03/03/2024, 15:41 | #1 |
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Cuándo, cómo y por qué nos hicimos clientes, y qué buscamos. Reflexiones personales.
Hola colegas, abro este hilo para invitaros a que aportéis vuestras reflexiones sobre cómo y cuándo os iniciásteis en este mundillo, qué buscáis en vuestros encuentros puteriles, y si lo consideráis una afición, una adicción u otra cosa.
En mi caso, empecé a los veintitantos, por calentura y porque ya estaba harto de ser virgen. Era más guapo que feo y bastante simpático pero muy tímido y me daba mucha ansiedad la cuestión del ligue, total que no me comía una rosca; estaba frustrado, reprimido y deprimido. Después de algunas experiencias con lumis callejeras en el coche (solo mamadas) un día me decidí a ir a un piso para mi primera experiencia completa. Dicen que la primera vez no suele ser muy buena, para mí sí lo fue, la chica fue un encanto, super cariñosa, me trató con mucha dulzura y lo pasé genial. Fue una revelación. No me sentí como un novato, al contrario, fue como si lo hubiera estado haciendo toda la vida. Recuerdo que pensé "yo he nacido para esto" jajaja. Desde entonces quedé enganchado; se acabó para mí el pasar noches por ahí tratando de ligar infructuosamente; se acabaron las calabazas y los malos rollos. Ir a un piso y saber que vas a ser recibido con cariño y una sonrisa (casi siempre, al menos), que no vas a ser rechazado, que no vas a tener que pasar angustia ni ansiedad tratando de ligar, y que te vas a poner las botas, me convirtió para siempre en un fiel cliente de esta antigua profesión. Luego tuve algunas novias y finalmente me casé pero nunca he dejado de hacer uso de los servicios puteriles. Ahí sigo a mis 62 tacos dando el callo. En mis encuentros siempre he buscado calor, comunicación, cercanía y afecto tanto como sexo, y ahora a mi edad, casi más lo primero que lo último (aunque también ). Tengo la suerte de que a estas alturas de mi vida he alcanzado un estatus económico relativamente holgado y puedo permitirme hacer citas largas, de varias horas, generalmente en mi hotel o residencia, con la consiguiente comodidad y tranquilidad. No lo considero una adicción sino un complemento que le da alegría y emoción a mi vida y que me sube la autoestima y la confianza. Gracias a las escorts he podido hacer casi todo lo que he querido hacer sexualmente y estar con mujeres (biológicas y trans) de razas, nacionalidades, edades y características físicas muy diversas, lo que jamás habría podido ni soñar de no ser por esta profesión. Puedo mirar atrás y decir: ¡que me quiten lo bailao! Y lo he hecho sin hacer nunca daño ni físico ni emocional a nadie. Bueno, esta ha sido mi historia. Ahora os toca a vosotros. ¿Quién se anima? Última edición por Lextor; 05/03/2024 a las 17:00. Movido por Lextor; 05/03/2024 at 16:58 desde Temas de Consulta: ¿Qué estás buscando? |
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