22 d’abril, dimecres.

He estado un par de días como deprimido con mal humor y mezclado con rabia y demás.
No he tenido humor ni para saludar.

Bueno, ya se puso en marcha el Erte y supongo que el viernes estará autorizado.

Preferí explicarlo mirando a los ojos a tod@s l@s empleados, tanto en el Prat como en Girona y Reus.
Yo diría que lo entendieron. También es cierto que ninguno se puso a aplaudir.
Lo que más me jodió es alguna mirada.
Hay miradas que penetran.
En fin, ya está hecho.

Esta mañana he estado hablando con el economista de la gestoria que nos lleva los asuntos, hemos tocando varios temas y ya de manera informal me comentaba...

En USA como hagan fallida las compañías petrolíferas hay varios Bancos que se van a freír espárragos, han dado créditos de más de 150.000 millones de € que no podrán cobrar.
Bueno le he dicho, los Yanquis que se jodan, como lo ves aquí?

Aquí ya ni te cuento, alguien tendrá que pagar, por lo tanto prepárate a que el IVA suba. Al tiempo!

Collons, pues bonito panorama...

Ya llegaba a casa y veo a una vecina en su jardin(16 o 17 años)
Hola! Vaya mierda que estás escuchando, pero te gusta el reggaeton?
Me ha tratado de troglodita.
Hay que joderse.

Paso por el súper para cargar un poco de vicio (alcohol) y alguna cosa más.

A ver...
Aparte de algún escarceo con alguna follaamiga yo no es que vaya mucho de meuques, (Trato cariñoso que damos por mis lares a las profesionales del sexo) cada mes una vez o maximo dos.
Miro mi falo y sus gemelos y me entra la tristeza. Hasta lágrimas me caen al ver que tienen menos actividad que el cortaúñas de la Rosalía.
Como dure esto mucho más no sé yo.
Veremos.

Felidades. A todos por vuestras aportaciones y al cumpleañero que he leído por el hilo.

Mañana más!

Salut!

“Daria todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro”
Descartes.
Me ha gustado. La frase.

Bingoooooooooo!!!! Hemos llegado a 40, la famosa cuarentena, ahora vamos a por la cincuentena
Hoy he visto al presi hablando de los niños de 14 años, los de los huevos peludos de como saldrán a la calle, seguro que habrá algún forero que habrá pasado lo mismo que yo.
Yo con 14 años hacía jornada intensiva, de 6 a 2, me levantaba a las 4 y media y me cruzaba todo Sabadell andando, y por la tarde me tocaba ir al colegio a estudiar, eso eran los niños de antes, ahora pobrecitos sale el defensor del menor para que puedan salir a la calle, como cambia todo, me reservo la opinión, no quiero herir susceptibilidades.
Perdonad por el rollo, bona nit a tots i totes, cuideu vos, m'ajudeu molt a pasar aquest mal tràngol, una abraçada

Romita, día 41 de confinamiento

Jordi está perdidamente enamorado de su vecina Emma. No puede evitar espiarla desde la galería de su cocina, la misma que da al balconcillo de la habitación de ella. Ese balconcillo en el que Emma pasa horas, sentada en una incómoda silla de madera, con la mirada perdida.

Le vuelve loco su aspecto frágil. Sus brazos delgados, su media melena siempre despeinada, su forma de vestir despreocupada, con esos tejanos rotos y desgastados y esas camisetas de princesas Disney desbocadas… Le pierden sus ojos claros. Brillantes pero vacíos… Suspira cuando la ve mordiéndose las uñas, con las piernas cruzadas, afectadas de un frenético bailoteo nervioso…

Ahí está ahora mismo, como tantas mañanas… Ha oído los gritos, se ha mordido los labios y ha apretado muy fuerte los puños… Se le acelera el corazón… Ha esperado a oír el portazo. ¡Todos los días hay un portazo! Luego ha corrido a la galería de la cocina. Y ahí está. Ve su ojo amoratado. La camiseta rasgada, cayéndole por el hombro.

Se le enciende la mirada, pega un puñetazo contra la pared, conteniendo la rabia. Maldito hijo de puta. Emma ya ni llora. Simplemente, se sienta, pierde la mirada, se aísla... O eso cree él. Sabe que ella sabe que está ahí, mirándola.

No aguanta más. Sale al rellano, llama a su puerta. Tarda en abrirle. “Emma…” musita…

Emma se agarra a su cuello. Quedan ambos paralizados durante unos segundos. Rompe a llorar Emma. El llanto es desesperado. Un llanto que sale de lo más profundo. Lleno de lágrimas. Lleno de hipidos. Lleno de angustia. Jordi la abraza.

Y cierra la puerta. Y la lleva a su piso. Y la sienta en el sofá. Y se sienta a su lado. Y vuelve a abrazarla. Y no dice nada.

Y Emma llora. Y llora y llora. Y le pone perdida la camiseta a Jordi. A la altura del corazón. Y la mancha de humedad parece sangrar…

Y Emma tiembla. Y Jordi aprieta el abrazo. Y no dice nada.

Y Emma se calma. Poco a poco. Y Jordi relaja. Y no dice nada.

Emma levanta la cabeza. Lo mira. Lo ve borroso, a través del agua salada que empaña la mirada. Lo toma del cuello. Repasa sus labios con sus dedos.

Emma lo besa. Jordi siente el calor amargo de su saliva y sus lágrimas. Se siente feliz. Se siente mal por sentirse feliz. Emma lo aparta. Emma se enjuga las lágrimas.

Emma se desnuda. Se quita primero la camiseta rasgada. Se levanta, se quita los tejanos rotos y Jordi contempla su figura delgada.

Emma se quita bragas y sujetador y muestra su cuerpo lacerado a Jordi, que la observa sin decir nada.

Jordi se estremece. Llora al ver el costado magullado de Emma. La rojez en su espalda. El arañazo en su muslo.

Jordi se desnuda. Y se arrodilla ante Emma. Pasa sus dedos sobre las marcas. Vuelve a morderse los labios de rabia.

Emma se arrodilla ante Jordi. Lo acoge, lo besa. Se desparraman. Se abrazan y se llenan. De besos, de caricias, de calma sosegada.

Jordi y Emma hacen el amor. Respiran a bocanadas, sudan, lloran, gritan, disfrutan. Se corren y siguen abrazados. Jordi resigue con su mano la espalda lacerada.

Emma se levanta, se viste y dirige a Jordi su mirada. “Gracias”, dibuja con sus labios. Emma se marcha.
Jordi se maldice. Pero Jordi no hace nada.

Noche cerrada. Jordi despierta sobresaltado. Los ruidos. Las sirenas. Las carreras en la escalera. Los gritos en el rellano.

Jordi salta de la cama, abre la puerta. Un mosso saca a empellones al hijo de puta esposado. Sangre en las manos, sangre en los tejanos, sangre en la cara.

