Calamar

FRUTO DE SU IMAGINACIÓN

-Cari, que hacesss? - Nada, nada, sigue durmiendo, amor

- Cari..... - Mmm?

- Que manipulas por ahí, tengo sueño...

-Cari, te debes estar confundiendo, yo no toco nada...

- Mentiroso, me estás tocando el coñito...

- No sé de que me habla, señorita...

-Cabrón, para...

-Recuerde que todo es fruto de su imaginación

-Los cojones, cari....

Fernando sigue haciéndo un cunnilingus, con la cabeza cubierta por una enorme sábana, mientras Yolanda sonríe

abiertamente, mira instintivamente el despertador, que marca las 9.17, y acomoda las piernas

-No oyes, orangután en celo, que te he dicho que pares?

Fernando saca la cabeza de su confinamiento entre sábanas, observa la deliciosa sonrisa de Yolanda, con esos

dientes tan blancos, esos ojitos vivarachos y esa pequita en la parte superior del labio derecho... siempre le ha

encantado esa pose tan propia de ella, que de boquilla nunca quiere sexo...

La mira y le sonríe, mientras le acaricia una pierna

-Sigue, sigue.... dice en voz muy baja, como si se saliera del guión, y le coje la cabeza, se la baja y se la vuelve

a tapar con las sábanas

-Ha cambiado usted de opinion, señoritfffffffff

- Eso, así calladito ahhhh joder que calor hace, cari.... así, así, shiiii

- Eres un ser despreciableeeeeee ahh ahhh que pares te digooooooo

- No, no, no, ni de coña me vas a meter eso, cari, olvídate ya mismo, de..... ahhhhhhhh

- Que decías?

-Ahhhh hijoputa Ahhhhh sigue sigue.....

- Más, cabronazo, más... Si te corres te mato.. uhhhhh

-Ahhhhhh joder, tioooo

( 15 minutos después, en el baño)

-No, no me toques la polla ahora

-Pero no te has corrido ninguna vez, guapo...

-Ya, pero mi religión me impide correrme y menos por manipulaciones de una nimfómana como tu

-Vete a cagar, dice Yolanda, otra vez con esa sonrisa, y empieza a masturbarle

suavemente primero, y con más fuerza después, mientras le besa con pasión.

-No, no, no sigas, estás poniendo en peligro mi castidad y pureza....

-Que cierres el pico, dice Yolanda mientras se asegura de encajarle un fuerte morreo

-Ahhh ahhh, sigue, sigue, no pares, ahhhh joderrrr, más, más... ahhhh

El semen sale disparado e inunda las piernas y el vientre de Yolanda, incluso algunas gotas le llegan al cuello.

¿Cómo haces para correrte tanto siempre?

-mmm no sé

Se quedan un rato enroscados en un largo beso, hasta que se despegan, se quedan mirando sonriendo...

- ¿Valoración de la implicación?

-Coño, de que me suena tanto esa frase

-No sé, tu sabrás...

-Calla y bésame, tonto.

Carlangas

Aprendiendo a llover



Carmen y yo éramos viejos amigos. Como nuestra relación había sido profesional, aunque nunca trabajamos en la misma empresa, siempre habíamos considerado que era mejor no liarnos. No obstante, de vez en cuando nuestros cuerpos se rozaban de forma aparentemente fortuita y en nuestros besos de saludo los labios tenían tendencia a tocarse.

Un buen día, después de una temporada sin vernos, le mandé un mail para proponerle una nueva comida y terminé el mail con una frase enigmática: "te propongo que nos guardemos la tarde libre y regalarnos unos postres".

Ella lo entendió perfectamente y sin necesidad de decirnos nada, comimos tranquila y formalmente y después del café, la conduje suavemente a un lugar que conocía donde podíamos compartir cómodamente una cama durante unas cuantas horas.

Después de esta primera vez de folleteo, ambos nos dimos cuenta de que había mucha química entre nosotros y que repetiríamos. Estuvimos más de 3 horas follando y nos quedamos con la sensación de que queríamos más y más. Al cabo de 3 semanas volvimos al ataque y todavía fue mejor pues ya nos conocíamos un poco los gustos y los puntos que más nos excitaban. Tras estas 3 horas más, puedo decir que habíamos practicado la mayoría de prácticas sexuales, 69, besos largos y húmedos, penetración vaginal en muchas posturas e incluso aquellas que requieren más intimidad como el Beso negro mutuo, la introducción de dedos en los anos respectivos y la penetración anal hacia ella.

Pero había algo que nos dimos cuenta que nos excitaba pero que nos daba cierto reparo, la lluvia dorada. Ciertamente nos habíamos visto mear el uno al otro pero siempre desde lejos, como respetando la intimidad del otro.

En nuestro tercer encuentro le plantee abiertamente que deseaba que me meara encima. Por suerte estábamos en una habitación provista de bañera redonda y que por tanto era idea para este tipo de prácticas. Carmen, dudo un poco, pero la convencí diciéndole que había observado que después de correrse le ocurría como a otras muchas mujeres, que le venían ganas de orinar. Así pues tras un buen polvo en que se corrió al menos 5 veces seguidas, la dejé descansar unos minutos y la llevé a la bañera.

Me tumbé y le pedí que se pusiera en posición, como no sabía como hacerlo, le indiqué que, de pie mirándome, abriera las piernas, con un pie a cada lado de mi cadera. De este modo la visión de su coño era inmejorable. No os he contado que Carmen tiene un coño precioso con abundante vello rubio que sólo se recorta un poco para que no le sobresalga del biquini. Pero ahora, desde esa posición privilegiada, su coño aparecía salvaje, con los pelos húmedos y pegados entre sí por la mezcla de sus flujos vaginales y mi semen que lentamente se abría paso hacia abajo por el efecto implacable de la gravedad. Viendo que ella estaba evidentemente nerviosa, le pedí que doblara las piernas para acercar ese precioso coño a mi cara. Así lo hizo y controlé mi impulso natural a abrir la boca para degustar aquel maravilloso moco que caía de su vulva. En efecto, quise disfrutar durante unos instantes del intenso olor a sexo que desprendía; incrusté mi nariz en el y noté como ésta quedaba empapada y parte del moco se metía en mis fosas nasales. Cuando éstas quedaron saturadas, le llego el turno a mi ávida boca; no la introduje en su coño, si no que saqué mi lengua y la pasé lentamente por los diferentes pliegues de sus maravillosos labios mayores y menores. Todo el conjunto estaba empapado y el conocido sabor a coño se mezclaba sabiamente con el de mi semen. Tampoco olvidé el inflamado clítoris el cual reaccionó rápidamente al contacto de mi lengua transmitiendo a Carmen un brusco estremecimiento. Yo me lo estaba pasando de cine y ella también, prueba de ello es que en pocos minutos más se corrió como una bendita. Su coño estaba limpio y mi boca llena de jugos. Ella cambió de posición para besarme larga y suavemente y viendo que mi polla estaba a punto de estallar pasó metérsela en la boca y me encantó volver a correrme en su boca y cara. Estaba preciosa con su cara y parte de su rubia melena llena de semen.

Estábamos agotados y debíamos irnos hacia nuestros respectivos hogares y familias. Rápidamente nos duchamos y vestimos. Por tanto dejamos aparcado el proyecto lluvia.

A los pocos días, le mandé un Wapp para decirle que tenía el plan perfecto para hacer realidad el ansiado proyecto lluvia. Quedé con ella ese mismo día para tomar café y se lo expliqué:

La idea era quedar un mediodía para comer y tomarnos la tarde para follar. Durante la mañana ambos nos comprometimos a beber mucha agua y a hacer abundantes pipis. Comer tranquilamente cerca del sitio del encuentro con abundante agua y vino blanco y a continuación ir al mismo sitio que la última vez para disponer de la gran bañera redonda.

Cuando llegó el día acordado, ambos cumplimos lo pactado al pie de la letra. De esta manera, al final de la mañana nuestras frecuentes meadas eran muy claritas. Comimos emocionados y tuvimos que prescindir del postre porque ya teníamos muchas ganas de estar juntos y a solas y, sobretodo, porque literalmente nos estábamos meando.

Al llegar a la habitación me desnudé completamente, la emoción y las ganas de mear me produjeron una erección tremenda. Me metí en la bañera vacía y Carmen, que vestía un bonito vestido cortito, iba tan apurada que solo se quitó los zapatos y las bragas y también se metió en la bañera. Para que le fuera más fácil le dije que se pusiera en cuclillas sobre mi cara. De este modo estaría en la misma posición que si estuviera meando en el campo; la diferencia era que en lugar de tener hierba debajo, tenía mi boca ansiosa.

Carmen no tuvo ni tiempo de pensar y ya le salía una potente meada que me inundó rápidamente la boca y salpicó en mi pecho, cara y pelo. La sensación fue super excitante. Esta primera meada no fue muy larga y cuando vi que no salía más disfrute comiéndole el coño empapado. Y ese sabor no era solo de pis, si no de la mezcla de pis y todos los jugos que ella segregó mientras estábamos comiendo y nos calentábamos hablando de lo que haríamos al cabo de poco.

A continuación ambos nos pusimos de pie y Carmen buscó mi boca con avidez para compartir todo su contenido mientras restregaba su cuerpo con el mío. Estábamos felizmente mojados y excitados.

Tal como estábamos nos dirigimos a la cama, nos tumbamos, nos besamos y hicimos un monumental 69. Pero nos moríamos de ganas de follar y le pedí a Carmen que me follara, es decir que se sentará sobre mi polla y se la metiera hasta el fondo. Su coño estaba más mojado que nunca y entró como un guante. Empezó a moverse lentamente y entonces recordé que su meada en la bañera había sido corta y por tanto aún debería tener mucho pis guardado en su vejiga. Le propuse un nuevo reto: meate de nuevo con mi polla incrustada en tu coño. Primero me dijo que eso era imposible y que lo dejaríamos todo perdido, pero yo le contesté que sería fantástico para ambos y que, por suerte, estábamos sobre un revoltijo de sábanas por lo que no haríamos ningún desastre. Nos reíamos como dos adolescentes y quizá por eso, al poco tiempo noté una agradable humedad calentísima que recorría mi polla, mis huevos y sobresalía hacia mi barriga. Tuve suerte y no me corrí, pero Carme tuvo el mejor orgasmo desde que iniciamos nuestra relación.

