Lying eyes

24 de Diciembre de 2014.



El hombre salió cabizbajo de aquella peluquería china. Se sentía derrotado.

Aquello cada vez era más frecuente. En el ultimo año casi todo habian sido fracasos y amarguras. Tantos años abusando del tabaco, no cuidandose la diabetes ni el colesterol le estaban pasando factura.

Hacía mucho tiempo que no conseguia una erecccion en condiciones. Ni siquiera la mas bonita de las chicas lograba que aquello alcanzara la suficiente consistencia.

Triste y pensativo se sentó en un banco a fumar un maldito cigarrillo.








Mientras fumaba, recordaba con añoranza aquellos años del pasado, donde el simple hecho de bailar con una chica le producia tal ereccion que pensaba que el pene le iba a reventar.





Estaba tan absorto en sus pensamientos que no reparó en la persona que se sento a su lado.


- Eso puede cambiar, yo puedo hacer que eso cambie-


Aquella voz lo sacó de sus pensamientos y entonces vio al hombre que se habia sentado a su lado en el banco.

Iba vestido de Papa Noel, con el traje rojo, la barriga postiza, la barba blanca y el gorrito.

-¿Como dice?-

-He dicho que no este triste, yo puedo hacer que eso cambie-

-¿Me toma el pelo? ¿De que esta hablando? ¿Ya ha terminado de entretener a los niños?-

-Confie en mi. Yo se cual es su problema y puedo solucionarselo-

Aquel hombre disfrazado de Papa Noel debia estar loco de remate.

-Le invito a otro masaje. Le doy treinta euros y usted vuelva a entrar a ese sitio. Todo ira bien, confie en mi-

Definitivamente debia estar loco de atar. Pero bien mirado aquel extraño le estaba ofreciendo treinta euros.

Sin saber muy bien por que, cojio los treinta euros que aquel extraño Papa Noel le ofrecia y con ellos se dirigio de nuevo a la pelu.








Una hora mas tarde, al salir, volvio al banco y busco con ansiedad a aquel hombre disfrazado de Papa Noel. ¿Donde se habia metido? Tenia que encontrarlo.

Resignado se sento de nuevo en el banco y encendio otro cigarrillo. De pronto el Papa Noel estaba de nuevo sentado a su lado.

-¿Como ha ido, amigo?-

-Oiga, ¿como lo ha hecho? Hacia mucho tiempo que no...-

-Ya le dije que yo podia ayudarlo. Solo tiene que confiar en mi-

-Esta bien, le escucho...-

-Digamos que como Papa Noel tengo ciertos "poderes". Usted podra tener todas las erecciones que quiera, y todo el tiempo que quiera. Una hora, dos horas, tres horas funcionando a pleno rendimiento. Mejor que cuando usted tenia veinte años. Mucho mejor. El "problema" es que eso tiene un precio......-

-¿Que precio?-

La cara del Papa Noel se ensombreció.

-Cada ereccion que tenga, se le restará un año a lo que le queda de vida. Cada ereccion, un año menos.... No envejecera mas rapido, simplemente le quedara un año menos-

Aquel hombre estaba tan feliz ante la perspectiva que se abria delante de el que sin pensarlo mucho dijo:

-Acepto-

-¿Seguro que acepta?. Piense que ni yo mismo se cuantos años le quedan de vida. Podrian ser muchos o pocos, yo no lo se-

-He dicho que acepto, ire dosificando las erecciones para momentos realmente especiales... toda una larga noche con una preciosa chica....-

-Bien, trato hecho, le deseo mucha felicidad-

Poco despues el hombre vestido de Papa Noel desaparecio.








Aquel hombre queria probar el don que le habia ofrecido Papa Noel asi es que unas semanas mas tarde reunio una gran cantidad de dinero y contrato a una peciosa chica con la que se fue a un hotel.

Estuvieron toda la noche copulando como posesos. La chica no podia creerselo. Aquel hombre madurito tenia mas vitalidad y potencia que cualquier jovencito. Era increible. La chica quedo completamente exhausta.

El habia sido muy feliz, pero sabia que eso le habia costado un año de su vida. A partir de entonces tendria que dosificar muy bien las erecciones o su vida se podia acabar en pocas semanas.

Aquella chica quedo tan complacida e impresionada que continuaron viendose y teniendo sexo salvaje. Llego un momento en que ella no quiso cogerle mas dinero.

Ella le confeso que se habia enamorado de el.

El era tan feliz que ya habia olvidado las palabras de Papa Noel y aquel encuentro navideño.








Llego el cumpleaños de aquel hombre de mediana edad y fue con su chica a cenar a un restaurante.

-¿No me vas a regalar nada?- Bromeo él.

-Si, habia esperado hasta este dia para darte la sorpresa. He participado en un concurso de una revista, he ganado el primer premio y quiero compartirlo contigo: Un crucero de un mes de duracion por todo el Mediterraneo !!!!.... podremos hacer el amor todas las noches !!!!.... ¿no es fantástico?...-









Aquel pobre hombre no supo si reir o llorar, aquello mas que un regalo, era una autentica sentencia de muerte.... sabía que nunca regresaría vivo de aquel "fantástico" crucero.....