Jordi grita. Jordi corre. Jordi empuja al policía, entra hasta la sala.

Ve el charco de sangre. Emma, en medio. Tranquilo, relajado su rostro. Pálido. Yermo. Sin vida. En paz.
A Jordi lo agarran. Lo reducen. Grita y grita. Y llora.

Un sanitario arropa a Emma con una sábana plateada. Excesivamente. Le tapa hasta la cara.
Jordi cae hundido. Muere su alma.

(•••)

Jordi compra una rosa y se la lleva a Emma. La deposita en la piedra. Fría. Sin epitafio. Llora Jordi su cobardía y se marcha…



Gente, feliz y confinado día de Sant Jordi!

Una primavera lluviosa se nos ha tirado encima y de una semana para otra hace un frío que pela. Una de las cosas que me deprime más de las primaveras lluviosas son los días que cuando salgo de casa por la mañana es aún de noche y cuando vuelvo ya es de noche otra vez. Algunas veces me paso semanas enteras viendo mi calle a oscuras y mi casa a la luz de las lámparas de pie o de sobremesa, no me gustan las lámparas de techo, me dan sensación de frialdad.

Este año a pesar de que se acerca Sant Jordi las calles me parecen oscuras y las luces que ha puesto el ayuntamiento son tan cochambrosas que aún le dan al ambiente una sensación de más oscuridad. Yo no soy de celebrar este tipo de eventos, no van mucho conmigo pero entiendo que si se decide iluminar una ciudad, sea por Sant Jordi o para ver si los extraterrestres se fijan en nosotros vale más hacer las cosas bien.
En fin, dejo el coche en el parking, le compro un par de marranadas al paki de la esquina para tener algo para cenar, y algo para beber, aguanto que se cachondee de mi y me meto en la portería parapetado detrás del cuello del abrigo con la bufanda en primera línea de fuego. En la portería hace más fío que en la calle, o por lo menos es lo que parece.

El ascensor ocupado, y no se mueve. Vale, me ha tocado, escaleras y empezar a dar pedales. Está claro que no estoy en forma, y menos en forma anímica, a la que paso del tercero voy asfixiado y valoro seriamente la posibilidad de hacer un picnic en la alfombra del vecino del tercero y comerme, y beberme, lo que le acabo de comprar en el paki de la esquina. Igualmente lo subiré hasta casa pero en vez de en las manos dentro del cuerpo. Lo desecho porque no se me ocurre ninguna explicación razonable que darle al vecino si entra o sale de casa y me pilla de picnic.
Igual me fumiga con una solución hidroalcoholica...el virus sigue galopando.

En un esfuerzo máximo logro llegar a mi rellano, encontrar la llave adecuada y meterme en casa. Me gustaría tener un termostato pero la dueña del piso se niega a soltar un duro en mejoras, ya hemos tenido algún rifirrafe por otras cosas parecidas. De todas maneras me sobra el abrigo y la bufanda por el puerto de primera categoría que me acabo de marcar. Soy consciente que el piso está helado pero momentáneamente tengo calor. Voy corriendo a cerrar la ventana del comedor que me he dejado abierta esta mañana que parece que todo el frío y humedad, vaya humedad, de la ciudad estén dentro de casa.

Luces, acción. Dejar las cosas en la cocina…a ver la nevera…y noto una sensación rara, como es picor en la nuca, será el frío. Enciendo todos los radiadores eléctricos ya que la propietaria tampoco se arremanga aún que es un piso con gas. Le saldría por tres mil de vellón, pero no quiere. Lo primero que hago cada día es abrir la cama, con el calorcillo de los radiadores va cogiendo un poco de temperatura y luego es más agradable. Cuando todo está en marcha por fin me quito el abrigo y la bufanda y los meto en el ropero del recibidor, los zapatos también. Cuando tengo la puerta del armario abierta tengo otra vez la sensación rara, ahora claramente, pero desde detrás de la puerta del armario. Echo un vistazo rápido y me sonrío de mi mismo, a estas alturas de la vida me va a dar miedo un pasillo a oscuras como cuando era pequeño y me mandaban a la cama. Siempre era un mal trago el pasillo oscuro desde la seguridad del salón iluminado donde estaban mis padres hasta mi dormitorio.

Me preparo la cena, no es gran cosa y la preparación de unos fideos chinos lleva dos minutos, y me instalo en el sofá del IKEA que venía con la casa. Es complicado que un sofá sea frío, pues este lo consigue. Yo lo caliento a él, no al revés. Tengo que tirar de mantita por si me quedo frito mirando la tele. Tengo una sensación rara otra vez pero ahora me ha parecido que había alguien. Tendré que ir al psiqui otra vez que se empiezan cogiendo manías y terminas encerrado en una habitación acolchada. A ver si me está dando demasiada medicación…si debe ser eso, mejor no voy y me la dejo de tomar, total, ya me la estoy tomando de manera irregular. Además, dicen que engancha.

La tv está tan animada como siempre, las mismas series, los mismos documentales...hace más de un año que he decidido no ver ni un telediario. De ninguna cadena. Me tienen con el corona virus hasta los mismísimos. En el bar de abajo estarán viendo un partido de algo pero aún que hayamos empezado la desescalada del virus da mucho palo bajar a estas horas, además hay que aguantar a los demás y parece que sea una reunión de desechos humanos que no saben dónde ir porque no saben estar solos. Patético. No es mi caso, solo es que no me quiero gastar ciento y pico euros cada mes en ver la tele. Creo me dolerían y tampoco la veo tanto. Soy tacaño.

Me voy comiendo los fideos chinos con la mecánica que da la práctica mientras zapeo para ver los anuncios. Lo siguiente ya es ver porno en el ordenador, pero no tengo ganas de hacerme una paja.

Ahora me ha parecido ver algo por el rabillo del ojo, no estoy sonado ni borracho! No he bebido nada desde…bueno, desde el menú de la hora de comer. Tampoco es tanto tiempo. Igual debería…
Y de repente la veo! Está sentada en el silloncito que se supone que hace juego con el sofá! Me mira con ojos verdes, azules, marrones y negros, y me sonríe, pero es una sonrisa fría. Pego una salto en el sofá que se van los fideos chinos a la mierda y me pongo de pie sudoroso y mareado.

.- Pero tu quien eres!?

.- Soledad. Soy tu soledad. Llevamos años juntos, no te has dado cuenta?

.- Pero de donde has salido!? Voy a llamar a la policía!

.- Y que les vas a decir? Que te ha venido a ver tu soledad? Te encerraran.

Tengo frío, más que nunca, no lo entiendo, soy un animal en principio racional. Quien o que es está mujer?