Carmen cayó rendida sobre mi pecho, mientras seguía ensartada por mi polla más tiesa que nunca. Cuando se recuperó, me dijo "ahora te toca a ti", se sacó mi polla del coño y se la introdujo en la boca. Yo giré rápidamente mi cuerpo para que mi boca volviera a su coño y nos fundimos en un nuevo 69. Mi polla desaparecía completamente en su boca en una garganta profunda que parecía imposible. Mientras, su lengua no paraba de moverse y yo ya estaba deseoso por correrme en toda su boca y así lo hice. Fue un orgasmo largo, espasmódico y muy, muy placentero.

Nos quedamos tumbados un buen rato, recuperándonos del ajetreo vivido. Decir que estábamos muy pringados probablemente es quedarse corto.

Al cabo de media hora nos dirigimos a la bañera. En aquel momento me di cuenta de que tenía unas ganas enormes de hacer pis. Mi polla tenía su tamaño normal de reposo. Se lo dije a Carmen i ella, con una sonrisa picara, se puso de rodillas y se la metió en la boca. Con las manos y los ojos me indicó que empezara ya a mear que ella también quería notar el placer de sentir mi orina en su boca y garganta. Con las ganas que tenía era imposible resistirse. Primero salió lentamente pero luego me solté completamente y vi en la cara de Carmen la sensación de desbordamiento. Abrió la boca y mi pis cayó de su boca a sus tetas, su coño y, recorriendo las piernas, al suelo.

Mi polla parecía una fuente inagotable, la saqué de su boca y me dediqué a rociar completamente el cuerpo de Carmen; su pelo quedó empapado, su cara, su nariz y sus tetas, completamente mojados. Paré un momento, la ayudé a ponerse pie y apunté con mi pene a su coño y volví a mear; cuando notó mi chorro en su clítoris dió un gritito de placer y con las dos manos se abrió el coño porque también quería notar mi caliente orina en su interior. Luego se giró e hizo lo mismo con su culo; en efecto se abrió las nalgas con las manos y su magnífico ano, ligeramente abierto quedó a la merced de mi inagotable chorro.

Finalmente me quedé seco, nos reímos, nos abrazamos y nos besamos. Estábamos felices. Por primera vez, abrimos los grifos de la bañera y cuando estaba a una temperatura similar a la de nuestros meados nos rociamos largamente de pies a cabeza, también nos enjabonamos y seguimos duchándonos hasta sentirnos super limpios y felices.

Nos vestimos, nos peinamos y salimos a la calle más contentos que unas castañuelas. Habíamos estado 5 horas follando de una manera muy diferente a la habitual. Mucha gente pensará que somos unos guarros. Nuestra opinión es que no hicimos nada más y nada menos que disfrutar al máximo de nuestros cuerpos y de nuestra intimidad.

Tallmegabass

La llum del dia ja entra per la finestra del dormitori, il·luminant tènuement el llit. La nit ha sigut molt calorosa, i els llençols estan als peus del llit, després de tota la brega que li vam donar fa unes hores.
M’agrada aquesta estona, en que et despertes panxa avall, i els ulls lentament es van adaptant a la llum, i sents el seu respirar regular al teu costat. Es quan recordes la nit passada, i el descontrol tàctil, sensorial, emocional, sensual, sexual que ens va atrapar ahir i que ens va fer gaudir fins a límits que només imaginàvem, però que vam gosar passar. No va quedar mil·límetre de pell sense acariciar, llavis sense besar, orificis sense penetrar, tant seus com meus... la humitat del teu cau, tan acollidor, humit i càlid, que m’atrapava i no em deixava anar; el meu forat de la vergonya, que ja mai més anomenaré així i que em va descobrir amb aquell dildo suau i ferm alhora; la seva boca, receptora de tots els meus volums i font de emocions intenses, quan parla però més quan no diu res, oberta de bat a bat...
Mentre tot això vaig pensant, noto que la seva respiració ja no és tant compassada, i es va accelerant lentament. El seu cos calent, suau, noto com es va movent, apropant-se al meu, la seva ma comença una suau carícia al clatell, i lentament va baixant per l’espinada, fent ziga-zagues que activen els meus terminals, fins arribar entre natges, allà on vaig descobrir nous plaers. I de repent noto el seu alè rere la orella, i em diu:

- No et moguis, et necessito quiet

I dit això, noto la seva cama que es posa sobre la meva movent-se lentament com si acariciés un gat. I sento el seu pubis sense depilar de fa tres dies (com m’agrada aquesta sensació de barba incipient en el mont de Venus) fregant-se contra els meus bessons, iniciant un moviment amunt i aval de a meva cama, fregant el seu clítoris inflat ja, notant la seva humitat cada cop més evident a la meva cama. M’estava utilitzant com a masturbador passiu, cada cop amb més força, els seu panteig més que evident, els seus pits plens i amb els mugrons erectes fregant la meva esquena, pujant el seu pubis mullat per tota la cama , la seva ma buscant i trobant els meus testicles que tornen a estar plens i a punt.
Va pujant la seva fricció per tota l’esquena, fins que noto els seus llavis, majors i menors, tots ells, humits i oberts a l’alçada del meu clatell, les seves cames al voltant del meu coll i fregant-se contra la nuca, les mans al capçal del llit, gemegant intensament. I aleshores diu les paraules que més em calenten i exciten de tot el diccionari:

- Dona’t la volta

I tant! Música a les meves oïdes. Em giro en horitzontal mentre ella es gira en vertical, i em queda el seu cony humit, sucós de fluids, obert com una magrana, a mercè dels meus llavis i la meva llengua, que immediatament es folla el que té davant. I ella cau gemegant cap endavant, trobant-se el meu màstil erecte, vermell i inflat, i que acaba fàcilment dins la seva boca oberta, arribant ben endins de la gola.
Son només uns instants de pura succió animal, tant seva com meva, fins que quasi alhora explotem en un orgasme intens, sorgit des del fons de l’ànima, i generós en fluids. M’omplo la boca del seu nèctar amarg i viscós, que em regalima barba avall, i noto les seves temblors a cada cop de llengua al seu clítoris, com m’agrada això. Ella es gira lentament, i em ve a trobar la boca per a un petó llarg, intens, profund, ple dels meus fluids blancs que s’escapen de la seva boca pecadora.

- Com m’agrada una bona tassa de llet pel matí, em diu amb cara viciosa. No puc estar-hi més d’acord, penso

Com m’agrada el sexe matinal.
El diumenge de confinament promet.

Xasel

El Regalo

Tiempo hacía que ella me hablaba de darme una sorpresa, de hacerme un regalo que yo no esperase pero que me encantase y lo disfrutase. Ella me conocía, sabía como era y sabía e intuía muy bien que cosas podían gustarme y hacer que un regalo fuese mucho más que un regalo. Sólo había de encontrar el momento para que ese regalo se hiciera real y para que me sorprendiera como ella deseaba sorprenderme. Y ese día había llegado…

“Mañana a las diez de la noche ven a mi casa, te espera un regalo que no vas a olvidar”

Una sola frase y mi mente entera se debatía en mil y un pensamientos sobre que regalo podía ser ese que además requería que fuese a su casa a buscarlo. Mil ideas, mil imágenes, mil objetos, mil fantasías. Todo pasaba por mi mente pero pasase lo que pasase siempre lo descartaba en busca de un nuevo regalo aún no pensado por mí. Una sola frase suya, con una invitación a recibir un regalo y ya había conseguido parte de su objetivo: mantenerme inquieto, curioso y motivado por descubrir que era esa sorpresa que me esperaba. Si, demostraba conocerme bien y saber como llevarme, como hacer que mantuviera ilusiones y ganas de seguir su juego hasta descubrir su regalo.

Durante el día en espera su juguetona mente trata de hacerme estar en constante tensión, en atenta y tensa espera hacia ese momento fijado a las diez de la noche. Sus mensajes alimentaban mi ya de por si curiosa mente.

“¿Estás impaciente por que llegue la noche?”

“¿Se te ocurre cual va ser tu regalo?. Seguro que no, pero seguro que lo vas a recordar toda tu vida”

“Ya deseo que llegue la noche y puedas abrir tu regalo, aunque a lo mejor resulta que no lleva envoltorio”

“Que da menos y tu regalo está aquí, para ti”

Esa noche, de camino a su casa, mi mente era un hervidero de ideas y de sensaciones. Ella había sabido conjugar en mi ese ansia que se tiene cuando vas en busca de algo que te gusta. Y aunque en este caso no sabía en pos de que iba si que sabía que fuese lo que fuese iba a ser de mi agrado, porque ya sólo el camino que ella me estaba haciendo seguir era de mi agrado y me motivaba a sentirme yo mismo y disfrutar de las sensaciones misteriosas llenas de curiosidad que ella había creado.

Llego a la puerta de su casa. Llamo al timbre. Su voz metalizada por el interfono me contesta:

“Hola, sube y entra sin llamar”

De nuevo su frase, su modo de decirlo, su tono, me hace sentir que algo distinto me espera. Por todo ello en el ascensor un acrecentado nerviosismo se apodera de mí, una sensación de tensión estimulante que acelera mis instintos. Llego a su piso. Me acerco a la puerta, que me espera entreabierta y siguiendo sus instrucciones entro sin llamar. Me recibe una casa a media luz, iluminada por un reguero de velas en el suelo que marcan un pasillo por el que discurrir. Me quedo en silencio, observando la danzante luz que generan esas velas, colocadas una tras otra marcando un camino. En el suelo entre ellas, dando color a la amarillenta luz que desprenden observo que hay extendida una sedosa alfombra rojiza compuesta por pétalos de rosa. No tengo dudas de que ella espera que siga esa senda de pétalos hacia su final donde sin duda estará ese regalo que ya deseo encontrar y recibir. Avanzo con lentitud, tratando de alargar esa sensación estimulante que palpita dentro de mí y mientras lo hago me percato que una música envolvente suena por la casa. Música cálida, suave, sensual, incitante. Un conjunto en si que ya es un regalo pero que se sólo es el preámbulo para lo que me espera. Giro la esquina de mi camino floreado y observo que ese camino continúa y en él se observan dos cruces que se dirigen a dos habitaciones distintas para luego continuar al frente hacia su habitación. Por un momento dudo que camino debo seguir, aunque pienso que debería ir directo hasta el final del camino y entrar en su habitación, entiendo también que las dos bifurcaciones previas no están para ser ignoradas. Por ello empiezo a valorar si tomo la bifurcación derecha o la izquierda, pero mis dudas se desvanecen al momento pues sólo la puerta de la derecha se encuentra abierta, en una clara invitación a que mis pasos se dirijan hacía ella y a ese regalo que ya deseo más que nada.