-No nos podemos quejar de como nos ha ido este año...... Veinticuatro en total -

Le decía Papa Noel a la chica que tenía sentada a su lado.....

Moraleja: cuando vayas a una pelu, desconfia de Papa Noel... y de los reyes magos....


Y colorin colorado....

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS/AS.


.

fumetilla2

dejavu

no se por que, pero este cuento de navidad, me suena......

Lying eyes

Bueno, tal vez te suena porque el año pasado (2013) publique este:







24 de Diciembre. Centro de estética Lang Xiao. 8:30 de la noche.

-Un mal día. Supongo que la gente estará comprando los regalos de Navidad de última hora.- Eso es lo que estaba pensando YangYang mientras sus dedos iban desplazando los contactos del QQ en su móvil.

Ese día solo había hecho dos masajes. Treinta y seis euros por doce horas metida allí dentro. Su jefa solo les daba ocho euros por masaje. En algunos sitios, eso era así.

También pensaba en que al día siguiente, día de Navidad, acababa el plazo para dar una respuesta. Mucho tiempo había estado madurando la idea.

Solo necesitaba reunir mil ochocientos treinta euros. El problema es que solo disponía de unas horas para hacerlo.

Ya había intentado pedir prestado el dinero a sus dos compañeras de trabajo. Pero estas no estaban por la labor de prestar dinero. Si no entregaba mañana los veinte mil euros del primer plazo, aquella pequeña peluquería en el barrio del Fondo, se la quedaría el siguiente en la lista de espera. Su sueño, como el de muchos chinos, era ser su propia jefa.

Durante toda la tarde había estado observando el hipermercado que había enfrente. Todas las dependientas y cajeras con su gorrito de Papa Noel. Precisamente en ese momento estaban cerrando. Vio que un señor estaba bajando la última persiana. Ella no lo había visto nunca antes – Ahora se ira con su familia a cenar – pensaba YangYang mientras volvía a sentarse en el sillón y de nuevo centraba su mirada en el móvil.

El sonido de la puerta la sacó de sus pensamientos. No podía ser. Era el hombre del supermercado de enfrente, todavía con su gorrito de Papa Noel en la cabeza.

Antes de que ella pudiera decir nada, aquel hombre le dijo que quería un masaje.
Bueno, al menos hoy serian tres.

Una vez en la pequeña habitación el hombre se quito toda la ropa y ella empezó en masaje.

A la hora de negociar, ella le pidió veinte euros. El le dijo que veinte euros era mucho dinero, y que si ella lo hacía bien, el le daría lo que considerara que ella se había merecido. –Eso es lo que dicen muchos- pensó….. y luego si te dan cinco euros…..

Ella intentó hacer muy bien su trabajo. Aquel hombre parecía una buena persona y seguro que le daría una buena propina.

Acabado el masaje, ella salió de la habitación mientras el se ponía la ropa. Volvió a entrar cuando el hombre ya se había vestido. Ella iba a buscar su propina.

El hombre salió de la habitación y se dirigió por el pasillo hacia la caja para pagar el masaje.
- Señor, señor ¿Y mi propina?
- Te dije que te daría lo que yo considerara que te habías merecido ¿no es así?. Ese fue el trato. Tu aceptaste.

YangYang tuvo que hacer un esfuerzo para no llorar de rabia y de impotencia.

Volvió a la habitación. Quitó el papel de la camilla y cuando se disponía a coger su bolso para marcharse, se dio cuenta que aquel sinvergüenza se había olvidado el gorrito de Papa Noel sobre la pequeña mesita donde ella tenía el aceite.

Al cogerlo, observo que dentro del gorro había un sobre, y dentro del sobre había exactamente mil ochocientos treinta euros.

.-¿Por donde se ha ido ese hombre? Preguntó YangYang a su compañera.

-¿De que hombre hablas? El último cliente vino a las cinco de la tarde. No se que has estado haciendo todo ese tiempo ahí sola en la habitación…….-



A veces en Navidad pueden pasar cosas extraordinarias. Siempre que se siga conservando el corazón como cuando éramos niños…….







--------------------------------------------------

Y tambien hay el precedente de uno que publico el año anterior (2012) un tal Tesla.... :silvido:






Son casi las diez de la noche. Mi hija Laia espera en el andén de Plaza de Catalunya a que llegue el metro.

Va cargada de bolsas. Se ha pasado la tarde comprando los regalos de navidad en un conocido centro comercial.

Al entrar en el metro, se sienta junto a una chica de aspecto oriental. Son casi de la misma edad. Podrían ser, perfectamente, amigas.

Laia, observa uno de los regalos y sonríe. Es una corbata que me ha comprado. Es un regalo para el hombre que más quiere, aparte del imbécil de su novio.



Wei, la muchacha china que está a su lado, juguetea con el teclado de su móvil.

En realidad, no está mirando nada. Está pensando en el último cliente del día. Piensa en él, porque lo conoce desde hace mucho tiempo. Es un cliente habitual. Siempre ha sido bueno y generoso con ella. Y ella siempre le ha correspondido de igual modo.