.- Ya te lo he dicho, soy tu soledad, oigo todo lo que piensas. Estás tan solo que solo tienes a tu soledad por compañera. Y si, físicamente te resulto familiar es porque soy un compendio de todas las mujeres que han pasado por tu vida, que te han querido y las has dejado escapar, o te has escapado tu porque eres incapaz de afrontar un compromiso. Ha sido difícil componer un físico con todas, han sido muchas, la vida te ha dado muchas oportunidades y las has malogrado todas.
No, el paki no te ha echado nada en los fideos, se lo que estás pensando y esto no es una alucinación. Ahora si quieres podemos seguir viendo anuncios y después me sentaré a los pies de tu cama a ver como duermes. Por cierto, duermes mal. Siempre estás muy inquieto.

Yo ya no se que hacer, esta tía aparece en mi silloncito y me está cantando la caña sobre mi soledad. Hasta hace diez minutos yo estaba tan tranquilo y viene esta a incordiarme. A ver si será una performance que ha organizado la alcaldesa enrollada que tenemos para distraernos?

.- Oye, tu eres una performance de la Colau?

.- No, soy tu soledad.

.- Pues mira, - yo me voy viniendo arriba – para ser un espectro de mi soledad eres bastante cansina. Que más sabes hacer? Es que eso de que eres mi soledad ya me lo has dicho media docena de veces. El tema sexo como lo llevas? Es que para ser el conjunto de mis fracasos la verdad, tienes un aspecto bastante interesante. En vez de mirar como duermo podrías venir a la cama.

.- Simón! Eres insoportable e incorregible! Siempre estamos con lo mismo!

.- Ah! Que cobras? Cuánto cobras?

Se vuelve de colores, grita, muge como una manada de búfalos, echa chispas, la melena rubia se le eriza y se le forma una especie de arco voltaico, las distintas personalidades y sus físicos empiezan a descuadrarse y eso da un poco de mal rollo, se levanta y levitando a un palmo del suelo como haría cualquier espectro que se precie se va a la puerta de la escalera, pega un portazo y desaparece.

Me doy cuenta que estoy tan solo que incluso mi soledad me ha abandonado, pero bueno – pienso alegremente – siempre me quedaran las putas.

Bon Sant Jordi !

Romita, día 41 de confinamiento

Jordi está perdidamente enamorado de su vecina Emma. No puede evitar espiarla desde la galería de su cocina, la misma que da al balconcillo de la habitación de ella. Ese balconcillo en el que Emma pasa horas, sentada en una incómoda silla de madera, con la mirada perdida.

Le vuelve loco su aspecto frágil. Sus brazos delgados, su media melena siempre despeinada, su forma de vestir despreocupada, con esos tejanos rotos y desgastados y esas camisetas de princesas Disney desbocadas… Le pierden sus ojos claros. Brillantes pero vacíos… Suspira cuando la ve mordiéndose las uñas, con las piernas cruzadas, afectadas de un frenético bailoteo nervioso…

Ahí está ahora mismo, como tantas mañanas… Ha oído los gritos, se ha mordido los labios y ha apretado muy fuerte los puños… Se le acelera el corazón… Ha esperado a oír el portazo. ¡Todos los días hay un portazo! Luego ha corrido a la galería de la cocina. Y ahí está. Ve su ojo amoratado. La camiseta rasgada, cayéndole por el hombro.

Se le enciende la mirada, pega un puñetazo contra la pared, conteniendo la rabia. Maldito hijo de puta. Emma ya ni llora. Simplemente, se sienta, pierde la mirada, se aísla... O eso cree él. Sabe que ella sabe que está ahí, mirándola.

No aguanta más. Sale al rellano, llama a su puerta. Tarda en abrirle. “Emma…” musita…

Emma se agarra a su cuello. Quedan ambos paralizados durante unos segundos. Rompe a llorar Emma. El llanto es desesperado. Un llanto que sale de lo más profundo. Lleno de lágrimas. Lleno de hipidos. Lleno de angustia. Jordi la abraza.

Y cierra la puerta. Y la lleva a su piso. Y la sienta en el sofá. Y se sienta a su lado. Y vuelve a abrazarla. Y no dice nada.

Y Emma llora. Y llora y llora. Y le pone perdida la camiseta a Jordi. A la altura del corazón. Y la mancha de humedad parece sangrar…

Y Emma tiembla. Y Jordi aprieta el abrazo. Y no dice nada.

Y Emma se calma. Poco a poco. Y Jordi relaja. Y no dice nada.

Emma levanta la cabeza. Lo mira. Lo ve borroso, a través del agua salada que empaña la mirada. Lo toma del cuello. Repasa sus labios con sus dedos.

Emma lo besa. Jordi siente el calor amargo de su saliva y sus lágrimas. Se siente feliz. Se siente mal por sentirse feliz. Emma lo aparta. Emma se enjuga las lágrimas.

Emma se desnuda. Se quita primero la camiseta rasgada. Se levanta, se quita los tejanos rotos y Jordi contempla su figura delgada.

Emma se quita bragas y sujetador y muestra su cuerpo lacerado a Jordi, que la observa sin decir nada.

Jordi se estremece. Llora al ver el costado magullado de Emma. La rojez en su espalda. El arañazo en su muslo.

Jordi se desnuda. Y se arrodilla ante Emma. Pasa sus dedos sobre las marcas. Vuelve a morderse los labios de rabia.

Emma se arrodilla ante Jordi. Lo acoge, lo besa. Se desparraman. Se abrazan y se llenan. De besos, de caricias, de calma sosegada.

Jordi y Emma hacen el amor. Respiran a bocanadas, sudan, lloran, gritan, disfrutan. Se corren y siguen abrazados. Jordi resigue con su mano la espalda lacerada.

Emma se levanta, se viste y dirige a Jordi su mirada. “Gracias”, dibuja con sus labios. Emma se marcha.
Jordi se maldice. Pero Jordi no hace nada.

Noche cerrada. Jordi despierta sobresaltado. Los ruidos. Las sirenas. Las carreras en la escalera. Los gritos en el rellano.

Jordi salta de la cama, abre la puerta. Un mosso saca a empellones al hijo de puta esposado. Sangre en las manos, sangre en los tejanos, sangre en la cara.

Jordi grita. Jordi corre. Jordi empuja al policía, entra hasta la sala.

Ve el charco de sangre. Emma, en medio. Tranquilo, relajado su rostro. Pálido. Yermo. Sin vida. En paz.
A Jordi lo agarran. Lo reducen. Grita y grita. Y llora.

Un sanitario arropa a Emma con una sábana plateada. Excesivamente. Le tapa hasta la cara.
Jordi cae hundido. Muere su alma.

(•••)

Jordi compra una rosa y se la lleva a Emma. La deposita en la piedra. Fría. Sin epitafio. Llora Jordi su cobardía y se marcha…



Gente, feliz y confinado día de Sant Jordi!