Llego a la habitación giro hacia ella envuelto en los aromas dulces de las velas aromáticas o de la esencia de los pétalos y acompasado por la música y veo casi en el quicio de la puerta que ella me espera, vestida en una suave túnica sedosa, sonriendo con calidez y picardía mientras observa mi rostro sorprendido y satisfecho. Sin dejarme entrar en la habitación se acerca a mi y me besa suavemente en los labios, entreabriendo su boca para que mis labios imiten su gesto y nos fundamos en un beso cálido y pasional que despierta en mi los más excitantes deseos de perderme con ella entre velas, pétalos y música disfrutando de su cuerpo y de ella. Mientras nos besamos, la abrazo y recorro su espalda con mis manos, comprobando que bajo su túnica se encuentra su completa desnudez, lo que me lleva sentir más y más creciente mi deseo. Pero cuando creo que estoy “abriendo” mi regalo, ella se retira un poco, me toma de la mano y me introduce lentamente en la habitación mientras mira hacia un lado y me dice:

“Te está esperando…”

Sigo su mirada y veo allí, tumbada sobre una cama, a una de sus amigas, completamente desnuda, de lado mirándome de modo incitante. No puedo evitar sentir ese deseo morboso al saber que tengo ante mí a una de sus amigas, completamente expuesta para mi disfrute, pero busco con la mirada una respuesta a lo que está pasando y ella me dice sonriendo mientras mira a su amiga:

“Se que te gusta, se que siempre te ha gustado, se que has fantaseado con ella y ella quiere ser tu regalo. ”

Voy a responder, voy a decir algo, aunque no se que, pero mientras busco las palabras, su amiga se levanta, se acerca a mi con lentitud, mostrándome la belleza de su maravilloso cuerpo desnudo al caminar. Llega a mi lado y sin mediar palabra toma mi rostro y lo acerca a sus labios, besándome de un modo lleno de sensualidad que no puedo hacer más que corresponderla del mismo modo. El beso se alarga y siento el calor de su piel apretándose contra mi cuerpo. Deseo dejarme ir pero no se muy bien todavía que se espera de mi, pero mi amiga sabe ayudarme con ello al responder por mi con una sola palabra:

“Disfrutala…, es toda tuya…”

Y dicho esto se va y cierra la puerta tras de ella, dejándome solo con su amiga para que mis instintos se liberen, para que mi deseo se haga uno con ella y para que viva con ella todo eso que ya había vivido en mi mente. Siempre he deseado a esa miga suya, a esa mujer de excelsa elegancia, de suave piel, de exquisita sensualidad, de deliciosa calidez y ahí estoy ahora con ella , disfrutando del más maravilloso de los regalos. Besos y caricias, susurros y excitación. Sus manos me desnudan, me dejan ante ella en su misma situación. Dos cuerpos desnudos que están sintiendo el deseo de recorrerse de entregarse, de darse placer, de ser dos en uno mientras el gozo los invade. Mis manos, mis labios, recorren su piel, sus pequeños pero exquisitos pechos mientras mi deseo crece y crece sabiendo que estoy disfrutando de una mujer que ocupaba mis más intensas fantasías. Ella lo sabe, ella lo siente, ello lo percibe y tumbándome en la cama me deleita con sus labios, con su boca, con su lengua a lo largo de mi cuerpo y en especial en mi excitado y ardiente miembro que a su modo grita de placer mientras goza de ese sueño en su boca. Me siento afortunado, entregado, dispuesto a hacer que ella no olvide tampoco ese regalo que mi amiga me ha hecho pero que sin duda es ella en persona quien lo entrega y lo personifica compartiendo esa intimidad conmigo. Me dispongo a entregarme a ella. Pero en ese instante, se retira, se aleja y sonriéndome con toda la “maldad” que es capaz me dice mientras se va yendo de la habitación:

“Ve a la habitación de enfrente… Tu regalo no era yo…”

Me quedo entre sorprendido y casi pensado que todo ha sido un juego perverso. Excitantemente perverso pero perverso al fin y al cabo pues mi deseo está pidiendo a gritos ser compartido y me acabo de quedar solo en la habitación, desnudo y sin nadie con quien satisfacerlo. Pero sonrío al comprender que es sólo el principio de algo mejor. Me levanto de la cama y de nuevo retomo la senda de pétalos para ir a la habitación de enfrente que ahora presenta la puerta abierta. Ni rastro de mi amiga y de su amiga. Sólo puedo hacer que cruzar la puerta deseando y esperando que una de ellas esté ahí esperándome. Entro. Miro hacia la cama y la encuentro vacía, lo que me hace pensar que mi desnudez está fuera de lugar. Pero en ese momento en que estoy a punto de pensarlo, una voz a mi espalda dice:

“Estoy aquí…”

Me giro y ahí, apoyada en la pared opuesta a la cama, otra de las amigas de mi amiga está ahí, tan desnuda como la anterior, tan excitante como la anterior. Su elegancia natural, que conocía vestida sigue ahí mientras expone su cuerpo de perfectas proporciones que se exhibe para mí y me hace agradecer que mi cuerpo desnudo muestre la excitación acumulada que traía y que se intensifica mientras miro a esa otra mujer que también ha estado entre mis fantasías más cálidas y húmedas. Esta vez soy yo el que avanza hacia ella casi sin creerme lo que estoy viviendo. Y ella me dice esperando que llegue a su lado:

“Me han dicho que me deseas”

Mi respuesta es directa y sincera:

“Desde que te conozco”

Su sonrisa franca, su mirada cautivadora me retan y su boca me dice:

“Pues aquí me tienes. Toda tuya…”

No más palabras, no más explicaciones. Sólo queda pasión desatada, sólo queda todo mi deseo acumulado y mis besos y los suyos se funden en unos instantes de pasión casi descontrolada, de pura e intensa excitación, de morboso deseo en que los dos por algún motivo sabemos hemos estado conteniendo y ahora lo dejamos salir para que las manos se afanen en tocar los cuerpos del otro, para que el deseo absoluto lleve nuestros pasos y para que sin pensar en nada nos entreguemos al goce más absoluto. Jadeos, más susurros, gemidos intensos, placer intenso. Está vez siento que no hay freno, esta vez pienso que esto va a culminar y que tras el preámbulo de la primera amiga, es con ésta con quién mi regalo va a ser completo y voy a llegar junto a ella al clímax del placer. Me dejo ir y espero en su boca sentir todo eso que se me va a hacer sentir. Pero de nuevo, cuando ya nada parecía frenarme, ella se separa, se aleja y con esa misma sonrisa de la otra amiga se va de la habitación diciendo:

“Sólo has de ir a su habitación y ahí si que estará esta vez tu regalo…”

De nuevo solo, de nuevo desnudo, de nuevo excitado, de nuevo ardiendo de deseo y de nuevo necesitado de colmarlo. Pero ahora ya entiendo el juego. Mi amiga me ha regalado esos momentos excitante y morbosos con sus dos amigas, dos amigas que ella sabe deseaba, que ella sabe me gustaban, atarían y me hacía fantasear. Su regalo ha sido dejarme vivir mi fantasía con ellas, dejarme deleitar con sus cuerpos desnudos, con sus besos, con sus caricias, haciendo que mi excitación se eleve al máximo para luego esperarme ella y descargar todo ese morbo intenso con ella. Sonrío agradecido, sonrío satisfecho porque he estado con mis dos deseos más deseados y ahora voy a entregarme a mi amiga mientras compartimos esos momentos que he vivido con sus amigas.

Me dirijo a su habitación, sabiendo que ahí estará y que ambos gozaremos de un encuentro explosivo y elevada carga sensual y sexual. Llego a su puerta. Abro y ahí esta ella, de pie, con su túnica sedosa, sonriendo, esperando, ansiosa de mi. Entro en la habitación y al hacerlo veo que sus dos amigas, aún desnudas se encuentran en la habitación, flanqueado a mi amiga. Las miro, sonrío, mi deseo crece de nuevo y ellas dos se acercan a mi amiga y con delicada suavidad hacen que su túnica se deslice por su cuerpo, mostrándola ante mí en su espléndida desnudez. Todo yo soy deseo, todo yo soy excitación, todo yo soy morbo. Y ellas conocedoras de eso empiezan a besar cada una uno de los pechos de mi amiga. Me siento el hombre más afortunado del mundo. Las tres se funden en un beso compartido a tres bandas, mientras sus manos se tocan, se buscan y yo siento que sólo puedo perderme entre ellas. Me acerco lentamente y mi amiga tiene tiempo de decir:

“Necesitamos de ti, danos lo que tu tienes y haz que esta mezcla sea perfecta. Este es de verdad tu regalo. Yo las deseo tanto como tu pero hoy somos las tres tuyas…”

Y el resto es fácil de imaginar…

Simon

Es la calle Urgell y el tránsito para variar es infernal, a cualquier hora y a cualquier altura. El 126 bis que es donde voy está justo por encima de avenida de Roma, subiendo a la izquierda. Delante hay un mega bingo que hace la aventura de aparcar más interesante y sobretodo larga en el tiempo. Al final encuentro un parking extrañamente vacío y pulcro en la calle Borrell.

Recojo el papelito y doy la vuelta a la manzana para llegar a Urgell, mientras pienso por enésima vez que debería comprarme una moto que es bueno, bonito, barato y que aparcas siempre delante de cualquier sitio a la primera. Pero hace frio en invierno, rayos. Me constipo, cojo anginas y estoy meses hecho un cromo. Aparco la idea.

Timbre y subo los cinco pisos en un ascensor tan lento que a veces no sabes si estás subiendo o bajando, a la gallega. Ella se llama Du Xiao Bo, que traducido vendría a ser algo así como pequeña ola, estos orientales siempre tienen una vena poética, me ha contado varias veces que se llama así porque es lo que sintió su madre en el momento de nacer ella.

