|
|||
|
Responder Publicar experiencia |
Visitas a este tema: 5.317
|
Añadir a Favoritos | Suscribirme |
02/02/2018, 15:44 | #1 |
|
Camila - Colombiana - Gran Via 52X (Urgell) - BCN
Chica nueva en Kanahura, se llama Camila y es canela en rama.
Servidora, más que cincuentón y con un problema evidente de índice de masa corporal. Se me puso entre las cejas la idea de concederme un capricho. Me di una vuelta por el foro y concluí que, dadas mi apetencias, acudiría a Kanahura. En mi corta experiencia como consumidor de masajes tántricos, Kanahura me parece una apuesta segura. Confieso que intenté quedar con Lucía, cuyo sentido del humor en el foro me tiene conquistado. Pero no fue posible, de manera que reservé con Camila. Sus fotos no le hacen justicia. Una larga melena negra enmarca su rostro juvenil, de mirada intensa. Sólo le faltaba un clavel grana en la boca para parecer un cuadro de Julio Romero de Torres. Camila es de Colombia y ronda los 23 años. En mi opinión es guapísima de cara y tiene un cuerpazo de bandera, firme como una estatua de mármol, pero cálido como el sol de mediodía en un día de enero. El tatuaje de la cadera izquierda no pude borrarlo por más que lo acaricié. El ombligo, adornado con un piercing. Antes del masaje, pasamos por taquilla. Ochenta reales de vellón por una hora, oferta a foreros. El servicio ofrecido incluye el masaje erótico culminado en lingam, como es política de la casa. No se ofrecen otros servicios. Empieza el partido y me echo sobre el tatami, cubierto con una sábana desechable que Camila ha colocado en mi presencia. Suaves caricias, aumentando de intensidad, hasta dar con la presión justa que me gusta. Camila me pregunta a menudo, consiguiendo que me encuentre muy a gusto. De vez en cuando, un roce de la puntita de sus pechos me eriza los pelos de la espalda. Por poca testosterona que tengas en tus reservas es muy difícil no quedarse clavado en la colchoneta. Camila está atenta a tus deseos y más buena que una bolsa de patatas. Casi me disloco el cuello mirando la luna llena de su trasero. El taladro de sus pezones en mi chepa me acelera el corazón. Por fin, toca darse la vuelta. Sí mis manos hubieran podido parar y si los hombres pudiéramos hacer dos cosas a la vez, me habría quedado patidifuso ante la exhibición gimnástica de Camila, que me obsequia con un lingam ¡efectuado con los pies!. Pero estoy demasiado ocupado en otros menesteres. Cambia de ángulo y de ejecución, me lleva a la cima tres veces, pero me perdona otras tres. Al final, le pido clemencia y ejecuta la suerte decisiva con un ritmo lento que me sacude por dentro. La pequeña muerte lo llaman los franceses. Camila se estira a mí lado. Emplea con delicadeza las toallitas y yo recuperó el sentido. -¿Te ha gustado?, pregunta. Gnggn, le contesto. Se encamina a la ducha y yo me quedo mirándola embobado y pensando a quién le puedo contar que este pedazo de mujer en el esplendor de su juventud me ha hecho sentirme un macho alfa en plenitud. No puedo recomendarla, porque la querría para mí solo. Pero no sería justo que tenga que esperarse a que yo reúna de nuevo la pasta para repetir. Que repetiré, si los dioses lo permiten, y a no pasar mucho. Nota: Las imágenes han sido eliminadas por petición formal de la persona retratada en ellas. Última edición por Abril SMB; 09/08/2018 a las 09:24. |
Responder |
12 foreros han agradecido a Michelin por este mensaje:
|