Una primavera lluviosa se nos ha tirado encima y de una semana para otra hace un frío que pela. Una de las cosas que me deprime más de las primaveras lluviosas son los días que cuando salgo de casa por la mañana es aún de noche y cuando vuelvo ya es de noche otra vez. Algunas veces me paso semanas enteras viendo mi calle a oscuras y mi casa a la luz de las lámparas de pie o de sobremesa, no me gustan las lámparas de techo, me dan sensación de frialdad.

Este año a pesar de que se acerca Sant Jordi las calles me parecen oscuras y las luces que ha puesto el ayuntamiento son tan cochambrosas que aún le dan al ambiente una sensación de más oscuridad. Yo no soy de celebrar este tipo de eventos, no van mucho conmigo pero entiendo que si se decide iluminar una ciudad, sea por Sant Jordi o para ver si los extraterrestres se fijan en nosotros vale más hacer las cosas bien.
En fin, dejo el coche en el parking, le compro un par de marranadas al paki de la esquina para tener algo para cenar, y algo para beber, aguanto que se cachondee de mi y me meto en la portería parapetado detrás del cuello del abrigo con la bufanda en primera línea de fuego. En la portería hace más fío que en la calle, o por lo menos es lo que parece.

El ascensor ocupado, y no se mueve. Vale, me ha tocado, escaleras y empezar a dar pedales. Está claro que no estoy en forma, y menos en forma anímica, a la que paso del tercero voy asfixiado y valoro seriamente la posibilidad de hacer un picnic en la alfombra del vecino del tercero y comerme, y beberme, lo que le acabo de comprar en el paki de la esquina. Igualmente lo subiré hasta casa pero en vez de en las manos dentro del cuerpo. Lo desecho porque no se me ocurre ninguna explicación razonable que darle al vecino si entra o sale de casa y me pilla de picnic.
Igual me fumiga con una solución hidroalcoholica...el virus sigue galopando.

En un esfuerzo máximo logro llegar a mi rellano, encontrar la llave adecuada y meterme en casa. Me gustaría tener un termostato pero la dueña del piso se niega a soltar un duro en mejoras, ya hemos tenido algún rifirrafe por otras cosas parecidas. De todas maneras me sobra el abrigo y la bufanda por el puerto de primera categoría que me acabo de marcar. Soy consciente que el piso está helado pero momentáneamente tengo calor. Voy corriendo a cerrar la ventana del comedor que me he dejado abierta esta mañana que parece que todo el frío y humedad, vaya humedad, de la ciudad estén dentro de casa.

Luces, acción. Dejar las cosas en la cocina…a ver la nevera…y noto una sensación rara, como es picor en la nuca, será el frío. Enciendo todos los radiadores eléctricos ya que la propietaria tampoco se arremanga aún que es un piso con gas. Le saldría por tres mil de vellón, pero no quiere. Lo primero que hago cada día es abrir la cama, con el calorcillo de los radiadores va cogiendo un poco de temperatura y luego es más agradable. Cuando todo está en marcha por fin me quito el abrigo y la bufanda y los meto en el ropero del recibidor, los zapatos también. Cuando tengo la puerta del armario abierta tengo otra vez la sensación rara, ahora claramente, pero desde detrás de la puerta del armario. Echo un vistazo rápido y me sonrío de mi mismo, a estas alturas de la vida me va a dar miedo un pasillo a oscuras como cuando era pequeño y me mandaban a la cama. Siempre era un mal trago el pasillo oscuro desde la seguridad del salón iluminado donde estaban mis padres hasta mi dormitorio.

Me preparo la cena, no es gran cosa y la preparación de unos fideos chinos lleva dos minutos, y me instalo en el sofá del IKEA que venía con la casa. Es complicado que un sofá sea frío, pues este lo consigue. Yo lo caliento a él, no al revés. Tengo que tirar de mantita por si me quedo frito mirando la tele. Tengo una sensación rara otra vez pero ahora me ha parecido que había alguien. Tendré que ir al psiqui otra vez que se empiezan cogiendo manías y terminas encerrado en una habitación acolchada. A ver si me está dando demasiada medicación…si debe ser eso, mejor no voy y me la dejo de tomar, total, ya me la estoy tomando de manera irregular. Además, dicen que engancha.

La tv está tan animada como siempre, las mismas series, los mismos documentales...hace más de un año que he decidido no ver ni un telediario. De ninguna cadena. Me tienen con el corona virus hasta los mismísimos. En el bar de abajo estarán viendo un partido de algo pero aún que hayamos empezado la desescalada del virus da mucho palo bajar a estas horas, además hay que aguantar a los demás y parece que sea una reunión de desechos humanos que no saben dónde ir porque no saben estar solos. Patético. No es mi caso, solo es que no me quiero gastar ciento y pico euros cada mes en ver la tele. Creo me dolerían y tampoco la veo tanto. Soy tacaño.

Me voy comiendo los fideos chinos con la mecánica que da la práctica mientras zapeo para ver los anuncios. Lo siguiente ya es ver porno en el ordenador, pero no tengo ganas de hacerme una paja.

Ahora me ha parecido ver algo por el rabillo del ojo, no estoy sonado ni borracho! No he bebido nada desde…bueno, desde el menú de la hora de comer. Tampoco es tanto tiempo. Igual debería…
Y de repente la veo! Está sentada en el silloncito que se supone que hace juego con el sofá! Me mira con ojos verdes, azules, marrones y negros, y me sonríe, pero es una sonrisa fría. Pego una salto en el sofá que se van los fideos chinos a la mierda y me pongo de pie sudoroso y mareado.

.- Pero tu quien eres!?

.- Soledad. Soy tu soledad. Llevamos años juntos, no te has dado cuenta?

.- Pero de donde has salido!? Voy a llamar a la policía!

.- Y que les vas a decir? Que te ha venido a ver tu soledad? Te encerraran.

Tengo frío, más que nunca, no lo entiendo, soy un animal en principio racional. Quien o que es está mujer?

.- Ya te lo he dicho, soy tu soledad, oigo todo lo que piensas. Estás tan solo que solo tienes a tu soledad por compañera. Y si, físicamente te resulto familiar es porque soy un compendio de todas las mujeres que han pasado por tu vida, que te han querido y las has dejado escapar, o te has escapado tu porque eres incapaz de afrontar un compromiso. Ha sido difícil componer un físico con todas, han sido muchas, la vida te ha dado muchas oportunidades y las has malogrado todas.
No, el paki no te ha echado nada en los fideos, se lo que estás pensando y esto no es una alucinación. Ahora si quieres podemos seguir viendo anuncios y después me sentaré a los pies de tu cama a ver como duermes. Por cierto, duermes mal. Siempre estás muy inquieto.