Me ha invitado a ver su nueva casa, parece que por fin se ha independizado y puede pagarse un piso para ella sola en vez de una habitación de 200 € con derecho a cocina y baño compartida con ocho o diez personas más, en cualquier caso cuando al ascensor le da la gana llego al rellano y cuando llamo al timbre me abre con una gran sonrisa una señora que no es Xiao Bo. Una gran sonrisa en chino porque no habla ni una sola palabra de nada más que no sea chino. Va vestida con algo parecido un negligee negro que supongo que en realidad es un vestido del estilo freak que usan los asiáticos cuando combinan la moda occidental. No siempre y no todos, pero frecuentemente.

Afortunadamente aparece Xiao Bo de no se sabe dónde y me saluda con un casto piquito estirando el cuello desde su metro sesenta mal contado. Para ser china no lo parece, aún que sea de Dandong, provincia de Liaoning, su familia es de etnia Uigur, minoría cercana a Afganistán con lo que sus caras, su pelo y su cuerpo es más parecido a las etnias afganas que a los chinos Han.

Me invita a una cerveza y unos cacahuetes picantes traídos de China y me da una bolsa de plástico con un par de patas de pollo envasadas al vacío. Me quedo con los cacahuetes.

Con las cervezas en la mano me enseña el palacio que realmente no está mal, tres habitaciones, cocina, baño, salón comedor con vistas a la calle Urgell… y por lo que me dice a un buen precio.
Con Xiao Bo siempre es lo mismo, después de un par o tres de cervezas tiene cuatro frases para la desconocida de nombre raro y ella y su negligee desaparecen por alguna habitación no sin antes obsequiarme con una risita cómplice.

A Xiao Bo el alcohol le pone, hace años que nos conocemos y es su punto flaco y a la vez con cierto peligro porque es de aquellas mujeres que tienes que estar seguro de que si empiezas algo vas a ser capaz de terminarlo, si la dejas a medias pilla unos cabreos importantes y seguramente justificados.

En cualquier caso da igual porque es ella que ataca y lo único que puedes hacer es contratacar y sucumbir a sus encantos que no son pocos, además se nota que le gusta hacer footing y está en forma. Como una piedra en todas sus masas. La cosa se va enredando y terminamos en su cama resoplando como máquinas de tren. Nos conocemos y nos sabemos los gustos con lo que no me extraña que de repente la tenga a cuatro patas embadurnándose el flujo de un poco más adelante a un poco más atrás. Realmente estos Uigur además de un nombre divertido tienen unos culos estupendos, nada que ver con lo que se supone que te encontrarás en China.

Me aplico con una cierta dureza pues sé que hay cosas que le gustan fuertes y profundas, así que mientras ella gime, tira todo lo que hay en la mesita de noche al suelo con las almohadas que salen despedidas, las sábanas arañadas, arrugadas y ella estirándose como un gato para gozar del momento y propiciar algo más de profundidad a mi modesto miembro yo empujo con todas mis fuerzas y le dejo el culo de un bonito color rojo a nalgadas. Se deben oír las palmadas desde la calle, yo también tengo las manos rojas. En el momento cumbre le gusta que le tiren del pelo hasta levantar su cuerpo por encima de la horizontal y es conveniente mantenerte lejos del alcance de sus uñas si no quieres que te dibuje en el pecho la bandera catalana.

Aún enganchados como perros caemos encima de la cama sin fuerzas ni para hablar ni para reír ni para llorar pero visto la diferencia de tamaños yo termino por caerme a un lado mientras ella permanece boca abajo con su magnífico y deportivo culo mirando al techo. Estoy hecho polvo y, mientras recuperamos nuestra capacidad motriz y de comunicarnos, me miro el eso que está en horas bajas descubriendo con horror científico que justo en la punta me ha crecido una protuberancia del tamaño de una lenteja mientras estaba dentro del culo de Xiao Bo. Algo exclamo que hace que Xiao Bo preste atención a mis bajos y delicadamente, con dos deditos, coge al intruso y se lo acerca a los ojos con interés asiático. Lo mira fijamente durante un tiempo innecesario y súbitamente estalla en una carcajada que consigue sobresaltarme. Acerca a mis ojos el bultito que parece una lenteja y resulta sin ningún género de dudas que es una lenteja que ha resistido al tránsito intestinal Uigur.

Xiao Bo se levanta en pelota picada aun chorreando un poco y sale corriendo de la habitación con la lenteja como prueba de la historia a explicar con pelos y señales a su amiga del negligee como se comió unas lentejas en algún momento pasado y una ha aparecido en la punta de mi polla. Desde luego no parece china pero lo es.
Después de unas duchas más que necesarias y un merecido descanso plagado de risas chinas decido que pronto será hora de cenar y que el parking me saldrá caro.

Xiao Bo me despide con un piquito con cachondeo y su amiga se apunta y también me da un piquito más casto pero con brillo en los ojos.
Cuando por voluntad del ascensor llego a la calle, las piernas no tiran para bajar cinco pisos después del asalto a que he sido sometido, me voy andando lentamente para recuperarme por la acera y mientras pienso lo importante que es comer fécula y si a su amiga también le deben gustar las lentejas.

El Observador

Artemisa, así se hacía llamar en el chat de Cafeolé, le encantaba esta Diosa helena de los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y aliviaba las enfermedades de las mujeres y se representaba como una cazadora llevando un arco y flechas, una de las Diosas más poderosas del Olimpo.

A ella le gustaba pasar el rato de las tardes/noches lluviosas chateando por allí con desconocidos, de cualquier tema, según veía algo interesante se metía, con los años había conocido a gente que se había acabado convirtiendo en amigos y hasta algún que otro ligue.

Eran las 20h de un lluvioso Domingo, y Artemisa llevaba un par de horas chateando, estaba en una conversación sobre Friends, dónde reconocía algunos nicks de haber coincidido con ellos en otros chats, pero la verdad es que le aburría, y su mente empezó a evadirse de la conversación y recordarle que llevaba tiempo sin acostarse con nadie, sumado a que las últimas veces que lo había hecho había dado con hombres poco diestros, y que ni siquiera le hicieron aquello que tanto le gustaba, una buena comida de nata, fresa y chocolate como a ella le gustaba llamarlo.

Así que de repente "despertó" y mirando al chat fijamente pensó, pero que coño si aquí hay chats de contactos, y entró en ellos, mirando cuáles había se detuvo en uno que le llamó la atención, comedores de coños, soltó una carcajada y no dudó en pinchar el chat y entrar.

Parece ser que la conversación estaba animada y su entrada al chat pasó desapercibida al subir rápidamente debido a las entradas de texto de los distintos usuarios, y entre ellos reconoció un Nick, Brujo_Pirulo, había coincidido con él durante este último mes en algunos chats, ya que este Abril había sido muy lluvioso y Artemisa no perdonaba sus rutinas los días pasados por agua, y habían hablado un poco, ya que a Artemisa le llamaba su atención al tener opiniones en común y un sentido del humor parecido, sabia que era 10 años mayor que ella y divorciado desde hacía 4, y que vivía cerca de su barrio en un pequeño piso heredado de su abuela, ella vivía en un loft que se había montado ya que era arquitecta y todo hay que decirlo, muy buena, llevaba una buena vida no sin su sacrifico correspondiente.

Y observó con detenimiento las respuestas que daba Brujo_Pirulo sobre cómo les gustaba a las mujeres que les comieran el coño, había opiniones de todo tipo, se rió porque la mayoría no tenían ni puta idea de lo que decían y se creían los reyes de comer almejas, pobres ilusos, pero entre ellos había algunos, como Brujo_Pirulo que parecía saber lo que se decía y mientras ella se acababa su cigarrillo aliñado escribió:

Soy Artemisa, 35 años, 1,70, 68kg, con ganas de que le hagan una buena comida, solo eso, vienes, te amorras, me corro, y te vas. Quien en los próximos 15 minutos escriba el mejor relato de cómo me va a comer el coño le mando mi dirección para que venga a hacerlo, y pulsó:



El resumen es que en los próximos 30 minutos, (alargó el tiempo viendo el aluvión de mensajes y esperando a ver alguno conocido) se hartó de leer con mejor o peor destreza al redactarlo y explicarlo cómo se lo iban a comer, desde relatos desagradables a altamente eróticos y excitantes, pero ninguno de ellos era el esperado, el de Brujo_Pirulo, se dio cuenta de que cuando le dio a Enter tenía claro que iba a dar como ganador a él, pero no fue así, seguía estando en el chat, pero no decía nada, Artemisa se vio en la situación de tener que escoger a alguien desconocido sin saber qué encontrarse, y le aterró la idea, pensó en desconectarse, cerrar el Macintosh y ponerse a ver la tele, pero cuando iba a cerrar el navegador se dio cuenta de que Brujo_Pirulo le había abierto por un chat privado, lo abrió, y lo leyó...

...cuando acabó tenia las bragas un poco mojadas, inconscientemente mientras lo leía se había estado acariciando los pechos y tenia los pezones erectos, hinchados y sensibles, estaba realmente cachonda, copió el texto y escribió en el chat general, Este es el texto ganador que me han enviado por privado, gracias a tod@s por participar, besos xxx

Y por privado le contestó a Brujo_Pirulo, Vives a 15 minutos, tienes 45 minutos para ducharte, ponerte guapo, vestirte y venir a la Avenida del Paraíso Nº 6, 9º Piso Escalera E, picas al interfono, te abriré, subirás por las escaleras, quiero ir oyendo tus pasos al subir, y encontrarás la puerta de mi piso abierta, entrarás, te desnudarás y tirarás la ropa en la habitación que encontrarás a la derecha, no quiero que te quede ninguna prenda, seguirás pasillo recto hasta entrar al salón, donde me encontrarás en un sillón abierta de piernas y masturbándome, quiero que te quedes a 2 metros de mí y te masturbes mirándome como lo hago yo, cuando la tengas bien dura te arrodillarás y empezarás a comérmelo, así hasta que acabe y te deseche para casa.

Artemisa no lo podía creer, estaba gozando como una perra como a ella y María les gustaba decir cuando se contaban un buen polvo que habían dado, agarraba la melena de Brujo, la verdad que era contrario a sus preferencias en cuanto a hombres, no era alto, dudaba que llegara al 1,70, tenía el pelo largo y ondulado, no tenía perilla ni barba, era de tez muy morena y peludo, no le gustaban nada los hombre peludos y él lo era, por suerte la espalda no...y sin embargo ese tipo en el que por la calle jamás se hubiese fijado le estaba realizando la mejor comida de conejo que le había realizado en su larga vida sexual pese al período de sequía que había sufrido últimamente.

