señores no hacen eso.
En la Magnifica Casa en que malviven en Barcelona se ven diez minutos a solas en el Magnífico Despacho de Señor Padre todos los viernes por la tarde. Conversaciones de hombres Padre hijo las llama. Siempre lo mismo, el secretario personal le da permiso para entrar, Señor Padre para sentarse en un sillón de piel delante de su mesa y le hace unas preguntas rutinarias que pretenden demostrar interés.

Con el tiempo él ha aprendido que es mejor contestar “si Señor” que “no Señor”. Cualquier desacuerdo irrita a Señor Padre y eso es mala cosa.

En fin, las largas cuatro semanas en Zurich cada año se hacen largas y tediosas pero terminan por desaparecer. Lo cierto es que no se puede decir que en vano porque el personal del hotel además de enseñarle los fundamentos de algunos idiomas más o menos útiles le enseñan que las camareras corren delante y los camareros corren detrás, y que cuando las camareras se dejan coger les enseñan las bragas a los camareros y de paso a él que no pierde detalle.

El viaje de vuelta es como el de ida pero de vuelta, en absoluto más alegre, los tres saben que les espera a finales de julio La Fiesta anual que dan nadie sabe porque. La única discusión inevitable sobre el tema es si como tradicionalmente el kermesse, así lo llama Señora Madre, será en la casa de la montaña, Nuestra Casa, o bien en la casa comprada por alguna necesidad poco clarificada de Señor Padre en Santa Cristina d’Aro, con sus porches, sus viñas y su canesú. A él y a Señora Madre no les interesa, es una casa sobrevenida, como una cuñada pesada.

Normalmente Señora Madre se sale con la suya más que por poseer un importante armamento por su capacidad de hacer la vida desagradable a Señor Padre. En general a Señor Padre la vida dura le horroriza y cede a celebrar el kermesse en el Pirineo.

El kermesse básicamente consiste en una bacanal de comida y bebida a la cual asisten cientos de personas que se desparraman por los jardines que envuelven la casa, sin ser nada del otro mundo son ocho o nueve hectáreas con bufets libres donde la gente puede comer y beber todo lo que le dé la gana. Naturalmente first choice pero también first choice de personal venido de Barcelona en un autocar. Señor Padre los llama “asalariados”. Vienen con una especie de jefe de personal/mayordomo que viste mucho y manda más. Incluso una vez tuvo el valor de enfrentarse a campo abierto con Señora Madre cuando dos patricios se liaron a gritos por alguna fruslería política y seguramente por el alcohol. Se fue a ver a Señora madre y le dijo:

.- Señora, hay dos señores que están dando voces.

Ahí Señora Madre estuvo bien y le contestó;

.- Los Señores no dan voces.

Y lo despidió con un movimiento vago con la mano.

Con los años se ha producido un efecto llamada que ha provocado un aluvión de desconocidos no invitados que viendo que cada año tal día en determinada finca dan de todo y no controlan nada se han acostumbrado a venir así que aproximadamente una de cada cuatro personas que comen canapés, beben de todo y bueno, y juegan y ligan dependiendo de las edades mentales y el nivel etílico es alguien que se ha colado. No tiene ninguna ciencia, en el exterior hay aparcados cien o ciento cincuenta coches, solo tienes que dejar el tuyo y entrar directamente a los jardines a saquear los bufets libres.

Señor Padre y Señora Madre han hablado del tema alguna vez y han llegado a la conclusión que el precio monetario que se paga es mucho más llevadero que el bochorno de poner guardias de seguridad que controlen al personal. Sería una vergüenza insoportable que pidieran identificación a según quien. ¡Anatema!

En determinados círculos la apariencia lo es todo.

Los invitados pata negra es costumbre que traigan regalos para todos, incluido a él, con lo que se produce una avalancha de regalos que deberían hacer feliz pero sin embargo angustian. También es verdad que han sido escogidos muchas veces por la secretaria o secretario de alguien y no son excesivamente personalizados, eso nada tiene que ver con el precio.

Él deambula por los jardines, por el interior de la casa, mete las narices en las cocinas, lo echan porque no saben quién es y dando vueltas medio sonriendo a gente que ni conoce termina cada año encerrado en su habitación leyendo los tebeos de siempre. Se estira de través en la cama con la cabeza colgando por un lado y los pies por el otro y pone los tebeos en el suelo, de vez en cuando arranca una punta de una página y se lo mete en la boca, lo chupa hasta convertirlo en un chicle de sabor repugnante pero que de alguna manera lo hace sentir protegido y en casa.