Yo ya no se que hacer, esta tía aparece en mi silloncito y me está cantando la caña sobre mi soledad. Hasta hace diez minutos yo estaba tan tranquilo y viene esta a incordiarme. A ver si será una performance que ha organizado la alcaldesa enrollada que tenemos para distraernos?

.- Oye, tu eres una performance de la Colau?

.- No, soy tu soledad.

.- Pues mira, - yo me voy viniendo arriba – para ser un espectro de mi soledad eres bastante cansina. Que más sabes hacer? Es que eso de que eres mi soledad ya me lo has dicho media docena de veces. El tema sexo como lo llevas? Es que para ser el conjunto de mis fracasos la verdad, tienes un aspecto bastante interesante. En vez de mirar como duermo podrías venir a la cama.

.- Simón! Eres insoportable e incorregible! Siempre estamos con lo mismo!

.- Ah! Que cobras? Cuánto cobras?

Se vuelve de colores, grita, muge como una manada de búfalos, echa chispas, la melena rubia se le eriza y se le forma una especie de arco voltaico, las distintas personalidades y sus físicos empiezan a descuadrarse y eso da un poco de mal rollo, se levanta y levitando a un palmo del suelo como haría cualquier espectro que se precie se va a la puerta de la escalera, pega un portazo y desaparece.

Me doy cuenta que estoy tan solo que incluso mi soledad me ha abandonado, pero bueno – pienso alegremente – siempre me quedaran las putas.

Bon Sant Jordi !

Una primavera lluviosa se nos ha tirado encima y de una semana para otra hace un frío que pela. Una de las cosas que me deprime más de las primaveras lluviosas son los días que cuando salgo de casa por la mañana es aún de noche y cuando vuelvo ya es de noche otra vez. Algunas veces me paso semanas enteras viendo mi calle a oscuras y mi casa a la luz de las lámparas de pie o de sobremesa, no me gustan las lámparas de techo, me dan sensación de frialdad.

Este año a pesar de que se acerca Sant Jordi las calles me parecen oscuras y las luces que ha puesto el ayuntamiento son tan cochambrosas que aún le dan al ambiente una sensación de más oscuridad. Yo no soy de celebrar este tipo de eventos, no van mucho conmigo pero entiendo que si se decide iluminar una ciudad, sea por Sant Jordi o para ver si los extraterrestres se fijan en nosotros vale más hacer las cosas bien.
En fin, dejo el coche en el parking, le compro un par de marranadas al paki de la esquina para tener algo para cenar, y algo para beber, aguanto que se cachondee de mi y me meto en la portería parapetado detrás del cuello del abrigo con la bufanda en primera línea de fuego. En la portería hace más fío que en la calle, o por lo menos es lo que parece.

El ascensor ocupado, y no se mueve. Vale, me ha tocado, escaleras y empezar a dar pedales. Está claro que no estoy en forma, y menos en forma anímica, a la que paso del tercero voy asfixiado y valoro seriamente la posibilidad de hacer un picnic en la alfombra del vecino del tercero y comerme, y beberme, lo que le acabo de comprar en el paki de la esquina. Igualmente lo subiré hasta casa pero en vez de en las manos dentro del cuerpo. Lo desecho porque no se me ocurre ninguna explicación razonable que darle al vecino si entra o sale de casa y me pilla de picnic.
Igual me fumiga con una solución hidroalcoholica...el virus sigue galopando.

En un esfuerzo máximo logro llegar a mi rellano, encontrar la llave adecuada y meterme en casa. Me gustaría tener un termostato pero la dueña del piso se niega a soltar un duro en mejoras, ya hemos tenido algún rifirrafe por otras cosas parecidas. De todas maneras me sobra el abrigo y la bufanda por el puerto de primera categoría que me acabo de marcar. Soy consciente que el piso está helado pero momentáneamente tengo calor. Voy corriendo a cerrar la ventana del comedor que me he dejado abierta esta mañana que parece que todo el frío y humedad, vaya humedad, de la ciudad estén dentro de casa.

Luces, acción. Dejar las cosas en la cocina…a ver la nevera…y noto una sensación rara, como es picor en la nuca, será el frío. Enciendo todos los radiadores eléctricos ya que la propietaria tampoco se arremanga aún que es un piso con gas. Le saldría por tres mil de vellón, pero no quiere. Lo primero que hago cada día es abrir la cama, con el calorcillo de los radiadores va cogiendo un poco de temperatura y luego es más agradable. Cuando todo está en marcha por fin me quito el abrigo y la bufanda y los meto en el ropero del recibidor, los zapatos también. Cuando tengo la puerta del armario abierta tengo otra vez la sensación rara, ahora claramente, pero desde detrás de la puerta del armario. Echo un vistazo rápido y me sonrío de mi mismo, a estas alturas de la vida me va a dar miedo un pasillo a oscuras como cuando era pequeño y me mandaban a la cama. Siempre era un mal trago el pasillo oscuro desde la seguridad del salón iluminado donde estaban mis padres hasta mi dormitorio.

Me preparo la cena, no es gran cosa y la preparación de unos fideos chinos lleva dos minutos, y me instalo en el sofá del IKEA que venía con la casa. Es complicado que un sofá sea frío, pues este lo consigue. Yo lo caliento a él, no al revés. Tengo que tirar de mantita por si me quedo frito mirando la tele. Tengo una sensación rara otra vez pero ahora me ha parecido que había alguien. Tendré que ir al psiqui otra vez que se empiezan cogiendo manías y terminas encerrado en una habitación acolchada. A ver si me está dando demasiada medicación…si debe ser eso, mejor no voy y me la dejo de tomar, total, ya me la estoy tomando de manera irregular. Además, dicen que engancha.

La tv está tan animada como siempre, las mismas series, los mismos documentales...hace más de un año que he decidido no ver ni un telediario. De ninguna cadena. Me tienen con el corona virus hasta los mismísimos. En el bar de abajo estarán viendo un partido de algo pero aún que hayamos empezado la desescalada del virus da mucho palo bajar a estas horas, además hay que aguantar a los demás y parece que sea una reunión de desechos humanos que no saben dónde ir porque no saben estar solos. Patético. No es mi caso, solo es que no me quiero gastar ciento y pico euros cada mes en ver la tele. Creo me dolerían y tampoco la veo tanto. Soy tacaño.

Me voy comiendo los fideos chinos con la mecánica que da la práctica mientras zapeo para ver los anuncios. Lo siguiente ya es ver porno en el ordenador, pero no tengo ganas de hacerme una paja.

Ahora me ha parecido ver algo por el rabillo del ojo, no estoy sonado ni borracho! No he bebido nada desde…bueno, desde el menú de la hora de comer. Tampoco es tanto tiempo. Igual debería…
Y de repente la veo! Está sentada en el silloncito que se supone que hace juego con el sofá! Me mira con ojos verdes, azules, marrones y negros, y me sonríe, pero es una sonrisa fría. Pego una salto en el sofá que se van los fideos chinos a la mierda y me pongo de pie sudoroso y mareado.