Había empezado por acercándose a su entrepierna, y le empezó a besar suavemente los muslos mientras con las manos le acariciaba la parte exterior, se fue acercando al pubis, besando con los labios y en ocasiones pasando la punta de la lengua, Artemisa abrió más las piernas, y él empezó a besarle, chuparle y darle mordisquitos alrededor de los labios mayores, luego directamente con la lengua iba haciendo círculos, la pasaba desde el monte de venus siguiendo hacia el perineo y volver a venus, y de repente le alzó las piernas y le dio un lengüetazo rápido desde el ano hasta el clítoris, Artemisa dio un respingo, le había dado un latigazo de placer que había subido desde su interior hasta la base del cráneo, él le volvió a pasar la lengua dando círculos, y de golpe otro lengüetazo más, pero esta vez más lento, repitió la operación y un tercer lengüetazo, este ya a cámara lenta, empezando por la parte del ano más cercana a la espalda, extendiendo en su amplitud todo lo que podía la lengua para que esta tuviese el mayor contacto posible, y poco a poco empezó a pasarla por el ano que se dilató un poco, recorriendo el perineo, penetrando un poco en su vagina y subiendo hacia el clítoris separando con la presión de su lengua tanto los labios interiores como exteriores hasta llegar a la cúspide del placer, allí se detuvo y sin dejar de presionar movió lentamente la lengua un poco solo de arriba abajo, luego círculos en la dirección contraria a los que había dado antes, y todo esto sin dejar de mirarla, mientras que ella con una mano le agarraba por el pelo y con la otra se juntaba y subía los pechos mientras se los tocaba y se mordía un dedo y sus labios, estaba realmente excitada.

Cuando estaba disfrutando del contacto de la lengua con su clítoris lo rodeó con los labios y empezó a succionarlo, ¡Hostia puta que gusto! chilló Artemisa y aprisionó con una fuerza inusitada a Brujo hacia su coño, lo estaba ahogando pero le ponía muy burra con esa succión que le estaba realizando, ya cuando vio que el frenesí de él decaía por la falta de aire lo apartó, le subió la cabeza y lo besó apasionadamente, un largo y profundo beso dónde sus lenguas se retorcieron y bailaron la una con la otra, su boca sabia a sus propios flujos pero siempre le había gustado su sabor, se mordisquearon los labios y se miraron, ella le sonrió y le dijo, Ahora le toca a las de arriba y le bajo la cabeza y se la metió entre sus senos.

Él empezó a lamer su entre pecho, recorriendo el esternón y subiendo hacia su cuello y barbilla para luego volver a bajar y dirijirse primero a la teta derecha, la cual estaba libre mientras la izquierda rodeada por su mano le acariciaba suavemente el pezón con el dedo índice, con la lengua daba azotes al pezón derecho y lo incrustaba hacia su pecho, presionaba con la lengua moviéndola alrededor mientras lo aplastaba y de golpe succionaba y se metía la mitad de su seno dentro de su boca a la vez que con la lengua jugaba con su pezón, nunca le habían hecho eso y le encantó esa sensación, le ponía muchísimo ver como casi engullía su pecho y la sensación de succión y fricción del pezón era brutal, cada vez que se lo hacía, Artemisa jadeaba de placer, y entonces le ordenó, ¡Muérdemelo!, y mientras él iba poco a poco dejando de succionar llegó hasta el pezón, el cual rodeó con los dientes, apretó y empezó a estirar, ella le acompañaba el movimiento ya que seguía agarrada de su melena y conforme estiraba e iba pasando poco a poco el pezón entre sus dientes iba apretando un poco más, hasta que se atascó en la puntita y esta se liberó de golpe, haciendo que Artemisa soltara un pequeño grito de ¡AU! mezcla de dolor y placer, le volvió a pasar la lengua en espiral por el pecho hasta llegar al pezón, el cual volvió a succionar, aprisionar entre los dientes y a estirar como antes, pero ahora sin acabar de apretar y soltarlo, iba apretando y aflojando y con los dientes recoriéndolo, se lo pasó a los colmillos, y dio un pequeño mordisquito, otra vez profirió un aullido, Artemisa le cogió la cabeza con las 2 manos, lo volvió a besar y le dijo, ahora haz todo lo contrario en el izquierdo.

Brujo le besó suavemente los labios y empezó a bajar por su barbilla, cuello, y muy suavemente fue dando círculos alrededor de su pecho, dándole más énfasis a cuando lo hacía por la parte baja que directamente besaba el seno, haciendo un círculo más pequeño cada vez acorralando más al pezón, hasta que le dio un dulce beso y le pasó la punta de la lengua, y suavemente la fue lamiendo haciendo una espiral desde el centro hacia el exterior llegando a la parte baja nuevamente, entonces volvió a ascender pero deslizándola un poco más fuerte que antes, y empezó a lamer delicadamente, succionar, besar, atrapar con los labios y pasar los dientes por el pezón, todo ello muy salivado y cálido, le gustaba notar el aliento de él mientras le lamía el pecho, le erizaba toda la piel y la hacía jadear de placer, estaba realmente cachonda y su vagina segregaba flujo, era hora de dar de beber al pato.

Separó a Brujo de ella y le dijo, El bebedero está a rebosar, bebe, le bajó la cabeza hacia su coño el cual él empezó a succionar y metédselo en la boca mientras se tragaba todos sus flujos, succionaba y metía la lengua dentro para sacar más, cada vez que se la metía daba lengüetazos por todos los recovecos y siempre se paraba en la zona rugosa, cada vez que lo hacía y apretaba, Artemisa aprisionaba sus muslos contra la cabeza de él, y estuvo así un buen rato, metiendo y sacando la lengua, succionado y chupando labios y clítoris, todo lleno de una mezcla de sus flujos y babas, y ella le soltó, Te estás dejando la mejor parte, abajo tienes el plato final.

Y de repente, Brujo le separó las nalgas con las manos, le elevó más el culo y le escupió en el ojete para a continuación clavarle la lengua hasta el fondo, ella soltó un grito/gemido de sorpresa y placer y dilató el ano dejándose llevar por la sensación cálida, suave y placentera de la lengua de Brujo metida en él, y cuanto más lo relajaba más le hundía a él la cabeza contra su culo y más al fondo le metía la lengua, no la movía por dentro, solo la estaba penetrando sin cesar con la lengua hasta llegar a su tope, Artemisa se estaba estremeciendo de placer y se iba tocando el clítoris a su manera dándose un mayor gozo al que ya estaba recibiendo.

Llevaba rato en un éxtasis de sensaciones placenteras que a la vez la relajaban pero le tensionaba el cuerpo a través de espasmos derivados de los diferentes estímulos que estaba recibiendo tanto por parte de Brujo como los que se daba ella misma, y entre tanta sensación notó una familiar que le hizo pensar en ella, al estar relajaba, tener el ano abierto y que Brujo iba introduciendo constantemente su lengua, tenia la sensación de que necesitaba pederse, pero no sabia si era una sensación real o por el Beso Negro que le estaban practicando, y a su vez notaba como una sensación muy parecida a que se estaba meando, pero era algo distinta, recordó que su amiga María en alguna ocasión le había dicho que había hecho squirt masturbándose con un vibrador, pero Artemisa nunca había experimentado el squirt, creía que no era capaz, pero esa sensación le hizo recordar las palabras de María e hizo que le entraran más ganas de "mear", aceleró la masturbación, aplastó aún más la cabeza de Brujo, y mientras aumentaban sus gemidos de placer notó de repente que empezaba a correrse de una forma bestial que le hacía estremecerse todo el cuerpo, empezó a chillar de placer y notó como Brujo separaba la cara de su culo y como se le empapaba la mano con la que se estaba masturbando, no vio nada, ya que mientras gemia de gusto tenia los ojo cerrados, dejó de tocarse mientras le daban temblores, alzó la cabeza y miró a Brujo a los ojos, este jadeaba y tenia la cara y el cuerpo mojados, miro a los alrededores y estaba todo lleno de gotas, se fijó en que Brujo seguía empalmado y se sorprendió cuando vio que este también se había corrido y manchado el suelo con su esperma, volvió a mirar a Brujo, y este sonrojado le dijo, me he corrido cuando lo has hecho tú y has empezado a chillar y mojarme, me has puesto tan cachondo que no lo he podido evitar.



Ella sonrió, se mordió el labio inferior, lo cogió con ambas manos por la cabeza y lo subió hasta besarlo nuevamente de forma apasionada y durante un largo rato, lo separó, le volvió a sonreir y le dijo, ahora ya sabes que toca, y él sin decirle nada le devolvió la sonrisa, se levantó, recogió la ropa de la habitación, se vistió y se fue.

Artemisa seguía teniendo miniorgasmos, por lo que siguió masturbándose y recordando la comida que le acababan de realizar de forma magistral, pero notaba una sensación que le oprimía el ano, apretó y liberó el aire que había entrado con los lengüetazos y del gusto y del placer volvió a tener un gran orgasmo y repitió el squirt y se empezó a reír, era la primera vez que le pasaba y le había vuelto a suceder a los pocos minutos por tirarse un pedo, y no pudo parar de reír, las endorfinas liberadas por los orgasmos tuvieron su efecto y además de la liberación por la tensión sexual que llevaba dentro se sumó el poder reírse a carcajadas como hacia meses que no hacía, y fue la mejor manera de acabar la noche del Lluvioso Domingo, corrida y reída como nunca, y más que siguió riéndose cuando recordó que todo era gracias a un hombre totalmente al contrario de su ideal de belleza y que encima se llamaba Brujo_Pirulo, era todo muy cómico, orgasmos y carcajadas, la mejor medicina que hay para la mente humana pensó, y sonrió felizmente mientras se volvía a estremecer con otro micro orgasmo que cuando se dio cuenta hacía ya más de 15 minutos que Brujo se había ido...ahora resultaba que también era multiorgásmica, y pensó, voy a llamar a Maria y joderla de envidia y una sonrisa de satisfacción volvió a dibujar sus carnosos labios.

Vicky Masajista

Me levanto temprano como todos los días de semana, es lunes y ya conozco sus costumbres, así que rápidamente pongo mi móvil en sonido y me preparo mi café...



Me contactará a 8:00 - 8:30 para quedar a la 10:00-10:30.

Uf qué ganas de un mañanero...


D: hola qué tal?
Y: muy bien gracias y tu.?
D: uff mucho lío hoy, pero tengo que verte... Como lo tienes sobre las 13:00
Y: perfecto te espero....

