Como indiqué en la introducción a mi monografía, me encanta la música y ahora he adquirido la costumbre de llevar un pen-drive con canciones de mi gusto para amenizar el servicio. Pero con Viki esto no hizo falta. Porque Viki y música son sinónimos.

Me comentó Viki que había sido stripper en Alemania y que bailaba en la barra. Y supongo que este oficio le encantaba, porque bailar le encanta. En la habitación a veces se ponía a bailar para seducirme. La música la lleva en las venas. También me comentó que le encantan las sesiones dance y las house rave.

En la habitación ya tiene preparado en el suelo, al lado de la cama, un ordenador con altavoces donde suena la música a un volumen apreciable pero sin exagerar. Y en las pausas de nuestra pasión, aprovecha para cambiar de canción. A pesar de nuestra diferencia generacional puso música que me gustó. Al principio sonaba música checa moderna y me sususrraba al oído la letra; en ella el checo sonaba hermoso. Luego siguió con Portishead, Crystal Waters y una versión moderna de "La Bambola" de Patty Pravo, canciones que bailaba cuando hacía de stripper, según me comentó. Cuando nos despedíamos puso música "minimal" (para mí el chumba-chumba de las discotecas actuales) que es lo que le gusta actualmente para bailar. Es lógico, es una chica joven.

Aquí pongo enlaces de dos de las canciones que puso Viki.

Bajo del tren, me dirijo a Amadeu Oller y la llamo. He sido muy puntual. La telefoneo y me dice que espere unos 5 minutos y que la llame directamente a su piso. Pues nada, a esperar sin fumar (aún no sé si ella es fumadora) y al cabo de 5 minutos la llamo al portero automático. Me abre sin contestar y p'arriba. Llamo a la puerta y en pocos segundos me abre... Saludo, besitos, sonrisas y me acompaña a su habitación. Lo primero que me ha sorprendido es lo alta que es, y se lo comento. Me señala sus zapatos de tacón de aguja (hasta aquel momento me había centrado en su bonita cara) y comprendo que sin ellos vamos a igualar alturas.

Veo que el piso está bien. Temía que fuera un cuchitril y realmente es un piso funcional, correcto y limpio. Se disculpa por los 5 minutos que me ha hecho esperar, que ha ido al gimnasio y que se le ha hecho un poco tarde. Me pregunta si quiero algo para beber. Le digo que no, que gracias. Más besitos castos, alguna caricia, frases bonitas y me pide que me desnude para ducharme. Aprovecho para darle el dinero y ella se va (supongo que a su "caja fuerte" particular) mientras me voy desnudando y vuelve con una toalla y unas chanclas de goma. Me acompaña al lavabo y me meto en la ducha mientras ella se quita la ropa. Primero la camiseta (y entonces aprecio el cuerpazo que tiene) y en un santiamén se quita la braga y el sujetador, que creo que eran de color carne pero casi no me ha dado tiempo de ver su ropa interior. Así que ya estamos los dos desnudos en la ducha. Vamos graduando la temperatura del agua (yo la quiero "piu calda", ella "piu freda") y llegamos a un consenso. Nos mojamos, nos acariciamos, ella me enjabona, yo la enjabono y aprovecho para tocarle todo. Ya me voy poniendo "bravíssimo".

Ella lo ve, se sienta al borde del baño y comienza a hacerme un francés . Va mojando con el agua templada de la ducha mi pene y sigue con su trabajo. Y lo está haciendo muy bien. Demasiado. Se ha puesto a chupar con mucho ritmo y yo ya noto que algo puede pasar. Así que le pido que pare. Ella se sorprende. Yo le digo que soy de una sola relación. Ella me dice "Dos relaciones; una rápida aquí y otra más lenta en la cama". Pero le insisto que no, que soy de lenta recuperación y que sólo quiero una pero muy lenta, "piano piano". Ella lo comprende, me sonríe y se levanta. Seguimos con las caricias y le digo que tiene un cuerpo prodigioso. Ella me dice que no está de acuerdo. Que se ve un poco gordita. Que había hecho de stripper en Alemania y que bailaba en la barra. Que desde que dejó este trabajo ha tenido tendencia a engordar y que está procurando controlar su peso. Y que querría perder unos cuantos kilos. Le digo que no, que son manías de mujeres, que siempre quieren estar delgadas, pero que a los hombres nos gustan cuerpos como el suyo, esbeltos pero con formas. Sonríe y me agradece el comentario con su primer beso de verdad , con las lenguas jugando con plena libertad.

Seguimos con las caricias y tórridos besos, también hablamos y me cuenta que habla bien el italiano porque ha estado trabajando en Génova. Luego me hace sentar en el borde de la bañera y ella se pone de rodillas iniciando otro francés, esta vez más lento y pausado. Con una erección máxima salgo del baño (a tres patas es más fácil mantener el equilibrio), nos secamos mutuamente, seguimos con las caricias y vamos juntos a la habitación. Se quita la toalla y se tiende desnuda en la cama boca abajo, con la intención de manipular el PC y comenzar su sesión musical. Verla en esta posición, con todo su cuerpo desnudo ofreciéndose a mí me parece el sueño de todo hombre. Pero soy yo el único que disfruta este momento...

Me estiro a su lado y seguimos con nuestros juegos. Primero se pone encima mío, acariciando todo mi cuerpo, mordiendo mis pezones, pasando la lengua por el torso y entreteniéndose en otro francés , esta vez dedicando un ratito a los dos compañeros enanos de mi tranca. Sigue luego con sus caricias, lengüetazos y besos en la boca. Mientras le acaricio sus mangíficos pechos, ella me susurra al oído la letra en checo de la canción que sonaba en aquel momento, cosa que me pone tontito. Pienso que ya ha llegado el momento de dedicarme a ella.