.- Pero tu quien eres!?

.- Soledad. Soy tu soledad. Llevamos años juntos, no te has dado cuenta?

.- Pero de donde has salido!? Voy a llamar a la policía!

.- Y que les vas a decir? Que te ha venido a ver tu soledad? Te encerraran.

Tengo frío, más que nunca, no lo entiendo, soy un animal en principio racional. Quien o que es está mujer?

.- Ya te lo he dicho, soy tu soledad, oigo todo lo que piensas. Estás tan solo que solo tienes a tu soledad por compañera. Y si, físicamente te resulto familiar es porque soy un compendio de todas las mujeres que han pasado por tu vida, que te han querido y las has dejado escapar, o te has escapado tu porque eres incapaz de afrontar un compromiso. Ha sido difícil componer un físico con todas, han sido muchas, la vida te ha dado muchas oportunidades y las has malogrado todas.
No, el paki no te ha echado nada en los fideos, se lo que estás pensando y esto no es una alucinación. Ahora si quieres podemos seguir viendo anuncios y después me sentaré a los pies de tu cama a ver como duermes. Por cierto, duermes mal. Siempre estás muy inquieto.

Yo ya no se que hacer, esta tía aparece en mi silloncito y me está cantando la caña sobre mi soledad. Hasta hace diez minutos yo estaba tan tranquilo y viene esta a incordiarme. A ver si será una performance que ha organizado la alcaldesa enrollada que tenemos para distraernos?

.- Oye, tu eres una performance de la Colau?

.- No, soy tu soledad.

.- Pues mira, - yo me voy viniendo arriba – para ser un espectro de mi soledad eres bastante cansina. Que más sabes hacer? Es que eso de que eres mi soledad ya me lo has dicho media docena de veces. El tema sexo como lo llevas? Es que para ser el conjunto de mis fracasos la verdad, tienes un aspecto bastante interesante. En vez de mirar como duermo podrías venir a la cama.

.- Simón! Eres insoportable e incorregible! Siempre estamos con lo mismo!

.- Ah! Que cobras? Cuánto cobras?

Se vuelve de colores, grita, muge como una manada de búfalos, echa chispas, la melena rubia se le eriza y se le forma una especie de arco voltaico, las distintas personalidades y sus físicos empiezan a descuadrarse y eso da un poco de mal rollo, se levanta y levitando a un palmo del suelo como haría cualquier espectro que se precie se va a la puerta de la escalera, pega un portazo y desaparece.

Me doy cuenta que estoy tan solo que incluso mi soledad me ha abandonado, pero bueno – pienso alegremente – siempre me quedaran las putas.

Bon Sant Jordi !

Una primavera lluviosa se nos ha tirado encima y de una semana para otra hace un frío que pela. Una de las cosas que me deprime más de las primaveras lluviosas son los días que cuando salgo de casa por la mañana es aún de noche y cuando vuelvo ya es de noche otra vez. Algunas veces me paso semanas enteras viendo mi calle a oscuras y mi casa a la luz de las lámparas de pie o de sobremesa, no me gustan las lámparas de techo, me dan sensación de frialdad.

Este año a pesar de que se acerca Sant Jordi las calles me parecen oscuras y las luces que ha puesto el ayuntamiento son tan cochambrosas que aún le dan al ambiente una sensación de más oscuridad. Yo no soy de celebrar este tipo de eventos, no van mucho conmigo pero entiendo que si se decide iluminar una ciudad, sea por Sant Jordi o para ver si los extraterrestres se fijan en nosotros vale más hacer las cosas bien.
En fin, dejo el coche en el parking, le compro un par de marranadas al paki de la esquina para tener algo para cenar, y algo para beber, aguanto que se cachondee de mi y me meto en la portería parapetado detrás del cuello del abrigo con la bufanda en primera línea de fuego. En la portería hace más fío que en la calle, o por lo menos es lo que parece.

El ascensor ocupado, y no se mueve. Vale, me ha tocado, escaleras y empezar a dar pedales. Está claro que no estoy en forma, y menos en forma anímica, a la que paso del tercero voy asfixiado y valoro seriamente la posibilidad de hacer un picnic en la alfombra del vecino del tercero y comerme, y beberme, lo que le acabo de comprar en el paki de la esquina. Igualmente lo subiré hasta casa pero en vez de en las manos dentro del cuerpo. Lo desecho porque no se me ocurre ninguna explicación razonable que darle al vecino si entra o sale de casa y me pilla de picnic.
Igual me fumiga con una solución hidroalcoholica...el virus sigue galopando.

En un esfuerzo máximo logro llegar a mi rellano, encontrar la llave adecuada y meterme en casa. Me gustaría tener un termostato pero la dueña del piso se niega a soltar un duro en mejoras, ya hemos tenido algún rifirrafe por otras cosas parecidas. De todas maneras me sobra el abrigo y la bufanda por el puerto de primera categoría que me acabo de marcar. Soy consciente que el piso está helado pero momentáneamente tengo calor. Voy corriendo a cerrar la ventana del comedor que me he dejado abierta esta mañana que parece que todo el frío y humedad, vaya humedad, de la ciudad estén dentro de casa.

Luces, acción. Dejar las cosas en la cocina…a ver la nevera…y noto una sensación rara, como es picor en la nuca, será el frío. Enciendo todos los radiadores eléctricos ya que la propietaria tampoco se arremanga aún que es un piso con gas. Le saldría por tres mil de vellón, pero no quiere. Lo primero que hago cada día es abrir la cama, con el calorcillo de los radiadores va cogiendo un poco de temperatura y luego es más agradable. Cuando todo está en marcha por fin me quito el abrigo y la bufanda y los meto en el ropero del recibidor, los zapatos también. Cuando tengo la puerta del armario abierta tengo otra vez la sensación rara, ahora claramente, pero desde detrás de la puerta del armario. Echo un vistazo rápido y me sonrío de mi mismo, a estas alturas de la vida me va a dar miedo un pasillo a oscuras como cuando era pequeño y me mandaban a la cama. Siempre era un mal trago el pasillo oscuro desde la seguridad del salón iluminado donde estaban mis padres hasta mi dormitorio.

Me preparo la cena, no es gran cosa y la preparación de unos fideos chinos lleva dos minutos, y me instalo en el sofá del IKEA que venía con la casa. Es complicado que un sofá sea frío, pues este lo consigue. Yo lo caliento a él, no al revés. Tengo que tirar de mantita por si me quedo frito mirando la tele. Tengo una sensación rara otra vez pero ahora me ha parecido que había alguien. Tendré que ir al psiqui otra vez que se empiezan cogiendo manías y terminas encerrado en una habitación acolchada. A ver si me está dando demasiada medicación…si debe ser eso, mejor no voy y me la dejo de tomar, total, ya me la estoy tomando de manera irregular. Además, dicen que engancha.