Bufff 13:00!! Que larga se me hará la mañana.

Me pongo otra vez en la cama y me dispongo a ver las noticias mientras termino mi café.

Cierro un momento los ojos y me veo abriendo la puerta, con un vestido muy ceñido sin sujetador, braguitas muy sexys y taconazos

D: que guapa!!
Y: gracias

Estira sus brazos y me agarra el culo con sus manos pegando mi pelvis contra la suya para hacerme saber cuantas ganas tenia de verme...
Me pone muy cachonda! Baja un poco más las manos y me levanta abriéndome las piernas las envuelvo en su cintura y empezamos a besarnos.

Me lleva hasta la habitación me pone sobre la cama y siento todo su peso sobre mi.

...Involuntariamente abro mis piernas y por encima de mi braguita pongo la palma de la mano presionando sobre mi sexo recordando como se siente. Uf qué gustito...

Muevo mi cadera con la palma puesta y me voy poniendo más, dejo el café a un lado porque me lo voy a tirar encima...

Me encanta que me haga daño con sus barba y lo sabe, acaricia su cara por mi cuello y baja un poco más muerde mis pezones que reaccionan de inmediato, sigue rozando su cara por mi estómago hasta llegar a mi vagina le gusta dar pequeños mordiscos muy suaves por encima de la braga y a mí me pone a mil... pongo un dedo justo en la entrada de mi vagina donde está el botoncito y lo rasco suavemente con las uñas y noto como está de sensible...

Pliego las bragas en medio me mi vagina y rasco un poco más ....Siento como se me inflama de gusto y noto como empiezo a mojarme....
Hago fricción con la braguita haciendo movimientos con mis caderas. Me mojo aún más ya empiezo a sentir la humedad hasta mis braguitas.

Las hago a un lado, me introduzco los dedos para aprovechar mi lubricación imaginando su lengua caliente, húmeda, suave y simulandola acarició mi clitoris haciendo movimientos circulares y de arriba a abajo como lo haria él

....estoy más caliente y empiezo a mover mis caderas al compás de mis dedos y voy acelerando poco o poco.

Rápidamente me quito las bragas, abro mi mesita de noche y sacó mi vibrador... siento que necesito más... Aceleró la velocidad de mis dedos cuando estoy a punto de estallar meto el vibrador hasta que consigo un orgasmo alucinante....

Me quedo un poco en la cama reponiendo energías...

Pero me tengo que preparar que me espera un segundo round pero esta vez con ayuda ...

Lea Ferrer

Son las nueve de una calurosa noche de finales de mayo. Las chicas comienzan a arreglarse, pronto empezará la faena. Una de ellas está frente al espejo, vistiendo un apretado corsé negro y un tanga a juego, y retocándose los labios con un pintalabios de color rosa fucsia, casi tan intenso como el rosa de las paredes, que, por otra parte, sólo puede apreciarse en el tercio más cercano al techo, pues de cada una de las cuatro esquinas parten dos literas, en ángulo de 90º, que conforman el menaje de la estancia junto con dos bloques de taquillas grises, una mesita con un televisor y, en el centro de la sala, un sofá de sucedáneo de cuero, de un color marrón raído. En una de las paredes, un cartel pendiendo de un clavo indica “Prohibido el consumo y la venta de drogas”.


En la cama inferior de una de las literas, cobijadas por varias mantas y toallas a modo de cortina, como si se tratase de una cabaña fabricada por niños en noches de historias de terror al amparo de una linterna, tres chicas comparten un vaso de sangría y un gramo de cocaína entre confesiones.



De repente, un desagradable y estridente repiqueteo me sobresaltó: se trataba de la Madame, que golpeaba insistentemente con su sortija en los cristales de la puerta que daba acceso a la estancia, al tiempo que repetía una y otra vez, con tono chillón: “¡Vamos, cielos, hay que trabajar!”, “¡Venga, que hay pase!”, “¡Cariños, vamos al pase!”


Una a una, las chicas salían de sus literas; bostezaban; se iban calzando los tacones; se repeinaban un poco; se ajustaban el pecho de modo que sobresaliese lo suficiente por fuera del sostén; pulverizaban un poco de perfume en sus cuellos y un poco de spray mentolado en sus bocas, e iban colocándose en fila india, a lo largo de un pasillo largo y oscuro.

Era mi primera vez allí, así que decidí dejar pasar al resto de chicas por delante para así fijarme bien en su forma de actuar y poder luego imitarlas sin que nadie se percatase del nudo en el estómago que llevaba todo el día acompañándome. Conforme la fila avanzaba poco a poco, empecé a distinguir, en mitad de la penumbra, una silueta masculina sentada en una silla. Las chicas se le acercaban una por una. Algunas se inclinaban hacia él y le daban dos besos. Otras, simplemente, se quedaban de pie mientras decían en voz alta su nombre ficticio. Cuando llegó mi turno, decidí que lo más educado sería darle dos besos, aunque eso conllevase mayores posibilidades de ser escogida. Al fin y al cabo, ¿para qué estaba allí, si no?

- Hola, yo soy Carmen -dije sonriente, al tiempo que le daba dos besos.
Ahora que lo tenía enfrente, podía ver que se trataba de un chico bastante joven, quizá más joven incluso que yo. Su aspecto físico dejaba bastante que desear, pero en cierto modo me recordó a un chico con el que había salido en un par de ocasiones años atrás, quizá por el peinado, o quizá porque mi cerebro se esforzaba en encontrar algo conocido a lo que aferrarme en caso de ser elegida.

- ¿Eres andaluza? -preguntó el joven.

Mierda -pensé, y contesté con un “sí” muy escueto y breve al tiempo que me daba la vuelta y regresaba a la sala de estar con una sensación extraña, una especie de sentimiento contradictorio, pues quería, y al mismo tiempo no quería ni estar ahí, ni ser elegida. Casi no me había dado tiempo de llegar de vuelta a la sala de estar, esforzándome por no perder el equilibrio con esos tacones a los que no estaba nada acostumbrada, cuando se oyó la voz de la Madame desde el otro extremo, gritando en voz alta: “¿Quién es la andaluza?”

Todas me miraron, algunas con cara de evidente envidia, otras con cara de indiferencia, y un par de ellas con sorna. Una de estas últimas se me acercó y, mientras realizaba un gesto obsceno con la mano cerca de la boca, me espetó entre carcajadas: “¡A chupar polla, andaluza!”

Suspiré y me dirigí a mi litera para prepararme mientras repasaba mentalmente todo lo que tenía que hacer ahora, lo llevaba estudiando en silencio toda la tarde. Neceser con enjuague bucal, condones, peine, toallitas húmedas, lubricante, gel íntimo. Toalla. Móvil. Llave de la taquilla. Ir a saludar al chico. Preguntarle a la Madame que en qué habitación nos toca. Subirlo por las escaleras hasta la habitación correcta. Preguntarle que cuánto tiempo se quiere quedar. Pedirle el dinero correspondiente. Decirle que espere. Bajar a la salita de la Madame y entregarle todo el dinero. Esperar a que la Madame me devuelva mi parte y me dé un par de condones de marca barata. Guardarlos porque no los voy a usar, pues prefiero la marca que llevo usando toda la vida, la que usaba con mi primer novio, la que usé mi primera vez, que me parecía tan lejana ahora. Ir a la taquilla. Guardar el dinero. Subir a la habitación. Y empezar la cuenta atrás, treinta minutos. No era mucho tiempo. Pasaría rápido.

De hecho, no tardamos ni veinte minutos. El chico, muy amable y sonriente, estaba tanto o más nervioso que yo, y no tardó en alcanzar el orgasmo. Después, se vistió corriendo y casi salió de la habitación mientras yo aún me lavaba en el aseo.

- ¡Espera! No puedes salir solo, tengo que pasar yo primero.
- ¿Por qué?
- Por si está saliendo otro hombre en ese momento, para que no os crucéis…
- Ah, sí… claro, claro.

Cuando regresé a la sala de estar, la chica del gesto obsceno me preguntó qué tal había ido mientras me ofrecía un cigarro.

- No, gracias; no fumo. No ha estado mal -dije con gesto indiferente.

Luego subí a mi litera y desbloqueé el móvil para echar un vistazo a las redes sociales. Casi no me dio tiempo de abrirlas cuando de nuevo el repiqueteo de la sortija sonaba contra el cristal.
En esta ocasión no fui escogida. A la sensación de contradicción que había experimentado apenas hacía media hora, la sustituyó otra diferente: estaba, en cierto modo, molesta por no haber sido elegida, pero por otra parte sentía un cierto alivio.
No me dio tiempo ni de subir a la litera. El timbre había sonado otra vez.

Una tras otra, las chicas íbamos presentándonos ante los nocturnos visitantes de la casa. Un abuelo de más de setenta años, con pantalón de pana y camisa de cuadros. Dos franceses de no más de treinta años que apenas hablaban español, lo justo para dar a entender que estaban de vacaciones y que querían “la fiesta”. Un grupo de amigos que venían de una despedida de solteros. Una pareja con ganas de “vivir nuevas experiencias”.
Nadie me escogía. Eran ya más de las tres de la mañana, y la impotencia de no ser elegida y, por tanto, de no estar ganando el dinero que tenía previsto, junto al creciente dolor de pies de tanto paseo a lo largo del pasillo, fueron mermando mis ganas de continuar en ese lugar. Pero como no podía ir a ninguna parte, pues a esas horas no había transporte público y mi hotel se encontraba demasiado lejos como para ir andando, no me quedaba más remedio que pasar la noche allí, así que decidí acurrucarme en la litera para pasar desapercibida y no seguir participando en los paseíllos.

Después de uno o dos clientes más, hubo un rato de tranquilidad, que aproveché para intentar dormir. Alguien apagó la luz del techo, así que la única claridad que quedaba en la habitación provenía de la televisión encendida, que nadie miraba. Se escuchaba a alguna chica susurrando en alguna de las literas y, muy de fondo, provenientes de la planta superior, gritos femeninos casi sacados de una película pornográfica. Mis pensamientos se iban entremezclando ya con las primeras ensoñaciones cuando la sortija repiqueteando en el cristal me sobresaltó de pies a cabeza.