La sitúo estirada boca abajo y le lamo todo el cuerpo, desde la cara y el cuello hasta los tobillos. Le voy mordisqueando su culito y finalmente me concentro en su coño. Lo aprecio muy cerradito y me implico en írselo abriendo lentamente . Primero con la lengua, luego con los labios, luego un dedito, y ya son dos. Noto que lubrica y ella hace algún gemido... La cosa va bien.

Le doy la vuelta y la pongo boca arriba. Sigo concentrado en el cunnilingüis ; ella sigue con sus gemidos y se va retorciendo. En esta posición me resulta más fácil manipularle el clítoris, justo por debajo del pearcing que lleva, el cual en algún momento acabo chupando también (más que nada por el descontrol que llevo). Ya con dos dedos en su coñito y uno en el clítoris me acerco a ella mientras muevo la mano lo más rápidamente que puedo. Mientras, la acaricio y la beso en la boca y ella me devuelve los besos con mucha pasión. Se incorpora para chuparme los pezones y el pecho, mientras con la mano juega con mi pene. Yo ya tengo la mano hecha polvo de tanto movimiento y en esta nueva posición me cuesta más seguir con la sesión manual. Así que me dedico a acariciarla y tocarle los pechos. Nos miramos, sonreímos y le pido un tiempo muerto.

Nos ponemos a hablar nuevamente y ella aprovecha para poner otra canción. Me cuenta que probó en un club pero que no le gustaba, que se sentía como ganado y no le gustaba asediar a los clientes. En esto coincidimos, porque yo en los clubs tampoco me siento cómodo. La chica quiere agradar y me enseña su nuevo "telefonino" para que viera lo chulo que era, me ofrece agua (los dos teníamos la boca seca) y se levanta y comienza a bailar completamente desnuda. Era un gozo verla... Me enseña un chal negro de punto que le ha regalado su familia de Chequia, ya que me dice que hoy es su onomástica. Le digo que debería hacerse unas fotos desnuda con este chal, que quedaría muy guapa en los anuncios. Me dice que es verdad, y ensaya posturas fotogénicas preguntándome como está mejor. La verdad es que Viki está guapísima y me parece tan dulce y simpática, hasta me parece un poco ingenua... Una Lolita.

Viéndola así me levanto, la abrazo, la beso y froto mi pene con sus muslos y su abdomen. Ella se da cuenta que esto me gusta y se da la vuelta para que siga frotando en su culo. Nos movemos para ponernos delante del espejo y así nos vemos frotando nuestros cuerpos mientras yo le agarro los pechos. Ella ya se había soltado el pelo y la niña ingenua de hace unos instantes me parece una leona salvaje.

Nos ponemos nuevamente encima de la cama, ella vuelve a cambiar de canción y se pone encima mío nuevamente. Deja colgar los pechos para acariciar con ellos mi cuerpo: las piernas, el pene, mi abdomen, mi tórax, mi cara... Por un momento me planteo una cubana, pero ya tengo unas ganas tremendas de penetrarla. Así que le digo que tengo ganas de estar dentro de ella. He pensado unas 28 posturas para follarla, pero a la 2ª ya me va a derrotar...

La estiro boca arriba para hacerle un misionero . Así puedo mirarla mientras la follo. Me enfunda y comienzo a bombear primero lentamente y luego más rápido. Pequeñas pausas y vuelta a la acción. Me incorporo un poco para poder ver al máximo su cuerpo, vuelvo a acercarme para besarle la boca y tengo que parar porque estoy a punto.

Quiero probar una segunda postura. Y aquí estamos unos cuantos segundos sin entendernos, hasta que la tomo con mis brazos y la sitúo en la posición que quiero: los dos estirados de lado y ella dándome la espalda, mientras yo se la meto por detrás. Ella me dice: "me gusta mucho esta posición". Así que, p'alante. Separo un poco mi cuerpo para poder verle toda su espalda y el culo. Además, ella se incorpora un poco para girar su cabeza y enseñarme su perfil. Me acerco besarle su mejilla, agarrarle los pechos y acariciarle el clítoris. Y noto que me pongo muy excitado, así que paro de bombear. Pero estar dentro de ella, aunque sea sin moverme, es maravilloso. Por lo tanto, el resultado es una corrida de órdago. Es más, yo que tiendo a ser moderado y suelo correrme con gemidos, esta vez no puedo evitar algunos gritos de placer.

Un largo abrazo, besos y algunas palabras de agradecimiento y admiración. Ella se levanta para quitarme el condón y limpiarme el pene, me exhibe un nuevo baile y se va a la ducha. Cuando ella vuelve, voy yo a ducharme. Y ya nuevamente los dos en la habitación, y mientras me voy vistiendo, Viki tiene un arranque bestial de sinceridad. Me mira y me dice que tengo buen cuerpo. Me pregunta la edad y me dice que para esta edad tengo la piel muy bien, que no da ninguna sensación de "vejez" a pesar de que fumo, que tengo poca barriguilla y que en general estoy bien para mi edad. Nunca en mis años de vida lumeril una profesional me había examinado de manera tan precisa y sincera. Porque coincició con lo que yo pienso, que no soy nada guapo pero tampoco resulto muy desagradable.

Me acompaña a la puerta, un beso pasional de despedida y yo con una sonrisa de oreja a oreja bajando por el ascensor.