La tv está tan animada como siempre, las mismas series, los mismos documentales...hace más de un año que he decidido no ver ni un telediario. De ninguna cadena. Me tienen con el corona virus hasta los mismísimos. En el bar de abajo estarán viendo un partido de algo pero aún que hayamos empezado la desescalada del virus da mucho palo bajar a estas horas, además hay que aguantar a los demás y parece que sea una reunión de desechos humanos que no saben dónde ir porque no saben estar solos. Patético. No es mi caso, solo es que no me quiero gastar ciento y pico euros cada mes en ver la tele. Creo me dolerían y tampoco la veo tanto. Soy tacaño.

Me voy comiendo los fideos chinos con la mecánica que da la práctica mientras zapeo para ver los anuncios. Lo siguiente ya es ver porno en el ordenador, pero no tengo ganas de hacerme una paja.

Ahora me ha parecido ver algo por el rabillo del ojo, no estoy sonado ni borracho! No he bebido nada desde…bueno, desde el menú de la hora de comer. Tampoco es tanto tiempo. Igual debería…
Y de repente la veo! Está sentada en el silloncito que se supone que hace juego con el sofá! Me mira con ojos verdes, azules, marrones y negros, y me sonríe, pero es una sonrisa fría. Pego una salto en el sofá que se van los fideos chinos a la mierda y me pongo de pie sudoroso y mareado.

.- Pero tu quien eres!?

.- Soledad. Soy tu soledad. Llevamos años juntos, no te has dado cuenta?

.- Pero de donde has salido!? Voy a llamar a la policía!

.- Y que les vas a decir? Que te ha venido a ver tu soledad? Te encerraran.

Tengo frío, más que nunca, no lo entiendo, soy un animal en principio racional. Quien o que es está mujer?

.- Ya te lo he dicho, soy tu soledad, oigo todo lo que piensas. Estás tan solo que solo tienes a tu soledad por compañera. Y si, físicamente te resulto familiar es porque soy un compendio de todas las mujeres que han pasado por tu vida, que te han querido y las has dejado escapar, o te has escapado tu porque eres incapaz de afrontar un compromiso. Ha sido difícil componer un físico con todas, han sido muchas, la vida te ha dado muchas oportunidades y las has malogrado todas.
No, el paki no te ha echado nada en los fideos, se lo que estás pensando y esto no es una alucinación. Ahora si quieres podemos seguir viendo anuncios y después me sentaré a los pies de tu cama a ver como duermes. Por cierto, duermes mal. Siempre estás muy inquieto.

Yo ya no se que hacer, esta tía aparece en mi silloncito y me está cantando la caña sobre mi soledad. Hasta hace diez minutos yo estaba tan tranquilo y viene esta a incordiarme. A ver si será una performance que ha organizado la alcaldesa enrollada que tenemos para distraernos?

.- Oye, tu eres una performance de la Colau?

.- No, soy tu soledad.

.- Pues mira, - yo me voy viniendo arriba – para ser un espectro de mi soledad eres bastante cansina. Que más sabes hacer? Es que eso de que eres mi soledad ya me lo has dicho media docena de veces. El tema sexo como lo llevas? Es que para ser el conjunto de mis fracasos la verdad, tienes un aspecto bastante interesante. En vez de mirar como duermo podrías venir a la cama.

.- Simón! Eres insoportable e incorregible! Siempre estamos con lo mismo!

.- Ah! Que cobras? Cuánto cobras?

Se vuelve de colores, grita, muge como una manada de búfalos, echa chispas, la melena rubia se le eriza y se le forma una especie de arco voltaico, las distintas personalidades y sus físicos empiezan a descuadrarse y eso da un poco de mal rollo, se levanta y levitando a un palmo del suelo como haría cualquier espectro que se precie se va a la puerta de la escalera, pega un portazo y desaparece.

Me doy cuenta que estoy tan solo que incluso mi soledad me ha abandonado, pero bueno – pienso alegremente – siempre me quedaran las putas.

Bon Sant Jordi !

Una primavera lluviosa se nos ha tirado encima y de una semana para otra hace un frío que pela. Una de las cosas que me deprime más de las primaveras lluviosas son los días que cuando salgo de casa por la mañana es aún de noche y cuando vuelvo ya es de noche otra vez. Algunas veces me paso semanas enteras viendo mi calle a oscuras y mi casa a la luz de las lámparas de pie o de sobremesa, no me gustan las lámparas de techo, me dan sensación de frialdad.

Este año a pesar de que se acerca Sant Jordi las calles me parecen oscuras y las luces que ha puesto el ayuntamiento son tan cochambrosas que aún le dan al ambiente una sensación de más oscuridad. Yo no soy de celebrar este tipo de eventos, no van mucho conmigo pero entiendo que si se decide iluminar una ciudad, sea por Sant Jordi o para ver si los extraterrestres se fijan en nosotros vale más hacer las cosas bien.
En fin, dejo el coche en el parking, le compro un par de marranadas al paki de la esquina para tener algo para cenar, y algo para beber, aguanto que se cachondee de mi y me meto en la portería parapetado detrás del cuello del abrigo con la bufanda en primera línea de fuego. En la portería hace más fío que en la calle, o por lo menos es lo que parece.

El ascensor ocupado, y no se mueve. Vale, me ha tocado, escaleras y empezar a dar pedales. Está claro que no estoy en forma, y menos en forma anímica, a la que paso del tercero voy asfixiado y valoro seriamente la posibilidad de hacer un picnic en la alfombra del vecino del tercero y comerme, y beberme, lo que le acabo de comprar en el paki de la esquina. Igualmente lo subiré hasta casa pero en vez de en las manos dentro del cuerpo. Lo desecho porque no se me ocurre ninguna explicación razonable que darle al vecino si entra o sale de casa y me pilla de picnic.
Igual me fumiga con una solución hidroalcoholica...el virus sigue galopando.

En un esfuerzo máximo logro llegar a mi rellano, encontrar la llave adecuada y meterme en casa. Me gustaría tener un termostato pero la dueña del piso se niega a soltar un duro en mejoras, ya hemos tenido algún rifirrafe por otras cosas parecidas. De todas maneras me sobra el abrigo y la bufanda por el puerto de primera categoría que me acabo de marcar. Soy consciente que el piso está helado pero momentáneamente tengo calor. Voy corriendo a cerrar la ventana del comedor que me he dejado abierta esta mañana que parece que todo el frío y humedad, vaya humedad, de la ciudad estén dentro de casa.