- ¡Vamos, cielos, hemos venido a trabajar, no a dormir! ¡Carol, Marta, vamos arriba! ¡Jennifer, cariño, despierta! ¡Carmen, cariño, arriba!
Como las chicas, adormecidas, no respondíamos a las llamadas de la Madame, ésta empezó a recorrer las literas, una por una, golpeando con la sortija en los hierros de las mismas, lo cual producía un ruido aún más estridente.
- Carmen, cariño, aquí no se viene a dormir, sino a trabajar -la cara de la Madame apareció repentinamente ante mí y me destapó de un movimiento brusco, provocando mi mal humor, ante lo cual empecé a proferir (mentalmente) todo tipo de descalificativos hacia ella y su sortija mientras me calzaba los tacones y me refrescaba la boca con un caramelo de eucalipto.

Como me coja me muero, joder -pensaba mientras, aún soñolienta, daba dos besos al nuevo visitante, un hombre de unos cincuenta años, apuesto y elegante pero con evidentes signos de embriaguez.

Como yo ya imaginaba, me tocó. A veces me da la impresión de que mi vida transcurre a partir de una serie de combinaciones entre leyes de Murphy y casualidades que, en muchas ocasiones, parecen demasiado oportunas para ser simplemente casualidades. Este caso concreto lo achaqué, refunfuñando entre dientes mientras preparaba mi neceser y mis objetos personales, a la ley de Putimurphy.

Tenía tanto sueño que le pregunté al señor, una vez en la habitación, si le importaba que pusiera un poco de música para espabilarme, a lo que éste respondió que no había problema, pero que por favor no la pusiese muy alta, por si llamaba su mujer.

El encuentro transcurría sin problemas, el señor había acudido a una cena de empresa y aprovechó para hacer una escapada de extranjis. Ni siquiera quería relaciones con penetración, tan sólo francés, pues comentaba que su mujer llevaba ya años sin hacérselo y lo echaba mucho de menos.

Así que allí estaba yo, a las cuatro de la madrugada, de rodillas en una cama desconocida, en una habitación de paredes al gotelé, sin más menaje que una cama, una ducha y una mesita de noche con lámpara, cenicero y bote de crema de marca blanca, con un señor cuyo nombre ni recordaba y cuyo miembro viril llevaba chupando más de diez minutos cuando, de repente, su móvil empezó a sonar.

- Es mi mujer, no digas nada y quita la música, por favor -susurró como si la mujer ya pudiese oírlo incluso antes de descolgar.
- ¿Sí? (...) Sí cariño, ya voy para allá (...) No, aún no he acabado (...) ¿Que por qué no se oye nada? Porque estoy en la calle, que ya voy para casa (...)

Como la conversación no parecía acabar, el señor empezó a hacerme gestos para que continuase la felación, y así hice, aunque un poco extrañada por el comportamiento del caballero, que seguía intentando convencer a la cónyuge de que no le estaba siendo infiel mientras su miembro se hallaba en mi boca. En un momento dado, el señor decidió activar el altavoz del móvil, de modo que yo pudiese escuchar la conversación. Levanté la cabeza para escuchar, pero él me indicó, con gesto travieso, que siguiese ahí abajo.

No querrá desperdiciar el dinero, pensé mientras continuaba realizando la felación al señor al tiempo que escuchaba a su mujer, de acento ruso, gritar al otro lado del teléfono:

- Estás con una puta, ¿verdad? ¡Dile que se ponga! ¡Dile a la puta que se ponga! ¡Puta! ¡Deja a mi marido! ¡Vete para la casa ya! ¡Me voy a divorciar de ti! ¡Cuando llegues te voy a oler la polla, cabrón!

Y así fue como, esa noche, el señor apuesto alcanzó el orgasmo y yo logré despistar al sueño.

(Es un extracto del primer capítulo del libro que estoy escribiendo)

Alma Ajna

Esto sucedió ayer, viernes santo.

Me levanto sin muchas expectativas como ya va siendo habitual en estos días de confinamiento, me tomo un laargo café y una buena ducha, no hay que perder las buenas costumbres, y lo bien que sienta!!

Entro en mis redes sociales a repasar las ultimas novedades y ver como poco a poco mis vídeos van recogiendo sus frutos.

El día no parece que sea diferente excepto por un extraño mensaje de un amigo, me envía un código de barras y la dirección de los buzones donde tengo que ir a buscar un paquete. Que bien!! Pienso...un regalo!!

La dirección está muy cerca de mi casa, así el tiempo de exposición se reduce sin que haya peligro de que te multen.

Llego a casa y abro el paquete sin prisas, tengo todo el día por delante, es un magnifico consolador vibrador de una medida, a mi modo de ver, perfecta...Lo toco, lo miro,y mi mente empieza a hacer de las suyas. Abro el compartimento de las pilas...y mierda!!! no hay...Busco en el cajón y entonces recuerdo que gasté la ultima justo ayer para el ratón del pc.

Viernes santo, todo cerrado, empiezo a pensar posibilidades y caigo en que posiblemente encuentre alguna gasolinera con super. Miro en Google maps, estupendo, tengo una a 2 kilometros y medio .

Como soy una persona muy inquieta y aventurera, pienso que quizá sea algo arriesgado pero no imposible, así que cojo la chaqueta el dni, por si acaso y la targeta del banco.

Vivo en una zona muy poco transitada así que el paseo hacía la gasolinera se me antoja placentero y lo disfruto, hace sol y como no tengo ninguna prisa aminoro el paso para alargar este pequeño recado.

Llego a la gasolinera y bingo, tienen las pilas que necesito, a precio de oro, eso si...En fin. Pago y me voy.

La vuelta me la tomo con calma también, que guay sentir el sol y el viento en la cara, el momento no podía ser más placentero.

Voy caminando y escucho un coche que reduce la marcha justo detrás mio, yo no miro atrás y continuo como si no oyera nada...finalmente el vehiculo se pone justo a mi lado y escucho una voz masculina que dice..._Señora, buenas tardes!!.
No me queda otra que girar la cabeza y ser educada.
_Buenas tardes señor agente!!!

_De donde viene o a donde va?
_He ido a comprar unas pilas que necesitaba.
_Entiendo que esas pilas servirán para cubrir primeras necesidades.
_Por supuesto señor agente, es para mi vibrador, llevo casi un mes sola y confinada en casa, sin tener ningún tipo de contacto carnal...Demasiadas explicaciones pienso, pero es que cuando me pongo nerviosa hablo demasiado.

En ese momento los dos agentes salen del vehiculo y se acercan hacía mi, supongo que ahora me pedirán la documentació para ponerme una mega multa.

_Señora, nosotros estamos aquí para ayudar a todos los ciudadanos sin excepción, hemos pensado mi compañero y yo que ante la grave situación que usted padece, nosotros como buenos servidores, vamos a hacer todo lo posible para cubrir todas sus necesidades sexuales...

La verdad es que me he quedado sin palabras, pero voy a hacer un esfuerzo, quiero saber hasta donde están dispuestos a llegar.
_Estaría encantada de recibir vuestra ayuda, aunque aquí en la calle creo que está prohibido...

_Habíamos pensado ir a nuestra garita que está aquí al lado, hoy es un día muy tranquilo y no creo que pase nadie por allí.

Sin pensarlo dos veces me vi allí, en ese cuartucho lleno de taquillas y con olor a hombre.
El más jovencito el que estaba callado todo el rato, es el primero en sacar su desafiante miembro, se le nota por la respiración que ya va muy cachondo, el otro sin embargo, cincuentón, saca de una caja una botella de whisky y unos chupitos...

El chaval busca mi sexo con algo de desesperación, lo chupa con algo de fuerza. Le pido que lo haga más suave. Obedece. Mientras el otro saborea el whisky, va alternando y me va sobando las tetas. Yo me dejo.

Estoy muy mojada, la situación me supera y me dejo llevar. El chaval se calza un preservativo y empieza a metermela, la siento entera por que la verdad tiene una buena polla. Al otro parece que lo que le pone es mirar. Igualmente me pongo a cuatro para que el joven pueda desfogarse todo lo que quiera, mientras le bajo el pantalón al cincuentón y empiezo a hacerle una buena mamada, mientras le miro como sigue bebiendo y disfrutando de todo el acontecimiento en general.

El joven, no parece cansarse y continua, de vez en cuando va cambiando el ritmo.
Yo continuo con la polla del otro dentro de mi boca, me encanta sentirme penetrada por dos hombres y ellos lo saben y me dan libertada para elegir. Ahora quiero que me coman el coño los dos a la vez y si se enrollaran ellos, ya sería lo más.
Me lo comen con ganas, hay flujo de sobras para los dos, cada vez más, hasta que ya no aguanto y empiezo a tener mi primer orgasmo, mi vulva de dilata al máximo y empieza a salir todo lo que llevaba acumulado en estos días, el joven me la vuelve a meter, chof, chof, chof, que locura, estoy tan cachonda que el más joven explota con una corrida descomunal.
Le digo al otro, que todavía quiero más, así que me pone contra la pared de espaldas y me la empieza a meter primero suave para ir subiendo progresivamente de intensidad, chof, chof, chof...Continuo con el largo orgasmo, el flujo me resbala por la pierna, mientras totalmente immobilitzada, continua penetrándome por detrás, hasta que ya no puede más y me regala toda su leche.

Me visto de forma apresurada y salgo de allí sigilosamente, madre mia, pienso. Me he librado de una pedazo de multa que pa que!!

Medio Siglo

No, no voy a poner la segunda parte y por varios motivos.........la he escrito, no cumple las normas, si ganará (lo dudo mucho) tendría que renunciar al premio , pongo el enlace para que sepáis que está escrita

Diario de un confinamiento y de la nueva anormalidad

Que gane el mejor relato esto es relativo, cada un@ tiene su criterio propio, yo he intentado votar a los relatos que me han excitado, aunque sea mínimamente........espero que tod@s lo hagan como crean conveniente y sin influencias exteriores

igual lo puedo poner, un momento......


Estaba sentado en el sofá, absorto en mis pensamientos, repasando toda mi vida y reflexionando sobre ella, creo que es lo que se suele hacer, cuando en pocos días se cumplen años, 61 años yaaaaaaaaa , eso si, con mucha alegría y disfrutando de la vida . Ese sofá, que el pobre esta para el retiro, muchos años, aguantándonos mutuamente durante 12 años, pero no queremos separarnos, hemos sido compañeros de muy duras batallas de las que salimos vencedores .......................... MS déjate de chorradas y al meollo de la cuestión.

