Walker

Vuelvo al Xalet a los pocos días de estar con Madelain, con el deseo de repetir, pero no está y hallo la rara flor de Ana. La experiencia es excepcionalmente excitante por su imperfección y por su singularidad. Ha sido como hace el amor con alguien que no quiere estar allí, que pone limites a su posesión, pero se ofrece como un sacrificio. Me sentí copulando con la dependienta de una tienda que se ha visto obligada a prestarse, por las circunstancias que sean.

Walker

LUMI
Nombre "artístico": Ana.
Nacionalidad: española, tal vez de Castilla
Edad: 24?
Descripción física: Parece una vecina guapa, en el sentido de que no destaca por rasgos exóticos o llamiativos. Estatura de 1,67 cm, complexión regular, con suaves curvas y pechos de tamaño mediano y suave tacto. Cabello cataño.
Valoración física de la chica: 9
Vestimenta: Combinación de ropa interior, top y bragas, de color negro y volantes rojos..
Fumadora: Creo que sí.

Contacto
Teléfono: 937220653 / 686840932
Web/Anuncio: www.elxaletdesabadell.es
Dirección: Corominas 49, casa
Horario: 24 horas los 7 días.
Sabadell centro
Ambientación/decoración: Casi todas las habitaciones son muy confortables, espaciosas y con encanto.
Valoración de la casa: 9

Servicio
Fecha de la experiencia: 29 de abril de 2011.
Tarifa contratada: 60€, media hora.
Otras tarifas ofertadas: 120€, una hora.
Besos/morreos? No
Francés/garganta profunda? Francés sin protección, pero con poca profundidad.

Relato del encuentro:
Se presenta en el paseillo descalza. Una novedad. Es joven y hermosa. Dice su nombre y decido elegirla porque parece alguien de paso.
Llega luego a la habitación y no cierra la puerta de la suite, como si quisiera tener libre la salida. Hay menos intimidad, pero este detalle me llama la atención sobre las reservas de la mujer.
Se quita la combinación sin picardía. Y vamos a la ducha. Me lavo yo mismo. Y luego se queda ella para asearse. La espero en la cama y la recibo de rodillas, para abrazarla. Besitos en el cuello y los hombros, pero en la boca no quiere. No dice nada, pero da a entenderlo.
Me invita a tenderme. Me apunta con besitos sobre el cuerpo. Y me lame el soldadito, que está poco animado. Esto es ya una novedad. Imaginaba que sería con preservativo. Pero dura muy poco; lo suficiente para levantarme la líbido.
Saca el condón de la funda y me lo da para que me lo ponga. Un detalle de alguien poco aplicada o bien de no profesional. Y hace el gesto de montarme para cabalgarme. De eso nada. No acepto.
La tiendo y la abrazo. Huelo un poco la tensión de su cuerpo, que creo que llega del sobaco, por una noche sin desodorante y una ducha somera. De su boca sale un aliento humano, por la sequedad de los nervios. Eso no me desagrada, pues me habla de sus sensaciones.
Acaricio sus labios inferiores, para estimular el clítoris. No es posible encenderla ni relajarla del todo. Lástima.
La poseo en posición de misionero. Y la miro fijamente. Es como una dependienta de lencería a la que le ha tocado entregarse a un cliente, en un apartdo de la boutique, por un contrato de trabajo abusivo.
Le doy la vuelta y la penetro con suavidad, Entro en profundidad. Y voy. Y llego a la gloria con Ana, mientras quizá piense ella en su novio y en los euros que está a punto de ganarse completamente los euros del encuentro.
Nos desenlazamos. Y me quito el preservativo. Se le ve aliviada porque la experiencia no ha sido agresiva ni grosera. Me cuenta que entró ayer en la casa. Y que trabajará de manera alterna, pues para unos días y vuelve la semana del 9 de mayo. La curiosidad me haría preguntar, pero no lo hago. Entiendo que me está invitando a visitarla, pues no le he preguntado nada, como he dicho.
Me acompaña a la planta baja, con el detalle hermoso de sus pies descalzos y silenciosos. Es una novedad: las chicas suelen bajar con tacones y un paso dificultuoso. Me lleva hasta la puerta y, sin llamar a la encargada, la entreabre y me dispide, vestida con su biquini. No debe de conocer el procedimiento o no quiere que de una opinión a la encargada, tan profesional y encantadora como es la encargada. Doy mi opinión aquí.

Valoración de la implicación: 6
Valoración final: 8,5

Lo mejor: La juventud, la amorosidad de su cuerpo, la cortés educación, la ausencia de gestos puteriles, la no mención verbal de las "prohibiciones", la imaginación morbosa mía de una situación de fuerza mayor de la chica para estar ocasionalmente en el lumineo.
Lo peor: la falta de besos, la negación de sus labios inferiores a la excitación, el servicio apresurado, la ropa de lumi; sería mejor la ropa de calle.

Para quien aprecie en las experiencias la imaginación, por encima a veces de la humedad y la entrega completa, creo que es recomendable un encuentro con Ana. En lo que se refiere al futuro, no se si repetiré con Ana. La motivación para hacerlo seria intentar levantar su clítoris y humedecerla desde dentro. Es improbable conseguirlo, pero no imposible.