carlossex

A mi me gusta que haya espejos, mientras estas tumbado boca abajo en el tatami y ves por el espejo como se deslizan encima tuyo es ....... (poner imaginación)

recuerdo hace muchos muchos años todavía se pagaba en pesetas que estuve con una escort que tenia un gran espejo en el techo al principio me sentí raro como se hubiera alguien observado pero luego lo disfruté hasta le pedí alargar el servicio

que tengais buen dia

Ari Quiro

Ese es mi sueño, un espejo en el techo ...

jose maria

A mi me encanta cuando estoy tumbado y la chica encima mio masajeandome y yo poder mirarlo a través del espejo

Baja_136478

Hola!!!
UFF, a mi per sonalmente me encanta, me pone muchisimo ver cuando me están follando, los que ya han estado conmigo saben que siempre tengo espejos bien colocados en la habitación.
Me encanta de verdad!

De total acuerdo ESPEJO SIIIIIIIIII

limon

El espejo nunca te devuelve tu imagen. Tiene su propio carácter y preferencias. A veces es caprichoso.

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Simon

En el mejor de los casos devuelve la que fue

Xasel

Da lugar a visiones muy morbosas...

fiestero

Me gustan los espejos le dan un morbo

Jaason

Es el retrato de Dorian Grey. Te muestra lo que no quieres ver, lo que quieres que se oculte....

Espero que me perdoneis, pero tenía un pequeño escrito sobre los espejos. Así que aprovecho la oportunidad para dejarlo aquí.

Si alguno no le gusta, que lo diga y lo quito.

¿Qué ve Pedro en el espejo?

Cada mañana, Pedro pasa por delante del espejo varias veces: cuando va a mear, lo primero que hace tras poner los pies en el suelo. Al afeitarse después de la ducha. Al lavarse los dientes, tras el desayuno. A punto de salir, mientras le da un último retoque a la corbata a juego con el traje escogido para el día. Pero ¿qué ve Pedro en ese espejo? ¿Como refleja el espejo lo que Pedro es?

Lo más probable es que Pedro sólo ve su silueta, rodeada de una negritud infinita, mostrando el vacío que hay en su mundo, tanto el interno como el externo. Solo se ve el límite de lo que Pedro es. Pedro es un ser vacío: dentro de sus límites, no hay nada, Pedro sólo es una cáscara. Tampoco Pedro aporta nada al exterior, por eso no hay nada fuera de Pedro.

Algunos apuestan a que Pedro no ve a nadie, como si fuera un vampiro. Un ser de existencia negada. La misma existencia que Pedro se niega a querer tener. Quizá Pedro no quiere ser él, pero no le queda más remedio. Como Drácula, es su sino.

Pedro debe ver un monstruo horrible, una masa de carne podrida y deforme, como la que veía Dorian Gray en su retrato, fruto de la podredumbre que absorbe a Pedro. Como Dorian Gray, Pedro sabe que ese monstruo es el pago por ser Pedro. Pero Pedro quiere ser Pedro, sólo se trata de no mostrar lo que hay en su interior.

Es posible que Pedro sólo vea el campo después de la batalla. Pedro se manifiesta como una sombra borrosa, Pedro sólo ve nítidos los cadáveres que ha sembrado a lo largo del camino. Pedro siempre ha querido estar ahí, haya costado lo que haya costado; dejando atrás esa masa de cadáveres en cada uno de sus pasos. Y a veces los ve en el espejo. Y a veces, Pedro, siente un ligero remordimiento.

Creo que Pedro sólo ve un maniquí inmóvil. Un hombre de plástico sin sentimientos. El hombre de madera al que nada le duele, al que nada le importa. Pedro de palo. No lo altera ni el frio ni el calor, ni la húmeda lluvia ni el seco viento del sur, ni los abrazos ni el amor. Pedro es una piedra.

A veces Pedro se ve a si mismo mientras le rodean unos brazos de aquella persona con la que desearía estar. Un abrazo querido, un abrazo con el que Pedro sueña día tras día. Pero sólo están allí, al otro lado del espejo. A este lado, Pedro no tiene nada. Alguna vez, en el espejo Pedro está rodeado de las mujeres que conoce. No de las chicas en sí, si no de la partes que le gustan. Los pechos de una, el culo de la otra, los labios de una tercera, los ojos de aquella europea del norte….las partes que conformarían la mujer ideal de Pedro. Aquella que no existe, aquella que Pedro nunca encontrará.

Todos los Pedros, desearían que Pedro viera a Pedro. No el que es; es el que le gustaría ser. Un tipo bien parecido, de ojos y dentadura brillante, de piel suave y pelo perfectamente peinado. Un Pedro coach, que le anima para la batalla diaria con destellos en su sonrisa: ¡Vamos Pedro, tú puedes!

Lo más seguro es que Pedro, cuando mira al espejo sólo ve a un tipo tan anodino como él: un hombre aburrido, un hombre del montón; un nadie, un nada. Un ser hastiado. Con su cara de sueño al levantarse, con su sonrisa forzada al ajustarse la corbata. Un Pedro sin motivación ni orgullo; o no más motivación y orgullo de si mismo que el que tiene que inventarse cada mañana para poder terminar el día. Un Pedro cansado de vivir.

Baja_162743

Un buen espejo da mucho morbo y a mí me gusta el poder ver a través de un espejo ciertas cosas de la cita y la chica con la que estoy.

Baja_167575

Si la veritat es que si ajuda pero jo no vull

Lextor

Fusión de hilos espejos.