Es un señor que viaja mucho y en un par de ocasiones le ha obsequiado con algún regalito que le ha traído de Roma o de Moscú. Wei, siente un poco de pena por él, ya que le ha dicho que no tiene familia y que probablemente pasará las navidades solo.



Laia piensa en lo fantástico que es su padre y en la suerte que tiene su madre de tener un hombre como él. Se conformaría con que Joan, su novio, fuera la mitad de buena persona que su padre.

Laia, se bajará en La Sagrera y Wei continuará hasta la estación del Fondo. Y así continúan las dos viajando, la una al lado de la otra, sin conocerse de nada, pero las dos, sin saberlo, con un elemento en común: Las dos están pensando en la misma persona.

En ese momento, las dos están pensando en mí.



:silvido:





(Ahora el hilo debería llamarse: Recopilatorio de cuentos de navidad peluchiniles.... )

fumetilla2

Ok, ahora todo cuadra, por cierto Lying/tesla te felicito por tus Relatos....

Lying eyes

:silvido:...................


Gracias Fumetilla.






.

Evilasin

Estas fechas me produce tristeza, todos los años intento cambiar para que sean días especiales pero no lo consigo... entre unas cosas y otras al final se tuerce algo y acabo solo, aburrido y agobiado

saludos

Cho Xin Yu

La Laia va a la Xina

Habían cambiado muchas cosas desde aquella navidad cuando Laia le regaló una corbata a su padre. Hacía tiempo que ella perdió su empleo y ya no podía ir a comprar a un centro comercial como solía hacer. Por eso, cuando decidió irse a la China en busca de trabajo no le sorprendió a nadie, ni a su novio Joan, ni tampoco a su padre al que le hizo incluso cierta gracia dada su secreta pasión por las chinitas.

Pero la arribada de Laia a China no pudo ser peor, le robaron, perdió los contactos que llevaba y le fue imposible encontrar trabajo. Andaba perdida por las calles cuando una muchacha, en un español muy simple, le propuso un empleo en una peluquería y ella lo aceptó al momento. La peluquería era en realidad una tapadera para una serie de cabinas de masaje, donde las chicas masturbaban a los clientes y se dejaban manosear por estos. La mayoría de ellos eran viejos y olían mal, pero Laia no tenía más remedio que atenderlos uno tras otro. Pronto aprendió el significado de la palabra “kou jiao” (felación en mandarín), pues nunca antes lo había hecho ni siquiera a su novio.

A todo esto, el padre de Laia decidió ir a visitar a su nena a la China. Como es fácil entender, ésta le mintió sobre su trabajo diciéndole que trabajaba en una oficina muy lejos de su casa. Una tarde caminando por el barrio, al padre de Laia le pareció ver un centro de masaje parecido a los que frecuentaba en Barcelona. Entró y le pasaron a una cabina dónde le hicieron señas para que se quitara la ropa y se tumbara boca abajo. Al poco entró la masajista a la que no podía ver pues su cabeza ya estaba encajada en el agujero de la cabina, mirando hacia el suelo. Esto no le importó, pues se podía concentrar en las caricias que estaba recibiendo poniéndole la piel de gallina. La chica le estaba pasando los dedos y la lengua por el interior de las piernas, perineo, huevos y ojete. El tampoco estaba quieto, pues con sus manos estaba palpando los bajos de la masajista que no llevaba bragas, notando como ésta se humedecía rápidamente después de pasarle los dedos por el clítoris, que tenía muy marcado.

El ya estaba palote y comenzó a arquearse para liberar a su miembro, a lo que la masajista comenzó a hacerle una paja lenta y aceitada, como nunca le habían hecho antes. Estaba a punto de llegar al climax cuando, enloquecido de gusto, sacó su cabeza del agujero y la giró para ver a esa diosa del placer. ¡Qué horror! ¡Qué sorpresa se llevaron cuando se encontraron sus miradas! Resulta que era su pequeña Laia, su adorada nena, la que le estaba pajeando el mismo miembro que un día la había engendrado. Ella retiró su mano y salió corriendo, sin dejarle descargar, mientras que el se vistió rápidamente y salió cojeando de la peluquería.

Cogió un avión esa misma tarde, regresó triste y cojo a Barcelona. El sabía que necesitaba una paja para poder liberar todo ese líquido seminal que le atrofiaba las ingles. Por eso, al día siguiente paseó por su añorado eixample por delante de sus peluquerías favoritas. Pero fue incapaz de entrar en ninguna pensando que, allí dentro, muchachas chinas estaban haciendo lo mismo que su nena hacía en Shanghai. Dirigió sus pasos a un parque cercano, se sentó en un banco solitario, se sacó su miembro y comenzó a pelársela. El orgasmo fue tan intenso que su corazón roto no lo pudo aguantar. Su cuerpo lo encontraron unas niñas que estaban jugando por allí con sus regalos de navidad, no pudieron evitar que el perrito de una de ellas lamiera con avidez el charco de leche bajo el banco.

Lying eyes

Leete esto...... hace tiempo ya hablé de la pelu donde trabajaba Laia.....:

Dedo Enano