Algo me hizo levantar la vista, no tenía claro lo que estaba viendo, abrí y cerré los ojos, lo vi mas claro, pero no me podía creer lo que esta viendo, me limpie las gafas por si estaban empañadas y vi a trasluz lo que parecía ser el cuerpo de una esbelta mujer, era!!!!!! una Dama, no distinguía su rostro, los rayos de sol que entraban por la ventana dibujan su cuerpo, cuerpo de mujer cuyos movimientos invitaban/incitaban a fundirnos y estremecer de placer.

No me dio tiempo a reaccionar, lentamente se fue acercando a mi, con sigilo, como una gata en celo, se puso en cuclillas arriba y abajo, movimientos incitantes con sus manos, excitantes con su cuerpo......la vista ya me falla un poco, lo que empezó siendo en tonos grises, se convirtieron, por los rayos de sol, en colores cálidos o era mi temperatura que esta subiendo peligrosamente.

Se puso las medias para entrar a matar, yo no pestañeaba, no me quería perderme ningún detalle, recorrí su cuerpo con la vista y ella se fue acercando con paso firme y lentamente mordiéndose los labios, cuando llego a mi altura se soltó los ligueros de las medias, mi cara debía ser un poema, entre sorprendido, excitado y con temor, demasiada mujer para mi, pensé. Estaba como un flan, me arme de valor y suavemente le fui bajando las bragas.

Que iluso pensar que estaba dominando la situación, mi gesto con las bragas fue el detonante, se aferro a mi corbata ( no se de donde salio) y me arrastro hacia ella con energía para que le comiera lo que tenía entre las piernas y le diera placer con mi lengua no estaba muy contenta con mis movimientos, me aparto y me fue enseñando por donde tenía que pasar mi torpe lengua

En eso que mi vista se nublo, cerré los ojos y al abrirlos la habitación estaba vacía, me había quedado dormido con mis pensamientos...........era un sueño, un sueño encantador y excitante, pero un sueño

Me levante y me fui a la cocina, tenía la boca seca, abrí la puerta y sorpresa!!!!!!!!!!..........ufffffff menos mal que no iba como suelo ir en casa, que vergüenza

Me acerque por detrás sigilosamente, acaricie sus caderas hasta llegar a los botones de su blusa, los fui sacando uno a uno de su ojal, mientras ella se movía lentamente. Me senté en un silla, ella encima mio y con movimientos lascivos restregó su pubis contra el bulto de mi pantalón, se abrió la blusa dejando escapar sus preciosos pechos e invitándome a tocarlos, estrujarlos y besarlos, pellizcar los pezones, cómo punta de lanza se pusieron.....teníamos algo de incomodidad, le acaricie el culo y nos fuimos a un lugar mas cómodo.

Nuestros instintos primarios nos llevaron a ser un poco agresivos, me puse enérgico y cogí las riendas. En el comedor la apoye en la mesa y le di unos cuanto azotes en ese culo apetitoso, quería dejarle claro quién mandaba , se puso perraca y pedía más, lejos de complacerla, le acaricie sus nalgas, ella no desistía, me sentó en una silla y se puso encima mio, puso mi mano en su coño y la suya encima, frotando como si no hubiera mañana, dirigiendo los movimientos, estaba afectando mi ego y no lo podía permitir .........la lleve a la habitación, la puse de rodillas en la cama y la volví a castigar con una fusta, lejos de apartarse, se movía, se retorcía, suplicaba, mas, mas, mas, yo, como buen cabronazo, pare, acaricie de arriba abajo su sexo, pero todo ehhhh, ella disfrutaba demasiado, decidí cambiar de estrategia.

Le vende los ojos con un pañuelo de seda, la acaricie, baje mi mano hasta su entrepierna para comprobar si habían cambiado mis habilidades con los dedos, la puse de rodillas e intente poner en practica con mi lengua lo aprendido, algún gemido oí, no es suficiente, me susurro, mejor me quedo desnuda, vas recorriendo mi cuerpo y coges confianza y habilidad, me dijo. Pase mis manos por su nuca, baje por su espalda arañando suavemente, llegue a su cintura y a sus nalgas, las separaba dejando a la vista unos frutos incitantes......tenía que probar mi boca.



Le di la vuelta y casi sin tocarla, fui recorriendo su cuerpo de arriba abajo y de abajo arriba, oliendo el perfume de mujer que desprendía, me pare en el clítoris y mis dedos se pusieron a jugar, la agilidad de mis dedos le sacaban susurros, de repente se dio la vuelta y me indico que me pusiera encima, que le acariciara la espalda, yo fui mas allá y mis dedos juguetearon con el ano y clítoris a la vez, los fluidos empapando mi mano, en esa posición y casi sin quererlo me introduje lentamente dentro de ella con movimientos suaves.........pero ella quería dominar.

Se sentó a horcajadas y entre en ella sin resistencia, ella se movía con un vaivén que me estaba llevando al limite, se dio cuenta y cambio de posición, de rodillas y yo recostado en su espalda mientras me adentraba en su interior, me puse erguido, la agarre de su melena y fui saliendo despacio y entrando con golpes secos, ohh, decía, ohhh, otra vez.........para, quédate quieto, me grito, mientras movía su culo y era ella quien se la introducía, aparecía y desaparecía, buscaba su placer con sus movimientos, le importaba mas bien poco lo que yo sufría al verlo y sentirlo .... agárrame del pelo, susurro, penetrame bruscamente, rápido, mas rápido, massssssss.


En eso que me vino un flash a mi mente, uyyyyyyy si parece que a cada movimiento, cada cambio de lugar, cada cambio de posición, estoy con una Dama distinta y ademas todo se repite continuamente ¿estaré soñando?, cierro los ojos, los abro y si, efectivamente, habitación vacía, me había quedado otra vez dormido en el sofá y volví a soñar . Ya decía yo que lo que veía en mi entrepierna no se parecía en nada a lo que yo recordaba, ni era tan buen amante

Algo tenia que hacer, no podía quedarme dormido otra vez, pensar que estoy viviendo una realidad, para en lo mejor darme cuenta de que era un sueño . Me puse una pinza en los ojos, así me aseguraba que si pasaba algo fuera real.

Me levante y me dirigí a mi habitación, ahora estaba despierto, era imposible cerrar los ojos , en mi cama, sentada, haciéndome señales para que me acercara, una Dama uauuuuuuuuuuuu, estaba soñando otra vez, imposible, llevaba la pinza, me la quite, estaba despierto!!!!!!!!!!. Mi ojos se clavaron en único lugar, estaba obsesionado con comprobar si había aprendido algo, aunque me lo habían enseñado en sueños. Me acerque y con manos temblorosas fui suavemente tocando, acercándome, separe las bragas e introduje dos dedos, con que suavidad entraban y salían , se separo los labios y se metió mis dedos anular y medio para profundizar mas y tanto que profundice, hasta que la palma de mi mano se tropezó con el clítoris y pego un chillido, biennnnnnnnnnnnn había dado con la tecla, mis movimientos eran acompasados y sin dejar de mantener contacto, mi mano chorreando..........las lecciones de mis sueños habían tenido efecto . Me quedaba algo que probar.

Sin sacar mis dedos, le di pequeños toques a sus labios, pasando la lengua con movimientos continuos por su clítoris, pequeños gemidos entrecortados, iba bien, la cosa prometía, mi lengua se envalentono y recorría sin parar de abajo arriba, con pequeños toques rápidos, gemidos mas largos. Profundice mas y mas lento, acompasado con sus movimientos de caderas, su flujo me estaba casi ahogando y para evitarlo me dedique a recogerlo con mi lengua y a succionar el clítoris mientras saciaba mi sed. Los gemidos eran cada vez mas largos, mas fuertes, hasta que llego el momento que levanto las caderas y soltó un grito ensordecedor, lejos de parar, continué acariciándola suavemente hasta que se relajo.

Me desperté y lo primero que pensé, joderrrrrrrr ya he vuelto a soñar , entonces note que tenía la cara empapada, como si hubiera sudado, me pase los dedos y los chupe, el sabor me recordaba a algo...........fue cuando note calor humano en mi brazo, gire la cabeza y ahí estaba ella


SI!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!!

Lo había conseguido, no era un sueño, tenía la cara relajada, como si hubiera tenido uno de los mejores orgasmos de su vida. Algo de culpa había tenido yo, no?

No es lo mismo, pero......

Abril SMB

¡Cuánto talento!!! Gracias a todos por participar en el Concurso de Relatos Eróticos SexoMercado

Aquí tenéis a los finalistas:

1. Dr. Loomis - Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos - 33
2. Laia Ramos - Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos - 27
3. Lea Ferrer - Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos - 26
4. Ptha - Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos - 24
5. yoyo - Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos - 23
6. Simon - Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos - 23
7. Vicky Masajista - Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos - 23
   

Ahora, los Organizadores del foro nos retiramos a deliberar y, cuando tomemos una decisión, os la comunicaremos.

Abril SMB

Como ya habeis visto, nos ha costado mucho escoger al ganador. Y esto es porque todos los relatos son geniales. Gracias por vuestra participación.

La ganadora es Lea Ferrer y este es su relato: Concurso SexoMercado de Relatos Eróticos

Felicidades Lea!! Contactaremos contigo para la entrega del premio.

Baja_134832

Enhorabuena a l@s finalistas.

Y felicidades a Lea. Un relato sensacional que pone la piel de gallina, la verdad!!

Y gracias por la iniciativa!!

Lextor

Felicidades a Lea Ferrer, a todos los finalistas y a todos los participantes.

Fantástica la participación y creatividad, así da gusto.

Calamar

Felicidades a Lea Ferrer, buen relato y muy buena pluma! ¿ Quien és la andaluza?

Y al staff de smb agradecerle la santa paciencia de leerselo todo porque en medio de buenos relatos, también estaba el mío

Xasel

Muchas felicidades a la ganadora!!!

yoyo

Felicidades Lea.
Digna ganadora con un gran relato. El libro promete.

CritiGastronomi

Felicidades, a los organizadores, a los participantes y a la ganadora

Petrov

Buenas

Felicidades a la ganadora

Solo una pregunta para terminar

¿De quien fue la brillante idea de celebrar un concurso de relatos eróticos..... en cuarentena?

Todos a dos velas, y avivando el fuego... es como intentar apagar un fuego con gasolina

Felicidades Lea!!

Petrov

Dr. Loomis

Felicidades, un cuento muy húmedo.

¿Para cuando el libro en papel y en Kindle?