Luces, acción. Dejar las cosas en la cocina…a ver la nevera…y noto una sensación rara, como es picor en la nuca, será el frío. Enciendo todos los radiadores eléctricos ya que la propietaria tampoco se arremanga aún que es un piso con gas. Le saldría por tres mil de vellón, pero no quiere. Lo primero que hago cada día es abrir la cama, con el calorcillo de los radiadores va cogiendo un poco de temperatura y luego es más agradable. Cuando todo está en marcha por fin me quito el abrigo y la bufanda y los meto en el ropero del recibidor, los zapatos también. Cuando tengo la puerta del armario abierta tengo otra vez la sensación rara, ahora claramente, pero desde detrás de la puerta del armario. Echo un vistazo rápido y me sonrío de mi mismo, a estas alturas de la vida me va a dar miedo un pasillo a oscuras como cuando era pequeño y me mandaban a la cama. Siempre era un mal trago el pasillo oscuro desde la seguridad del salón iluminado donde estaban mis padres hasta mi dormitorio.

Me preparo la cena, no es gran cosa y la preparación de unos fideos chinos lleva dos minutos, y me instalo en el sofá del IKEA que venía con la casa. Es complicado que un sofá sea frío, pues este lo consigue. Yo lo caliento a él, no al revés. Tengo que tirar de mantita por si me quedo frito mirando la tele. Tengo una sensación rara otra vez pero ahora me ha parecido que había alguien. Tendré que ir al psiqui otra vez que se empiezan cogiendo manías y terminas encerrado en una habitación acolchada. A ver si me está dando demasiada medicación…si debe ser eso, mejor no voy y me la dejo de tomar, total, ya me la estoy tomando de manera irregular. Además, dicen que engancha.

La tv está tan animada como siempre, las mismas series, los mismos documentales...hace más de un año que he decidido no ver ni un telediario. De ninguna cadena. Me tienen con el corona virus hasta los mismísimos. En el bar de abajo estarán viendo un partido de algo pero aún que hayamos empezado la desescalada del virus da mucho palo bajar a estas horas, además hay que aguantar a los demás y parece que sea una reunión de desechos humanos que no saben dónde ir porque no saben estar solos. Patético. No es mi caso, solo es que no me quiero gastar ciento y pico euros cada mes en ver la tele. Creo me dolerían y tampoco la veo tanto. Soy tacaño.

Me voy comiendo los fideos chinos con la mecánica que da la práctica mientras zapeo para ver los anuncios. Lo siguiente ya es ver porno en el ordenador, pero no tengo ganas de hacerme una paja.

Ahora me ha parecido ver algo por el rabillo del ojo, no estoy sonado ni borracho! No he bebido nada desde…bueno, desde el menú de la hora de comer. Tampoco es tanto tiempo. Igual debería…
Y de repente la veo! Está sentada en el silloncito que se supone que hace juego con el sofá! Me mira con ojos verdes, azules, marrones y negros, y me sonríe, pero es una sonrisa fría. Pego una salto en el sofá que se van los fideos chinos a la mierda y me pongo de pie sudoroso y mareado.

.- Pero tu quien eres!?

.- Soledad. Soy tu soledad. Llevamos años juntos, no te has dado cuenta?

.- Pero de donde has salido!? Voy a llamar a la policía!

.- Y que les vas a decir? Que te ha venido a ver tu soledad? Te encerraran.

Tengo frío, más que nunca, no lo entiendo, soy un animal en principio racional. Quien o que es está mujer?

.- Ya te lo he dicho, soy tu soledad, oigo todo lo que piensas. Estás tan solo que solo tienes a tu soledad por compañera. Y si, físicamente te resulto familiar es porque soy un compendio de todas las mujeres que han pasado por tu vida, que te han querido y las has dejado escapar, o te has escapado tu porque eres incapaz de afrontar un compromiso. Ha sido difícil componer un físico con todas, han sido muchas, la vida te ha dado muchas oportunidades y las has malogrado todas.
No, el paki no te ha echado nada en los fideos, se lo que estás pensando y esto no es una alucinación. Ahora si quieres podemos seguir viendo anuncios y después me sentaré a los pies de tu cama a ver como duermes. Por cierto, duermes mal. Siempre estás muy inquieto.

Yo ya no se que hacer, esta tía aparece en mi silloncito y me está cantando la caña sobre mi soledad. Hasta hace diez minutos yo estaba tan tranquilo y viene esta a incordiarme. A ver si será una performance que ha organizado la alcaldesa enrollada que tenemos para distraernos?

.- Oye, tu eres una performance de la Colau?

.- No, soy tu soledad.

.- Pues mira, - yo me voy viniendo arriba – para ser un espectro de mi soledad eres bastante cansina. Que más sabes hacer? Es que eso de que eres mi soledad ya me lo has dicho media docena de veces. El tema sexo como lo llevas? Es que para ser el conjunto de mis fracasos la verdad, tienes un aspecto bastante interesante. En vez de mirar como duermo podrías venir a la cama.

.- Simón! Eres insoportable e incorregible! Siempre estamos con lo mismo!

.- Ah! Que cobras? Cuánto cobras?

Se vuelve de colores, grita, muge como una manada de búfalos, echa chispas, la melena rubia se le eriza y se le forma una especie de arco voltaico, las distintas personalidades y sus físicos empiezan a descuadrarse y eso da un poco de mal rollo, se levanta y levitando a un palmo del suelo como haría cualquier espectro que se precie se va a la puerta de la escalera, pega un portazo y desaparece.

Me doy cuenta que estoy tan solo que incluso mi soledad me ha abandonado, pero bueno – pienso alegremente – siempre me quedaran las putas.

Bon Sant Jordi !

24 d'abril. Divendres. 2020.

Despertat massa d'hora. Fosc encara. Silenci absolut. Imagino gent desvetllada, les circumstàncies.

En el meu cas, hi ha alguns factors que no ajuden. El confinament i tot allò que se'n deriva. Les llargues passejades, el contrast i les estones amb els altres i sobretot l'absència d'erotisme. Suposo que per a molts que, com jo, ara viuen sols, la situació deu ser semblant. O potser no, no ho sé. Cada vida és un món.

Ahir un munt de roses que volaven per la galàxia internauta. Divertit i agradable.

Trobo al seu portal la meva amiga R. El seu bon humor de sempre ha trastocat en una visió tràgica i extremadament pessimista de la situació. Crec que exagera i que ho viu amb un excés de dramatisme. Diu que fa deu dies que no surt de casa. Pàl.lida i amb mala cara. Miro de situar-la un mes, dos o tres enllà, quan tot plegat vagi de baixa, quan la foguera vagi deixant només les brases. Has de fer-te resistent al present amb la convició que és transitori. I després? Després ja ho veurem.

Llegit, comprat una mica, badat. Fujo de la televisió com del diable. Només sèries.

Resistir amb tota la dignitat que es pugui i a veure-les venir. El futur és demà passat.

Qui dia passa, any empeny, que diuen.